Videla admitió la muerte de "8.000 personas". "No hay lista del destino final de los desaparecidos".
El ex dictador Jorge Videla admitió por primera vez que la última dictadura militar (1976-1983) asesinó a "siete u ocho mil personas", según un libro que se publicará hoy.
El ex represor, condenado a prisión perpetua por crímenes de lesa humanidad, dijo que los cuerpos de los asesinados fueron desaparecidos "para no provocar protestas dentro y fuera del país" y que el golpe militar de 1976 "fue un error" porque "no se necesitaba" para combatir "la subversión".
Además, reveló que los empresarios dijeron "'tendrían que haber matado a diez mil más'" y aseguró: "Dios nunca me soltó la mano". Videla sostuvo que "las desapariciones se dan luego de los decretos del presidente interino Ítalo Luder (casi seis meses antes del golpe), que nos dan licencia para matar.
Desde el punto de vista estrictamente militar no necesitábamos el golpe. Fue un error".
Los dichos de Videla figuran en el libro "Disposición final", del periodista Ceferino Reato, que se lanza hoy. Videla, líder del golpe del 24 de marzo de 1976 y presidente de facto durante cinco años hasta marzo de 1981, señaló: "Pongamos que eran 7 u 8.000 las personas que debían morir para ganar la guerra contra la subversión".
"Pongamos que eran siete mil u ocho mil las personas que debían morir para ganar la guerra contra la subversión", asegura Videla en el libro. "Por su preparación militar e ideológica, el Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP) era más enemigo que Montoneros; era algo ajeno, otra cosa. Montoneros guardaba algo del nacionalismo, del catolicismo, del peronismo con el que había nacido", señala el ex dictador.
Diferentes organismos de derechos humanos afirman que fueron 30.000 los desaparecidos durante el proceso militar. El ex represor explicó que los cadáveres fueron eliminados "para no provocar protestas dentro y fuera del país. Cada desaparición puede ser entendida ciertamente como el enmascaramiento, el disimulo, de una muerte".
Reato entrevistó a Videla durante veinte horas entre octubre de 2011 y marzo de 2012 en su celda de la prisión de Campo de Mayo. El ex dictador confesó que hizo desaparecer cuerpos de personas muertas en tiroteos, como el del jefe del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP), Mario Santucho, porque "era una persona que generaba expectativas. La aparición de ese cuerpo iba a dar lugar a homenajes, a celebraciones. Era una figura que había que opacar".
Videla, según el libro, detalló que "no hay listas con el destino final de los desaparecidos. Podría haber listas parciales, pero desprolijas". "Desde el punto de vista estrictamente militar no necesitábamos el golpe. Fue un error", señaló y sostuvo: "Nuestro objetivo (el 24 de marzo de 1976) era disciplinar a una sociedad anarquizada.
Con respecto al peronismo, salir de una visión populista, demagógica; con relación a la economía, ir a una economía de mercado, liberal". (DPA/DyN)
Carlotto: "Se vanagloria".
La presidenta de las Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, deploró ayer "la falta de arrepentimiento" del genocida Jorge Rafael Videla por los delitos de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura cívico-militar y repudió el hecho de que "se vanaglorie" del secuestro y desaparición de personas.
"Qué falta de humanidad en este personaje que está sabiendo que va a terminar sus días tras las rejas y que, lejos de arrepentirse y confesar, se vanagloria", lamentó Carlotto en declaraciones a radio Continental, al conocer algunos párrafos del libro de próxima aparición.
Carlotto, en declaraciones a la agencia oficial Télam repudió las afirmaciones de Videla y se preguntó "¿quién autoriza estas entrevistas tan largas, tan coloquiales para que luego se escriba un libro o extensos reportajes?", que reivindican el terrorismo de Estado.
Expresó, de todos modos, su esperanza de que el libro sirva "como un elemento probatorio más de la deshumanización y crueldad de estos personajes, de los cuales Videla es el más emblemático y conocido, pero que sintetiza a cuatro juntas militares y muchos más que, debajo de ellas, participaron del cumplimiento de esos objetivos".
En febrero último, en el libro Montoneros, soldados de Massera, de Carlos Manfroni, Videla había admitido que el método de las desapariciones y la "informalidad en los procedimientos" fue traído a la Argentina por los franceses, de la mano de coronel Carlos Rosas, que asesoró a las Fuerzas Armadas y "deslumbró" al dictador argentino.
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