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...." el pueblo recoge todas las botellas que se tiran al agua con mensajes de naufragio. El pueblo es una gran memoria colectiva que recuerda todo lo que parece muerto en el olvido. Hay que buscar esas botellas y refrescar esa memoria". Leopoldo Marechal.

LA ARGENTINA DEL BICENTENARIO DE LA PATRIA.

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“Amar a la Argentina de hoy, si se habla de amor verdadero, no puede rendir más que sacrificios, porque es amar a una enferma". Padre Leonardo Castellani.

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"La historia es la Patria. Nos han falsificado la historia porque quieren escamotearnos la Patria" - Hugo Wast (Gustavo Martínez Zuviría).

“Una única cosa es necesario tener presente: mantenerse en pie ante un mundo en ruinas”. Julius Evola, seudónimo de Giulio Cesare Andrea Evola. Italiano.

lunes, diciembre 20, 2021

A veinte años de la caída del gobierno de De la Rúa.

 

El recuerdo de Eduardo Duhalde, Juan Pablo Baylac, Miguel Angel Toma y Patricia Bullrich.

A veinte años de la caída del gobierno de De la Rúa. 

Se cumplen hoy dos décadas de la caída del gobierno de Fernando de la Rúa, quien debió abandonar la Casa Rosada en un helicóptero en medio del estallido social que dejó un saldo de 38 muertos y cientos de heridos en todo el país. Cerca de las 16 horas, de aquel 20 de diciembre de 2001, luego que la oposición y la propia UCR rechazara la convocatoria realizada por De la Rúa por cadena nacional y los incidentes en las calles se agudizaban ferozmente tras la declaración del estado de sitio y el sangriento enfrentamiento entre la policía y los manifestantes, el Presidente redactó su renuncia de puño y letra.  Tras su salida, le sucedieron cuatro presidentes en once días: Ramón Puerta, Adolfo Rodríguez Saá, Eduardo Camaño y Eduardo Duhalde. 

A veinte años de aquellas trágicas e inéditas jornadas para el país, cuatro protagonistas y testigos recuerdan su participación y brindan sus diferentes puntos de vista.   

Eduardo Duhalde (En las elecciones legislativas de octubre de 2001 había sido electo senador nacional, luego de la crisis electo presidente por la Asamblea Legislativa) :

“Mi recuerdo primero de aquellos días es el "que se vayan todos", que era el grito de guerra de la gente. También recuerdo que Cuando Rodríguez Saá asumió, la verdad pensé que me había salvado, porque ya no quedaba nadie para asumir, salvo la Corte Suprema. Pero yo no veía la situación como la planteaban muchos, sobre todo los economistas, tan compleja como decían. Yo sostenía que se estaba haciendo un maremoto en una palangana, porque el problema de la Argentina no era lo que debía, que era muy poco, el 41% del PBI, sino que no se producía; ese era el verdadero problema, y que se podía resolver en un año si poníamos al país a trabajar y a producir. En ese entonces tenía esa convicción, como también la tengo ahora, con la situación actual, que estamos haciendo un maremoto en una pileta de lona. Lo que podemos sacar de positivo de aquellos días es que terminamos el primer año con un superávit muy importante y con un índice de inflación muy bajo. Los que estábamos en el gobierno empezamos con menos diez, y sin embargo ya para septiembre, octubre, más del 50% de la población apoyaba lo que estábamos haciendo. Hoy, igual que en aquel entonces, si hacemos las cosas bien podríamos resolver fácilmente todos nuestros problemas, salvo que ahora se requiere que se den cuenta todos de que no se puede con el sistema que tenemos. Tenemos que juntarnos, porqué en realidad, nuestro problema es la pelea, y si nos seguimos peleando entre nosotros esto no lo resuelve nadie; hay que llamar a los mejores de todas las fuerzas políticas y llegar a un gran consenso en 4 o 5 puntos básicos, que es lo que siempre sostuve. Hoy, después de 20 años, hablar sobre lo que se hizo mal, o que se pudo haber hecho de otra manera, tal vez mejor o quien sabe si peor, no es un tema que me interese desglosar. La verdad es que hay quienes dicen una cosa y otros otra, pero la realidad es que el país estaba atravesando una situación para la gente, el periodismo en general y sobre todo los economistas realmente desesperantes, que estábamos en el medio de un incendio, y sin embargo en 7 u 8 meses salimos. Siempre las cosas se pueden hacer mejor o peor, pero la realidad es que mal o bien, con lo que hicimos y como lo hicimos pudimos salir”. 

