Ningún argentino, “ni ebrio ni dormido”, debe negar a nuestras Islas Malvinas como parte indisoluble de la Patria.
Los 30 años de la “Operación Malvinas” ha desatado una corriente de opiniones en las que juega el intelecto más que el espíritu en un tema indiscutido para los argentinos.
Arriba la frente argentinos
que nuestra mirada brille
las islas que nos robaron
nunca serán olvidadas.
Malvinas, pedazo de tierra
de nuestro ayer heredada
con la gloria de historia
por la furia inglesa birladas
Sigamos clamando el derecho
Repitámoslo cada alborada
Las Malvinas son nuestras
parte de la Patria amada.
Aquella mañana del 2 de abril de 1982, se lleno de alegrías por la noticia de que el pabellón argentino enarbolado, marcaba la soberanía en nuestras Islas Malvinas. Era un acto más, en la serie de acciones que se emprendían, por los más diversos medios, para lograr que las islas volvieran a ser parte del territorio nacional. Esta era la primera acción por las armas, que se estructuraban, como una solución a las múltiples pacificas que no llegaban a una respuesta. Ella, transformado en un caso de guerra, que las circunstancias hicieron crecer, no tan solo por los beligerantes, sino por los terceros que jugaban a la “paz”, pero, en realidad, propiciaban el combate, puso a prueba el temple argentino, pese a que la derrota de las armas, abrió con mas claridad el tema en su absoluta magnitud. El tema soberanía sobre nuestras Malvinas, si bien se planteaba como una cuestión bilateral, tenía raíces y vínculos con otras cuestiones, en las que se jugaban intereses diferentes, algunos con alcance en el mañana, como es la “cuestión” Antártida.
La verdad absoluta ha sido comprobada, Inglaterra no desea desprenderse de este dominio y, a lo largo del tiempo, encuentra formulas de todo tipo, para mantenerse por su exclusiva voluntad. Claro que se debe percibir que, en esta posición, tiene “socios” con los que comulga en los fines y objetivos. Esa continuidad operativa de los británicos, con sus diversas facetas, encuentra apoyo en terceros que ven más el potencial que les ofrece el poderío inglés, que la justicia natural que corresponde a la causa. La hermandad entre países, no es el fraterno apoyo que ella predica, cuando los intereses individuales o los acuerdos de conjuntos, tienen mas peso que la “sagrada” promesa de unión.
Nosotros, los ciudadanos, que tenemos la certeza de nuestra razón, hemos contemplado y aceptado que los gobernantes desarrollen sus procederes, algunos con breves éxitos, pero todos, finalmente, con evidente fracaso, ya que, pese a la justicia, en realidad, no tenemos el poder de los usurpadores que se requiere, cuando los intereses adquieren valores económicos, más allá de los culturales. En los últimos tiempos, dada la proximidad de la “Operación Rosario”, el tema se agiganta y pasa a ser una cuestión pública, que llama la atención. Todos los medios de comunicación se ocupan de Malvinas y se ofrecen para ser portadores de opiniones, juicios, consejos, etc. del más variado tipo de comentaristas, expertos o analistas. En general, los comentarios están dedicados a la “critica” o el “análisis tardío”, mostrando los casos y señalando sus efectos negativos, eludiendo o silenciando, si es que los hay, los positivos. Sin embargo, en este “palabrerío”, se omite el hecho cierto de que, si bien aun Malvinas no esta soberanamente incorporada a Argentina, su tema esta alcanzando en forma creciente al conocimiento universal. En lugares remotos, donde nunca se hablo de nuestro archipiélago, se comenta, debate, sugiere, etc. sobre la cuestión. Un tema que durante décadas estaba reducido a Argentina e Inglaterra o, a lo mas, los foros internacionales, esta llegando a las mas diversas comunidades, lo que desde ya debemos considerar realmente un éxito. En este debate surge más el pasado, con sus reglas y normas ya obsoletas, y no se tiene en cuenta que la realidad nos lleva al futuro, donde los escenarios tendrán diferente dimensión y alcances. Si aquellos que debaten o discuten, reconocen que la geografía física es la que a permanecido inmutable en el correr de los tiempos, sabrán que el archipiélago esta y estará siempre asentado en nuestra plataforma submarina y, por ello, indiscutiblemente, estará en nuestro territorio.
Las MALVINAS SON ARGENTINAS tiene que ser la única voz que se levante en nuestra Patria, ya que ello es cierto, real y concreto, lo que hace que sea necesario prevenir a algunos aislados, seguramente con finalidad de mostrar personalidad o meramente “figurativa”, que comenten un error trascendente, cuando pregonan lo contrario o “dudan” de nuestro derecho. Tenemos que observar y recordar a aquellos que usan en su argumentación los mismos elementos que los británicos, en un juego triste de oportunismo que alguna vez en el mañana comprenderán que ha sido vano. La Patria, grande, noble, acogedora, etc. abre sus hogares a todos los que quieran vivir en sus tierras, tambien nuestras Malvinas, pero aquellos, como nosotros, los argentinos de hoy, que gozan de sus ventajas y bienestar “ni ebrios ni dormidos” pueden poner en duda su afanosa búsqueda de integración. Valga aquella frase, noble y sana, de nuestro devenir histórico, pronunciada en el ya lejano 1810, para alertar a los que se equivocan en sus juicios, que podrán ser científicamente correctos o socialmente agradables, pero que no caben en el espíritu de nuestra Patria ya que no dude el mundo: LAS MALVINAS SON ARGENTINAS.
Tcnl. José Javier de la Cuesta Ávila
LMGSM 1 CMN 73
* Publicado en el informador Público.
Desde Guillermo Pirri Argentino quiero parafrasear al ex-Gobernador neuquino Don Felipe Sapag el día que desarrollemos la Patagonia las Malvinas se las pedimos por teléfono a los ingleses. Mucho queda por hacer para que MALVINAS la hermanita perdida de la Patagonia "la perdida Perla Autral" forme parte integral de nuestro suelo patrio argentino.
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