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...." el pueblo recoge todas las botellas que se tiran al agua con mensajes de naufragio. El pueblo es una gran memoria colectiva que recuerda todo lo que parece muerto en el olvido. Hay que buscar esas botellas y refrescar esa memoria". Leopoldo Marechal.

LA ARGENTINA DEL BICENTENARIO DE LA PATRIA.

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“Amar a la Argentina de hoy, si se habla de amor verdadero, no puede rendir más que sacrificios, porque es amar a una enferma". Padre Leonardo Castellani.

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"La historia es la Patria. Nos han falsificado la historia porque quieren escamotearnos la Patria" - Hugo Wast (Gustavo Martínez Zuviría).

“Una única cosa es necesario tener presente: mantenerse en pie ante un mundo en ruinas”. Julius Evola, seudónimo de Giulio Cesare Andrea Evola. Italiano.

domingo, diciembre 06, 2020

San Nicolás de Bari fue un obispo de la Iglesia Católica, uno de los que estuvo presente en el concilio de Nicea en 325 de nuestra era.


 HOY CELEBRAMOS A SAN NICOLÁS DE BARI.

San Nicolás de Bari fue un obispo de la Iglesia Católica, uno de los que estuvo presente en el concilio de Nicea en 325 de nuestra era. Su fiesta se celebra el 6 de diciembre. San Nicolás se caracterizaba por ser un hombre muy dulce, de trato muy amable, sobre todo con los niños, por eso es común verle representado con sus ropas de obispo, sonriendo amablemente, rodeado de niños. Aunque también podía tornarse en alguien muy enérgico y celoso de las cosas de Dios cuando miraba una injusticia, o cuando escuchaba una herejía, y hasta era capaz de llegar a los golpes.
Justamente ese celo fue lo que hizo que cayera en prisión durante el concilio de Nicea. Resulta que en ese concilio, Arrio, un presbítero de la Iglesia de aquel tiempo, andaba propagando la herejía de que Jesús no era Dios, que tan solo era una criatura más hecha por Dios. El celo consumió a San Nicolás, al punto de que silenció a Arrio ya no con argumentos, sino que con un contundente puñetazo al rostro del hereje.
Por esto San Nicolás fue arrestado, y fue despojado de su condición de obispo y de los signos que le distinguían como tal: su copia personal de los evangelios y su palio, el manto episcopal con el que se investía a los obispos.
Estando en prisión, fue visitado por Jesús y la virgen María. Jesús le preguntó «¿Por qué estás aquí?» y San Nicolás le contestó «Porque te amo, mi Señor y mi Dios». Entonces Jesús le devolvió su copia personal de los evangelios, y la virgen María le devolvió su manto episcopal.
Cuando se supo de la milagrosa restitución, se le devolvió el rango de obispo y se le reintegró al concilio.
Con sólo recitar el credo de Nicea-Constantinopla ya sabemos cómo terminaron las cosas para Arrio y sus herejías. Basta recordar la parte donde rezamos «Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero...». San Nicolás pasó a la historia como obispo y santo de la Iglesia Católica, mientras que Arrio quedó como lo que ya entonces era, un hereje, que murió rehusándose a reconocer su error.
Una manipulación deformante, con propósitos comerciales, llevó a la creación de un personaje de traje rojo, larga barba y abultado vientre. Ese personaje no tiene nada que ver con San Nicolás de Bari, obispo de la Iglesia Católica, y uno de los participantes en el concilio de Nicea en 325.
Publicado en Facebook: Soy católico y mariano.

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