El 18 de enero se cumplieron 30º años de la muerte del ex
Presidente de la Nación Argentina, Arturo Umberto Illia que le tocó gobernar en
una Argentina con inestabilidad política, con un peronismo proscrito y un
Perón en el exilio madrileño que preparaba el terreno para el retorno, “con el
peligro rojo cubano amenazante sobre el continente”, un radicalismo divido entre
radicales del Pueblo e Intransigentes (típico del radicalismo cuando asume un
gobierno “empiezan las internas” ), llega con un escaso 25% de los votos.
Arturo Illia demostró en los hechos que el principio de la
Austeridad Republicana no es una consigna para el discurso florido de la
tribuna política.
Hubo muchos periodistas y comentaristas (incluyendo este sitio) que lo recordaron esta histórica argentina
algunos ponderando sus virtudes como estadista o su gestión de gobierno. Otros lo recordaron
honestidad, modestia y austeridad republicana de su gestión que fue una “isla
de libertades y derechos políticos”.
Algunos dicen que “valdría
la pena preguntar por qué Illia murió pobre”.
Y me acordé de Juan Bautista Alberdi uno de los grandes
pensadores argentinos.
Siempre se vuelve a Alberdi…
ALBERDIANAS.
VOLVER A JUAN BAUTISTA ALBERDI.
Todos los grandes patriotas de Sud América, los verdaderos y de buena ley, entraron ricos en la política y sacaron de ella la miseria, el cadalso, la proscripción, la ignominia. Tales fueron Liniers, Alzaga, Belgrano, Rivadavia, Bolívar, Portales, Sucre. Pero todos los grandes patriotas del día, han entrado en la política pobre y han salido ricos, célebres, llenos de títulos y dignidades. Ninguno de ellos han muerto en su vida de perpetuas guerras.
Todos viven, y viven en grande, porque tienen el cuidado de no apasionarse ni enceguecerse jamás. elásticos, saben acomodarse a los acontecimientos y quedar y salí siempre victoriosos. La victoria para ellos consiste en no morir y quedar siempre en su empleo. Siempre calurosos, siempre energúmenos irreconciliables de gesto, pero en paz y liga inseparable con todas las soluciones, con todos los sistemas, con todos los colores que llegan a triunfar. Así llegan a viejos, después de una vida de continuas agitaciones, porque son las agitaciones del capitán de buque mercante, que un día navega en dirección sud y al día siguiente en dirección del norte, según lo exige el fletador, siendo llevaderos todos los trabajos de la navegación con tal que el buque no naufrague y que la familia tenga su pan, su bienestar, su lujo, sus goces. Así lo que ellos llaman servir a la patria, es en realidad, servirse de la patria para vivir a sus expensas una vida confortable con poco o ningún trabajo.
JUAN BAUTISTA ALBERDI.
Fuente de información: extraído de el libro "El pensamiento vivo de Alberdi" de Jorge Mayer, pag. 134-135, ed. 1983. Edición especial en adhesión a los actos de la COMISIÓN PROVINCIAL DE HOMENAJE A ALBERDI EN EL CENTENARIO DE SU FALLECIMIENTO provincia de Tucumán.
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