HISTÓRICAS ARGENTINAS.
A DIEZ AÑOS DE LA CAÍDA DE LA RÚA.
El 20 de diciembre de 2001, el país tocó fondo. La crisis, que se había cocinado a fuego lento, acabó con el presidente radical y hubo cinco presidentes en 12 días.
Hoy no hay guita ni de asalto y el puchero está tan altoque hay que usar el trampolín.Si habrá crisis, bronca y hambre,que el que compra diez de fiambre
hoy se morfa hasta el piolín (Fragmento de la letra de Enrique Cadícamo "Al mundo le falta un tornillo" - 1933).
hoy se morfa hasta el piolín (Fragmento de la letra de Enrique Cadícamo "Al mundo le falta un tornillo" - 1933).
"La crisis se pasea por la calle y la tristeza del pueblo es como un barco que no llega a destino, no se que paso, no se como fue pero no te vuelvas, te diré porque: Si vieras que triste que esta la Argentina, tiene la mirada de los caminantes que ya no caminan, se muere de pena por tanta mentira, de tanta promesa por nadie cumplida, si vieras sus calles que tanto reían, ya no son las mismas. Si vieras que triste que esta la Argentina, tiene la nostalgia de
aquellos amantes que nunca se olvidan, la hicieron de goma parece mentira, la gente se escapa pero no hay salida, y hasta los gorriones de tanta tristeza se fueron de gira." (Fragmento del tema de Cacho Castaña Septiembre del 88).
LA ARGENTINA es un una casa donde sus moradores se destruyen así mismos. La historia nuestra -relatada por cualquier corriente de orientación historiográfica- se parece a una novela trágico-cómica escrita por un loco.
El ÚLTIMO DISCURSO DE FERNANDO DE LA RÚA 20 de diciembre de 2001.
El siguiente es el texto completo del discurso que ofreció esta tarde el presidente Fernando de la Rúa en el Salón de Conferencias de la Casa de Gobierno: "Quiero dirigirme a todos los argentinos, que saben que la situación económica, política y social pasa por graves momentos.
Estamos en una situación crítica y sólo podemos salvarla con el conjunto de la dirigencia política. Lo importante no son las personas sino las instituciones y el país.
Por eso, despojado de cualquier interés personal por el cargo que tengo el honor de ocupar, me dirijo a cada dirigente radical, peronista, de otros partidos que tengan responsabilidad de gobierno a acordar con el Poder Ejecutivo las políticas que sean necesarias.
Asumo las responsabilidades por la situación que me toca administrar, pero debemos oir el reclamo popular. Si no asumimos todos los dirigentes, con grandeza y claridad, las responsabilidades, los efectos pueden ser peores.
Los convoco a este acuerdo con valentía y patriotismo para reformar la Constitución, nuestro sistema político y conseguir la unidad nacional. No estoy pidiendo apoyo a mi persona sino respaldo a las instituciones y las mejores soluciones para el pueblo y el futuro de nuestros hijos.
No estoy acá porque me aferre a un cargo sino porque es mi deber, y represento la institucionalidad democrática. He sido elegido por el pueblo para presidir la Nación.
Me ha tocado un tiempo de grandes dificultades y sé que los resultados no son los que deseamos todos los argentinos ni los queridos por mí mismo.
Múltiples factores pesaron sobre la realidad nacional como una carga estructural: un enorme endeudamiento que repercutió sobre el tiempo actual, un gran déficit que era necesario reducir para alcanzar equilibrio fiscal, una crisis social de magnitud con altos índices de desempleo y una crisis económica que se mostró en los problemas de los distintos sectores productivos.
Hemos ido actuando con mucha fuerza, procurando soluciones que no siempre llegaron con la rapidez deseada. Comprendo las angustias y necesidades de nuestros conciudadanos. Estoy convencido de que sólo la unidad nacional puede levantar al país.
