Nos permitimos rescatar el trasfondo de la ocupación de la a
Corporación de Productores de Frutas de Río Negro (Corpofrut), ocurrida en
1972. Es clave conocer la historia para entender el presente.
Por Osvaldo Preiss.
En 1961, la legislatura de Río Negro sancionó la ley que
creó la Corporación de Productores de Frutas de Rio Negro (Corpofrut). El plano
de fondo de la sanción de esta ley era la existencia de una situación
conflictiva entre los productores y los comercializadores de pera y manzana,
que se reflejaba en continuas disputas sobre el precio de la fruta entregada
por el productor a los empresarios del empaque.
El resultado de esta relación asimétrica provocaba que el
productor no lograra cubrir sus costos de producción y los gastos de su
familia, y paulatinamente se fuese descapitalizando. Dado que el principal
ingreso de la familia productora se originaba en la venta de la producción, su
condición de vida se deterioraba.
El directorio de Corpofrut estaría integrado por
representantes gubernamentales y de las cámaras de productores de la región. De
allí que uno de los principales objetivos de la nueva corporación fuese
modificar la situación estructural de dependencia comercial del productor
pequeño y mediano, a través de una institución que nucleara a los productores
auténticos.
De concretarse, los objetivos comerciales asignados a
Corpofrut permitirían evitar la venta de la fruta “a resignación”, tal como se
había rebautizado el mecanismo de venta a consignación y sin precio fijo que
debía enfrentar el productor regional, y establecer nuevas cadenas de
comercialización a través del agrupamiento.
La creación de Corpofrut también se plegaba a una tendencia
mundial, la constitución de los board comercializadores en Australia, Nueva
Zelanda y Sudafrica, que tenían por objetivo ordenar la comercialización de la
fruta para obtener mejores posiciones competitivas en el mercado mundial. De
allí que la producción regional enfrentara la creciente presencia de manzana y
pera de los países competidores del hemisferio sur, con fuertes organizaciones
y relaciones comerciales en el mercado europeo.
Los sectores que podían ver perjudicados sus intereses por
una mayor autonomía comercial del productor, no vieron con buenos ojos que el
gobierno impulsara una organización que se constituyese en un canal alternativo
de venta de la fruta salida de las chacras.
Recurriendo al mentado latiguillo de la no intervención del
Estado en la economía, ocultaban su verdadero deseo de continuar con un mercado
desregulado para la compra de la fruta. Sorteando estas y otras dificultades,
el gerente designado en Corpofrut por el gobierno provincial mostró que estaba
a la altura de las circunstancias, creando una organización con personal idóneo
y claros objetivos para la etapa inicial de esta institución.
Los senderos que se bifurcan.
Pero el capítulo más contradictorio del posterior
funcionamiento de Corpofrut fue el de los posicionamientos que asumieron los
supuestos beneficiarios, que eran los productores agrupados en las Cámaras
Frutícolas de cada localidad, adheridas a la Federación de Productores de
Fruta.
El sector de los productores no era ni ideológica ni
políticamente homogéneo respecto del apoyo a Corpofrut, y los intereses puestos
en juego por los aportes que Corpofrut recibía y debía en parte transferir a
las Cámaras, sumaron un nuevo detonante a las diferencias internas.
Las controversias ya se habían instalado, y la posterior
intervención del gobierno militar nombraría nuevos directores con ideas
encontradas respecto de los objetivos iniciales, que no permitieron generar un
proyecto operativo que estuviese a la altura de las expectativas previas.
Las diferencias internas entre los productores se fueron
acentuando. Y Corpofrut representaba solamente un capítulo de esa historia, ya
que la situación de la década de 1970 era de inestabilidad política y económica
en el país, y la creciente efervescencia de los movimientos de pequeños y
medianos productores a nivel regional hacían que en cada provincia adquiriera
un perfil propio.
Una minoría en acción.
