“Gallimard”, la editorial francesa histórica de “El Principito”, de Antoine Saint-Exupéry, celebra con diversos actos el 70 aniversario de la primera publicación de esta obra, que se cumplirá el próximo sábado.
Con estos actos, la casa de edición no quiere quedar al margen de las siete décadas de la publicación de la influyente obra, aunque fue en Estados Unidos donde vio la luz el libro en plena Segunda Guerra Mundial.
“Gallimard” no publicó el libro hasta la liberación, en 1946, tres años más tarde de que saliera en Nueva York en francés y en inglés.
Desde principios de año, la editorial viene haciendo publicaciones relacionadas con “El Principito”, como el lanzamiento de un libro animado o de una novela gráfica firmada por Joann Sfar, recientemente adaptada a los dispositivos informáticos táctiles.
En los próximos días se lanzará una biografía de Saint-Exupéry, obra de Virgil Tanase y una versión en cómic del libro.
Además, pronto llegará a las librerías una edición del libro con la portada de Paul Bonnet, la misma que se publicó en formato de lujo en 1951.
También se prepara una edición universitaria, que comprende la obra íntegra y un repaso a sus diferentes publicaciones, con documentos inéditos, dibujos firmados y numerosos testimonios sobre el libro.
Fuente de información: lapatilla.com
http://www.lapatilla.com/site/2013/04/03/la-editora-gala-de-el-principito-celebra-los-70-anos-del-libro/Fuente de información: lapatilla.com
En Argentina, el éxito de este volumen es sostenido desde 1946 y no hay intenciones de modificarlo. "Es uno de los libros más vendidos por el sello Emecé de la editorial Planeta que posee los derechos", dijo el editor Alberto Díaz. "En los últimos ocho años no hay una sola semana que no esté entre los cien más vendidos", agregó sobre este título que vende 130 mil ejemplares al año.
Emecé fue el tercer sello en publicarlo en idioma extranjero y el furor por este pequeño curioso de otro mundo no tardó en llegar. "En diez años se impuso, sin publicidad", contó Díaz sobre la edición española traducida por Bonifacio Del Carril, dueño de la editorial y también quien en lugar de llamarlo "Pequeño príncipe" como el original, le estampó su famoso diminutivo.
"El secreto es que trasciende los límites de cualquier edad, fue escrito por alguien que escribía para adultos. Hay reflexiones que hace desde la ingenuidad y son de tipo filosófico, que se pueden leer superficialmente o en profundidad. Tiene lectores en todos los sectores sociales y se sigue vendiendo todos los años", explicó Díaz.
Pablo Medina, director del proyecto de literatura infantil La Nube, una biblioteca con más de 70 mil volúmenes, sostuvo que El Principito es un texto "totalmente dedicado al adulto, es un una literatura apelativa donde el personaje central reflexiona sobre la vida, la moral, el afecto, el amor y es permeable a todo".
"Es literatura emotiva, de recuerdo, de memoria. Se transmite de generación en generación y apela al sentido de la lógica. Si bien es la mirada de un niño apunta a temas cruciales de la vida humana. Es una mirada de niño adulto. Es un adulto que escribe. El que se haya definido para niños, es un tema del gran mercado".
Para Díaz, "se lo considera literatura infantil por los dibujos y ya tuvo éxito así. No sé si está en todas las casas, se regala mucho y no se atesora; pero se lee mucho y se encuentra en todas las bibliotecas oficiales. No es un chico, es un extraterrestre que se sorprende ante costumbres de la tierra y hace sus observaciones".
Los derechos se liberan el año que viene y formalmente el 1º de enero de 2015 El Principito pasará a ser de la humanidad, aunque con sus variantes: "la traducción de Emecé es exclusiva y los herederos registraron los dibujos originales", aclaró Díaz.
Ante esto, el editor local no considera que las ventas bajen porque "el mercado argentino está muy identificado con los dibujos". No sólo eso, este país tiene un especial lazo con la historia personal de su autor, quien vivió aquí entre 1929 y 1930, conoció al amor de su vida, Consuelo Suncín y, además, hizo historia: piloteó el primer vuelo comercial del país.
El sobrino de Saint-Exupéry, Bruno D´Agay, viene todos los años y recorre pequeños pueblos argentinos, repartiendo libros y difundiendo el legado de su tío. "Para él es sorprendente que en los puntos más extremos conozcan el libro, es un fenómeno argentino que ha calado muy hondo", contó el editor.
Con más o menos mercados y novedades, lo cierto es que este pequeño "preguntón que ama la libertad", como define Díaz, cumple 70 años y con sus verdades y sus dudas sigue vigente observando este extraño mundo desde el asteroide B612.
Emecé fue el tercer sello en publicarlo en idioma extranjero y el furor por este pequeño curioso de otro mundo no tardó en llegar. "En diez años se impuso, sin publicidad", contó Díaz sobre la edición española traducida por Bonifacio Del Carril, dueño de la editorial y también quien en lugar de llamarlo "Pequeño príncipe" como el original, le estampó su famoso diminutivo.