Estoy aquí porque soy yo como Presidente quien puede llamar a esa unidad. He ofrecido al justicialismo, que triunfó en las elecciones del 14 de octubre y tiene mayoría en ambas cámaras, que participe en un gobierno de unidad nacional.
Los convoco con toda amplitud y generosidad para que traigan sus ideas, sus propuestas y los cambios. Estoy dispuesto a los cambios que sean necesarios. Les pido por eso un gesto de grandeza para atender juntos los reclamos de la gente y presevar las instituciones, la paz y el futuro nacional. Un cambio sustancial he reclamado. Lo haré.
He luchado contra el peligro del default económico, pero no admito el default social. Quienes ocupan esas posiciones no pueden excluirse de las responsabilides que les tocan. Vienen planteando modificaciones en el sistema monetario. Vamos a examinarlas en conjunto para proponer al Parlamento que es quien debe decidir los que corresponde. Vamos a insuflar mayor liquidez a la economía frente a los episodios conocidos.
Hay que trabajar por el equilibrio fiscal y llevar adelante con éxito el canje de la deuda. Hay que desarrollar las economías regionales, reformar el Estado y llevar a cabo políticas sociales efectivas frente a la crisis y los problemas de muchos argentinos. Y precisamos impulsar un programa productivo.
He enviado este mensaje. Se aguarda una respuesta. Sé que en sectores del justicialismo piden medidas en estos campos y también un seguro de desempleo.
Frente a los hechos de violencia que ocurren no debemos dejarnos llevar por quienes provocan a la violencia.
Más allá de las personas hay que asegurar paz social y estoy dispuesto a hacerlo preservando a las personas y los bienes; por eso he dictado el estado de sitio.
Una pronta respuesta del justicialismo, sin embargo, es necesaria. No puede seguir el cuadro de violencia en la calle que arriesga a situaciones más peligrosas.
He dispuesto este mediodía que las secretarías de Hacienda, de Finanzas y de Impuestos pasen a depender del jefe de Gabinete de Ministros y que las otras áreas junto con Infraestructura y Servicios, a cargo del ingeniero (secretario General de la Presidencia) Nicolás Gallo.
Vamos por una política productiva, por un cambio de acuerdo con lo que necesita la gente. Estoy dispuesto a aguardar la respuesta patriótica y de grandeza del justicialismo porque es mi deber y, desde luego, no me aferraré a situaciones personales porque yo mismo, como lo hice toda mi vida, estoy dispuesto a las máximas actitudes de grandeza que sean necesarias para el bien de la Patria y la paz de los argentinos.
Pido a quienes estén en posiciones de violencia que las depongan. Precisamos que prevalezca la paz entre nosotros. Así encontraremos el rumbo y el camino. Y sepan también que voy a cumplir con mi deber hasta el final. Quiero proteger el presente y el futuro de los argentinos
Es evidente que está resentida la gobernabilidad y puede deberse a múltiples factores. No es el menor la queja social, no es el menor tampoco el triunfo opositor del 14 de octubre.
Convoco por eso desde mi legitimidad, en el claro sentido de la institucionalidad, a los líderes de la oposición, del partido justicialista para juntos fortalecer la gobernabilidad y participar de la conducción en este tiempo difícil para la República.
Con la mayor amplitud para todo el gabinete y sin que esto se deba a intereses personales por la función que ejerzo. Todos tenemos el deber de evitar males mayores a la Nación.
Sé del compromiso y la responsabilidad de la dirigencia democrática argentina. A esto apelo con la esperanza de que evitemos males mayores. No voy a dejar que la violencia se enseñoree entre nosotros. Estoy para asegurar la paz y los derechos de todos.
Por eso convoco a deponer las actitudes de violencia. Estoy actuando en el sentido de la responsabilidad para introducir los cambios que hagan falta y hacer posible que en esta hora difícil donde ha caído sobre la Nación el peso de situaciones que vienen de años, y que podamos superarlas.
