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...." el pueblo recoge todas las botellas que se tiran al agua con mensajes de naufragio. El pueblo es una gran memoria colectiva que recuerda todo lo que parece muerto en el olvido. Hay que buscar esas botellas y refrescar esa memoria". Leopoldo Marechal.

LA ARGENTINA DEL BICENTENARIO DE LA PATRIA.

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“Amar a la Argentina de hoy, si se habla de amor verdadero, no puede rendir más que sacrificios, porque es amar a una enferma". Padre Leonardo Castellani.

“
"La historia es la Patria. Nos han falsificado la historia porque quieren escamotearnos la Patria" - Hugo Wast (Gustavo Martínez Zuviría).

“Una única cosa es necesario tener presente: mantenerse en pie ante un mundo en ruinas”. Julius Evola, seudónimo de Giulio Cesare Andrea Evola. Italiano.

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domingo, agosto 31, 2025

De un sueño frustrado a un legado duradero: la historia del Proyecto Huemul.

 


CRÓNICAS DE LA ENERGÍA.

De un sueño frustrado a un legado duradero: la historia del Proyecto Huemul.

Lo que nació como un experimento fallido en la isla Huemul terminó siendo el punto de partida de un camino distinto: el que hizo de Bariloche y Río Negro un referente en ciencia, innovación y tecnología nuclear. Una historia patagónica que muestra cómo incluso de los fracasos pueden surgir legados duraderos.

Una isla verde en medio del Nahuel Huapi, a pasos de Bariloche, fue el escenario donde la Argentina se propuso algo que sonaba a ciencia ficción: reproducir en la Tierra la energía que sostiene al Sol. Corrían fines de los años cuarenta y el mundo recién empezaba a comprender la potencia de la fisión nuclear (partir átomos pesados como el uranio para liberar energía) mientras la fusión (unir núcleos livianos de hidrógeno) aparecía como la promesa mayor: más energía por unidad de combustible, menos residuos, un horizonte casi inagotable. El desafío era monumental: alcanzar temperaturas y presiones extremas y, sobre todo, confinar un plasma que tiende a escaparse de cualquier pared.

En ese clima de expectativas, el físico austríaco Ronald Richter llegó a la Argentina en 1947, convencido de que podía forzar reacciones termonucleares mediante descargas eléctricas de muy alta potencia en gas de deuterio. La idea, audaz, mezclaba intuiciones reales de física de plasmas con una instrumentación todavía débil para medir lo que prometía medir. Convenció a Juan Domingo Perón de que el país podía adelantarse al resto del mundo y lograr el Santo Grial de la energía.

Algunos llegaron a mencionar a Ronald Richter como el «Loco» que engañó al Presidente Juan Domingo Perón.

La elección del lugar fue tan simbólica como práctica: la isla Huemul, a poca distancia de la costa frente a San Carlos de Bariloche, dentro del Parque Nacional Nahuel Huapi. El agua alrededor ofrecía aislamiento y seguridad; la cercanía a una ciudad en crecimiento aportaba logística. En la isla se levantaron laboratorios, recintos de hormigón para blindaje, talleres, salas de potencia eléctrica y viviendas para el personal. Para la escala científica de la Argentina de comienzos de los años cincuenta, fue una inversión pública tan ambiciosa como inédita. La señal política era clara: el Estado estaba dispuesto a apostar fuerte por conocimiento estratégico.

Imagen de la Isla Huemul en el Parque Nacional Nahuel Huapi – Bariloche (Foto La Mañana de Cipolletti)

El 24 de marzo de 1951 llegó el anuncio que sacudió al país y repercutió afuera: Perón, en cadena nacional, afirmó que la Argentina había logrado reacciones termonucleares controladas en la isla Huemul. De un día para otro, un país del sur parecía ponerse delante de Estados Unidos y la Unión Soviética en la carrera tecnológica más sensible del momento. Se hablaba de energía abundante para industrializar, de independencia, de un nuevo mapa de desarrollo. La Patagonia, convertida en laboratorio del futuro, se asomaba, al menos en el relato, a una era distinta.

Luego vino la prueba de fuego que ordena a la ciencia: la verificación independiente. Lo que cuenta no es el anuncio, sino lo que puede medirse y repetirse con protocolos claros. Y ahí aparecieron los huecos. Faltaban diagnósticos robustos para detectar neutrones inequívocamente asociados a fusión; no había mediciones confiables de temperaturas que justificaran el fenómeno; las señales reportadas no se reproducían bajo control de terceros; la documentación técnica era incompleta y los procedimientos, poco transparentes. En 1952, una comisión con físicos de primer nivel, como José Antonio Balseiro, Mario Báncora y Teófilo Isnardi entre otros, auditó las instalaciones y los experimentos. Su conclusión fue terminante: no había evidencia de fusión nuclear controlada. El proyecto se clausuró y el prestigio de Richter se desmoronó.

Hasta aquí, la crónica de una promesa que no se cumplió. Pero Huemul no es solo la historia de lo que no fue: es también el punto de partida de lo que sí llegó a ser. La Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), creada en 1950, se fortaleció con una hoja de ruta más sobria: método científico, ingeniería, control del Estado y validación entre pares antes que discursos. En 1955 nació en Bariloche el Instituto de Física de Bariloche, luego Instituto Balseiro, semillero de físicos e ingenieros nucleares, mecánicos y electrónicos que sostuvieron, durante décadas, la trama de capacidades del país. De ese entramado CNEA-Balseiro surgió el Centro Atómico Bariloche y, tiempo después, INVAP (1976), la empresa rionegrina que colocó a la Patagonia en el mapa global de la tecnología aplicada: reactores de investigación exportados, radares, satélites, misiones complejas que combinan ciencia, industria y soberanía tecnológica. En paralelo, la Argentina diseñó y operó sus propios reactores de investigación y consolidó un parque de generación nuclear comercial (Atucha I, Embalse, Atucha II) con fabricación local de componentes críticos y un capital humano que la distingue.

