Horacio Guarany: toda una vida de cantor.
Tras 60 años de escenarios y 57 discos como solista, el folclorista dejó un vasto legado en el corazón de la música popular.
"Si dejo de cantar, me muero”, había dicho en una entrevista allá por el ‘97. Finalmente, a los 91 años, el cantor pasó a otro plano. No sin antes dejar su voz de este lado, la que derramó en cientos y cientos de festivales a lo largo de todos los escenarios populares del país.
“Quiero subir la cuesta impenetrable,/déjame ser el autor de tus ojeras,/tirar abajo las puertas de tu tiempo y/amarte a gritos como a una guerrillera”, soltaba en una de las estrofas el hombre que en su juventud se afilió al Partido Comunista, que tuvo que marchar al exilio y que luego apoyó la candidatura de Menem. Así, con esa intensidad, anduvo, cantó y compuso.
Horacio Guarany era, según Gustavo Santaolalla, el “Johnny Rotten argentino del folklore”. Le llamaban “El Potro”, pero su verdadero nombre era Eraclio Catalín Rodríguez.
Oriundo de la localidad santafesina de Las Palmas, Guarany vivía actualmente en una quinta cercana a la basílica de Luján a la que dedicó la canción “Romance de Plumas Verdes”, y padecía desde hace años graves problemas cardiovasculares.
Ganador del Premio Konex de Platino como el más importante cantante masculino de folklore de la historia en Argentina, en 2007 filma “El grito en la sangre”, dirigida por Fernando Musa y actuada junto a Abel Ayala, Florencia Otero y Roberto Vallejos. La película está basada en la novela “Sapucay”, del propio Guarany.
A finales de 2015 se publica “Horacio Guarany, toda una vida”, una extensa y documentada biografía del cantor escrita por Roy Stahli.
Parte de esa historia cuenta que en 1972 filmó su primer largometraje “Si se calla el cantor”, con Olga Zubarry, sobre el triunfo de un cantante que sortea las dificultades.
En 1974, dirigido por el mismo director Enrique Dawi, filmó “La vuelta de Martín Fierro”, con Onofre Lovero, un relato de la vida de José Hernández y de su obra.
Durante el mismo 1974 recibe amenazas de muerte, atentados con bombas, de parte del grupo parapolicial Triple A (Alianza Anticomunista Argentina), es conminado a abandonar el país en 48 horas, y en diciembre debe exiliarse, primero en Venezuela, luego en México y finalmente en España.
Sus discos sufrieron la censura de la dictadura militar, que además prohibió la difusión de algunas canciones como “La guerrillera” o “Coplera del carcelero”, entre más. Retorna en diciembre de 1978, y el 20 de enero de 1979 le ponen una bomba en su casa de la calle Manuel Ugarte, en Buenos Aires; decidió permanecer en Argentina, aunque debió realizar espectáculos sólo en el interior del país.
Al retorno de la democracia, en diciembre de 1983, vuelve a recitales y presentaciones televisivas en el país. En cuanto a Menem, afirmó haberle dicho: “Carlitos, yo sé que vos no nos vas a defraudar”, pero luego intentó despegarse de las políticas aplicadas por el menemismo.
Las canciones que venían afamándolo desde los ‘60s abrieron surcos en las agendas festivaleras, como “De tanto beberme el vino”, “Río San Javier”, “Caballo que no galopa”, “Caminante si vas por mi tierra”, “Canción del adiós”, “Si se calla el cantor” o “Puerto de Santa Cruz”.
En 2005, Horacio Guarany sufrió un accidente cerebrovascular que lo obligó a guardar reposo y retirarse de la actividad por varios meses.
“En ese momento, en agradecimiento al apoyo y al reconocimiento del público saqué una caja con cinco discos y comencé a despedirme de los escenarios de todo el país”, declaró.
En septiembre de 2015, Guarany había estado internado en la Fundación Favaloro por una descompensación cardiovascular y desde entonces había reducido su actividad artística, que lo llevó a cancelar su anunciada presencia en el Festival de Doma y Folclore de Jesús María del año pasado.
Pese a ello, continuó con distintos proyectos; incluso presentó en la Feria del Libro el texto que recoge su historia musical y personal.
Horacio Guarany falleció a los 91 años. Así lo manifestó su manager, Ruben López, en las redes sociales. “Con profundo dolor tengo que confirmar que nuestro maestro ha partido a otros festivales celestiales. Gracias Guara por todo”.
Informó además que su partida había sido “tranquila, en paz y en su casa junto a su gente”, y que los motivos de su muerte tenían que ver con “cosas de la edad, sumado a las enfermedades que se van acumulando con el paso de los años”.
Publicado en Diario "Los Andes" de Mendoza, sábado 14/01/2017.
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