Para esto asumí la Presidencia. Ese fue mi desvelo, mi esfuerzo, mi trabajo como el de mis ministros, actuar con lealtad hacia la República y hacia el pueblo argentino. Siempre seguiré en esta línea de lealtad y de compromiso. Muchas gracias".
aquellos amantes que nunca se olvidan, la hicieron de goma parece mentira, la gente se escapa pero no hay salida, y hasta los gorriones de tanta tristeza se fueron de gira." (Fragmento del tema de Cacho Castaña Septiembre del 88).
LA ARGENTINA es un una casa donde sus moradores se destruyen así mismos. La historia nuestra -relatada por cualquier corriente de orientación historiográfica- se parece a una novela trágico-cómica escrita por un loco.
Diciembre del 2001. Crisis institucional y política, crisis financiera, desocupación en algunas ciudades que fueron pujantes e industriales de más de un 30%, amenazas de disgregación de la Argentina, "Que se vayan todos... y no quede ninguno", "Abajo la Corte Suprema". Eran los tiempos de ¡piquetes y cacerolas la lucha es una sola!
Estado de sitio, confiscación de los depositos de los ahorristas, piquetes, escraches a los medios, escraches a políticos: Fernando De la Rúa fin de mandato el 20 de dicieembre de 2001, Ramón Puerta (20 al 23 de diciembre de 2001), Adolfo Rodríguez Saá (23 al 30 de diciembre 2001), Eduardo Camaño (30 diciembre al 02 enero de 2002), Eduardo Duhalde (02 enero 2002 al 25 de mayo 2003).
Un comienzo de mes de diciembre con un "corralito financiero" donde nadie podía sacar más de 250 pesos. Crisis. Convocatorias y quiebras de empresas. Fuga de capitales. La política de recesión, de privatizaciones, de exclusión social del menemismo de los años ´90 daba sus frutos estériles. Con las esperanzas trituradas, la Argentina ardía hace diez años entre el calor propio del comienzo del verano y un contexto político y económico bien caliente. Un país sin conducción lleno de "cacerolazos" de los sectores medios por el corralito (unos 66 cacerolazos por día en el mes de diciembre) y el espectáculo preferido de los turistas que deambulaban por el centro de Capital Federal era detenerse para tomar fotos de cómo la otrora clase media despedazaba las puertas de los bancos en busca de su dinero, "saqueos" (algunos de estos saqueos a supermercados hoy se dice que fueron digitados, otros que fueron producto del hambre y la falta de trabajo; en muchos de ellos se llevaban todo electrodomésticos inclusive), "redes globales de trueques", "asambleas populares barriales" los días 19 y 20 de diciembre de 2001 quedaran como un triste recuerdo para siempre en la memoria colectiva y un deseo que, nunca pero nunca, vuelva a repetirse algo similar. Pero en la inestable Argentina los buenos deseos quedan pulverizados por la realidad. En el 2001 las protestas se multiplicaron por todo el país. Mientras los empleados públicos esperaban ansiosos los pagos con las letras de cambio los LECOPS (los bonos que funcionaban como dinero en ese momento y que sirvieron para "paliar tensiones sociales") y bajo una fuerte presión, el ministro de Economía de la Nación, Domingo Cavallo, presentaba la renuncia al por entonces presidente Fernando De la Rúa. ¿Dónde hay un mango, Mingo Cavallo? -le gritaban- Domingo Cavallo el "padre de la convertivilidad" del 1 a 1 "eternum" no solucionó el problema argentino. A las 19.52 del 20 de diciembre de 2001, un helicóptero se transformó en el símbolo del fin de una época (una "época perdida" las calificaba Antonio Gramsci), de un gobierno que no daba para más."Pido a Dios por la ventura de mi patria", fueron las últimas palabras escritas por Fernando de la Rúa en la carta de renuncia a la Presidencia que le envió al entonces titular provisional del Senado, el justicialista misionero Ramón Puerta. Así se fue el presidente Fernando De La Rúa dando pena y sin gloria de la Casa Rosada. Después vino un récord para olvidar o para acordarse: cinco presidentes en 12 días. Ramón Puerta, senador por la provincia de Misiones, había ocupado el primer lugar en la línea de sucesión, puesto vacante por la renuncia de Carlos "Chacho" Alvarez a la vice—presidencia. Cuando Fernando de la Rúa renunció la Presidencia era una brasa caliente y convocó aenseguida a una Asamblea Legislativa para elegir al sucesor. Puerta fue presidente por tres días.
