El 12 DE FEBRERO DE 1949 ES EL DÍA DE NACIMIENTO DEL CANTAUTOR ESPAÑOL JOAQUÍN SABINA.
“Uno no se hace diferente, nace diferente” Astor Piazzolla.
Y sí algún día de estos tuvo que nacer… y en esta entrada se me pasaron unos días; mis lectores y lectoras (cuidando el género, por favor…) sabrán
comprender que realicé entradas de dos grandes del tango argentino… palabras mayores: el
músico Osvaldo Pugliese, San Pugliese y Edmundo Rivero.
No será la primera, ni la última entrada en mis sitios sobre
Joaquín Sabina. Ni la mejor o más elaborada (le tengo estima y cariño y consumo sus trabajos). Ni buscará aportar “descubrimientos fantásticos para salir con letras rojas en las exclusividades de Crónica TV
de una persona de carne y hueso” “ni subirlo a los altares” (que se suba y baje solo que es un hombre grande...) simplemente me
gustan las canciones de Joaquín Sabina “el gallego andaluz” como lo bauticé
pues en la Argentina todos los inmigrantes, con cariño, los llamamos “los
gallegos” y de otro “gallego” el catalán Joan Manuel Serrat “mi primo el Nano
que no me toca nada y es mi hermano” a quien los invito a ir a las disquerías y
comprar el CD que grabaron en el Luna Park de Buenos Aires que viene con DVD (la familias
Sabina y Serrat agradecidos de la vida)…
Dice un conocido de Sabina: Luis Cardillo que escribió “Los tangos
de Sabina” que nos acerca al Sabina
tanguero al de las canciones-creaciones que asegura que es lo que valora y
agrega lo va a salvar…
Y ya que estamos en el baile… pues bailemos…
"Soy un traidor absoluto a mí mismo" (Sabina).
PONGAMOS QUE HABLO DE JOAQUÍN.
Degenerado y mujeriego,
con cierto aspecto de faquir,
anda arrastrando su esqueleto
por las entrañas de Madrid.
Fragmento de Luis Eduardo Aute.
Nació en Úbeda, una
localidad de Jaén, provincia de Andalucía,
España hace unos 64 años… Se llama Joaquín Ramón Martínez Sabina.
Hizo su primaria en el colegio de las monjas Carmelitas y el bachillerato en los Salesianos. Hijo de Adela Sabina del Campo, ama de casa y de Jerónimo Martínez Gallego, inspector de policía, fue el segundo varón.
Hizo su primaria en el colegio de las monjas Carmelitas y el bachillerato en los Salesianos. Hijo de Adela Sabina del Campo, ama de casa y de Jerónimo Martínez Gallego, inspector de policía, fue el segundo varón.
“Una de las cosas que más me molesta en mi vida es saber que
mi madre se acostaba con un policía” (Sabina).
A los 14 años escribe versos. Vocación de escribir, nunca de cantar. Fue lector Fray Luis de León, Jorge Manrique y
José Hierro y también Marcel Proust y el filósofo alemán Marcuse.
Cuando lleva a cuarto año su padre quiso recompensar a su hijo Joaquín con un bonito reloj de pulsera, a lo que él se negó manifestando que prefería una guitarra. Su petición fue satisfecha. En cambio, su hermano mayor sí que aceptó el reloj. Y, según Joaquín, ese pequeño detalle sería el que los empezaría a distanciar: su hermano se acabaría convirtiendo, como el padre de ambos, en policía, y él en cantante.
Cuando lleva a cuarto año su padre quiso recompensar a su hijo Joaquín con un bonito reloj de pulsera, a lo que él se negó manifestando que prefería una guitarra. Su petición fue satisfecha. En cambio, su hermano mayor sí que aceptó el reloj. Y, según Joaquín, ese pequeño detalle sería el que los empezaría a distanciar: su hermano se acabaría convirtiendo, como el padre de ambos, en policía, y él en cantante.
Ingresa a la Universidad de Granada e inicia estudios de
Filología Románica allí descubre la poesía del poeta chileno Pablo Neruda. Participa
de las revueltas estudiantiles lo lleva a relacionarse con grupos contreras a Francisco Franco. Su padre lo detiene porque
sospecha que pertenece al Partido Comunista, tenía 19 años, y recibe la orden de conducirlo a Granada para
que preste declaración por militancia anti-franquista.
Se exilia en Londres tras poner una bomba molotov en una
sucursal del Banco Bilbao de Granada en protesta por el proceso de Burgos. Con
el pasaporte falsificado inicia su camino de “exiliado político” con el nombre
de Mariano Zugasti.