Restos de lo que alguna vez fue la casa de Ronald Richter en la Isla. (Foto El Cordillerano)

Imágenes del edificio del Reactor Nuclear. (Foto: Diario Río Negro)

(Foto: Diario Río Negro)

Actualmente la vegetación volvió a adueñarse de todo el lugar, irrumpiendo entre los restos del edificio.
(Foto Diario Río Negro)

Huemul dejó, además, un conjunto de lecciones que siguen vigentes. La primera: la política puede y debe fijar la dirección, pero la ciencia manda con datos, reproducibilidad y revisión independiente. La segunda: los proyectos estratégicos necesitan hitos intermedios medibles (diagnósticos de plasma, contajes de neutrones, balances energéticos) antes de prometer el resultado final. La tercera: incluso cuando un objetivo máximo no se alcanza, la inversión en equipamiento, formación y organización crea capacidades que perduran y multiplican valor. La cuarta: transparencia y gobernanza (documentación, auditorías, publicaciones) no son un lujo administrativo, sino el andamiaje que evita confundir entusiasmo con logro.

¿Y la isla? Tras el cierre de 1952, las instalaciones quedaron primero desmanteladas y luego vencidas por la vegetación. Terminó el uso exclusivo que había tenido durante el proyecto y la isla volvió a integrarse al régimen del Parque Nacional Nahuel Huapi, con las reglas propias de conservación, memoria y acceso ordenado. No hay población permanente; se llega únicamente por agua, y subsisten ruinas de laboratorios y estructuras de hormigón que el bosque va cubriendo año a año. Es un sitio silencioso que guarda, en sus restos, el relato de un intento desmesurado y el comienzo realista de otra cosa: la decisión de construir, con método y paciencia, un ecosistema científico-tecnológico que hoy es orgullo de Río Negro y de la Argentina.

Actualmente la vegetación volvió a adueñarse de todo el lugar, irrumpiendo entre los restos del edificio. (Foto Diario Río Negro)

Mirar Huemul desde la Patagonia no es quedarse en el mito ni en la anécdota. Es entender que la primera gran experiencia nuclear del país, con su exceso de promesa y su déficit de evidencia, terminó encendiendo otro tipo de energía: la que se fabrica en aulas, talleres, laboratorios y plantas; la que genera trabajo calificado, exportaciones tecnológicas y reputación. No encendimos un sol sobre el Nahuel Huapi, pero aprendimos a encender motores más lentos y duraderos: instituciones, carreras, empresas, un modo de hacer que convirtió a Bariloche en un faro del conocimiento aplicado. Esa es, al final, la mejor luz que Huemul dejó encendida.

 

Línea de tiempo.

1947–1949: Llega Ronald Richter a la Argentina y toma forma el proyecto en la isla Huemul (Nahuel Huapi, frente a Bariloche).

1950: Se crea la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), marco institucional de la política nuclear.

24 de marzo de 1951: Perón anuncia por cadena nacional reacciones termonucleares controladas en Huemul.

1952: Comisión científica (Balseiro, Báncora, Isnardi) audita, concluye que no hubo fusión; el proyecto se clausura.

1955: Nace en Bariloche el Instituto de Física de Bariloche, luego Instituto Balseiro.

1976: Se crea INVAP; el polo Bariloche consolida su perfil de tecnología aplicada.

Hoy: Isla Huemul sin población permanente, con ruinas visibles; uso público regulado dentro del Parque Nacional Nahuel Huapi.

¿Tenés una crónica para contar? Si conocés historias, testimonios, fotos o documentos sobre la construcción de la ciencia y la energía (minería, hidrocarburos, hidroeléctricas, etc) en Río Negro o la Patagonia, escribinos a redaccion@energia360.com.ar.

En Energía 360 queremos que esta memoria patagónica siga creciendo con el aporte de quienes la vivieron y la sienten propia, formá parte de esta comunidad y ayudanos a contar la historia.

Publicado en ENERGÍA360.

https://energia360.com.ar/

31/8/2025.

 https://energia360.com.ar/de-un-sueno-frustrado-a-un-legado-duradero-la-historia-del-proyecto-huemul/

https://energia360.com.ar/

 

jueves, julio 10, 2025

De Perón y la masonería.


Juan Domingo Perón. Maestro Masón

Por Antonio Las Heras

Ediciones Desiderata. 110 páginas

“Nuestra información, obtenida verbalmente de fuentes masónicas confiables y por datos cruzados entre varias personas que no se conocían entre sí es que Perón ingresó a la Masonería durante 1936, en Chile, donde era Agregado Militar en la Embajada Argentina en el país transandino. Por entonces tenía el grado de mayor y ascendería enseguida a teniente coronel”, asegura Antonio Las Heras en esta nueva investigación presentada recientemente.

Las Heras -doctor en Psicología Social, filósofo, historiador y designado “Personalidad destacada en el ámbito de la cultura por la Legislatura de la ciudad de Buenos Aires”- sostiene que la condición de “Hermano Masón” del tres veces presidente de los argentinos “está aceptada”. Por lo cual se encarga de dilucidar en que época, de qué manera y quien lo habría iniciado en esa orden universal.

En ese proceso descarta que haya sido Licio Gelli -miembro de la logia masónica italiana Propaganda Due y condecorado por Perón en 1973 con la Orden del Libertador General San Martín, en grado de Gran Cruz- y también que haya ocurrido en su estadía en España durante el exilio europeo.

Las Heras respalda la teoría de que Perón fue iniciado durante su destino militar en Chile y que, siempre de acuerdo a sus “indagaciones”, llegó a segundo grado, es decir, “Compañero”. Luego, en 1939 cuando formó parte de la misión de estudios en Italia, enviado por el Ejército Argentino, fue elevado al “sublime grado de Maestro” también llamado “tercer grado”.

El autor analiza el GOU, el Grupo de Oficiales Unidos creado por Perón en 1943 en los meses previos al Golpe de Estado de ese año. Y propone que las siglas GOU también podrían significar “Gran Oriente Unido” o “Gran Oriente Universal” que son expresiones frecuentes en la Masonería.

Asimismo aborda los diferentes ministros masones que tuvo Perón en su gabinete durante sus dos primeras presidencia, como Alfredo Gómez Morales, Roberto Ares y José Constantino Barros (Economía), Angel Borlengui (Interior), Enrique García (Marina) y Eduardo Teissaire (vicepresidente). Dedica un capítulo especial a demostrar que José López Rega no era masón.

La Masonería, según Las Heras, también tuvo una importante labor, participación y/o relación con el regreso de Perón a la Argentina en 1972, con la restitución de los restos mortales de Eva Perón y con la mutilación de su cadáver en 1987.

Una obra que presenta y desarrolla, de manera amena y accesible, uno de los temas más controvertidos acerca de la personalidad e historia del fundador del Justicialismo.