Luego llegó el turno de Adolfo Rodríguez Saá "el Adolfo" como lo conocen en San Luis quien fuera gobernador por 18 meses de San Luis, fue votado por un acuerdo de los gobernadores peronistas. El interinato de "El Adolfo" se caracterizó por la declaración de no pago de la deuda externa "el default" con vitores en el Congreso ¡verguenza argentina! con imágenes de esa fiestina parlamentaria que dieron vuelta al mundo como se aplaudía la cesación de pagos de la Argentina y por la conformación un gabinete de emergencia donde "El Adolfo" quiso convocar al ex-Intendente porteño Carlos Grosso y fue rechazado; Carlos Grosso diría que lo habían buscado por sus antecedentes no por su prontuario (tenía muchas causas penales cuando fue Jefe de Gobierno de Capital Federal) y no llegó Rodríguez Saá ni a calentar el sillón presidencial. Convoca a una reunión urgente de gobernadores peronistas que se llevó a cabo esta tarde en la residencial presidencial de verano en Chapadmalal. Carlos "Lole" Reutemann, José Manuel De la Sota, Carlos Manfredotti y Néstor Kirchner faltan a la cita, el Adolfo renuncia. Sin apoyo político renunció por televisión desde San Luis.
Y Eduardo Camaño, un duhaldista de fuste que ocupaba desde hacía tres semanas la presidencia de la Cámara de Diputados. Quedó como presidente de la Nación el 31 de diciembre, hasta la mañana siguiente. Armó un gabinete para unas horas y pasó la noche de Año Nuevo en la Casa Rosada. El 1º de enero, la Asamblea Legislativa eligió presidente a Eduardo Duhalde. Y dijo que estabamos condenados al éxito. Una frase optimista que nadie entendió. Devaluación asimétrica del Ministro de Economía Remes Lenicov el 6 de enero con Reyes Magos que traían poquitos regalos. El ex presidente Fernando De la Rúa afirmó recientemente que dejó el Gobierno el 20 de diciembre por una "conspiración" del justicialismo y el F.M.I. y porque se equivocó al declarar "el estado de sitio" en las jornadas de protesta popular. Y la "revolución" que los "revolucionarios de la izquierda" imaginaron (tipo Rusia de octubre de 1917 o la La Comuna de París no vino... las contradicciones del sistema capitalista expoliador, imperialista no se dieron) y se hablaba del "hombre gris" de Benjamín Solari Parravicini del que se vayan todos y los votos a Clemente, San Martín y Bin Laden o en blanco o voto nulo y luego del que se vayan todos retornaron muchos de aquellos que la gente echaba con el voto luego esa misma los votaría. Una realidad de la crisis fueron las cuasi monedas: letras de cancelación de obligaciones provinciales en un país que llegó a tener 14 variantes a la vez. Las LECOPS que eran letras no como se llamaba con el "los" tenían a uno de los grandes intelectuales argentinos Juan Bautista Alberdi que no le debía hacer gracia este tributo argentino a Juan Bautista. Fueron ideadas por gobiernos provinciales y llegaron a unos 7600 pesos. Y todo este relato a mano alzada pasó en nuestra Argentina.
