Abel Fleury.
Por José Narosky.
Abel Fleury (Dolores, 5 de abril de 1903 - Buenos Aires, 9
de agosto de 1958) fue un guitarrista y compositor argentino.
"Estilo pampeano" y "Milongueo del ayer"
son dos de sus temas más conocidos. El primero figura hace más de 40 años como
composición obligatoria en la Escuela Musical de Tomsk (Siberia, Rusia), lugar
en el que el autor jamás estuvo.[1]
Biografía.
Hijo de Juana Peón, planchadora y de Eduardo Fleury,
panadero entre otros oficios, su vocación musical nació a sus 11 años
aproximadamente; y le solicitó a su madre que le comprara una guitarra. Las
primeras lecciones de este instrumento las recibió justamente de su madre,
quien le enseñó las primeras posiciones a través de una milonga. Avanzó en sus
estudios teniendo por maestro a Froilán Rojas y más tarde al compositor Honorio
Siccardi y Pascual Galeano, ambos de la ciudad de Dolores, con los que dio sus
primeros pasos en el género. Perfeccionó sus estudios de guitarra con el
maestro Domingo Prat.[2]
A los 20 años abandonó la ciudad, residiendo en Mar del
Plata, Tandil, Tres Arroyos, La Plata y Buenos Aires, dando conciertos con la
asistencia de numeroso público. Se casó con una joven llamada Natalia Arámbulo
y de esta unión nació el 13 de diciembre de 1925 su primogénita Zulema Fleury,
quien a la edad de 17 años, y por el consejo de su madre se recibe de
concertista de guitarra. Zulema Fleury fue la única concertista de guitarra de
su descendencia y la cual llevó el nombre de su padre con gran orgullo y
respeto. La guitarra que perteneció al Señor Abel Fleury, hoy parte del museo
en Dolores, fue obsequio de su hija Zulema, la cual fallece años más tarde en
la ciudad de Buenos Aires.
En 1933, buscando mejor suerte, se trasladó a Buenos Aires y
gracias a una carta de presentación del conocido recitador criollo de la época,
Lauro Viana, empezó a participar, haciendo el fondo musical, en los recitales
poético-gauchescos de Fernando Ochoa. También, ya separado de Natalia Arámbulo,
se unió a Nelis Guerra y así nacieron tres hijos: Estela Juana, María Del
Carmen y Abel Eduardo.
La sociedad artística con Ochoa facilitó su conocimiento por
el público y su contratación, no sólo como solista sino también como director
de conjuntos de guitarras. Estos grupos a los que el poeta gauchesco Claudio
Martínez Paiva denominó escuadrones, gozaron de gran popularidad y con ellos
actúa Fleury en estaciones radiofónicas y en distintas salas de Buenos Aires y
el interior del país. Los escuadrones, que llegaron a contar con cuarenta
guitarras, fueron integrados por artistas que luego ocuparon lugares destacados
en el ámbito de la música popular, como Héctor Ayala, Roberto Grela y Ubaldo de
Lío, entre otros.
Paralelamente, Fleury continuó su actividad solista y
alcanzó el registro discográfico, primero en el sello Odeón y luego en el
Víctor o RCA Victor. Desde 1935 hasta 1954 grabó diez obras propias y un
arreglo de Clavel del aire de Juan de Dios Filiberto. Alrededor de 1940 integró
el Cuarteto Argentino de Música Popular con Pedro Maffia, Sebastián Piana y
Alfredo Corletto, con este último realiza numerosas presentaciones, en especial
en radiofonía.
El relativo éxito obtenido en espectáculos de música popular
no lo disuadió de llevar a cabo una carrera como concertista de guitarra,
actividad ésta que intentó organizando él mismo recitales en Buenos Aires y el
interior del país. Tales espectáculos constaban habitualmente de tres partes:
la primera integrada en su totalidad por obras del repertorio clásico de la
guitarra: de autoría de Francisco Tárrega, Heitor Villa-Lobos, Fernando Sor,
Dionisio Aguado, Manuel Ponce, Antonio Lauro, etc. y, a través de
transcripciones, de Sylvius Leopoldus Weiss, Johann Sebastian Bach, Isaac
Albéniz, Joaquín Malats, Wolfgang Amadeus Mozart, Ludwig van Beethoven,
Frédéric Chopin, etc. Una segunda parte dedicada a un recital poético o a una
representación teatral (En una ocasión, Mateo de Discépolo por la compañía de
Homero Cárpena) y una tercera dedicada generalmente a su propia producción
solística o para dúos, tríos y cuartetos de guitarras.
