GRACIAS POR ESTAR AQUÍ...

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...." el pueblo recoge todas las botellas que se tiran al agua con mensajes de naufragio. El pueblo es una gran memoria colectiva que recuerda todo lo que parece muerto en el olvido. Hay que buscar esas botellas y refrescar esa memoria". Leopoldo Marechal.

LA ARGENTINA DEL BICENTENARIO DE LA PATRIA.

LA ARGENTINA DEL BICENTENARIO DE LA PATRIA.
“Amar a la Argentina de hoy, si se habla de amor verdadero, no puede rendir más que sacrificios, porque es amar a una enferma". Padre Leonardo Castellani.

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"La historia es la Patria. Nos han falsificado la historia porque quieren escamotearnos la Patria" - Hugo Wast (Gustavo Martínez Zuviría).

“Una única cosa es necesario tener presente: mantenerse en pie ante un mundo en ruinas”. Julius Evola, seudónimo de Giulio Cesare Andrea Evola. Italiano.

martes, agosto 30, 2016

Juan Bautista Alberdi. Pensamientos.

El Gobierno es una necesidad de civilización, porque es instituido para dar a cada gobernado la seguridad de su vida y de su propiedad. Esta seguridad se llama y es la libertad. Luego el objeto del Gobierno, que es la libertad, es el más noble y santo en sí mismo cuando llena su deber esencial, que es proteger la seguridad de la vida y de los bienes de todos y cada gobernado, substancia y meollo de la libertad.

¿Qué exige la riqueza de parte de la ley para producirse y crearse? Lo que Diógenes exigía de Alejandro: que no le haga sombra.

En efecto, ¿quién hace la riqueza? ¿Es la riqueza obra del gobierno? ¿Se decreta la riqueza? El gobierno tiene el poder de estorbar o ayudar a su producción, pero no es obra suya la creación de la riqueza.

La riqueza de las naciones es la obra de las naciones, no de sus gobiernos. Si no tuvieran otro fabricante de sus riquezas que los gobiernos, todas las naciones, sin excepción de una sola, estarían en la miseria. El gobierno por su institución y destino, representa un gasto, un consumo de la riqueza nacional.

Un pueblo condenado a ser libre por la mano de su Gobierno tiene que esperar siglos para entrar en posesión de su libertad, porque cada libertad que el Gobierno le devuelve es una parte de su poder que abdica. Y como no tiene quien le obligue a abdicar sino un pueblo educado en la obediencia absoluta, es decir, ininteligente y desinteresado en la cuestión de su propia libertad, no será ese Gobierno el que se apure a devolver los poderes de que goza y disfruta.

En Inglaterra , es decir, en el país mas libre y próspero del mundo, por una estatua consagrada a un soldado se ven diez dedicadas a grandes hombres de Estado, a grandes inventores, a grandes viajeros, o exploradores, a grandes y útiles talentos. Los grandes guerreros ceden allí su puesto de honor a los grandes arquitectos, a los grandes ingenieros, a los grandes agricultores, a los grandes genios del arte y de las ciencias.

Cuando decimos que ella ha hecho de la libertad un medio y una condición de la producción económica, queremos decir que la Constitución ha impuesto al Estado la obligación de no intervenir por leyes ni decretos restrictivos en el ejercicio de la producción o industria comercial y marítima; pues en economía política, la libertad del individuo y la no intervención del Gobierno son dos locuciones que expresan un mismo hecho.

Todo lo que el gobierno puede hacer para llevar a la Nación a enriquecerse, toda su economía, está encerrada en estas tres simples cosas, a saber: Libertad, Seguridad, Tranquilidad. Lejos de ser reducido su número, se podría aún refundir en una sola: la seguridad, que representa sumariamente la libertad y la paz. Pues estas últimas son la supresión de los pretextos que sirven a los gobiernos para desconocer todas las garantías en nombre del bien público.

El gobierno representa el consumo, no la producción. Los funcionarios de las naciones latinoamericanas, en su mayor parte, absorben todos los créditos y préstamos extranjeros con sólo mejorar sus salarios. Hay demasiado gobierno.

Los estados son ricos por la labor de sus individuos, y su labor es fecunda porque el hombre es libre, es decir, dueño y señor de su persona, de sus bienes, de su vida, de su hogar. La omnipotencia del estado es la negación de la libertad individual.

El Gobierno no ha sido hecho para hacer ganancias, sino para hacer justicia; no ha sido creado para hacerse rico, sino par ser el centinela y el guardián de los derechos del hombre, el primero de los cuales es el derecho al trabajo, o bien sea la libertad de industria.

En Sud-América se toma por reforma de un país, lo que es reforma de un papel escrito. En lugar de cambiar la educación de sus hombres, cambian las palabras de sus leyes y con eso creen haber hecho una revolución, una reforma

La idea de una industria pública es absurda y falsa en su base económica. La industria en sus tres grandes modos de producción es la agricultura, la fabricación y el comercio; pública o privada, no tiene otras funciones. En cualquiera de ellas que se lance el Estado, tenemos al gobierno de labrador, de fabricante o de mercader; es decir, fuera de su rol esencialmente público y privativo, que es de legislar, juzgar y administrar.


La soberanía reside en el pueblo, pero el pueblo no es soberano de mi libertad, ni de mi inteligencia, ni de mis bienes, ni de mi persona, que tengo de la mano de Dios, sino por el contrario, no tiene soberanía sino par impedir que se me prive, de mi libertad, de mis bienes, de mi persona. De modo que cuando el pueblo o sus representantes, en vez de cumplir con ese deber, son los primeros en violarlos, no son criminales únicamente, sino también perjuros y traidores.

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