 Publicado en LA PRENSA.

https://www.laprensa.com.ar/De-Peron-y-la-masoneria-561536.note.aspx

jueves, enero 23, 2025

El Perón que no escuchamos: su visión sobre el deporte. Por Aldo Duzdevich para la Agencia Paco Urondo.


El Perón que no escuchamos: su visión sobre el deporte.

Por Aldo Duzdevich para la Agencia Paco Urondo.

En mi nota anterior expresé con el título “El Perón que no escuchamos”, en primera persona del plural, estoy haciendo una referencia literal a nuestra generación de los setenta. “La juventud maravillosa”, “La gloriosa JP”. La gran mayoría de los setentistas que conozco (me incluyo) nos estamos enterando hoy, de cuáles eran las principales preocupaciones del último Perón, y por donde surcaba su espíritu e intelecto en sus últimos meses de vida.

Para darnos una idea de la importancia que le daba al deporte, del 15 de enero al 27 de mayo de 1974, dedica siete reuniones con deportistas de distintas disciplinas.

Perón tenía la virtud de hablar de temas profundos en un lenguaje sencillo entendible por el pueblo llano. Usaba mucho la frase “un ejemplo suele aclararlo todo”. Por eso solía hablar con metáforas y/o contar anécdotas, que no siempre eran textuales, pero cumplían eficazmente con lo que quería comunicar y que resultan más fáciles de recordar. En uno de estos discursos hay una que seguramente nos quedara grabada.

Dice Perón: “Recuerdo que, en el año 1953, se presentó un día Pettinato  que era el jefe del Servicio Penitenciario, y me dijo: “mi General, hay que hacer algo, porque nos estamos quedando sin presos”… Creo que tenemos que volver a hacer algo para quedarnos sin presos, y eso se puede hacer tanto en la escuela primaria, secundaria y universitaria, pero se puede lograr de la mejor manera en los campos de deportes. Los deportistas no son jamás hombres con inclinaciones hacia ningún tipo de delincuencia. El cultivo del espíritu es paralelo al cultivo del cuerpo; por ello pienso, y lo hemos de hacer así, que hay que dar la más extraordinaria importancia posible al deporte popular, para que todos puedan practicarlo.”

En los siete discursos va a reiterar dos ideas, el amor que sentía por el deporte y pensar el deporte como escuela de vida física y espiritual.

“Los años más felices de mi vida los viví cuando hacía deportes. (…) No exagero si digo que, en este momento, me siento como en mis mejores tiempos, porque siempre he vivido un poco entreverado entre los deportistas argentinos.”

“Un país no vale ni por la extensión de su territorio ni por la cantidad de vacas que tiene; vale por la calidad de los hombres que lo pueblan y lo sirven. El deporte está dirigido a eso, a formar, por sobre todas las cosas, una buena persona y, después, para darle todas las armas que sea posible. Pero es necesario partir primero de un material humano puro, es decir, de un alma pura.”

Como los siete discursos son demasiado texto para una nota de domingo, voy a extraer solo algunos conceptos fundamentales.

Estas entrevistas forman parte del libro “Perón 1974”, editado por la Biblioteca del Congreso Nacional cuyo texto puede bajarse gratuitamente https://bcn.gob.ar/publicaciones/juan-domingo-peron

15 de enero 1974: ante un grupo de deportistas.

Palabras pronunciadas ante una numerosa delegación de deportistas de distintas disciplinas que lo visitaron en la Residencia Presidencial de Olivos. Se entregaron medallas a basquetbolistas juveniles (recientes campeones sudamericanos) y se reconoció al piloto Carlos Reutemann (a quien el Ministerio de Bienestar Social comenzó a apoyar económicamente en su carrera deportiva). Perón entregó también medallas de reconocimiento por su labor deportiva a varios basquetbolistas argentinos (Pagella, De la Cruz, Pace, Santini, Allende, Apostólico y Martín); al jinete Hugo Arrambide; al nadador Horacio Iglesias; y al tenista Guillermo Vilas. También entregó subsidios a distintas federaciones del interior del país para estímulo del deporte.

Señores:

“Es para mí un inmenso placer poder compartir siquiera sea un momento con los deportistas, en cuyo contacto siempre he vivido y a quienes también he ayudado en lo que podía, desde el punto de vista deportivo.” (...)

“Yo creo que una de las actividades permanentes en la vida de los pueblos modernos es el deporte. Todas las deformaciones a que asistimos en la humanidad son, precisamente, más profundas donde se ha pasado por alto o se ha olvidado al deporte.”

El deporte es una escuela de formación de hombres, no solo física, sino también moralmente. El espíritu de los hombres se cultiva también en los campos de deportes. Ese espíritu que nosotros apreciamos es indispensable en la vida de los hombres. Yo he asistido durante mi larga vida al desenvolvimiento de nuestro país en las etapas florecientes del deporte, y les puedo decir que, cuando se practicó más deporte, la gente era mejor.”

“Por eso, convencidos de esa necesidad, es que estamos dispuestos a dar al deporte el auge más extraordinario que podamos. No habrá recursos que no se pongan a disposición de las necesidades para cultivar a nuestra gente en el deporte, en su alma y en su cuerpo. Si lo logramos, como espero, estoy seguro de que habremos mejorado al pueblo argentino en sus valores morales y espirituales.” (...)

“En este sentido, hemos ya establecido en nuestro Plan Trienal y en los planes del Ministerio de Bienestar Social todo lo que sea indispensable para el desarrollo del deporte, en su práctica desde la niñez hasta la vejez del hombre, porque los viejos también pueden hacer deporte. (...)”

Ante un grupo de deportistas (6 de febrero de 1974)

Durante un acto en el que se otorgaron subsidios a diversas instituciones y se entregaron medallas al mérito deportivo a los jugadores de fútbol de Rosario Central (campeón del Torneo Nacional de 1973) y Huracán (campeón del Torneo Metropolitano de 1973); a los ciclistas Ernesto Contreras y José Serrano, ganadores del Cruce de los Andes; a Horacio Ponce, golfista, campeón municipal Caddies; y al primer alférez Alberto Serrano, por haber ascendido recientemente a la cima del Aconcagua.

Señores:

“Muchas veces he dicho que, a mi regreso, después de dieciocho años, encuentro que de todas las destrucciones que se han producido, quizá la más trascendente y la más peligrosa es la destrucción del hombre argentino, que también se destruye. Todo lo demás puede reconstruirse con facilidad; el hombre no es tan fácil de reconstruir. (...)”“El abandono de los lugares de deportes es el abandono del hombre, de nuestra juventud. Indudablemente, una juventud abandonada puede tomar cualquier camino, y eso lo estamos viendo todos los días en la Capital, en el resto del Gran Buenos Aires y en el Interior.” (...)