Un comienzo de mes de diciembre con un "corralito financiero" donde nadie podía sacar más de 250 pesos. Crisis. Convocatorias y quiebras de empresas. Fuga de capitales. La política de recesión, de privatizaciones, de exclusión social del menemismo de los años ´90 daba sus frutos estériles. Con las esperanzas trituradas, la Argentina ardía hace diez años entre el calor propio del comienzo del verano y un contexto político y económico bien caliente. Un país sin conducción lleno de "cacerolazos" de los sectores medios por el corralito (unos 66 cacerolazos por día en el mes de diciembre) y el espectáculo preferido de los turistas que deambulaban por el centro de Capital Federal era detenerse para tomar fotos de cómo la otrora clase media despedazaba las puertas de los bancos en busca de su dinero, "saqueos" (algunos de estos saqueos a supermercados hoy se dice que fueron digitados, otros que fueron producto del hambre y la falta de trabajo; en muchos de ellos se llevaban todo electrodomésticos inclusive), "redes globales de trueques", "asambleas populares barriales" los días 19 y 20 de diciembre de 2001 quedaran como un triste recuerdo para siempre en la memoria colectiva y un deseo que, nunca pero nunca, vuelva a repetirse algo similar. Pero en la inestable Argentina los buenos deseos quedan pulverizados por la realidad. En el 2001 las protestas se multiplicaron por todo el país. Mientras los empleados públicos esperaban ansiosos los pagos con las letras de cambio los LECOPS (los bonos que funcionaban como dinero en ese momento y que sirvieron para "paliar tensiones sociales") y bajo una fuerte presión, el ministro de Economía de la Nación, Domingo Cavallo, presentaba la renuncia al por entonces presidente Fernando De la Rúa. ¿Dónde hay un mango, Mingo Cavallo? -le gritaban- Domingo Cavallo el "padre de la convertivilidad" del 1 a 1 "eternum" no solucionó el problema argentino. A las 19.52 del 20 de diciembre de 2001, un helicóptero se transformó en el símbolo del fin de una época (una "época perdida" las calificaba Antonio Gramsci), de un gobierno que no daba para más."Pido a Dios por la ventura de mi patria", fueron las últimas palabras escritas por Fernando de la Rúa en la carta de renuncia a la Presidencia que le envió al entonces titular provisional del Senado, el justicialista misionero Ramón Puerta. Así se fue el presidente Fernando De La Rúa dando pena y sin gloria de la Casa Rosada. Después vino un récord para olvidar o para acordarse: cinco presidentes en 12 días. Ramón Puerta, senador por la provincia de Misiones, había ocupado el primer lugar en la línea de sucesión, puesto vacante por la renuncia de Carlos "Chacho" Alvarez a la vice—presidencia. Cuando Fernando de la Rúa renunció la Presidencia era una brasa caliente y convocó aenseguida a una Asamblea Legislativa para elegir al sucesor. Puerta fue presidente por tres días.
Luego llegó el turno de Adolfo Rodríguez Saá "el Adolfo" como lo conocen en San Luis quien fuera gobernador por 18 meses de San Luis, fue votado por un acuerdo de los gobernadores peronistas. El interinato de "El Adolfo" se caracterizó por la declaración de no pago de la deuda externa "el default" con vitores en el Congreso ¡verguenza argentina! con imágenes de esa fiestina parlamentaria que dieron vuelta al mundo como se aplaudía la cesación de pagos de la Argentina y por la conformación un gabinete de emergencia donde "El Adolfo" quiso convocar al ex-Intendente porteño Carlos Grosso y fue rechazado; Carlos Grosso diría que lo habían buscado por sus antecedentes no por su prontuario (tenía muchas causas penales cuando fue Jefe de Gobierno de Capital Federal) y no llegó Rodríguez Saá ni a calentar el sillón presidencial. Convoca a una reunión urgente de gobernadores peronistas que se llevó a cabo esta tarde en la residencial presidencial de verano en Chapadmalal. Carlos "Lole" Reutemann, José Manuel De la Sota, Carlos Manfredotti y Néstor Kirchner faltan a la cita, el Adolfo renuncia. Sin apoyo político renunció por televisión desde San Luis.
