A 250 años del nacimiento de Don Juan Fermín de San Martín y Matorras.
El 5 de febrero de 1774, a las tres de la tarde -hace 250 años- nació Juan Fermín de San Martín y Matorras, en la estancia de la Calera de las Vacas en la Banda Oriental, en el hogar formado por Juan de San Martín y Gregoria Matorras.
Don Juan, oficial del ejército español estaba instalado en esa propiedad y establecimiento agropecuario modelo de más de 42 leguas cuadradas que había sido de los padres de la Compañía de Jesús desde la expulsión de los mismos en 1767.
En junio de 1770 otorgó poder en Buenos Aires para desposar en su nombre a doña Gregoria Matorras, ceremonia que celebró el obispo don Manuel Antonio de la Torre en el palacio episcopal porteño el 1º de octubre de ese año.
En el mismo lugar establecieron su hogar, donde nacieron sus primeros tres hijos: María Elena el 18 de agosto de 1771, Manuel Tadeo el 28 de octubre de 1772 y Juan Fermín Rafael, bautizado al día siguiente de su nacimiento por Juan Rodríguez Cisneros, partida que como la de sus mencionados hermanos se encuentran en la Parroquia de Carmelo en la República Oriental del Uruguay.
Dos vecinos del lugar Pedro Rodríguez de Arévalo y Juana Cazador y Arpide representaron a los padrinos don Fermín de Aoiz y su mujer doña María Rafaela de la Moneda Igarzábal, residentes en Buenos Aires.
Es interesante señalar la casualidad que Aoiz, habría de ser años después tío abuelo de Remedios de Escalada.
El 12 de diciembre 1774 su padre entregó la administración a su sucesor el teniente de milicias Pedro Manuel Quiroga, y trasladado a Yapeyú, donde nacieron sus otros hermanos Justo Rufino y José Francisco.
Hijo del gobernador intendente además de los juegos infantiles con los niños del lugar, recibió las primeras letras y la instrucción religiosa de los frailes Francisco Pera, Ascencio Lucero, Joaquín de la Rosa, Juan Bautista Solís y Domingo Maciel que se sucedieron en el lugar, y eran de la Orden de Predicadores conocidos como dominicos a los que estuvo tan ligada la familia y nuestro Libertador.
Después de una corta estadía en Buenos Aires, cuando Juan Fermín apenas llegaba a los diez años, embarcaron rumbo a Cádiz en la fragata Santa Balbina adonde arribaron a comienzos de abril de 1784, lo que nos hace calcular que su cumpleaños lo pasó navegando cerca de la línea del Ecuador.
Según constancias de un expediente iniciado en Madrid en mayo de 1774 por don Juan de San Martín, su situación era angustiosa, debido a sus achaques de salud y a los pocos recursos. Suplicó algún destino, pero se le otorgó el retiro con el grado de capitán, agregado a la Plaza de Málaga donde pasó a residir la familia.
El 23 de setiembre de 1788 Juan Fermín ingresó en el empleo de cadete al Regimiento de Infantería de Soria, junto con su hermano Manuel Tadeo La unidad gozaba de merecida fama, sus orígenes llegaban al año 1509 y era la fuerza expedicionaria enviada al reino de Nápoles por el Rey Fernando El Católico para repeler los ataques franceses, y se denominó Tercio de Zamudio tomando el apellido de don Pedro, el primer oficial que estuvo a su mando.
En 1715 adquirió el nombre de Soria y algunos batallones estuvieron en acciones en Gibraltar, en la revuelta de Túpac Amaru en el Alto Perú, y en la invasión napoleónica. En esa unidad alcanzo sus primeros ascensos, subteniente en mayo de 1793 y en el mismo grado de granaderos en octubre del año siguiente; 2º teniente en junio de 1796, hasta octubre de 1802, lo que sumaban 14 años, 1 mes y 7 días; desde ese momento ascendido a capitán sirvió en el Batallón Veterano Príncipe Fernando por 2 años, 11 meses y 1 día, hasta el 2 octubre de 1805.
En esta fecha alcanzo el grado de Sargento Mayor Veterano del Regimiento de Milicias Húsares de Aguilar y luego en el Escuadrón de Húsares de Luzón, lo que según documento fechado en Manila a fines de noviembre de 1816, sabemos que era teniente coronel y llevaba 28 años sirviendo al ejército español.
Una calificación dada a los comienzos de su carrera señalaba: “Es oficial de las más distinguidas circunstancias, por su aplicación, celo e inteligencia, muy a propósito para el mando, y para cualquier encargo del real servicio. Valor: acreditado. Aplicación: sobresaliente. Capacidad: mucha. Conducta: Buena. Estado: casado”.
EN LAS FILIPINAS.
Estaba en Manila cuando en diciembre de 1816 se dirigió a Fernando VII, solicitando a que en mérito a los 23 años que acreditaba como oficial, se le concediera la Cruz de la Real y Militar Orden de San Hermenegildo, distinción instituida dos años antes por el monarca como reconocimiento a la constancia de los oficiales del Real Ejército. Su superior el brigadier Mariano Fernández de Folgueras la elevó a S.M. para que decidiera considerando que concurrían en el suplicante las circunstancias para otorgarla por su “honradez y decoro”.
No hay constancias que la distinción le fuera acordada, a pesar de haber sido muchos sus méritos, seguramente porque en esos días su hermano José doblegaba a las tropas españolas en la cuesta de Chacabuco.
En 1821 fue destinado a Mindanao, donde estuvo durante un año al frente del Real Fuerte de Nuestra Señora del Pilar de Zamboanga, donde debió contener una insurrección de sectores musulmanes en conflicto con la población del lugar y las autoridades españolas.
Casó con la hija de un oficial español y una aborigen filipina, con la que hubo descendencia directa la que continuó hasta la muerta de su ultimo bisnieto en 1949.
Se desconoce retrato alguno de don Juan Fermín, pero como una forma de honrar la memoria de quien descansa y formó su familia en Filipinas y los lazos que nos ligan a su nombre, y también al Uruguay su tierra natal, se habrá de entregar en breve una caja con tierra de la Calera de las Vacas a la señora embajadora.
Publicado en LA PRENSA.
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