“El cultivo del espíritu es paralelo al cultivo del cuerpo; por ello pienso, y lo hemos de hacer así, que hay que dar la más extraordinaria importancia posible al deporte popular, para que todos puedan practicarlo.”

“De la misma manera, hay que organizar y ordenar el deporte efectivo como el deporte espectáculo.”

“He oído a algunos criticar duramente al fútbol, diciendo que juegan unos pocos y miran muchos. Eso también forma y da a la gente aliciente para imitar, ver y practicar el deporte por su cuenta. Si se lo emplea y organiza bien, el deporte espectáculo es tan importante como el otro. La gente entra con entusiasmo cuando hay posibilidades, y todos los que hemos practicado deportes sabemos que en esto también el apetito viene comiendo. Muchas veces mirando también viene el apetito. (...)”

Ante los equipos campeones de los torneos “Evita” y “Argentina Potencia” 7 de marzo 1974

Al recibir a un grupo de jóvenes deportistas triunfadores en los torneos infantiles “Evita” y juveniles “Argentina Potencia,” en fútbol, básquet y ajedrez, cuya etapa final tuvo lugar en la Unidad Turística de Embalse, Río Tercero (Córdoba), en diciembre de 1973.

Señores:

“Quiero adherirme a las palabras del señor ministro con una profunda sinceridad de viejo deportista y también con la asunción de la responsabilidad que nos cabe en la formación de lo más valioso que el país tiene: sus hombres y sus mujeres. (…)”

El deporte es, indudablemente, la mejor escuela para la formación del alma. Son los valores espirituales los que se cultivan con el deporte. Eso es lo que nosotros pretendemos al dedicarle una gran parte de nuestra actividad, especialmente al deporte infantil y juvenil.”

“Ni los griegos ni los romanos habrían llegado a ser lo que fueron en la historia del mundo si no hubieran cultivado profundamente los deportes en todos sus aspectos y actividades. Imitemos esos ejemplos que hicieron grandes y poderosos a los pueblos. (...)”

“Nuestros muchachos y nuestras niñas deben volver a ser los únicos privilegiados. En ellos está nuestra esperanza, y para cultivarla debemos pensar que ellos son los únicos que, entre toda la población, deben gozar de un privilegio especial. (...)”

miércoles, septiembre 04, 2024

4 de Septiembre de 1949: "Día Nacional del Inmigrante" en la Argentina.


"Argentina, tierra de hermanos, pusiste en tu suelo un hogar para cada sueño..."
En nuestra Argentina desde  1949 se celebra el "Día Nacional del Inmigrante". Por Decreto N.º 21.430, durante la presidencia del Gral. Juan Domingo Perón, se fijó el 4 de septiembre para rendir un justo reconocimiento a todos los inmigrantes que se establecieron en nuestra Argentina y que contribuyeron con su aporte a nuestra Argentina. Una fecha establecida por el Primer Triunvirato en 1812, en conmemoración a la firma del primer decreto fomentando la acogida en nuestro país “a los individuos de todas las naciones y a sus familias que deseen fijar su domicilio en el territorio”.⁣

Esta llegada de los inmigrantes al país respondió a patrones mundiales de flujos de población que veían a nuestra Argentina como un lugar donde poder realizar sus aspiraciones y el de su familia. La mayoría de ellos abandonó su patria. En su gran mayoría llegarían de Europa: predominó la inmigración de italianos y españoles.
Argentina fue poblada por diferentes corrientes inmigratorias, en grandes oleadas como la que se produjo entre 1880 y 1914. En ese período, más de 4 millones doscientos mil inmigrantes arribaron al país.
Durante esos años, poco más de un tercio de esas personas volvieron a sus lugares de origen. Sin embargo, la mayor parte se quedó en Argentina.

lunes, julio 01, 2024

¿Fue el general Péron un hombre de derecha? Por Miguel ángel IRIBARNE.


¿Fue el general Péron un hombre de derecha? 
Por Miguel ángel  IRIBARNE.
Es significativo el hecho de que durante los últimos años diversos dirigentes políticos y sindicales autodefinidos como peronistas se hayan referido a sus adversarios, de manera reiterada, como “la Derecha”. Y lo es porque nunca antes, desde 1945, ni en las palabras de Perón ni en las de sus glosadores o difusores se había realizado tal caracterización.
Como enemigos cabales del Peronismo eran vistos “la oligarquía” (un concepto estrictamente político, ni económico ni ideológico) y “el comunismo”, lo cual no requiere mayores explicaciones.
¿Porqué, pues, este giro, porqué este sesgo? No se trata de un tema menor, ya que la identificación del enemigo es el punto de partida para definir una gran política, y, además, porque los cambios en el lenguaje denotan intenciones de cambiar el “sentido común”, según la propuesta de Gramsci.

PREHISTORIA POLITICA.
¿Ha existido un cambio tal? ¿Cuál era la relación real de Perón con todo aquello que suele rotularse, a veces equívocamente, como la Derecha? Creo que, a partir de la obra de Claudio Chaves (“El Perón liberal”) no podemos engañarnos sobre la prehistoria política del personaje: militar vinculado al justismo, claramente antirradical, preocupado por la eventual expansión comunista como resultado de la IIGM, Perón difícilmente pueda ser asociado a empresa política alguna de signo socialista o progresista.
¿Significa esto que fuese un admirador del Fascismo? Con la documentación de la que ahora se dispone el tema es discutible, aunque -en todo caso- la percepción de la experiencia italiana como un intento de modernización del Estado era compartida por actores tales como Winston Churchill, algunos de los animadores del New Deal americano, los neosocialistas de Henri de Man en Bélgica y los “planistas” de izquierda en Francia o Getulio Vargas y su “Estado Novo”. Con lo cual, más que una definición ideológica, lo que comportaría es una actitud generacional.
En realidad, la visión política de Perón, en plena maduración a lo largo de la década del ’30 parece sumar a la continuidad de las formas republicano-democráticas de la Constitución y las instituciones económicas propias de la “sociedad burguesa” -propiedad privada de los medios de producción y de cambio- una atención progresivamente más alerta respecto de los desajustes sociales que estas últimas puedan producir y una voluntad cierta de prevenir los riesgos de ese mal mayor que sería la guerra civil, el cual tan agudamente le había impresionado durante su breve paso por España.

