Por Aldo Duzdevich.
La propuesta artificial de derrotar al nazifascismo. Entre 1939 y 1945, el mundo se vio envuelto en la Segunda Guerra Mundial (SGM). En Argentina, con un alto porcentaje de inmigración europea, la guerra se vivenciaba con intensidad. Las primeras planas de los diarios, estaban ocupadas por grandes fotografías y titulares de la guerra. Y las simpatías estaban divididas entre aliadófilos y germanófilos. El 8 de mayo de 1945 se rindió Alemania, y el 15 de Agosto luego de las bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki, se rindió Japón. La rendición de Japón, dio motivo de grandes festejos en Buenos Aires. Los sectores de oposición al peronismo, convocaron multitudinarias manifestaciones, donde se mezclaron las banderas argentinas, con las de EEUU, con las de las de Unión Soviética, enarboladas por militantes del Partido Comunista.
Ese hábito tan argentino de sumarse a la euforia de los ganadores, hizo que muchos partidos políticos, entre ellos los radicales, socialistas y comunistas, reprodujeran la contienda europea en la política local y al naciente peronismo le colgaron rápido el rótulo de nazifascismo al que había que derrotar. Todo el eje de campaña de la Unión Democratica que enfrentará al peronismo será “derrotar al nazifascismo”. Algo que evidentemente resultó una consigna muy artificial para las grandes mayorías populares.
La FUA contra el “pequeño eje” nazi-facista.
Todo el año 1945, la Federación Universitaria Argentina y en especial sus centros estudiantiles porteños van a estar enfrascados en una campaña de agitación violenta contra el gobierno y en especial contra el Coronel Perón.
Son permanentes las tomas de facultades, las manifestaciones callejeras, los hechos de violencia con uso de armas de fuego. Que tienen como correlato, las noticias habituales de detención de estudiantes universitarios.
En Clarín, del 29 de noviembre de 1945, puede leerse: “En el acto realizado en la Facultad de Ciencias Exactas el señor Ortuño, estudiante de química, se refirió al aspecto anti-imperialista de la Reforma Universitaria, destacando que Sudamérica ha sido siempre presa de los imperialismos, y de las dictaduras, y ahora tenemos “el pequeño eje” dijo, que forman los gobiernos argentinos paraguayo y boliviano.”
Recordemos que se llamó “potencias del Eje” a Alemania, Italia y Japón. La mente afiebrada de Ortuño y sus camaradas de la FUA, creían ver la nueva amenaza mundial en Argentina-Bolivia y Paraguay….
En Bolivia gobernaba Gualberto Villarroel, un militar héroe de la guerra contra Paraguay, que accedió a la presidencia por el voto popular con solo 37 años de edad. En 1945 (60 años antes que el Evo Morales) convocó al Primer Congreso Indigenal de Bolivia, al que asistieron alrededor de 1200 representantes indígenas, fue el primer evento de este tipo en la historia de América Latina que instituyó un conjunto de profundas reformas sociales. Sin embargo para los muchachos revolucionarios de la FUA coincidiendo por la opinión el embajador norteamericano en Bolivia, Gaulberto era nazi-fascista.
En Paraguay gobernaba Higinio Morínigo, un militar nacionalista, héroe de la guerra contra Bolivia, quien había sido elegido por el voto en 1943. Como Paraguay había sido neutral en la SGM, también era tildado por EEUU como pro-nazi.
Luego de la desgastadora “Guerra del Chaco” finalizada en 1935, ambos países estaban bien lejos de asumir el rol de Japón e Italia en la segunda guerra mundial.
Pero en la FUA, los comunistas y los pro-yankis argentinos necesitaban caracterizar un peligroso enemigo mundial y allí encontraron “el pequeño eje”.
El Aguinaldo “un decreto de típico corte nazi”.
El 20 de diciembre de 1945, por iniciativa del Coronel Juan Domingo Perón, mediante el Decreto N° 33.302, se instituye, por primera vez, el sueldo anual complementario o aguinaldo. El decreto crea el «Instituto Nacional de Remuneraciones», otorga un aumento salarial y extiende a todos los trabajadores el beneficio de vacaciones pagas, las licencias por enfermedad hasta seis meses, la indemnización por despido y muerte. Todo derechos laborales que hoy son casi naturales en la Argentina, pero que en el resto del mundo tardaron décadas en imponerse.
