LA REVANCHA DE CÁMPORA.

Datos históricos a tener en cuenta:
* 11 de Marzo de 1.973.
Gana las elecciones el FREJULI (Frente Justicialista de Liberación)
La fórmula Cámpora-Solano Lima triunfa en las elecciones nacionales con el 49% de los votos.

* 12 de Marzo de 1.973.
Cámpora difunde un mensaje de Perón en el cual felicita a los peronistas por la labor desarrollada, exhorta a los futuros gobernantes a tratar de aminorar lo más rápidamente posible las necesidades de los sectores más humildes y convoca a todo el pueblo argentino, “a partidarios y adversarios a realizar una labor conjunta de unidad nacional”.

Héctor José Cámpora ex-Presidente de la Argentina (1.973)

COLUMNA DE POLÍTICA por Alfredo Leuco.

La revancha de Cámpora por Alfredo Leuco.
Este 11 de marzo tiene muchas diferencias con aquel de 1973 pero una fundamental: ya pasaron 38 años y la tortilla se dio vuelta. Hoy, los herederos de Cámpora están en el poder y en el gobierno. Y los herederos de Perón están en los gremios y en el territorio, en las intendencias y las gobernaciones y temen ser desplazados de los lugares decisivos.
Es mas, sospechan que el kircherismo quiere cerrar por cambio de rubro al Partido Justicialista. La histórica tensión sigue vigente pero, por suerte, sin fusiles y sin bombas, como cantaba Miguel Cantilo y con “los dos dedos en ve”. Por un lado siguen estando los grupos juveniles que apostaron a radicalizar ideológicamente desde adentro al partido de los cabecitas negras y, por el otro, la ortodoxia doctrinaria que interpretaba a Perón con el grito de “Ni yankys ni marxistas”. Los que se sienten depositarios de los sueños de la patria socialista que fueron expulsados de la plaza por “estúpidos e imberbes” hoy expulsan metafóricamente de la cancha (de Huracán) a los sectores mas tradicionales del justicialismo.

Pasaron 38 años y algunos conceptos se repiten como caricaturas. Hoy La Cámpora es la agrupación preferida por la presidenta Cristina y liderada moralmente por su hijo Máximo.

Se organizaron de arriba para abajo. Entraron a la política directamente por la puerta del poder. La diputada Victoria Donda, nieta recuperada nacida en cautiverio en la ESMA no tiene empacho en definirlos como yuppies que no saben militar sin el celular, el auto con chofer y el cargo de funcionario con la correspondiente caja.

La multitud de sobrinos de Héctor Cámpora de los 70 se forjaron en los barrios, reclamando el regreso de Perón y de la democracia al país y en, muchos casos, con las armas en la mano integrando las formaciones especiales que Perón fogoneó al principio y mando exterminar después. En el campo de lo simbólico Cámpora con solo 49 días de presidente representó la posibilidad frustrada de hacer la revolución, como se decía entonces.

Eran militantes forjados en la fragua del mayo francés y el Cordobazo, que crecieron al compás rebelde de Fidel y el Che y la vía pacífica al socialismo de Chile. No casualmente los invitados especiales a la asunción de Cámpora fueron Salvador Allende y Osvaldo Dorticós, el presidente de Cuba. Ese mismo día 25 de mayo las columnas de los manifestantes rodearon las cárceles al grito de “A la lata/ al latero/ libertad a los compañeros” y miles de presos salieron a la calle convertidos en héroes.

Fue un desafío a Perón que se enojó tanto que en su lecho de muerte y con su último suspiro firmó el decreto que despidió a Cámpora como embajador en México sin ni siquiera agradecerle “los servicios prestados” como se estilaba protocolarmente.

El libro de Miguel Bonasso sobre Cámpora tiene un título brillante: “El presidente que no fue”. La historia que se está escribiendo ahora desde el poder va por la revancha de Cámpora. ¿Lo conseguirá? ¿O esta renovada primavera camporista terminará como aquella: chocando de frente contra el peronismo? 

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