UN CONSERVADOR.
Este conjunto de ideas-fuerza habían hecho de Perón un conservador potencialmente revolucionario, como advirtiera Hipólito Paz en sus “Memorias”. Quizás más genuinamente conservador que sus camaradas los oficiales nacionalistas, ya que la empresa política de aquél traducirá el propósito de regenerar la vitalidad del orden constitucional histórico en lugar de reemplazarlo por nuevos modelos ideológicos, por “derechistas” que estos pudiesen parecer.
Perón resulta, en ese sentido, la expresión más lúcida y, al par, más controversial de ese estado de conciencia que difusamente animó a la mayoría de nuestros militares desde las vísperas históricas del 4 de junio. Aunque su personalidad a veces desaprensiva y su conducta frecuentemente disruptiva le creasen no pocos conflictos dentro de la institución, no dejó de sentirse siempre un hombre del Ejército.
Se propuso electoralmente como el continuador de la obra del ’43 y en el ’55 evitó la temida contienda interna renunciando ante sus mandos cuando aún se hallaba en una situación estratégica favorable. Antes de ello, y nuevamente en 1973, deberá rechazar enérgicamente las propuestas de milicias populares surgidas entre algunos de los suyos. Su reintegración formal al Ejército en 1973 coincidió con la reafirmación en la identificacion del enemigo como la guerrilla marxista. Entre una y otra fecha cuántos encuentros y desencuentros, errores y horrores…

LA COMUNIDAD ORGANIZADA.
Quizás el que mayores consecuencias tuviese respecto de la fecundidad de la experiencia tal como originalmente se había planteado, fue el no completamiento del sujeto sociológico que hubiese debido vehiculizar históricamente la visión de Perón. La tesis filosófica central de la cultura política peronista es la de la tan reiterada “Comunidad Organizada”. Sin embargo, la concreción histórica de la misma no excedió sufiientemente el campo de los sindicatos de trabajadores industriales y de servicios. En ese plano las estructuras creadas o consolidadas tuvieron una vitalidad genuina que nunca alcanzaron sus homólogas fascistas o falangistas, como se evidenciaria luego de 1955. No mucho más allá. No era esa, sin embargo, la idea primigenia del Peronismo. ¿Qué factores provocaron ese deslizamiento? Es un hecho que, al menos durante 1944, el entonces Vicepresidente había enfocado su atención especialmente hacia la clase media. Como registra Adamovsky: “En sus discursos, Perón asignaba a esa clase un lugar central en la vida de la nación. ‘La historia del desenvolvimiento de los modernos pueblos de la tierra afirma, de una manera absolutamente incontrovertible, que el Estado moderno es tanto más grande cuanto mejor es su clase media’”.
Tras lo cual llegaba la obligada convocatoria: “Para desempeñar ese papel la clase media tenía que abandonar su ‘complejo de inferioridad’y superar su individualismo, organizándose para la defensa de sus intereses colectivos”.
El eco de este llamamiento, sin embargo, fue menguado si se lo compara con el registrado en los estratos socioeconómicos inferiores. Del mismo modo, los intentos de articular a los universitarios, profesionales y empresarios (CGU, CGP y CGE, respectivamente) jamás alcanzaron la masividad ni la vitalidad de las entidades gremiales de los asalariados (CGT).
En cuanto a la organización social de base territorial -el “vecinalismo”-, corporizado en los centros vecinales, sociedades de fomento, etc., recibió una atención tardía y episódica.

RELACION CON EL CAPITALISMO.
Finalmente, la interlocución de Perón con el capitalismo de alto bordo nunca llegó a despegar, salvo excepciones individualísimas. Y esta es otra de las diferencias profundas que pueden observarse respecto del fascismo, del nacionalsocialismo o del franquismo.
En la segunda mitad de 1944 el Vicepresidente mantuvo dos diálogos -uno en la Bolsa de Comercio y otro en un domicilio particular- con algunos de los exponentes más significativos del empresariado No hay duda de que el coronel tenía una prevención real y aguda sobre el peligro de que el fin de la IIGM favoreciese el crecimiento del comunismo en el país. Esta sensibilidad dominaba, por lo demás, todo el ambiente del GOU.
Perón trató de contagiar a su auditorio de hombres de negocios de tal prevención. El planteo del líder militar era que si los patronos no cedían voluntariamente parte de sus utilidades a los asalariados la revolución social les quitaría la totalidad. Un planteo que algunos derivan de la presunta inspiración fascista de Perón, manifestada en la concepción del Estado como “gran equilibrador” en el proceso de distribución de la riqueza.
Pero la propuesta, en su simplismo, también habría podido ser calificada de socialdemócrata por analistas mejor dispuestos. Lo cierto es que Perón no pudo armar una “pata empresaria” suficientemente significativa. Y en ningún momento dejó de percibir el desequilibrio resultante para su filosofía de la “Comunidad Organizada”.
Ese desequilibrio lastró las políticas económicas del primer Peronismo, lo cual intentó ser corregido en el segundo mandato sin resultados suficientemente convincentes. Y también afectó la capacidad del régimen para generar una clase dirigente de reemplazo, hecho que crípticamente señalara Ernesto Palacio, diputado peronista, en su memorable Teoría del Estado.
No puede negarse que el proyecto de “Comunidad Organizada”, aún en la medida parcial en que se llevó a cabo, constituyó un significativo amortiguador social del que carecieron otros países en fases análogas de su desarrollo, y que la ampliación del acceso a la salud, la formación profesional y el turismo, por ejemplo, contribuyeron durante varios lustros a la movilidad social ascendente. La consecuente aceleración de la misma fue incuestionable, y en ese sentido Perón profundizó el proceso de “nacionalización de las masas” que los gobiernos conservadores habían iniciado a comienzos de siglo por medio de le enseñanza y el servicio militar.
Tampoco puede desconocerse el pasivo, que resumiríamos en dos rubros. Por una parte, es cierto que toda comunidad política es espontáneamente “corporativa”, en el sentido inocente del término. Acercar la institucionalidad a estas realidades básicas es naturalmente plausible.
Pero, por otro lado, el corporativismo propiamente institucional tiende a desembocar en un “cul de sac” del que sólo puede sacarlo eficazmente un poder público fuerte, un árbitro efectivamente capaz de romper el bloqueo de los sectores sociales en conflicto.
Cuando ese poder se eclipsa, por cualquier razón que fuere, la ausencia de una Clase Política mediadora tiende a convertir a las organizaciones sociales en feudos abroquelados en sí mismos. Es decir, ya no en amortiguadores sino en frenos de mano para el desarrollo. En buena medida ésta fue en la Argentina la historia de las últimas décadas de la “Comunidad Organizada”.
En cualquier caso, las transformaciones operadas en 1944/45 habían alcanzado para lograr el objetivo de anticipación estratégica del Ejército del ’43 respecto de las semillas del “Frente Popular” plantadas por el Partido Comunista en la década previa. Era esto lo que Perón representaba cuando en los meses posteriores al fin de la IIGM se viera obligado e enfrentarse con la izquierda norteamericana anidada en el Departamento de Estado. Y esa labor, al igual que todo lo que ocurra después de su retorno de 1973, dejan bien en claro porqué debe atribuirse a Perón la calidad de un hombre de derecha.
Porque la Derecha es la “neguentropía”, es decir la respuesta, en el plano político, a las tendencias hacia la desagregación y el caos. Es la fuerza de “persistencia de los agregados” según el lenguaje peculiar de Vilfredo Pareto. Es, en suma, el instinto de conservación de las sociedades, su voluntad de perseverar en el ser.
La coincidencia profunda entre Perón y la Derecha es afirmada por los progresistas no peronistas, ciertamente con implicancias denigratorias. Y es esquivada u ocultada por los progresistas peronistas. En todo caso, mientras no se atreva a debatir libre y objetivamente el tema, el Peronismo actual nunca será un verdadero sujeto político; siempre un objeto de cooptación.

