Por Roberto Elissalde.
José Luis Busaniche en su libro
El 25 de abril después del mediodía Miers y su mujer se hallaban en Mendoza, ya instalados dos días después fue a visitar al Libertador "para quien había traído cartas''. Mientras lo aguardaba sus dos ayudantes le dieron noticias del ataque al Callao por Lord Cochrane, dice que "el general me recibió muy atentamente.
Esa noche su marido visitó a San Martín que lo "recibió atentamente, hablamos sobre granadas y otras armas militares arrojadizas, respecto de as cuáles me hizo muchas preguntas''. Después de permanecer una hora, le pidió lo visitara al día siguiente para entregarle "la carta para el general O'Higgins''; mientras que se encaminaba a la tertulia.
Al día siguiente el visitante concurrió por la mañana al despacho de San Martín que "estaba ocupado con su secretario, a quien, en primer término'', había hecho escribir la carta para el Director Supremo de Chile, mientras tanto Miers observó el lugar "la habitación estaba gratamente amueblada a la manera europea; todos los muebles eran ingleses; tenía elegantes cómodas, mesas, etc., de palo de rosa incrustado de bronce, hermosas sillas haciendo juego y una alfombra de Bruselas; pero lo que más llamó mi atención fue una espléndida miniatura, al parecer de él mismo, colgada entre dos retratos, de Napoleón Bonaparte y de Lord Wellington, todos tres enmarcados en la misma forma''.
Justamente esa llamada de atención que tuvo el visitante es la que nos ha despertado a algunos y pensamos con C
Finaliza de este modo: "Me introdujo en una pequeña habitación adyacente, en uno de cuyos ángulos estaba emplazado el lecho. Abriendo un armario desplegó veinte escopetas muy finas, rifles y armas de caza. Permanecí algún tiempo conversando con él acerca de la topografía de la provincia de Cuyo. Se despidió de mí con mucha cordialidad ofreciéndome nuevamente sus servicios, diciendo que tendría muy pronto el placer de verme en Chile''.
DETALLES.
Sin embargo la lectura del libro de Miers, nos da otros interesantes detalles de San Martín, que por obvias razones que se verán no lo anotó Busaniche.
Durante su estadía en Mendoza, el caballero británico trató mucho a
TURBULENTO.
Según Miers los mendocinos despliegan gran interés en la actividad política, más que los chilenos. "El general San Martin me aseguró que consideraba este espíritu tan turbulento que fue necesario establecer en Mendoza un verdadero sistema de espionaje, a tal punto, que cada día se le informa acerca de los pensamientos y actos de los mendocinos. Los hechos más insignificantes en casa familia llegaban hasta sus oídos; nadie podía librarse de la observación de sus espías que permanecían siempre alerta''.
Y agrega: "El general fue, desde temprana edad, muy inclinado al disimulo y la intriga; él mismo me ha asegurado que sus más íntimos amigos son quienes menos conocen sus sentimientos; que nadie, excepto él mismo, está en comunicación con sus espías; que nadie, sino él mismo, sabe que son tal cosa; que para conversar con ellos frecuentemente sale por la tarde vestido de gaucho y los reúne en algún punto poco frecuentado de los suburbios. Durante su residencia en Mendoza parece haber sido un déspota -todos le temían- y, después de la batalla de Maipo, hubiera podido dominar a su placer la provincia de Cuyo si sus ambiciones no hubieran tenido una finalidad más elevada''.
En otra parte -queda para otra nota- se refiere al parlamento con los indios antes de la campaña a Chile. Seguramente estas últimas duras apreciaciones sobre San Martín y otros personajes no se dieron a conocer, como otras, y su publicación fue demorada largos años. L
Roberto L. Elissalde Historiador. Vicepresidente de la Academia Argentina de Artes y Ciencias de la Comunicación.
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