Vive en Londres con una novia argentina, las propianas del ex Beatle, Georges Harrinson y Liz Taylor en un restaurate por cantarles en su mesa canciones mejicanas vestido de charro. No regresará a España hasta 1977 tras la muerte de Franco y lo envían al servicio militar a Mallorca.
Vive en Londres con una novia argentina, las propianas del ex Beatle, Georges Harrinson y Liz Taylor en un restaurate por cantarles en su mesa canciones mejicanas vestido de charro. No regresará a España hasta 1977 tras la muerte de Franco y lo envían al servicio militar a Mallorca.
Pasa por la vicaría casándose con Lucía Inés Correa Martínez
una argentina que conoció en Londres. Con
su mujer se radica en Madrid.
Edita “Inventario”, su primer Larga Duración.
"EL BARBADO SABINA" DE "INVENTARIO" UNA DE SUS CANCIONES DIVERTIDAS: TRATADO DE IMPACIENCIA N° 10.
Actúa en
distintos pubs madrileños y en el café de La Mandrágora a pocos metros de donde
vivía.
“En La Mandrágora cabían 40 personas, y ahora todo el mundo dice que estuvo ahí…” (SABINA)
y claro “todo el mundo” viajó en el charter de regreso de Juan Perón a la Argentina organizado por Fidel Pintos… (así son las cosas Joaquín… cuando los diarios hablan de ti…)
“En La Mandrágora cabían 40 personas, y ahora todo el mundo dice que estuvo ahí…” (SABINA)
y claro “todo el mundo” viajó en el charter de regreso de Juan Perón a la Argentina organizado por Fidel Pintos… (así son las cosas Joaquín… cuando los diarios hablan de ti…)
Funda Ripio, en 1989; la que, sería la empresa editorial
donde registrará todas sus canciones. Joaquín Sabina es padre por primera vez:
de su relación con Isabel Oliart, nace Carmela y luego hija Rocío.
Luego de su separación empieza una relación sentimental con la modelo
mallorquina Cristina Zubillaga.
DE DIEGUITOS Y MAFALDAS.
Tras romper con
Cristina Zubillaga, comienza a salir con una bonaerense de 23 años, Paula
Seminara, relación que duró año y medio.
Publica el disco compacto "19 días y 500 noches" por el ´99.
DIEGUITOS Y MAFALDAS.
Veinte años de príncipes azules
que se marchaban antes de llegar,
veinte tangos de Manzi en los baúles
(se refiere al abuelo de Paula Seminara, “la novia bostera”
que fuera bandoneonista de tango Titi Rossi que tocó con Pichuco Troilo que en
su casa materna existe un baúl de tangos creados por su abuelo)
veinte siglos sin cartas de papá (mala relación con su padre
a los 20 años)
veinte años de mitos mal curados
dibujando Dieguitos y Mafaldas (cuando estaba sin trabajo pintaba remeras y las vendía) licencia poética de Sabina bien argentina.
dibujando Dieguitos y Mafaldas (cuando estaba sin trabajo pintaba remeras y las vendía) licencia poética de Sabina bien argentina.
"De González Catán, en colectivo, a la cancha de Boca,
por Laguna..." (trayecto en colectivo para ir a la cancha de Boca
Juniors).
Luego llegaría el fín de la relación que Luis Cardillo en libro “Los tangos de Sabina” que es donde estoy sacando esta información dice que en el tema “Nos sobran motivos” hay que tener en cuenta la letra para saber a quién van dirigido los versos:
Este adiós no maquilla un hasta luego,
este nunca no esconde un ojala,
estas cenizas no juegan con fuego,
este ciego no mira para atrás.
Este notario firma lo que escribo,
esta letra no la protestaré,
ahórrate el acuse de recibo,
estas vísperas son las de después.
A este ruido tan huérfano de padre
no voy a permitirle que taladre
un corazón podrido de latir.
Este pez ya no muere por tu boca,
este loco se va con otra loca,
estos ojos no lloran más por ti.
este nunca no esconde un ojala,
estas cenizas no juegan con fuego,
este ciego no mira para atrás.
Este notario firma lo que escribo,
esta letra no la protestaré,
ahórrate el acuse de recibo,
estas vísperas son las de después.
A este ruido tan huérfano de padre
no voy a permitirle que taladre
un corazón podrido de latir.
Este pez ya no muere por tu boca,
este loco se va con otra loca,
estos ojos no lloran más por ti.