Miguel Ángel Iribarne * Profesor emerito, Universidad Católica Argentina. Fue decano de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Católica de La Plata. 

domingo, julio 16, 2023

La guerra civil que no fue.

 

"Corría sangre de los negros peronistas por las veredas de Córdoba". La historia de un 16 de septiembre de 1955.

Por Aldo Duzdevich.

Néstor Bello es un conocido arquitecto de Villa la Angostura, nació en Pergamino. Su familia era muy peronista. En 1955 tenía 8 años. Hay malos recuerdos de niños, que se tornan imposibles de borrar de la memoria. Cuenta Nestor: “Me acuerdo como si fuera hoy, estábamos jugando a la pelota en la vereda, teníamos siete u ocho años. El tipo, que era el padre de uno de mis amigos, vino a contarnos: “Si habré matado negros de mierda en Córdoba, corría la sangre de los negros peronistas por las veredas…” . Imaginate eramos unos nenes, no podíamos creer lo que estábamos escuchando de un señor grande, el odio con el que hablaba, vanagloriándose de la muerte. No me lo pude olvidar jamás.”

Yo conocí al personaje, y descreo que haya matado gente como se jactaba. Pero, lo que si es cierto, es que Córdoba, fue el epicentro de la mal llamada Revolución Libertadora, y que hubo entre 1500 a 3000 Comandos Civiles combatiendo contra el Ejercito leal y la policía cordobesa.

Esos Comandos Civiles no eran patotas de asesinos a sueldo. Eran jóvenes de buenas familias, estudiantes secundarios y universitarios, la mayoría de colegios católicos. Allí había radicales, socialistas, comunistas. A los grupos de la Acción Católica los dirigía el sacerdote Quinto Cargneluti, secundado por los sacerdotes Eladio Bordagaray y Enrique Angelleli. protegidos por el obispo Fermín Lafitte Un participe de los hechos, Luis Bas recuerda: “en la Iglesia del Pilar Quinto Cargnelutti proveía de armas a los chicos”.

El investigador Samir José Juri en su tesis sobre los Comandos Civiles de Cordoba dice: “Los estudiantes secundarios y universitarios entrenados en las peleas callejeras contra la policía en los últimos meses de 1954 se desenvolvieron de manera rápida y eficaz en la conformación de los comandos civiles. Los protagonistas de esa época se denominaban a si mismos héroes, héroes anónimos que dieron su vida por lo que creían justo y necesario.”

Gustavo Vaca Narvaja (hermano mayor de Fernando el ex-jefe montonero) dio testimonio de su vivencias del esos días en Córdoba. La familia Vaca Narvaja pertenecía a la alta sociedad cordobesa y por ende eran católicos y antiperonistas. Estos son los recuerdos de Gustavo Vaca Narvaja:

“En los veranos, los niños, durante 15 o 20 días participábamos de los retiros espirituales en las sierras que eran para rezar, orar, escuchar sermones. En aquellas “platicas” siempre se resaltaba las figuras negativas de Perón y Evita, como si fuesen dos demonios, creciendo y destruyendo niños y familias. Hacían de nosotros pequeños odiadores del peronismo, y de las clases sociales muy bajas y crueles, amparadas por la corrupción y la inmoralidad de Perón y Eva. Tal es así, que en la muerte de Eva Perón nos alegramos tanto… y nos asustamos también, porque la mayor avenida de Córdoba de esa época era un mar de antorchas encendidas en señal de duelo”.

“En 1955 yo estaba estaba en primer año Liceo Militar Gral. Paz, y 48 horas antes del golpe de la “fusiladora” nos evacuan del Liceo. El clima estaba muy raro en el centro de Córdoba, persianas de negocios bajándose muy temprano, la gente como asustada. El día 16 se arma el despelote, en la mañana temprano tres Gloster pasaban rasando la ciudad, nosotros los veíamos desde la terraza. Con mi hermano , nos escapamos de casa y fuimos a la Plaza San Martín; allí pudimos ver como se armaba la batalla de tropas y tanquetas, ametrallando Cabildo que poca resistencia opuso. Cae el Cabildo, y casi en forma inmediata, comienzan aparecer curas de la Catedral, que entraban sin problema alguno. También a partir de ese momento, comenzaron a llamar a jóvenes y adultos civiles, que colocándose un pañuelo blanco en el brazo, se identificaban como aliados, tipo guardia civil, que eran distribuidos en esquinas de la ciudad armados con sus propias armas, desde aires comprimido hasta revólveres 22 y 32. La mayoría eran jóvenes radicales. En la esquina de mi casa uno de ellos tendría 19 o 20 años y con un revólver 22 con una sola bala, hacía gala de un poder otorgado por el ejército y la cruz. Mi madre le daba de comer llamándolo a la puerta porque no podía abandonar su lugar”.

