El resentimiento es un sentimiento persistente de enojo por algo o hacia alguien percibido como causa de una afrenta, que se manifiesta en agresión hacia el causante o hacia otros. Ese algo o alguien puede ser una persona, un conjunto de personas (la sociedad, por ejemplo), una deficiencia propia evidente, un rasgo u origen no deseado, entre otros condicionamientos. No todos lo desarrollan.
Cuando un resentido obtiene poder, usualmente da rienda suelta a su inquina y busca revancha sobre alguna víctima. Ocurre en política. Vienen a la memoria los episodios más horrendos que originaron feroces dictaduras y guerras sangrientas a lo largo de la historia mundial. En numerosos casos estudiados el resentimiento, sobre todo por acontecimientos de la niñez y la adolescencia, contribuye grandemente a la calamidad.
En ámbitos más cercanos, hay ejemplos de quienes asumieron poder soportando el peso de acontecimientos de la niñez o juveniles -en casi todos los casos descriptos en la bibliografía- que les produjeron resentimiento. Esos hechos pudieron influir de modo determinante en conductas proclives al fomento de una grieta casi irreconciliable entre sus dirigidos y en ciertas circunstancias homicidios en masa. Las conductas de los dictadores militares o las de sus subordinados obedecen mayoritariamente a crueles e inhumanos excesos más que a resentimiento, aunque tampoco lo desechamos.
TRES REGLAS POLITICAS.
EL CASO DEL CHE.
¡Cuánto habrá incidido en su atormentada psicología y en la propensión a matar del Che Guevara cada postración por el severísimo asma que lo acompañó toda su vida, su pobre estado físico (baja estatura y delgado) en la práctica de deportes con sus compañeros, la vertiginosa decadencia aristocrática de sus antepasados o la noción de haber sido concebido antes del matrimonio en esa moral pacata de la época!
La familia del Che era violenta. Su duro y desdibujado padre Guevara Lynch lo sometía a castigos; su madre de la Serna, transgresora y autoritaria, manejaba las riendas del hogar. Ambos profesaban un odio ancestral hacia Estados Unidos porque sus antepasados de ilustre prosapia, establecidos en México y Estados Unidos al huir de Juan Manuel de Rosas, habían perdido vastas tierras a raíz de la conquista del oeste por parte de los norteamericanos. Sentían ser los parientes pobres y las mudanzas continuas de esa familia desordenada y trashumante, muchas veces partiendo con deudas de alquiler, afectaban las relaciones entre el Che, sus padres y sus hermanos. Quienes los conocieron en esa época testificaban el caos y la anarquía familiar de los venidos a menos Guevara.
El conflictuado, poco higiénico e inteligente médico Ernesto Guevara de la Serna, díscolo, altanero, suficiente, provocador, discriminador de afroamericanos y homosexuales, tomador de riesgos absurdos, que disfrutaba con la muerte (¿acaso también buscaba la propia?), se convirtió en asesino a sangre fría ante numerosos testigos durante la guerrilla cubana y fusilador de miles sin juicio previo. Ocurrió luego de muchos años de indiferencia política durante su largo recorrido por América donde con profundo individualismo, que poco hacía prever su posterior conversión al marxismo, afirmaba que nada era más importante que él mismo.
El multiplicador fue Fidel Castro (¿sustituto paterno?) con quien llevó a cabo las ejecuciones más crueles. Fidel era hijo ilegítimo de una relación extramarital de su enriquecido padre con una joven de la finca y empleada de su casa, ambos entonces analfabetos, confinado a vivir en su niñez en una casa apartada fuera del hogar familiar junto con su madre y sus hermanos, hijos de la misma relación. El dúo Che-Fidel, junto con otros acólitos como Raúl Castro, provocó una enorme grieta en la sociedad cubana que se mantiene aún.
Dejo al lector la tarea de explorar y decidir si las dos grandes grietas producidas en nuestro país durante gobiernos electos a contar desde las primigenias interrupciones de la democracia en 1930 y 1943, exponen raíces de resentimiento en quienes detentaron el poder y si eventualmente se cumplen las tres reglas citadas. Si la conclusión fuera positiva, cuidémonos de los resentidos.
PUBLICADO EN DIARIO LA PRENSA.
https://www.laprensa.com.ar/524786-El-despecho-inexorablede-los-resentidos.note.aspx
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