Juan Pablo Baylac (Se desempeñó como vocero presidencial del gobierno de Fernándo De la Rúa) :

“Fui testigo y protagonista desde adentro del palacio de un episodio que ocurrió desde afuera del palacio hacia adentro. El 19, 20 y 21 de diciembre fueron días muy serios, días muy graves, que quedaron en la mente de todos los argentinos como una de las crisis más profundas que tuvo la Argentina. Había explotado la convertibilidad y a su vez teníamos un problema social muy serio, ya que la economía estaba en una situación compleja y hubo, a mi entender, causas que son las que aparecieron desde la superficie y otras que se venían gestando en la profundidad de la política argentina. Las causas de la superficie eran el no cumplimiento por parte del Fondo Monetario Internacional del envío de dólares al que se habían comprometido. En ese momento se estaba preparando la reestructuración de la deuda, a través del ministerio de economía, con el objeto de resolver el pago de los bonos que estaban vencidos. En febrero de 2002 iba a ocurrir algo que ya había sido previsto, que era la reforma de la Ley de Convertibilidad, que era que el euro superaba al dólar y en esa canasta de monedas se iba a operar la devaluación. Por supuesto que estamos hablando de un gobierno que había tenido su primer debilitamiento con la renuncia de Chacho Álvarez. Una parte del radicalismo se había aislado con el ingreso del Dr. Cavallo al gobierno y, por último, el 30 de octubre el oficialismo perdió la elección de medio término, cosa que produjo en el peronismo esa búsqueda de dientes afilados para ir al poder. En la profundidad de la política se venían dando diálogos entre sectores del radicalismo y Duhalde, sectores de la Iglesia y Duhalde, sectores empresariales y Duhalde y sectores del sindicalismo y Duhalde a través de su "Movimiento Productivo", que había inventado por esos días. Allí se discutía que sí o sí era necesario devaluar, cosa que por cierto hicieron luego. El 2 de febrero se decretó la caída de la convertibilidad, devaluaron asimétricamente, pesificaron asimétricamente e impusieron el "corralón". Y en este punto debemos decir que si bien es cierto que la sociedad en su conjunto piensa que fue el corralito la causa de la confiscación de sus depósitos, en realidad fue la decisión de Duhalde de no poder disponer de esos fondos que después se devolvieron en diciembre de 2002 a un valor de $1,40 por dólar. Por otra parte, los grandes empresarios que estaban endeudados, entre ellos De Mendiguren -quien fuera uno de los principales agitadores durante esos días de caos- licuaron esas deudas 1 a 1. Pero la realidad es que la oposición tenía preparado un plan. Tal es así que hubo reuniones entre Duhalde y Alfonsín, Federico Storani y otros más, y ejecutaron ese plan que comenzó con un paro general con movilización encabezada por Hugo Moyano que llevó, incluso, una bandera de Al Qaeda frente a la casa de gobierno, donde se llamó a la desobediencia civil para que no se paguen impuestos... y fueron haciendo una serie de actos a partir del 30 de octubre destinados a debilitar aún más a un gobierno que ya estaba debilitado, con una gran participación del entonces gobernador Carlos Rukauf pidiendo a gritos que había que llamar a elecciones”. 

Miguel Ángel Toma (Fue ministro del Interior del presidente interino Ramón Puerta -entre el 20 y el 22 de diciembre de 2001- y  secretario de Inteligencia del gobierno de Eduardo Duhalde) :