En la región, el accionar de la Federación de Productores no
dejaba conformes a quienes exigían actitudes más enérgicas para salvaguardar
los intereses de las familias productoras, que habían construido su vida
familiar asentados en la actividad frutícola. Así, fue creciendo en presencia
un movimiento minoritario en cuanto a la conducción formal de las cámaras, pero
activo para representar las demandas de un conjunto de productores que velaban
por exigir a los organismos públicos la generación de medidas estructurales que
permitieran revertir la desigualdad en que se encontraban inmersos.
La creación del Movimiento Regional de Productores (MRP) se
convirtió así en un canal alternativo de representación, agrupando actores de
diferentes localidades. Para evitar que las diferencias internas pudieran
debilitar el accionar de la agrupación, esta organización se estructuró sobre
el reclamo básico que unificaba a los productores: obtener un precio de venta
de la fruta que le permitiera afrontar los costos, y vivir de su trabajo en la
chacra.
La historia dentro de la historia.
Poco es lo que se ha escrito sobre los movimientos de los productores en los años ´70, jalonados por multitudinarias asambleas que movilizaban las familias chacareras, las reivindicaciones por el precio justo para la fruta, la presencia en congresos nacionales, los festivales y colectas para recaudar fondos.
Pero estas dificultades al momento de encontrar fuentes
documentales para relatar los hechos deben ser salvadas si queremos rescatar la
memoria de la historia económica regional. Cuando hay pocos materiales para
respaldar el relato de un hecho ya casi olvidado, si perdura en alguien su
recuerdo siempre se va construyendo un relato, deformado o magnificado por la
fantasía o la admiración.
Tomándonos la libertad de utilizar el relato y unos pocos
materiales rescatados, aquí recordaremos un hecho ya casi olvidado, que
relaciona la acción del Movimiento Regional de Productores con el accionar de
Corpofrut.
En febrero de 1972, una reunión en una chacra de Campo
Grande, asado mediante, permitía presenciar animadas conversaciones entre los
productores presentes. Apartados, dos productores junto a un carpintero
dibujaban sobre una hoja el instrumento que, según lo que el pequeño oyente
presente en ese momento lleva grabado en su memoria y nos relata, debía servir
“para trabar la puerta desde adentro”. Pocos días después, relacionaba un
comentario familiar con lo escuchado en esa conversación: la puerta de
Corpofrut había sido “trabada desde adentro”.
Para que se mantuviera viva la consigna de seguir bregando
por una solución a sus problemas, ese conjunto de productores decidió que era
oportuno relacionar sus reivindicaciones con el reclamo de que Corpofrut se
había transformado en una organización burocrática, cuyo accionar no reflejaba
los motivos que dieron origen a su creación. Había que despertar la atención
con un acto simbólico de trascendencia, y así fue reflejado en diarios y medios
de comunicación
La ocupación de Corpofrut por un grupo de productores
despertó la atención que se buscaba para volver a poner en primer plano los
problemas de los productores y la intrascendente práctica de Corpofrut. Logrado
esto, después de pocas horas, voluntariamente los ocupantes se retiraron de la
institución, el objetivo simbólico y mediático había sido alcanzado.
Pero los directores del Ente realizaron la denuncia penal
por la ocupación y reclamaron por la no presencia policial para realizar el
desalojo. Los seis productores identificados por su participación en la acción
pasaron unos cuantos días detenidos en la Alcaldía de General Roca, hasta ser
sobreseídos por orden de la jueza Penal y Correccional. Un conflicto político
entre productores no encontró mejor forma de ser resuelto que judicializar a
los que reclamaban por el desorden e inacción de quienes finalmente los
denunciaron.
A lo largo de los años, al ver convertidas las instalaciones
de Corpofrut en una dependencia municipal de deportes, quizás podamos concluir
que los reclamos de estos productores no carecieron de razones.
Publicado en Más Producción del Diario La Mañana del Neuquén.
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