Sobre la base de ese formato, realizó giras por el interior
del país, actuando en Córdoba, Río Negro, Santa Fe, Entre Ríos, Corrientes y la
Provincia de Buenos Aires. A partir de 1948 inició sus viajes al exterior,
primero a Chile y con posterioridad a Paraguay, Bolivia, Brasil y Uruguay (En
este país mantiene una entrevista con el guitarrista, compositor y pedagogo
Isaías Savio). Luego y gracias a un auspicio del Instituto Iberoamericano de
Cultura de la Universidad de Madrid se presentó en España y más tarde en
Francia, donde participó en conciertos en universidades.[3]
Esa intensa actividad como intérprete no lo alejó de la
composición, sino por el contrario, las creaciones que surgían de su pluma se
iban incorporando al repertorio de sus conciertos. Según la planilla de SADAIC
(Sociedad Argentina de Autores y Compositores) sus obras editadas alcanzan los
treinta y tres títulos.
Tales composiciones integran desde mediados de la década de
1980 los programas de estudio de los conservatorios de la provincia de Buenos
Aires, de la Ciudad de Buenos Aires y de numerosos conservatorios,
universidades y escuelas de música del país y el extranjero.
Su obra es considerada de carácter académico dentro del
nacionalismo musical argentino.[4]En cine actuó en Joven, viuda y estanciera
(1941) y escribió la música para Santos Vega (1936).
De regreso de uno de esos viajes, a comienzos de 1958,
empezó a sentir los síntomas de una enfermedad que rápidamente lo llevó a la
muerte, acaecida en Buenos Aires el 9 de agosto de ese año. Sus restos fueron
trasladados a la ciudad de Dolores, donde fue homenajeado como su hijo más
distinguido.
Desde hace 30 años en la ciudad de Dolores, se realiza la Fiesta Nacional de la Guitarra en homenaje a Don Abel.
Referencias
«Abel Fleury,
vigencia de su arte magistral», artículo en el diario La Nación del 7 de enero
de 2006. Publicado en su edición impresa.
«Abel Fleury, el
poeta de la guitarra», artículo en el sitio web Guitarrasweb de enero de
2000.colaboracion de Hector Garcia Martinez
«Abel Fleury, Primera
y exitosa gira europea por Héctor García Martínez», artículo en el sitio web
Guitarrasweb de marzo de 2001.
Oscar Olmello.
"Abel Fleury, un músico entre dos culturas". Revista Argentina de
Musicología. Nº 9. Buenos Aires: AAM.
Publicado en Wikipedia.
https://es.wikipedia.org/wiki/Abel_Fleury
ABEL FLEURY
Nació un día 5 de abril de 1903 en Dolores (Provincia de Buenos Aires).
Contaba Atahualpa Yupanqui en el Capitulo XVII “La Guitarra” en su libro el “Canto del viento”
“……Muchos años después, un guitarrista me hizo evocar con mayor firmeza a aquel trovero de la pampa. Ese guitarrista. fue Abel Fleury. La manera de tratar el modo y desarrollo de sus milongas me recordaron a Nazareno Ríos, aunque Fleury era más completo como instrumentista. Pero la sustancia siempre señaló a Fleury como sabedor de la Leyenda del Viento. No se pueden tocar así porque si, las milongas de la llanura bonaerense. Es menester profundizar el misterio del paisaje, el silencio y el anhelo del paisano. Es necesario abordar el tema “confidencialmente” aunque haya mucha gente escuchándolo. Juan Sebastián Bach, catedral de la verdad musical, decía: “Cuando toco, lo hago pensando que en la sala, anónimo y atento, me está escuchando un gran músico. Para ese, gran músico doy mis cantatas.” Fleury, músico y, además, artista, tocaba sus preludios criollos, sus estilos y milongas, quizá para ese gaucho invisible, anónimo y atento, que oía en la penumbra el mensaje de una guitarra con dignidad. Por eso daba el paisaje en su música. Por eso traducía a su amado pago de Dolores; por eso andaban sus pericones y cifras aromando las noches de Tandil y Azul; por eso lo han visto los campos donde retozan el ñandú, los chajaes, las garzas y los flamencos, camino de Pringles, Tres Arroyos, Bahía, Puán, Trenque-Lauquen, por citar solamente algunos pagos sureños, pero sin olvidar países de nuestra América, ni Madrid, Valencia, Barcelona, Asturias, ni París, Lyon, ni Londres, ni Lisboa…..”
La Revista Folklore lo recuerda en su Número 67 de fines de Abril de 1964. Una primera Edición Extraordinaria dedicada a los Grandes del Folklore . Recordemos que una segunda apareció pocas semanas después como ejemplar Nº 73 de segunda quincena del mes de julio de 1964.
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