“Esos días de diciembre de 2001 fueron días cruciales para la historia argentina. Marcaron el fin de un ciclo, que fue la salida abrupta de la convertibilidad en lugar de hacer un proceso equilibrado y racional, como lo planteaba en su momento Eduardo Duhalde durante la campaña de 1999, mientras que la propuesta de Fernando De La Rúa era exactamente lo contrario, o sea, mantener el 1 a 1, y en la medida que se fueron profundizando los problemas macro que suponía la continuidad de la convertibilidad en un contexto económico muy complejo se produce el estallido. Ese estallido conlleva a una crisis muy profunda, de la que se pudo salir básicamente porque se dieron algunos aspectos que, lamentablemente, hoy no existen. En primer lugar, la existencia de dos grandes partidos, como el radicalismo y el peronismo, estructurados y con conducciones. El acuerdo entre Duhalde y Alfonsín permitió, valga la redundancia, el acuerdo también en el plano legislativo y, por último, la constitución de un gabinete de coalición, ya que de los 7 ministerios 3 eran ocupados por radicales. A eso hay que sumarle el diálogo, donde la Iglesia tuvo mucho que ver, y de los gremios y el sector empresario que reproducían un acuerdo equivalente al que se daba en el plano político. La sumatoria de todos estos elementos permitió que pudiéramos salir rápidamente de la crisis, a lo que debemos agregar algo más; en el año 1999 cuando Duhalde pierde la elección tenía un equipo conformado, encabezado por Remes Lenicov, que tenía un plan muy claro para salir de la convertibilidad que, lógicamente, el haber perdido no permitió que eso se llevara a cabo, pero que cuando Duhalde asume en 2002, pone rápidamente en práctica ese plan que, si hoy tuviésemos una crisis equivalente, no estarían dadas ninguna de las condiciones que sí nos permitieron salir de la crisis de ese entonces. Ya a mediados del año 2001 había habido una serie de reuniones de empresarios, gremialistas y políticos, donde participaban por supuesto Eduardo Duhalde y Raúl Alfonsín, en las que le habían advertido a De La Rúa sobre la necesidad de una salida progresiva y controlada de la convertibilidad, y le habían ofrecido, además, sus equipos técnicos para poder avanzar, pero hubo una negativa por parte del entonces presidente, que termina convocando a Domingo Cavallo que lo que intenta es salvar la convertibilidad, que produce el desenlace que todos conocemos, y no por culpa de Cavallo, sino porque no era lo mismo la convertibilidad en la década del 90, con un liderazgo tan firme como fue el de Carlos Menem que en un contexto de agotamiento económico y de crisis política de ese momento. No nos olvidemos que ya había renunciado Chacho Álvarez, cosa que dejó en una enorme debilidad política al gobierno. Querer colocar las responsabilidades, como algunos sostienen, al radicalismo o al peronismo me parece, por lo menos, no acertado... no es congruente con la realidad histórica. La crisis de 2001 fue política y también económica. La crisis política es la madre de la crisis económica porque De La Rúa no fue capaz de avanzar en un proceso que se le había ofrecido, salir de manera progresiva de la convertibilidad. Cuando una crisis política no encuentra resolución, esa crisis se expresa y se expande al conjunto de la sociedad y todas sus actividades. La crisis de De La Rúa comienza, insisto, con la renuncia de su vicepresidente, y sigue con la negativa a salir de la convertibilidad de una manera controlada y acordada, y el peronismo le había ofrecido esa opción al presidente, y en relación a esto puedo contar una anécdota. La noche previa al 19 de diciembre, todo el bloque de diputados peronistas, al que yo pertenecía, tuvimos una larga reunión en un hotel céntrico de la ciudad con quien era el jefe de gabinete, el Dr. Chrystian Colombo, e importantes dirigentes del radicalismo, entre los que estaba Coti Nosiglia, y ofrecimos hacer un gobierno de coalición para poder superar la crisis. Lamentablemente, el Dr. De la Rúa no podía responder, porque estaba muy afectado por un problema de salud y no estaba en condiciones de dar respuesta, de manera que bajo ningún punto de vista es achacable, ni al radicalismo ni al peronismo, que fueran los responsables de la caída de su gobierno”. 

Patricia Bullrich (Ocupó las carteras de Trabajo y Seguridad Social durante el mandato de Fernándo De la Rúa) :

“Recuerdo todo con una gran tristeza, porque las cosas deberían haberse resuelto con menos violencia, con más capacidad de diálogo. Yo ya no estaba en el gobierno, pero lógicamente vi como avanzaba esa violencia, e inclusive con muchas personas conocidas que se ponían al frente de esas manifestaciones sin entender el costo que eso iba a tener para el país, sin buscar una salida más razonable y más razonada. Tanto fue así que se terminó aplaudiendo el default como si eso hubiera sido positivo para el país. En ese momento la convertibilidad era algo así como un cinturón gástrico que apretaba mucho, y que era necesario entender que eso no se podía o no se iba a sostener por mucho tiempo más. Luego, se hizo una pesificación totalmente asimétrica, se generó una situación de pobreza enorme. Entonces, creo que la enseñanza más importante es que sobre los momentos difíciles hay que salir de las crisis de otra manera, más estudiada, sin herir los ingresos de todos los argentinos. No me gusta mucho hablar de alguien ya fallecido como el Dr. De La Rúa, pero me parece que el liderazgo que hacía falta en ese momento, cuando Brasil devaluó -y que Carlos Menem cuando era presidente no lo hizo- dejó una Argentina totalmente asimétrica. No podíamos competir, entonces era necesario hacer una corrección. Se podría haber seguido con la convertibilidad, pero haciendo esa corrección... no puedo decir ahora el número exacto que se calculaba en ese momento, pero repito, si se hubiese hecho esa corrección la historia hubiese sido distinta. La realidad es que el habernos atado demasiado a que un peso era un dólar en la Argentina, que ya venía perdiendo competitividad, finalmente terminó generando una gran recesión y mucho desempleo. También hay que decir que ocurrió algo que ha pasado siempre... cada vez que gobierna alguien que no es del peronismo se le hace la situación casi imposible, por eso digo hoy que el elemento más importante que debemos tener es la valentía”. 

POR PABLO DOCIMO.

Publicado en Diario "la Prensa", 19/12/2021.

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