Y Eduardo Camaño, un duhaldista de fuste que ocupaba desde hacía tres semanas la presidencia de la Cámara de Diputados. Quedó como presidente de la Nación el 31 de diciembre, hasta la mañana siguiente. Armó un gabinete para unas horas y pasó la noche de Año Nuevo en la Casa Rosada. El 1º de enero, la Asamblea Legislativa eligió presidente a Eduardo Duhalde. Y dijo que estabamos condenados al éxito. Una frase optimista que nadie entendió. Devaluación asimétrica del Ministro de Economía Remes Lenicov el 6 de enero con Reyes Magos que traían poquitos regalos. El ex presidente Fernando De la Rúa afirmó recientemente que dejó el Gobierno el 20 de diciembre por una "conspiración" del justicialismo y el F.M.I. y porque se equivocó al declarar "el estado de sitio" en las jornadas de protesta popular. Y la "revolución" que los "revolucionarios de la izquierda" imaginaron (tipo Rusia de octubre de 1917 o la La Comuna de París no vino... las contradicciones del sistema capitalista expoliador, imperialista no se dieron) y se hablaba del "hombre gris" de Benjamín Solari Parravicini del que se vayan todos y los votos a Clemente, San Martín y Bin Laden o en blanco o voto nulo y luego del que se vayan todos retornaron muchos de aquellos que la gente echaba con el voto luego esa misma los votaría. Una realidad de la crisis fueron las cuasi monedas: letras de cancelación de obligaciones provinciales en un país que llegó a tener 14 variantes a la vez. Las LECOPS que eran letras no como se llamaba con el "los" tenían a uno de los grandes intelectuales argentinos Juan Bautista Alberdi que no le debía hacer gracia este tributo argentino a Juan Bautista. Fueron ideadas por gobiernos provinciales y llegaron a unos 7600 pesos. Y todo este relato a mano alzada pasó en nuestra Argentina.
El ÚLTIMO DISCURSO DE FERNANDO DE LA RÚA 20 de diciembre de 2001.
El siguiente es el texto completo del discurso que ofreció esta tarde el presidente Fernando de la Rúa en el Salón de Conferencias de la Casa de Gobierno: "Quiero dirigirme a todos los argentinos, que saben que la situación económica, política y social pasa por graves momentos.
Estamos en una situación crítica y sólo podemos salvarla con el conjunto de la dirigencia política. Lo importante no son las personas sino las instituciones y el país.
Por eso, despojado de cualquier interés personal por el cargo que tengo el honor de ocupar, me dirijo a cada dirigente radical, peronista, de otros partidos que tengan responsabilidad de gobierno a acordar con el Poder Ejecutivo las políticas que sean necesarias.
Asumo las responsabilidades por la situación que me toca administrar, pero debemos oir el reclamo popular. Si no asumimos todos los dirigentes, con grandeza y claridad, las responsabilidades, los efectos pueden ser peores.
Los convoco a este acuerdo con valentía y patriotismo para reformar la Constitución, nuestro sistema político y conseguir la unidad nacional. No estoy pidiendo apoyo a mi persona sino respaldo a las instituciones y las mejores soluciones para el pueblo y el futuro de nuestros hijos.
No estoy acá porque me aferre a un cargo sino porque es mi deber, y represento la institucionalidad democrática. He sido elegido por el pueblo para presidir la Nación.
Me ha tocado un tiempo de grandes dificultades y sé que los resultados no son los que deseamos todos los argentinos ni los queridos por mí mismo.
Múltiples factores pesaron sobre la realidad nacional como una carga estructural: un enorme endeudamiento que repercutió sobre el tiempo actual, un gran déficit que era necesario reducir para alcanzar equilibrio fiscal, una crisis social de magnitud con altos índices de desempleo y una crisis económica que se mostró en los problemas de los distintos sectores productivos.