Al día siguiente de la aparición del decreto, la Junta Ejecutiva de la Asamblea Permanente de Entidades del Comercio, la Industria y la Producción se pronunció violentamente contra la medida y resolvió convocar, para una semana más tarde, a «todas las entidades representativas del país».
Se inició entonces un vasto operativo tendiente a desconocer el Decreto 33.302. En la maniobra no intervinieron solamente las entidades patronales —lo que era lógico— sino algunas organizaciones sindicales que giraban en las órbitas socialista o comunista. La Federación Obrera Nacional de la Construcción, el Sindicato de la Industria Metalúrgica, la Federación Obrera de la Alimentación, y otros gremios bajo el sello Union Obrera Local, se pronunciaron, contra el decreto.
Victorio Codovilla, en la Conferencia del Partido Comunista, formuló una peregrina interpretación: “El aumento de los salarios debe ser resultado de las luchas organizadas de la propia clase obrera, pues el objetivo del «peronismo» consiste en hacer ciertas concesiones provisionales a algunos sectores obreros para destruir sus organizaciones independientes y de clase y forzarlas a entrar en sindicatos estatales.”
El 15 de enero de 1946, informa Clarín que: “La Unión Obrera Local en una declaración, ha vuelto a dar su repudio al Decreto del Aguinaldo. Comienza la mencionada declaración destacando su rechazo al Decreto, por considerarlo, de típico corte nazi. Añade, que perturba la libertad sindical, y llama a todos los trabajadores a fortalecer su unidad para luchar por cumplimiento y ampliación de la legislación obrera, que debe llegar por un acuerdo entre obreros y patrones .”
O los “nazis” no eran tan malos para inventar el aguinaldo, o los comunistas y socialistas que se oponían a cobrarlo, tenían una indigestión mental muy profunda.
Cuando Patria Libre la manejaba Clarín.
Según informa Clarín, el 4 de enero de 1946 “la agrupación Patria Libre que reclama la unidad democrática total, realizará un acto público en Parque Norte, en Avenida las Heras y Lafinur.”
“La mencionada agrupación cívica que reúne su seno a destacadas figura políticas de todos los sectores, exigirá garantías electorales, y reclamará la incorporación a la Unión Democrática de todos los partidos y sectores que luchan contra el nazismo y la candidatura continuista. Harán uso de la palabra, José Aguirre Cámara demócrata nacional; Silvano Santander radical; Héctor González Iramaín socialista; Rodolfo Gioldi comunista y Julio Noble demócrata progresista, este último en representación de la Junta Nacional de Patria Libre”. Agrega: “dijo el ingeniero Julio Noble: es necesaria la unión de todas las fuerzas antinazis solo así podrá salvarse el país”. Recordemos que Julio Noble era el dueño y director de Clarín por aquellos años.
Doctrina Larreta y el libro Azul de Braden.
El entonces presidente uruguayo Juan Jose de Amézaga se alineó abiertamente con EEUU. Respecto a política exterior el gobierno de Amézaga había formulado una doctrina intervencionista, (en noviembre de 1945) inmortalizada como la Doctrina Larreta, en honor al nombre de su Canciller de aquel momento, Eduardo Rodríguez Larreta. La doctrina tenía como tesis fundamental que la paz solo puede asentarse en la existencia de países plenamente democráticos, por lo que impulsaba al rechazo y exclusión de la comunidad internacional, de los estados con gobiernos de corte totalitario o que "pongan en riesgo a la democracia". Rechazada por la mayoría de los países americanos pero adherida por los Estados Unidos.
El 12 de febrero, pocos días antes de los comicios, como gran golpe propagandístico, se publica en EEUU el llamado “libro Azul”, donde se exponen los supuestos vínculos del gobierno militar y de Perón con los nazis. Braden lo presenta en Nueva York ante un auditorio de 800 veteranos de guerra.
