Como esos soldados japoneses que se pasaron décadas
vigilando sus fortines en perdidas islas del Pacífico sin saber que la Segunda
Guerra Mundial había terminado, un campesino chino ha estado 41 años custodiando
un refugio antiaéreo secreto justo bajo su casa. A diferencia de los militares
nipones, He Wenxun, quien ya tiene más de 80 años, no fue abandonado por su
Ejército al término de ninguna contienda, pero sí olvidado por las autoridades
que le ordenaron construir dicho búnker.
Según publica el periódico «China Daily», ocurrió en 1975,
durante los últimos compases de la trágica «Revolución Cultural que venía
convulsionando a China desde 1966. Al final de aquella década de movilización
ideológica de las masas y fervor comunista lanzada por Mao Zedong, en la que el
país se hundió en el caos, las Fuerzas Armadas Populares le ordenaron a He
Wenxun y otro centenar de milicianos excavar un refugio antiaéreo en el condado
de Ceheng, en la remota provincia sureña de Guizhou. Como se trataba de una
instalación secreta, ni siquiera se dibujaron planos del búnker ni se conservó
ningún registro oficial, por lo que nadie se acordó del mismo cuando, en 1976,
terminó la «Revolución Cultural» y todos los trabajadores que lo habían
construido regresaron a sus hogares.
Todos menos He Wenxun, a quien se le ordenó vigilarlo en
secreto y mantenerlo siempre preparado desde la casa que se levantó junto
encima del refugio. Y así ha ocurrido hasta hoy, cuando, ya anciano, ha
decidido desvelar su existencia a las autoridades locales temeroso de no poder
seguir cumpliendo con su misión debido a su delicado estado de salud.
Tras su revelación, la sorpresa ha sido total en su pueblo,
donde el Gobierno local no tenía constancia de dicho búnker, cuya existencia
era desconocida incluso para la familia de He Wenxun. «Ahora sabemos por fin
por qué se negaba a mudarse. Quería quedarse junto al refugio», ha explicado al
«China Daily» su hijo.
Por su parte, Ren Bo, del Departamento de las Fuerzas
Armadas Populares, ha reconocido que toda la información sobre el búnker se
perdió durante los tumultuosos años de la “Revolución Cultural”.
Conmovidas por la lealtad de He Wenxun, que se ha mantenido
inquebrantable durante más de cuatro décadas, las autoridades militares han
condecorado al anciano, quien ya puede descansar tras haber desempeñado su
cometido. Tras ser relevado por fin de sus obligaciones, la Oficina de la
Defensa Aérea Civil se hará cargo de este refugio, que se encuentra en óptimas
condiciones. Misión cumplida para He Wenxun.
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