“Ese mismo día mi padre tenía una reunión política con radicales entre los que se contaba Arturo Illia; ya alarmados por las noticias del golpe, regresaban caminando por la estación de trenes de Alta Córdoba, cuando fueron retenidos por un piquete militar y llevados a la estación, para ser fusilados, según le anunciaban. Un chofer del Ministerio de Hacienda, intervino diciendo quienes eran y que no militaban en el peronismo, al contrario que eran radicales y los liberaron”.

“Nosotros escuchábamos radio Galena que transmitía desde Uruguay. El día 17, había toque de queda, pero en el centro de Córdoba, desde ventanas y puertas de reparticiones nacionales y provinciales se tiraban bustos de Perón, Eva, y cuadros, expedientes, papeles y todo lo que encontraban. Las campanas de todas las iglesias acompañaron el derrocamiento del “dictador corrupto”.

Ismael Juri reproduce una nota del diario Los Principios días después del golpe: “La Batalla de Córdoba empezó el 21 de septiembre de 1954, cuando la ciudad vestida de fiesta presenció un espectacular desfile de carrozas ocupadas por la juventud estudiantil. No comprendieron las autoridades que esos armatostes con ruedas (...) eran modernos caballos de Troya que en vez de soldados llevaban en sus vientres la fecunda semilla de la libertad”.

“Una de esas 120 carrozas llevaba el sugestivo nombre “Somaten”. En Cataluña los llamados “somatenes” conformaban un cuerpo armado paralelo al estatal u oficial y se encargaban de custodiar las propiedades de los grandes terratenientes; estaban imbuidos de un fuerte discurso moral y de defensa de las tradiciones y pertenencias españolas. Este término ilustra el ambiente de insurrección y de “gesta” en la cual estaban embarcados ciertos grupos católicos ,dispuestos a defender lo que ellos creían avasallado.”

“En los testimonios de aquellas jornadas de septiembre se remarcan las características de los jóvenes participantes: “valentía, entrega, desinterés, frescura, esfuerzo, sacrificio, voluntad, etc.”

Desde el campo católico, los jóvenes serán la “juventud blanca”,la salvadora de un estado de decadencia, de una sociedad que estaría siendo corrompida por un Estado que perdió el rumbo.”

Dice Juri en su excelente trabajo académico.

Entre esa “juventud blanca” llenos de “valentía, entrega,desinterés, frescura, esfuerzo, sacrificio, voluntad, etc.”, estaría también, el personaje del inicio que se jactaba de “matar negros de mierda”.

Entre los jóvenes agitadores antiperonistas, se destacaban dos militantes socialistas, que van a jugar un lucido papel a partir del Cordobazo, Lucio Garzón Maceda y Gustavo Roca.

Rafael Capellupo en su libro “1955 Revolución en CórdobaÁ, menciona entre los organizadores de los Comandos Civiles: “Por la UCR, Miguel Angel Yadarola, Eduardo Angeloz, Rodolfo Amuchastegui, Eduardo Gamónd y Santiago del Castillo. De la Federación Socialista Miguel Ávila. De los círculos católicos Luis Torres Fotheringham, Tristán Castellano, Guillermo Saravia, Damián Fernández Astrada, Lizardo Novillo Saravia, Fernández Padilla, Guillermo Castellano y Calixto de la Torre, y el sacerdote Quinto Cargnelutti, el célebre profeta armado de Cofico”.

Para el día 17 de septiembre Cordoba estaba rodeada de poderosas fuerzas leales comandadas por el general Iñiguez. Lonardi esperaba refuerzos desde la región de Cuyo que no llegaban.

Narra Capellupo: “El día 18 en la ciudad de Córdoba civiles y militares revolucionarios aguardaban el ataque. Para reforzar su defensa se enviaron dos piezas de artillería que el capitán retirado Ezequiel Pereira Zorroaquín puso bajo el mando de un estudiante de derecho Saturnino Huici. Este organizó su batería, con varios estudiantes vestidos al estilo miliciano, entre los cuales recordaba a Elmo Peracca Lizardo Novillo Sarabia y un hermano del jinete Arrambide. Varios civiles se acercaron con entusiasmo con pistolas y fusiles. Uno de los resistentes era Mario Rosella militante de la Unión Cívica Radical de 17 años.”


Cuenta el general Iñiguez “ya estábamos dentro de la ciudad los disparos provenían especialmente de francotiradores civiles, el tiroteo era esporádico, de a ratos nutridos, después espaciados. En cierto momento el ataque de los guerrilleros recrudeció y nos obligó a dar frente hacia el Oeste”. A las 9:30 la vanguardia del general Iñiguez conquistó la estación de ferrocarril.

Por la tarde el Regimiento 12 de Infantería (leal) había conquistado Alta Córdoba. Y esperaban la orden para avanzar hacia el Cabildo sede del comando rebelde. Iñiguez tenía fuerzas suficientes para aplastar la rebelión, y aniquilar a los centenares de civiles mal armados que ofrecían resistencia. Claro que hubiese convertido a la ciudad en un rio de sangre.

El día 18 la Marina luego de bombardear Mar del Plata, apostaron sus barcos amenazando bombardear la destilería de Dock Sud, la ciudad de La Plata y el centro de Buenos Aires.

Los generales leales, le explicaron a Perón que el panorama en el plano militar era favorable. Perón les expresó que no quería la muerte de miles de inocentes y la destrucción de costosas obras como la destilería. Les recordó a sus generales su temor de una guerra civil como la española, que terminó con una España pobre y devastada, y el miedo a un nuevo bombardeo indiscriminado contra una ciudad abierta, sometida a la acción de cañones navales y bombas aéreas. Perón les recordó que en “la doctrina justicialista, primero está la patria, segundo el movimiento y, por último, los hombres. Es hora de cumplirla”, dijo.

Ordenó detener la lucha y regresar a los cuarteles. Perón, ese mismo 19 le dirá a su ayudante el mayor Cialceta.“Mire mi hijo, entre el tiempo y la sangre, prefiero el tiempo. Si he sido malo no volveré, pero si he sido bueno voy a volver”.

Los jóvenes Comandos Civiles cordobeses, se salvaron de una muerte segura. Pero, en vez de reconocer la dignidad de su contrincante, se dedicaron a descargar su furia, persiguiendo y agrediendo a los simpatizantes peronistas, y destruyendo sus símbolos y locales.