El día 13 de febrero, Clarín titula “Confirmóse una gran primicia de Clarín”. “Estados Unidos documenta graves cargos contra el gobierno Argentino”. Al día siguiente sigue con los grandes titulares de tapa: “Braden presentará otras pruebas ante el Senado”. “Aún resta sacar a la luz más documentos.” Típico manejo de titulares escandalosos que adentro no contienen nada.
El 15 titula: “Gobiernos latinoamericanos se manifestaron unánimemente en favor de actuar conjuntamente contra el actual régimen de Buenos Aires.” Esto era el pedido de aplicar la Doctrina Larreta. Aunque, ni eran tantos los “gobiernos latinoamericanos”, ni tampoco se proponían actuar conjuntamente contra Buenos Aires.
Solo el gobierno uruguayo de Amezaga el 4 de junio de 1946, cuando Perón asumió la presidencia, no se envió al canciller como lo hicieron los demás países de la región. Concluyamos que los uruguayos han sido anti peronistas de la primera hora.
Los frentes electorales.
Perón se presentó como candidato del Partido Laborista, fundado exclusivamente para respaldar su candidatura, y contó con el apoyo del Partido Independiente y de la Junta Renovadora de la Unión Cívica Radical. Este partido, desprendido del radicalismo, presentó a Hortensio Quijano como compañero de fórmula de Perón y candidato a vicepresidente.
El Partido Laborista era un partido obrero formado por las organizaciones sindicales, y la Junta Renovadora Radical era una estructura de “la vieja política”. Esta composición generó ya en los inicios del peronismo grandes conflictos internos por la disputa de cargos. No fue nada fácil para Perón poder conciliar ambos sectores, hasta que finalmente fusionó a todos en un mismo partido que primero se llamo Partido Peronista y luego Partido Justicialista. Pero digamos que ese fue el origen de las dos ramas del peronismo la sindical y la política. Las cuales se llevaron bastante a las patadas hasta 1950, en que Evita creo el Partido Peronista Femenino, bien diferenciado del sector gremial y el sector político y se paso del 50 y 50 (gremios -políticos) al 33% de cada sector.
Luego del llamado a elecciones los partidos Socialista, Comunista, Democrata Progresista y Democrata Nacional, insistieron en la necesidad de realizar una alianza electoral con la Unión Cívica Radical. Esta sin embargo se mantuvo indecisa, debido a la oposición del sector intransigente. Finalmente, el 14 de noviembre de 1945 se impuso el sector unionista de la UCR para crear la Unión Democrática (UD) pero con la condición de que la fórmula presidencial fuera exclusivamente radical.
El lento escrutinio y la guerra de tapa de diarios.
El 24 de febrero de 1946, la formula Perón-Quijano obtuvo 1.527.231 votos (54%) contra 1.207.155 de Tamborini-Mosca de la coalición Unión Democrática. Voto el 81% del padrón. El escrutinio demoró cuarenta y cinco días, durante los cuales cada coalición intentó mostrar que iba ganando.
Y, como pasa actualmente con los medios afines y de oposición, el resultado electoral tuvo disimiles respuestas periodísticas. Mientras el mismo día 25, La Época (diario pro-peronista) titulaba con exceso de optimismo: “Triunfo Perón en Entre Rios, Santa Fe y Buenos Aires: Calculase que vencerá en proporción de 4 a 1”.
Clarín tituló: “Respalda el Ejercito la voluntad popular”, e ilustra con una gran foto del candidato de la Unión Democrática, Jose P. Tamborini en momento de emitir su voto. Luego, si uno busca las tapas siguientes de Clarín hasta mediados de abril, solo hay títulos de las provincias donde inicialmente gana Tamborini, para luego ir diluyendo los títulos. Si es por Clarín, y nos quedamos sin saber quien ganó la elección presidencial.
Como vemos, tanto no han cambiado las campañas, ni el perfil de los actores políticos. Pero reconozcamos que la democracia sigue siendo hasta hoy el sistema, que permite vivir en libertad y que el pueblo se manifieste a través del voto. Siempre habrá conformes y disconformes con los resultados. Para quienes vivimos muchos años de dictaduras, este será siempre el mejor sistema, aunque nos toque ganar o perder.
Publicado en Diario La Mañana del Neuquén.
Domingo 13 de agosto del 2023.
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