"El secreto es que trasciende los límites de cualquier edad, fue escrito por alguien que escribía para adultos. Hay reflexiones que hace desde la ingenuidad y son de tipo filosófico, que se pueden leer superficialmente o en profundidad. Tiene lectores en todos los sectores sociales y se sigue vendiendo todos los años", explicó Díaz.
Pablo Medina, director del proyecto de literatura infantil La Nube, una biblioteca con más de 70 mil volúmenes, sostuvo que El Principito es un texto "totalmente dedicado al adulto, es un una literatura apelativa donde el personaje central reflexiona sobre la vida, la moral, el afecto, el amor y es permeable a todo".
"Es literatura emotiva, de recuerdo, de memoria. Se transmite de generación en generación y apela al sentido de la lógica. Si bien es la mirada de un niño apunta a temas cruciales de la vida humana. Es una mirada de niño adulto. Es un adulto que escribe. El que se haya definido para niños, es un tema del gran mercado".
Para Díaz, "se lo considera literatura infantil por los dibujos y ya tuvo éxito así. No sé si está en todas las casas, se regala mucho y no se atesora; pero se lee mucho y se encuentra en todas las bibliotecas oficiales. No es un chico, es un extraterrestre que se sorprende ante costumbres de la tierra y hace sus observaciones".
Los derechos se liberan el año que viene y formalmente el 1º de enero de 2015 El Principito pasará a ser de la humanidad, aunque con sus variantes: "la traducción de Emecé es exclusiva y los herederos registraron los dibujos originales", aclaró Díaz.
Ante esto, el editor local no considera que las ventas bajen porque "el mercado argentino está muy identificado con los dibujos". No sólo eso, este país tiene un especial lazo con la historia personal de su autor, quien vivió aquí entre 1929 y 1930, conoció al amor de su vida, Consuelo Suncín y, además, hizo historia: piloteó el primer vuelo comercial del país.
El sobrino de Saint-Exupéry, Bruno D´Agay, viene todos los años y recorre pequeños pueblos argentinos, repartiendo libros y difundiendo el legado de su tío. "Para él es sorprendente que en los puntos más extremos conozcan el libro, es un fenómeno argentino que ha calado muy hondo", contó el editor.
Con más o menos mercados y novedades, lo cierto es que este pequeño "preguntón que ama la libertad", como define Díaz, cumple 70 años y con sus verdades y sus dudas sigue vigente observando este extraño mundo desde el asteroide B612.
Agencia de noticias Telam.
La fábula de Antoine de Saint-Exupéry sobre ese niño sabio y humilde del Asteroide B-612 que se hace amigo de un piloto varado se metió en las vidas de varias generaciones de lectores en todo el mundo, con más de 150 millones de ejemplares vendidos, en 260 idiomas y dialectos. El Principito fue publicado por primera vez el 6 de abril de 1943, en Estados Unidos por la editorial Reynal & Hitchcock, luego Houghton Mifflin Harcourt, que estos días celebra su 70° aniversario con varias ediciones especiales, una de ellas con audiolibro leído por Viggo Mortensen.
Al comienzo de la historia, un piloto se estrella en el Sahara y pronto se le acerca un pequeño príncipe que parece venir de un asteroide. Durante ocho días, el principito va describiéndole de dónde viene y la gente que conoció en su viaje lejos de casa, con un motivo recurrente: los adultos son extraños. Aunque con frecuencia se lo etiqueta como un libro para niños, El Principito está lleno de reflexiones filosóficas, donde se inscribe su frase más famosa, hablada por el zorro: "No se ve bien sino con el corazón. Lo esencial es invisible a los ojos".
La atmósfera encantadora e intrigante de El Principito se explica por su maravillosa historia, por sus ilustraciones y la fascinante vida de su autor. Nacido en Lyon, Francia, Saint-Exupéry escribió su novela más famosa en Nueva York, durante un exilio autoimpuesto de dos años. Saint-Exupéry era aviador, y hacía vuelos de reconocimiento para Francia antes de la ocupación alemana durante la Segunda Guerra Mundial. En 1935, al tratar de romper el récord de velocidad para unir París y Saigón, se estrelló en el Sahara. Muchos creen que esta experiencia inspiró fragmentos del libro. También durante su exilio el autor creó todas las ilustraciones en acuarela. Y un año después de la publicación, el autor desapareció en el Mediterráneo mientras volaba en una misión de reconocimiento para su escuadrón aéreo francés. Dejó un legado que incluye ocho libros, entre ellos Correo del Sur, Vuelo Nocturno, y Viento, arena y estrellas.
Originalmente escrita en francés, El Principito tiene pasajes inolvidables, como el que retrata a la rosa de la que el protagonista se enamoró o el del zorro que conoció en la Tierra. Además de un best seller mundial, y el mejor trabajo literario de un autor francés en todo el siglo XX, la Fundación Saint-Exupéry reveló que la novela es también la más traducida de la historia, después de La Biblia.
