Otra vez un emoji en la Justicia: un juez de Cipolletti no respetó el fallo del STJ.

El magistrado dijo que la víctima estaba notificada porque contestó con el pulgar arriba. A contramano de lo que resolvió el STJ el año pasado.

En contra de lo que resolvió el Superior Tribunal de Justicia (STJ) el año pasado, el juez de Ejecución Lucas Lizzi habilitó una audiencia sin una víctima de abuso sexual. Resolvió que estaba notificada porque contestó con el pulgar hacia arriba. A continuación, trató el pedido de un condenado por corrupción de menores para ampliar sus salidas transitorias.

En septiembre del año pasado, un fallo del STJ determinó que el uso de emojis en las comunicaciones digitales no es un signo inequívoco que exteriorice una manifestación de voluntad. El caso llegó al máximo tribunal con el planteo de un empleado: consideró que sus nueve faltas estaban justificadas porque la empresa respondió con el clásico pulgar hacia arriba de la plataforma de WhatsApp.

Se afirmó que el valor probatorio de esos íconos es muy limitado o relativo y debe ser completado con otros medios de prueba. Como resultado se habilitó a la empresa para que proceda al despido.

Pero Lizzi arrancó el año a contramano de la doctrina obligatoria. Con la pandemia, las citaciones se desformalizaron y ahora se realizan por teléfono, mediante Whatsapp.

Bajo esa modalidad fue que citaron a la víctima de abuso sexual. El agresor fue condenado a varios años de prisión por el delito de corrupción de menores. Su nombre no se publica para proteger la identidad de la mujer. En 2022, Lizzi le autorizó las salidas transitorias del domicilio de su madre, pero ahora la defensa pidió que se ampliaran en cantidad de horas y que se realizaran sin custodia penitenciaria.

La audiencia fue justamente para tratar ese tema. Pero la fiscalía pidió la suspensión porque faltaba la víctima, que había sido citada por Whatsapp. Lizzi rechazó el pedido por considerar que estaba notificada ya que había respondido la citación con el clásico emoji del pulgar hacia arriba y eso era suficiente. No hizo ninguna referencia al fallo del STJ que se coló en la agenda de los medios del país, por tratarse de un caso sin precedentes. El máximo tribunal concluyó que el pulgar hacia arriba no tiene valor jurídico, pero Lizzi opina lo contrario.

Una de cal y una de arena: no autorizó la ampliación del horario de las salidas por considerar que el preso posee un riesgo de reincidencia moderado y su reinserción social es dificultosa, tal como lo dictaminó el psicólogo forense Sergio Blanes Cáceres.

En la misma resolución Lizzi le hizo un llamado de atención al director del penal de Cipolletti: le requirió que realice las gestiones pertinentes para poder dotar al establecimiento de un mayor número de profesionales en el área social y psicológica.

PUBLICADO EN DIARIO RÍO NEGRO.

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