El
notable actor, director de cine y cantante argentino Leonardo Favio falleció a los 74
años en el Sanatorio Anchorena a consecuencia del agravamiento de un cuadro de
afecciones crónicas que sufría desde hacía años.
Como cantante, muy popular, fue uno de los precursores de la balada
romántica latinoamericana en las décadas de 1960 y 1970, alcanzando el éxito en
toda América Latina.
Entre sus canciones más populares se encuentran Fuiste mía
un verano, Ella ya me olvidó, Para saber cómo es la soledad (Tema de Pototo) de
Luis Alberto Spinetta y Chiquillada de José Carbajal. Sus canciones han sido
versionadas en más de catorce idiomas.
Sobre Fuiste mía un verano dijo:
"Gracias a esta canción puedo vivir con dignidad, sin la angustia que sufren otros realizadores. Gracias a esta canción estoy en el inventario familiar de casi todo el mundo de habla hispana. Para mí es muy importante esa canción".
Cuentan que en la selva nicaragüense, cuando los guerrilleros peleaban contra la dictadura de Anastasio Somoza, se escuchaban en la selva las canciones de Leonardo Favio.
"Gracias a esta canción puedo vivir con dignidad, sin la angustia que sufren otros realizadores. Gracias a esta canción estoy en el inventario familiar de casi todo el mundo de habla hispana. Para mí es muy importante esa canción".
Cuentan que en la selva nicaragüense, cuando los guerrilleros peleaban contra la dictadura de Anastasio Somoza, se escuchaban en la selva las canciones de Leonardo Favio.
Leonardo
Favio fue uno de los directores más importantes de la historia del cine
argentino, al que legó títulos como "Crónica de un niño solo",
"El romance del Aniceto y la Francisca", "El dependiente" y
"Perón, sinfonía de un sentimiento".
Nacido
como Fuaf Jorge Jury en Luján de Cuyo (provincia de Mendoza) en 1938, Favio se construyó a sí mismo a lo
largo de una extensa carrera artística y, fundamentalmente desde el cine, una
estética personal en la que reconoció y expresó una filiación y pertenencia
ideológica, resaltando la dimensión afectiva que incorpora a la política
argentina el Peronismo como novedad histórica.
En
1967 se une a María Vaner, con quien convivió hasta 1973, actriz que debió
marchar al exilio en 1974 con los dos hijos de ambos, luego de ser amenazada
por la Triple A.
Favio
siguió el camino de Vaner, a partir del establecimiento de la dictadura militar
en 1976, pero no fue a España como su ex mujer sino que se estableció en
Colombia, vinculándose sentimentalmente con Carola, su segunda esposa.
En
1972 fue invitado por Juan Domingo Perón a acompañarlo en el chárter que lo
regresaría a la Argentina tras su largo exilio el 17 de noviembre.
Con
la vuelta a la democracia en 1973, y en coincidencia con su activa militancia
política que volvía al primer plano, Favio lanzó la que se convertiría en su
una suerte de obra cumbre, “Juan Moreira”, estrenada el 25 de mayo de ese año.
Inspirada
en el relato homónimo de Eduardo Gutiérrez, pero con la impronta de su hermano
Zuhair Jury y la locura que él mismo le aportó pudo contar la historia de este
antihéroe y su relación con la política, la violencia y la muerte.
El
tema, encarado esta vez en colores, con un diseño de producción que mostraba
claramente su pasión por los relatos nacionales y populares, con una memorable
actuación de Rodolfo Bebán, convirtieron a la película en un éxito de más de
dos millones de entradas.
En
junio de 1973 fue designado para conducir el acto del retorno definitivo de
Perón a la Argentina, el 20 de junio, que derivó en un enfrentamiento armado
entre diferentes corrientes conocido como la Masacre de Ezeiza, en el que el
artista intentó detener la violencia, sin conseguir su propósito de detener la
tragedia que lo marcó a fuego.
En
1975 estrenó “Nazareno Cruz y el lobo”, inspirado en una radionovela del
escritor Juan Carlos Chiappe, película con la que llegó a la cumbre del éxito.
Si
bien no existe un registro exacto de los espectadores que la vieron, se sigue
considerando al filme de Favio protagonizado por Juan José Camero y Alfredo
Alcón, como el más taquillero de la historia del cine nacional, superando
incluso a “El santo de la espada” y “El secreto de sus ojos”.
Los
personajes elegidos por Favio en esta etapa están condenados a un destino
trágico, sean míticos, fantásticos, o los reales de “Soñar, soñar”, su película
menos vista, en la que reunió a Carlos Monzón con el cantante Gian Franco
Pagliaro, estrenada en coincidencia con el golpe militar de 1976.
Durante
buena parte de la dictadura, Favio emprende su vuelta a la balada romántica,
con la que recorrió toda América Latina y con la que logró imponerse en varios
países, un paréntesis de cine que se extendió hasta 1987.
De
esos tiempos son discos como “En concierto en Ecuador” (1978), “Aquí está
Leonardo Favio” (1983), “Yo soy” (1985), “Amar o morir” (1987), “Más que un
loco” (1988), además de numerosas presentaciones en vivo frente a multitudes.
“Gatica,
el mono” (1993) lo llevó a la reconstrucción histórica, viajar hasta la década
del 50, el momento en que coincidieron el púgil José María Gatica con Juan
Domingo Perón, una obra para la que convocó al entonces debutante Edgardo
Nieva, reencuentro de Favio con el mejor cine y el éxito.
Si bien nació como un encargo, el documental “Perón, sinfonía del sentimiento” (1999) se convirtió en una de sus obras más personales, tanto por el tema y la pasión que implicaba, como por su forma de encarar una historia que parecía inabarcable.
El filme fue dedicado a Héctor Cámpora, Hugo del Carril, Ricardo Carpani, Rodolfo Walsh y al grupo de trabajadores y estudiantes del Grupo Cine Liberación, que impulsaron Fernando Solanas, Octavio Getino y Gerardo Vallejo.
Si bien nació como un encargo, el documental “Perón, sinfonía del sentimiento” (1999) se convirtió en una de sus obras más personales, tanto por el tema y la pasión que implicaba, como por su forma de encarar una historia que parecía inabarcable.
El filme fue dedicado a Héctor Cámpora, Hugo del Carril, Ricardo Carpani, Rodolfo Walsh y al grupo de trabajadores y estudiantes del Grupo Cine Liberación, que impulsaron Fernando Solanas, Octavio Getino y Gerardo Vallejo.
En
la última década, y ya con un serio problema de salud (polineuritis) que
impedía su fácil movilidad.
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