El militante peronista Agustín Maza en el documental “Los Resistentes”, recuerda: “En la esquina de San Jerónimo e Independencia, yo vi como los revolucionarios fusilaban a los cadetes y policías; los ponían contra la pared y los fusilaban después de sacarlos de la Jefatura de Policía (…) En la radio LV2 en la calle Maipú al 200, fueron tropas de aeronáutica a cargo del capitán Burgos y estaba el comisario López custodiándola. Le dijo “ríndase comisario”. El comisario se rindió, le dio la 45 y le dijo: ‘comisario váyase tranquilo’. Cuando el comisario hizo 10 metros, Burgos le apuntó con la pistola y lo mató por la espalda. (…). En la esquina de Rivadavia y 25 de Mayo dos compañeros de la Resistencia peleaban con matagatos, frente a las ametralladoras que tenían los curas en la iglesia de La Merced.”

Una Investigación del Archivo de la Memoria dependiente de la Secretaria de DDHH, pudo documentar, que en Córdoba del 16 al 19 de septiembre de 1955, se produjeron 45 muertos y 62 heridos. La mayoría soldados conscriptos de 21 años, y cuadros de Ejercito. Hubo 8 civiles muertos y 40 heridos de bala. Los heridos mas jóvenes fueron Víctor Santucho, cadete de suboficiales de 17 años, Guido Patiño, cadete de policía de 16 años, Humberto Marchiori, estudiante de 17 años, y Carlos Roberto Bravo, estudiante de 12 años.

Dice Capellupo: “El día 22 el interventor de Cordoba, General Videla Balaguer, convocó a los dirigentes de los partidos políticos a qué propongan nombres de funcionarios. (Llegaba el momento del reparto del poder). Allí estuvieron por la UCR los doctores Mauricio Yadarola, Eduardo Gamónd, Carlos Becerra, Jorge Aguiar, Arturo Illia, y José Ferreira Soaje. Por el partido Demócrata los doctores Felipe Yofre, Enrique Martínez Paz, Rómulo Carrara, Adelmo Montenegro y el ingeniero Rodolfo Martínez. Por el partido Socialista Juan Luna, Francisco Pérez, Ignacio Justiniano y Miguel Avila. Por el partido Demócrata Progresista Juan Laguinge y Tristan Guevara. Por el partido Demócrata Cristiano: Horacio Sueldo, Alberto Vélez, Roberto González Castellanos, Rodolfo Barraco, Eduardo Rigo, José Ignacio Fotheringhan y Juan José Torres Bas.

Al día de hoy muchos periodistas e historiadores de izquierda y derecha, siguen tildando a Perón de cobarde, por no haber seguido la lucha esos días de septiembre de 1955. Incluso Aramburu lo acusará de cobarde, a quien Perón contesta con una carta admirable: “Para usted, hacer matar a los demás, en defensa de la propia persona y de las propias ambiciones, es una acción distinguida de valor. Para mí, el valor no consiste —ni consistirá nunca—en hacer matar a los otros. Esa idea sólo puede pertenecer a los egoístas y a los ignorantes como usted. Tampoco el valor está en hacer asesinar a obreros inocentes o indefensos, como lo han hecho ustedes...(…) Si tiene dudas sobre mi valor personal, que no consiste como usted supone en hacer que se maten los demás, el País tiene muchas fronteras; lo esperaré en cualquiera de ellas para que me demuestre que usted es más valiente que yo. Lleve sus armas (…)”.


La grieta y después.

La grieta peronismo-antiperonismo que había nacido ya en 1945, diez años después se tensionó tanto que estuvo a punto de llevar el país a una dolorosa guerra civil de imprevisible final.

Yo menciono muchos nombres de quienes en ese momento militaban en el antiperonismo, para darle carnadura a lo que iba a ser una guerra entre vecinos, entre hermanos.

Muchos de esos jóvenes antiperonistas del 55, en los 70 van a estar dentro o cerca del peronismo: los curas Carlos Mugica, Alberto Carbone, Enrique Angelleli, Ernesto Leyendeker, Santiago Raúl Mac Guire. Personalidades como: Emilio Mignone, Augusto Conte Mac Donell. Jose Miguens, Rodolfo Walsh, Dalmiro Saenz, Luis B. Cerruti Costa, Diego Muñiz Barreto, Conrado Eggers Lan, Marcelo Sánchez Sorondo, Rodolfo Ortega Peña, Ernesto Laclau, Esteban “Bebe” Righi, Mario Hernández, Carlos González Gartland, Moisés Ikonicoff, Carlos Corach, Guido Di Tella, Eric Calcagno, Ricardo Mosquera, Ricardo Rojo, Abel A. Latendorf, David Tieffenberg, Pablo Giussani, Elisa Rando, Rodolfo Pandolfi, Ismael y David Viñas, León Rozitchner, Juan José Sebreli, Oscar Masotta y Noé Jitrik. Por mencionar algunos que figuran en las crónicas de la época.

Seguramente estos nombres serían parte de una larga lista de victimas si Perón, entre el tiempo y la sangre hubiese elegido la sangre.

Luego de 18 años de exilio, Perón a su regreso, decidió cerrar esa grieta. Se reconcilió con sus antiguos adversarios, Frondizi, Alende, Solano Lima. Se abrazo con Balbin y lo convirtió en su ultimo amigo. Esa grieta parecía definitivamente cerrada.

Pero, en 2008 reapareció en la escena política nacional y se mantiene hasta hoy. Incluso cuando fue el intento de asesinato de la Vicepresidenta, se oyeron algunas voces exaltadas, clamando por una guerra civil.


Algunos que siguen leyendo la realidad con viejas categorías, sostienen que en la grieta, estamos viviendo la lucha de clases, y consideran que es imposible impulsar cambios, sin profundizarla, hasta doblegar o suprimir a un treinta por ciento de los argentinos que están del otro lado. Y lo mismo opinan los del otro lado, que proclaman consignas del todo o nada.

Yo creo que la grieta le sirve solo a una muy pequeña minoría, que aprovecha nuestros errores y debilidades para dividir a un pueblo, que ya debería estar definitivamente unido tras los grandes objetivos de la patria.

ALDO DUZDEVICH (*) El columnista es autor de Salvados por Francisco y La Lealtad-Los montoneros que se quedaron con Perón.

Publicado en Diario La Mañana del Neuquén.
Domingo 16 de julio del 2023.