Hemos ido actuando con mucha fuerza, procurando soluciones que no siempre llegaron con la rapidez deseada. Comprendo las angustias y necesidades de nuestros conciudadanos. Estoy convencido de que sólo la unidad nacional puede levantar al país.
Estoy aquí porque soy yo como Presidente quien puede llamar a esa unidad. He ofrecido al justicialismo, que triunfó en las elecciones del 14 de octubre y tiene mayoría en ambas cámaras, que participe en un gobierno de unidad nacional.
Los convoco con toda amplitud y generosidad para que traigan sus ideas, sus propuestas y los cambios. Estoy dispuesto a los cambios que sean necesarios. Les pido por eso un gesto de grandeza para atender juntos los reclamos de la gente y presevar las instituciones, la paz y el futuro nacional. Un cambio sustancial he reclamado. Lo haré.
He luchado contra el peligro del default económico, pero no admito el default social. Quienes ocupan esas posiciones no pueden excluirse de las responsabilides que les tocan. Vienen planteando modificaciones en el sistema monetario. Vamos a examinarlas en conjunto para proponer al Parlamento que es quien debe decidir los que corresponde. Vamos a insuflar mayor liquidez a la economía frente a los episodios conocidos.
Hay que trabajar por el equilibrio fiscal y llevar adelante con éxito el canje de la deuda. Hay que desarrollar las economías regionales, reformar el Estado y llevar a cabo políticas sociales efectivas frente a la crisis y los problemas de muchos argentinos. Y precisamos impulsar un programa productivo.
He enviado este mensaje. Se aguarda una respuesta. Sé que en sectores del justicialismo piden medidas en estos campos y también un seguro de desempleo.
Frente a los hechos de violencia que ocurren no debemos dejarnos llevar por quienes provocan a la violencia.
Más allá de las personas hay que asegurar paz social y estoy dispuesto a hacerlo preservando a las personas y los bienes; por eso he dictado el estado de sitio.
Una pronta respuesta del justicialismo, sin embargo, es necesaria. No puede seguir el cuadro de violencia en la calle que arriesga a situaciones más peligrosas.
He dispuesto este mediodía que las secretarías de Hacienda, de Finanzas y de Impuestos pasen a depender del jefe de Gabinete de Ministros y que las otras áreas junto con Infraestructura y Servicios, a cargo del ingeniero (secretario General de la Presidencia) Nicolás Gallo.
Vamos por una política productiva, por un cambio de acuerdo con lo que necesita la gente. Estoy dispuesto a aguardar la respuesta patriótica y de grandeza del justicialismo porque es mi deber y, desde luego, no me aferraré a situaciones personales porque yo mismo, como lo hice toda mi vida, estoy dispuesto a las máximas actitudes de grandeza que sean necesarias para el bien de la Patria y la paz de los argentinos.
Pido a quienes estén en posiciones de violencia que las depongan. Precisamos que prevalezca la paz entre nosotros. Así encontraremos el rumbo y el camino. Y sepan también que voy a cumplir con mi deber hasta el final. Quiero proteger el presente y el futuro de los argentinos
Es evidente que está resentida la gobernabilidad y puede deberse a múltiples factores. No es el menor la queja social, no es el menor tampoco el triunfo opositor del 14 de octubre.
Convoco por eso desde mi legitimidad, en el claro sentido de la institucionalidad, a los líderes de la oposición, del partido justicialista para juntos fortalecer la gobernabilidad y participar de la conducción en este tiempo difícil para la República.
Con la mayor amplitud para todo el gabinete y sin que esto se deba a intereses personales por la función que ejerzo. Todos tenemos el deber de evitar males mayores a la Nación.
Sé del compromiso y la responsabilidad de la dirigencia democrática argentina. A esto apelo con la esperanza de que evitemos males mayores. No voy a dejar que la violencia se enseñoree entre nosotros. Estoy para asegurar la paz y los derechos de todos.
