Gorbachov fue el protagonista de la transformación rusa. Ya en el poder, su política puertas adentro provocó el fenónemo conocido como la Perestroika (1987-1989), con el desmontaje de las empresas estatales y las sucesivas reformas democráticas Glasnost –libertad e información– que supuso la aparición de la palabra libre, de la crítica, por vez primera en la historia del régimen justificaba la medida Gorbachov: "El pueblo debe saber qué anda bien y qué anda mal, a fin de multiplicar lo bueno y combatir lo malo; así es como deben ser las cosas en el socialismo”, y en el plano internacional empujó a la caída del Muro de Berlín y, por lo tanto, de la unificación alemana. Recuerda: “Lo que logramos dentro del país y en la arena internacional fue de enorme importancia. Predeterminó el curso de los acontecimientos para el fin de la Guerra Fría, avanzando hacia un nuevo orden mundial".
Veinte años después de la desintegración de la URSS, el ex líder soviético reconoce que cometió errores. Los políticos rara vez admiten errores, pero Mijail Sergevich Gorbachov siempre perteneció a una clase distinta. Por ello no sorprende que cuando recuerda sus seis tumultuosos años en el poder como titular de la Unión Soviética, esté dispuesto a contar los errores que cometió . En una entrevista exclusiva con The Guardian , mencionó al menos cinco. Que condujeron no sólo a su propia caída 20 años atrás sino también al colapso de la Unión Soviética y a la introducción de una pelea económica desregulada que convirtió en multimillonarios a unos pocos rusos mientras sumía a millones en la pobreza. Gorbachov muestra por estos días una actitud relajada y hasta alegre, aunque hay ocasionales dejos de amargura, en especial, al hablar de su archirrival Boris Yeltsin, o cuando describió a los conspiradores que lo colocaron bajo arresto domiciliario en Crimea durante el golpe fallido del que se cumplieron ayer 20 años. “Querían inducirme a una pelea e incluso a una balacera queo podría haber resultado en mi muerte”, contó. Preguntado sobre las cosas que más lamentaba contestó sin dudar: “Haber tardado tanto en reformar al Partido Comunista”. Agregó que tendría que haber renunciado en abril de 1991 y formado un partido democrático de reforma ya que los comunistas estaban frenando todos los cambios necesarios. Para la primavera (boreal) de 1991, Gorbachov se vio atrapado entre dos poderosas tendencias que achicaban su margen de maniobra. Por un lado, los conservadores y reaccionarios del partido que intentaban revertir sus políticas. Y por el otro, los progresistas que querían establecer un sistema multipartidario y llevar al país hacia reformas de mercado. Las cosas llegaron a un punto crítico en abril. Durante una reunión del Comité Central del Partido Comunista (PC), varios oradores pidieron declarar el estado de emergencia y la censura. Según sus memorias, Gorbachov reaccionó de inmediato: “Ya tuve bastante demagogia, renuncio”. Lo convencieron de alejarse del poder, pero hoy no está seguro de haber hecho lo correcto: “Creo que tendría que haber aprovechado la situación para formar un nuevo partido. Todos pensaban que las reformas necesitaban ser meramente cosméticas. Pensaban que bastaba con pintar la fachada cuando adentro todo era igual”. Lo segundo que lamenta, reveló, es no haber comenzado antes a reformar la Unión Soviética y dar más poder a sus 15 repúblicas. Cuando comenzó a pensar en la creación de una federación más flexible –a principios de 1991–, los tres Estados Bálticos ya habían declarado la independencia. Y la sangre ya había corrido en Lituania y Azerbaiján, en el Cáucaso. Bajo la conducción de su ambicioso líder, Boris Yeltsin, Rusia, la república más grande, mostraba su poderío y pedía tener más control sobre el presupuesto soviético. Algunos analistas dicen que en el sistema soviético todo cambio estaba condenado a conducir a un proceso imparable y dramático de transformación. Así, era inevitable que Gorbachov perdiera el control . El ex líder aún es optimista. Dice que todos los problemas soviéticos estaban al borde de la resolución hasta el golpe de agosto de 1991. El PC debía elaborar un nuevo programa en noviembre. El Parlamento había adoptado un “plan anti crisis” para acelerar la reforma económica. Las 12 repúblicas soviéticas que quedaron tras la separación de las Bálticas habían aceptado un tratado que les daría más autonomía política y económica. Se firmaría el 20 de agosto. “Aquí cometí un error. Me fui de vacaciones. Tendría que haber prescindido, tal vez, de 10 días de vacaciones... Estaba listo para volar a Moscú a firmar el tratado”, admitió. El 18 de agosto, un grupo de gente llegó sin invitación a su casa, en una villa del gobierno en Foros, sobre el Mar Negro, donde estaba con su familia. “Levanté el teléfono para preguntar qué tipo de gente era esta y quién la había mandado. Pero habían cortado la línea telefónica”, recordó. La residencia fue custodiada durante tres días hasta que el golpe fracasó por la resistencia de Yeltsin, divisiones en el Ejército y desacuerdos internos entre el grupo de conspiradores que eran todos ministros o funcionarios del PC. Aunque reconoció errores, Gorbachov mencionó varios logros de los que dice estar orgulloso. En principio, la perestroika (reestructuración). Fue el programa de reforma del sistema económico y político de la Unión Soviética que puso en marcha poco después de su llegada al poder en marzo de 1985. Suponía también la reestructuración de las relaciones internacionales basadas en el desarme nuclear, el rechazo de las intervenciones por la fuerza en el extranjero y el reconocimiento de que hasta las superpotencias viven en un mundo interdependiente. La nueva política soviética de no intervención permitía a los Estados del Este europeo un cambio de régimen interno por medios pacíficos. Hoy, con 80 años, recuerda: “Lo que logramos dentro del país y en la arena internacional fue de enorme importancia. Predeterminó el curso de los acontecimientos para el fin de la Guerra Fría, avanzando hacia un nuevo orden mundial y, pese a ello, generando un movimiento gradual que se alejaba del estado totalitario e iba hacia una democracia”. Fuente de información: Diario Clarín. http://www.clarin.com/tema/mijail_gorbachov.htmlGRACIAS POR ESTAR AQUÍ...