Revista Ñ del Diario "Clarín".
http://www.revistaenie.clarin.com/literatura/El-Principito-cumplio-70-anos_0_894510754.html
http://www.revistaenie.clarin.com/literatura/El-Principito-cumplio-70-anos_0_894510754.html
Denuncia a los adultos. Para la profesora Elbia Difabio, coordinadora del Ciclo de Licenciatura en Literatura Infantil y Juvenil de la Facultad de Filosofía y Letras todo el relato es una reflexión valiosa y profundísima sobre el ser humano: “Es una denuncia a las flaquezas y cegueras de los adultos, extraviados en lo accesorio, olvidados de lo esencial, incomunicados, siempre desconformes, solitarios, egoístas, cuando no autoritarios y autodestructivos. El Principito encarna la pureza, la inocencia, la niñez, y nos enseña permanentemente con sus comentarios francos, sencillos, candorosos”, describió.
Según su experiencia la etapa más recomendable para leerlo es durante la adolescencia: “Si bien él es un niño, el mensaje, la metáfora permanente, la connotación, se comprende más cuando la experiencia lectora es más sólida”, recalcó la educadora quien lo describe como un calidoscopio y una cumbre.
“Es calidoscopio porque dependerá de nuestra paciencia para la relectura que encontremos en él diversas formas bellas y es cumbre porque hay que hacer un esfuerzo para llegar a su cima y cuando ‘descendemos’ hemos cambiado. Es la maravilla de la literatura, de la literatura con mayúscula”, destacó.
Dos pasiones.
Además de escritor, Antoine De Saint Exupèry era aviador de profesión, lo que lo trajo en 1929 hasta la Argentina donde estuvo quince meses a cargo de la Compagnie Générale Aéropostale de Francia, que brindaba servicios postales.
Poco se sabe si tuvo residencia estable en nuestra provincia, pero sí que durante su estadía describió la hermosura de la cordillera de los Andes en una carta que le escribió a su madre desde Buenos Aires el 25 de julio de 1930, luego de atravesarla volando para pasar a Santiago de Chile.
Además hubo un momento inolvidable que lo vinculó definitivamente con la provincia. En junio de 1930 su colega y amigo Henri Guillaumet perdió el control de su avión y cayó en la zona de la Laguna del Diamante en San Carlos. Cuando se encontraba solo y perdido fue ayudado por Juan Gualberto García, un puestero que en ese momento tenía 14 años que lo llevó hasta el puesto de su familia y le dio de beber caña y leche de cabra.
Esta experiencia inspiró a De Saint Exupèry a escribir Tierra de hombres que se publicó en 1939. Más tarde en 1935, un accidente de avión en el Sahara lo motivó a escribir El Principito. Fue cuando trató de romper el récord de velocidad para unir París y Saigón.
EL PRINCIPITO "LE PETIT PRINCE" GERARD LENORMAN.
Además de escritor, Antoine De Saint Exupèry era aviador de profesión, lo que lo trajo en 1929 hasta la Argentina donde estuvo quince meses a cargo de la Compagnie Générale Aéropostale de Francia, que brindaba servicios postales.
Poco se sabe si tuvo residencia estable en nuestra provincia, pero sí que durante su estadía describió la hermosura de la cordillera de los Andes en una carta que le escribió a su madre desde Buenos Aires el 25 de julio de 1930, luego de atravesarla volando para pasar a Santiago de Chile.
Además hubo un momento inolvidable que lo vinculó definitivamente con la provincia. En junio de 1930 su colega y amigo Henri Guillaumet perdió el control de su avión y cayó en la zona de la Laguna del Diamante en San Carlos. Cuando se encontraba solo y perdido fue ayudado por Juan Gualberto García, un puestero que en ese momento tenía 14 años que lo llevó hasta el puesto de su familia y le dio de beber caña y leche de cabra.
Esta experiencia inspiró a De Saint Exupèry a escribir Tierra de hombres que se publicó en 1939. Más tarde en 1935, un accidente de avión en el Sahara lo motivó a escribir El Principito. Fue cuando trató de romper el récord de velocidad para unir París y Saigón.
Diario "Los Andes" de Mendoza
http://www.losandes.com.ar/notas/2013/4/6/principito-cumple-anos-pierde-vigencia-706499.asp
EL PRINCIPITO CENSURA EN LA DICTADURA EN 1976.
Desde el golpe militar en marzo de 1976, la censura escudriñó con principal cuidado el material dirigido al público infantil y concluyó que el libro 'El Principito', de Antoine de Saint-Exupèry era material subversivo porque alentaba en los niños una "ilimitada fantasía".
EL PRINCIPITO CENSURA EN LA DICTADURA EN 1976.
Desde el golpe militar en marzo de 1976, la censura escudriñó con principal cuidado el material dirigido al público infantil y concluyó que el libro 'El Principito', de Antoine de Saint-Exupèry era material subversivo porque alentaba en los niños una "ilimitada fantasía".
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