……
Esta lágrima de hombre de las cavernas,
esta horma del zapato de Barba Azul,
que poco rato dura la vida eterna
por el túnel de tus piernas
entre Córdoba y Maipú. (en estos versos está hablando del hotel que existe donde dormían, reían, peleaban y lloraban la pareja)
esta horma del zapato de Barba Azul,
que poco rato dura la vida eterna
por el túnel de tus piernas
entre Córdoba y Maipú. (en estos versos está hablando del hotel que existe donde dormían, reían, peleaban y lloraban la pareja)
Esta guitarra húerfana y delirante,
con su terco knock knockin’ on heaven’s door,
estos dedos que dejan caer un guante,
delicado y transhumante,
a los pies de un trovador.
Este Land Rover aparcado en tu puerta (se refiere al automóvil que tenía un hincha de Boca Juniors al que Paula conoció en la Popular y ahora es su actual marido).
la rueca de Penélope en el Luna Park, (sd refiere a esa
eterna bufanda de la relación cada vez que Sabina retornaba a Madrid)
este sueño que sueña que se despierta,
esta caracola muerta
sin la gramola del mar.
No abuses de mi inspiración,
no acuses a mi corazón
tan maltrecho y ajado
que está cerrado por derribo.
Por las arrugas de mi voz
se filtra la desolación
de saber que estos son
los últimos versos que te escribo,
para decir “condios” a los dos
nos sobran los motivos.
este sueño que sueña que se despierta,
esta caracola muerta
sin la gramola del mar.
No abuses de mi inspiración,
no acuses a mi corazón
tan maltrecho y ajado
que está cerrado por derribo.
Por las arrugas de mi voz
se filtra la desolación
de saber que estos son
los últimos versos que te escribo,
para decir “condios” a los dos
nos sobran los motivos.
“condios” saludo de despida andaluz
Comienza su relación sentimental con la fotógrafa peruana
Jimena Coronado.
Comienza la gira acústica “Nos sobran los motivos” en plena
crisis argentina del 2001.
En verano le da un leve infarto cerebral que a punto está de
dejarlo postrado en una silla de ruedas. Se recuperará pocas semanas más tarde,
y sin secuela alguna.
CUANDO ME HABLAN DEL DESTINO.
Yo era un capo en el ambiente,
derrochaba adrenalina,
me presentaba en Corrientes,
tenía palco en el Colón,
manejaba un convertible,
no escatimaba propinas,
las quimeras imposibles
de otros eran mi rutina,
no había nacido la mina
que me dijera que no.
derrochaba adrenalina,
me presentaba en Corrientes,
tenía palco en el Colón,
manejaba un convertible,
no escatimaba propinas,
las quimeras imposibles
de otros eran mi rutina,
no había nacido la mina
que me dijera que no.
Pero pucha, un veintinueve
de aquel febrero bisiesto
me vi pernoctando un jueves
en un banco de estación,
sin más ajuar que lo puesto,
ni credit card, ni cobija.
Las ratas que huían del barco
del retrato de mis hijas
me afanaron hasta el marco
creyendo que era art decó.
de aquel febrero bisiesto
me vi pernoctando un jueves
en un banco de estación,
sin más ajuar que lo puesto,
ni credit card, ni cobija.
Las ratas que huían del barco
del retrato de mis hijas
me afanaron hasta el marco
creyendo que era art decó.
Opina de nosotros:
“Los argentinos son crueles con sus ídolos. Los endiosan y, luego, cuando están en la cumbre comienzan a despedazarlos. No podría estar más de tres meses entre su gente. Corro a buscar la paz de Madrid donde soy uno más caminando por la calle. Aquí te presionan, te acosan y luego te empiezan a cortan en pedazos. Es cruel lo que hacen con Maradona, con Charly García, Con evita ¿Cómo pueden querer y odiar al mismo tiempo?”.
Sobre ese personaje radial “Mordisquito” "¿A mí me la vas a contar?" en
1951 de Enrique Santos Discépolo quien defendió con convicción y las ironías y vehemencia la política del gobierno del
General Juan Domingo Perón y que
fabulaban que le escribían el guión era un asesor o algún ministro de Perón y
que Enrique solo corregía algunos textos.
Al respecto Sabina opina: “Si realmente alguien le escribía esas “cosas y él las mejoraba cinco minutos antes, era un genio. Porque mejorar gilipolleces es más difícil que escribir bien”. Claro como el agua clara Sabina ¡Eh!
Al respecto Sabina opina: “Si realmente alguien le escribía esas “cosas y él las mejoraba cinco minutos antes, era un genio. Porque mejorar gilipolleces es más difícil que escribir bien”. Claro como el agua clara Sabina ¡Eh!
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