LA ARGENTINA DEL BICENTENARIO DE LA PATRIA.
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domingo, diciembre 25, 2011
25 DE DICIEMBRE: A 20 AÑOS DE LA DESAPARICIÓN DE LA U.R.S.S.
UN DÍA COMO HOY… PERO HACE 20 AÑOS … Se extinguía el imperio comunista.
MOSCÚ.- El 25 de diciembre de 1991, el presidente soviético Mijail Gorbachov anunciaba su dimisión ante la televisión, poniendo punto final a siete décadas de imperio comunista y a un orden mundial basado en la rivalidad con Estados Unidos.
"Viendo la situación (...), dejo de ejercer mis funciones en el cargo de presidente de la URSS", dijo Gorbachov en la declaración histórica que concluía meses de agonía del régimen soviético. Después de su partida, la bandera roja con la hoz y el martillo era retirada del Kremlin.
Así se extinguió el imperio comunista que desempeñó un papel fundamental en la victoria contra los nazis y envió al primer hombre al espacio, pero cuyos dirigentes eliminaron a millones de sus conciudadanos.
Asimismo era el fin definitivo de la Guerra Fría y de un mundo bipolar, dejando paso a un panorama en el que EE.UU. era la única superpotencia mundial.
La mayoría de las 15 repúblicas soviéticas se convertían en independientes por primera vez y se veían ante el desafío de crear una identidad nacional y una economía sólida, objetivos que muchas aún no han logrado. Por su lado, Rusia sufre la pérdida de status de superpotencia.
El hombre fuerte del país, Vladimir Putin, presidente entre 2000 y 2008 y actualmente primer ministro, que anunció que intentará volver al Kremlin en la elección presidencial de marzo de 2012, ha venido mostrando de forma cada vez más abierta su nostalgia de la URSS.
La Unión Soviética no era otra cosa que "la gran Rusia", declaró Putin, ex agente del KGB, alimentando el nacionalismo de los rusos y en un momento delicado para su gobierno, por las acusaciones de fraude en las legislativas de comienzos de diciembre, que ganó su partido. Su predecesor Boris Yeltsin, muerto en 2007, consideraba sin embargo que el desmantelamiento de la Unión Soviética era ineluctable. La URSS cayó sin causar un cataclismo, pero los años siguientes estuvieron marcados por la degradación de las infraestructuras, el empobrecimiento de la población y conflictos locales que costaron la vida miles de personas.
Tayikistán sufrió una guerra civil entre comunistas e islamistas. Armenia y Azerbaiyán se enfrentaron por el control del territorio separatista de Nagorny Karabaj. Rusia efectuó dos campañas sangrientas en su pequeña república rebelde de Chechenia, en el Cáucaso, y Georgia combatió a los separatistas pro rusos en Abjasia y Osetia del Sur.
Ninguno de esos conflictos ha quedado definitivamente solucionado, ya que los islamistas siguen siendo una amenaza en Tayikistán, Nagorny Karabaj vive una paz frágil, y en el Cáucaso ruso se ha extendido ahora una rebelión islamista. (AFP)
En la Navidad de 1.991 el presidente de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (U.R.S.S.), Mijail Gorbachov, anunciaba su dimisión ante la televisión, poniendo punto final a siete décadas de imperio comunista y a un orden mundial basado en la rivalidad política y militar con la otra superpotencia, los Estados Unidos, y con las demás democracias liberales del mundo en la llamada “guerra fría”. Por televisión anunció: “Viendo la situación (...), dejo de ejercer mis funciones en el cargo de presidente de la URSS”.
La renuncia de Mijaíl Gorbachov puso fin a la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (U.R.S.S.) que duró más de 70 años y cayó por su propio peso y un catastrófico fracaso de ingeniería social bajo la inspiración marxista-leninista de implantar “la dictadura del proletariado” que enterraría para siempre en faz de la tierra al sistema capitalista. El ideólogo de la Rusia Socialista fue Vladimir Lenin, pero a partir de su muerte en 1924, tomó preponderancia la figura de Joseph Stalin, que implementó una cruel dictadura durante varias décadas.
Hace 20 años en el Kremlin se bajaba la bandera roja del comunismo con la hoz y el martillo y terminaba el costoso experimento que costó el sacrificio de millones de vidas humanas del sistema comunista. Un régimen “plantado por bayonetas” como lo definiera el ex - presidente de Estados Unidos Ronald Reagan.
El fin de las repúblicas que conformaban la Rusia comunista, unas 15 en total se convirtieron en independientes. La caída estuvo precedida por otra caída que marca un antes y un después el derrumbe del muro de Berlín y la desintegración del bloque de países de Europa del Este.
El 26 de diciembre de 1991, Rusia fue reconocida como república sucesora legal internacionalmente, y para esto aceptó las deudas externas soviéticas. A partir de ese día, la Federación de Rusia asumió los derechos y obligaciones de la Unión Soviética desaparecida.
Los años que siguieron fueron marcados por un empobrecimiento de la población, una degradación de las infraestructuras y conflictos internos. En lo que respecta a los “países sátelites” de la Rusia comunista sufrieron guerras civiles.
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