Por eso convoco a deponer las actitudes de violencia. Estoy actuando en el sentido de la responsabilidad para introducir los cambios que hagan falta y hacer posible que en esta hora difícil donde ha caído sobre la Nación el peso de situaciones que vienen de años, y que podamos superarlas.
Para esto asumí la Presidencia. Ese fue mi desvelo, mi esfuerzo, mi trabajo como el de mis ministros, actuar con lealtad hacia la República y hacia el pueblo argentino. Siempre seguiré en esta línea de lealtad y de compromiso. Muchas gracias".
ÚLTIMOS MINISTROS DEL DES-GOBIERNO DE FERNANDO DE LA RÚA:
Jefatura de Gabinete: Chrystian Colombo (5 de octubre de 2000 - 21 de diciembre de 2001)
Ministerio del Interior : Ramón Mestre (20 de marzo de 2001 - 21 de diciembre de 2001)
Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto: Adalberto Rodríguez Giavarini (10 de diciembre de 1999 - 23 de diciembre de 2001)
Ministerio de Defensa: Horacio Jaunarena (5 de marzo de 2001 - 23 de diciembre de 2001)
Ministerio de Economía y Producción: Domingo Cavallo (20 de marzo de 2001 - 20 de diciembre de 2001)
Ministerio de Infraestructura y Vivienda: Carlos Bastos (20 de marzo de 2001 - 21 de diciembre de 2001)
Ministerio de Justicia y Derechos Humanos: Jorge de la Rúa (6 de octubre de 2000 - 21 de diciembre de 2001)
Ministerio de Educación: Andrés Delich (20 de marzo de 2001 - 21 de diciembre de 2001)
Ministerio de Trabajo, Empleo y Formación de Recursos Humanos: José Dumón (29 de octubre de 2001 - 21 de diciembre de 2001)
Ministerio de la Seguridad Social y Agencia Social: Patricia Bullrich (29 de octubre de 2001 - 21 de diciembre de 2001)
Ministerio de Acción Social: Daniel Sartor (22 de octubre de 2001 - 21 de diciembre de 2001) Ministerio de Salud: Héctor Lombardo (10 de diciembre de 1999 - 21 de diciembre de 2001)
Ministerio de Turismo, Cultura y Deportes: Hernán Lombardi (29 de octubre de 2001 - 21 de diciembre de 2001)
Ministerio del Interior : Ramón Mestre (20 de marzo de 2001 - 21 de diciembre de 2001)
Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto: Adalberto Rodríguez Giavarini (10 de diciembre de 1999 - 23 de diciembre de 2001)
Ministerio de Defensa: Horacio Jaunarena (5 de marzo de 2001 - 23 de diciembre de 2001)
Ministerio de Economía y Producción: Domingo Cavallo (20 de marzo de 2001 - 20 de diciembre de 2001)
Ministerio de Infraestructura y Vivienda: Carlos Bastos (20 de marzo de 2001 - 21 de diciembre de 2001)
Ministerio de Justicia y Derechos Humanos: Jorge de la Rúa (6 de octubre de 2000 - 21 de diciembre de 2001)
Ministerio de Educación: Andrés Delich (20 de marzo de 2001 - 21 de diciembre de 2001)
Ministerio de Trabajo, Empleo y Formación de Recursos Humanos: José Dumón (29 de octubre de 2001 - 21 de diciembre de 2001)
Ministerio de la Seguridad Social y Agencia Social: Patricia Bullrich (29 de octubre de 2001 - 21 de diciembre de 2001)
Ministerio de Acción Social: Daniel Sartor (22 de octubre de 2001 - 21 de diciembre de 2001) Ministerio de Salud: Héctor Lombardo (10 de diciembre de 1999 - 21 de diciembre de 2001)
Ministerio de Turismo, Cultura y Deportes: Hernán Lombardi (29 de octubre de 2001 - 21 de diciembre de 2001)
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