Niños mártires, asaltos de trenes, vías férreas pobladas de ahorcados, indómitos guerrilleros, brigadas de valientes mujeres con voto de silencio, emboscadas en sierras desérticas, Caballeros de Colón antimasónicos, el KukuxKlan y traiciones de un gobierno anticlerical son los fascinantes elementos de La Cristiada o la Guerra Cristera (1926 – 1929), la guerra religiosa más dramática, sangrienta y desconocida de la historia de América de la que ahora se cumplen sólo 90 años. Una tragedia que fue prácticamente borrada de los libros de Historia. Su grito de lucha: Viva Cristo Rey y la Virgen de Guadalupe.
El famoso Emiliano Zapata luchó con diez mil hombres y Pancho Villa con veinte mil, pero los desconocidos cristeros consiguieron movilizar a cincuenta mil combatientes, apoyados por todo un pueblo. Fue una guerra por la libertad que se convirtió en un verdadero "martirologio" ya que en esa persecución sangrienta y salvaje, cientos de religiosos y laicos católicos fueron asesinados por su fe. Un capítulo bélico recogido en cientos de fotografías blanquinegras que sorprenden por su fuerza y magnetismo.
Conspiración de silencio
La Guerra Cristera, hasta 1980 fue tabú en los estudios históricos y políticos mexicanos. La Historia "oficial" -en las raras ocasiones que los llegaba a mencionar- los calificaba como "rebeldes al gobierno". Pese a su importancia, se intentó borrar de la memoria y se transmitió casi en secreto entre los miembros de las familias que vivieron el enfrentamiento.
La Ley Calles
La anticlerical Constitución mexicana de 1917 había incluído medidas draconianas contra la Iglesia, negaba su reconocimiento legal, limitaba a los sacerdotes, prohibía la educación religiosa, nacionalizaba las propiedades de la Iglesia e ilegalizaba la celebración de ceremonias fuera de los templos. Sin embargo, dada la mayoría católica nunca se aplicó de forma estricta hasta 1926. Ese año el Presidente Plutarco Calles promulga "la Ley Calles": multas y cárcel por negarse a disolver comunidades religiosas, por enseñanza de la religión, por publicaciones piadosas, por expresar públicamente las creencias y la expulsión de sacerdotes extranjeros, incautación de iglesias, conventos y monasterios e inventarios de los bienes. También prohibe las sotanas a los curas mexicanos, y se mandaron quemar todos los documentos de la Iglesia, incluidas la Fe de bautismo de todas las personas. Todo acto católico era prohibido por la ley. La iglesia suspende el culto público y se va a la clandestinidad, a modo de la época de las catacumbas
Al principio, los fieles y la jerarquía se resistieron a la Ley Calles de forma pacífica y organizan su brazo político: la Liga Nacional Defensora de la Libertad Religiosa (LNDLR) . Protestas, un millón de firmas pidiendo la abolición, boicot económico... no hubo alzamiento armado ni tácticas de resistencia civil hasta que no se agotaron todos los recursos legales y pacíficos posibles. El Gobierno, viendo el poder que adquirían, intensificó su ataque con arrestos, intimidaciones y comenzaron las ejecuciones y violentas represiones por parte del ejército.
Ante los atropellos y desmanes, el pueblo a empezó a armarse de forma espontánea y aparecen las primeras guerrillas, compuestas por campesinos que comienzan a sublevarse al grito de: "¡Viva Cristo Rey y Santa María de Guadalupe!, Fueron conocidos desde entonces despectivamente con el nombre de Los Cristeros.
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