Ñorquín, el poblado que fue capital de Neuquén y ya no existe.
Duró poco más de un año, entre 1886 y 1887. La mala calidad de los suelos para la agricultura y el terreno irregular abortaron el proyecto y el gobernador Olascoaga llevó la capital a Chos Malal.
Hoy es el nombre de uno de los 16 departamentos de la
provincia de Neuquén y también refiere a un instrumento mapuche de viento. Pero
hace 131 años, antes de desaparecer, existió como un pequeño poblado, que llegó
a tener mil habitantes y que fue elegido para ser cabecera del naciente
territorio nacional.
Un año duró la apuesta en ese lugar, a partir del 31 de
agosto de 1886, hasta que todo empezó a diluirse. Eran meses de intenso
intercambio con Chile y cuando la salida al Pacífico era la prioridad en el
norte neuquino. Sin embargo, pronto Chos Malal pasó a ocupar su lugar en 1887,
antes de que reubicaran la gobernación en la confluencia de los ríos Neuquén y
Limay en 1904. Ese último cambio modificaría radicalmente el horizonte de lo
que hoy es la provincia.
Las tierras al pie de la cordillera fueron en la historia
del gran territorio de Neuquén el escenario originario, donde el Ejército
Argentino se impuso y comenzó a levantar los fortines que marcaron como estacas
el avance sobre las comunidades. Ocupar esos lugares les “garantizaba la
disponibilidad de agua, pastos y árboles, significaba la expulsión de los
indígenas y la obligatoriedad del cambio del modo de producción comunitario por
uno de propiedad privada en donde los nativos no tenían cabida”.
De caciques y militares
Las tolderías de los caciques Purrán y Villamay estaban
asentadas en las tierras de lo que fue Ñorquín. Pero frente a la llegada de la
4° División del coronel Napoleón Uriburu, al menos Purrán huyó a Chile por el
actual Paso Pino Hachado, perseguido por el contingente que dirigía el mayor
Garayta.
La ley 954, del año 1878, había creado la Gobernación de la
Patagonia, agrupándolo todo al sur del río Negro. Mercedes de Patagones, lo que
hoy es Viedma, era cabecera de esa primera región.
Legislación en mano, las líneas divisorias fueron llegando
hasta los Andes, sin respetar la integridad política de la cuenca del río
Negro, pero para organizar un vasto horizonte que era difícil de controlar
desde Buenos Aires. Así fue como en 1885 se crearon los primeros cinco
departamentos en la geografía neuquina.
Una comisaría en cada uno se complementaba con la presencia
que ya ejercía el Ejército, mostrando la necesidad de las autoridades de
imponerse y custodiar la frontera, de una zona que demandaba dos meses de viaje
para llegar, desde Patagones.
Antes, Campana Mahuida
La elección de Ñorquín en 1886 se dio después de pasar por
la zona de Campana Mahuida, primera capital en 1884, donde se explotaban minas
de plata y cuyos productos eran conducidos a Chile por la cercanía. Se dio en
plena gestión del coronel Manuel Olascoaga, quien ya pisaba los 51 años y era
conocedor del lugar por haber elaborado el informe que propuso el avance de las
guarniciones desde La Pampa hasta el río Negro. Esa labor le valió el pedido
del general Julio A. Roca para que organice la Campaña del Río Negro.
Apenas cuatro meses después del asentamiento en Ñorquín, el
17 de diciembre de ese año se realizó la primera elección municipal, que
designó como presidente a Vicente Bono y concejales a Eusebio Castro, Guillermo
Grigor, Juan Balestra y Antonio Della Chá.
La escuela y la iglesia completaban la escenografía de esos
primeros espacios comunes, de la mano de los salesianos y hasta un docente
militar. En ese incipiente campamento construyeron la sede de la primera
escuela neuquina, levantada por los militares y cuyo maestro fue el cabo Pedro
Demarchi. Llegó a tener a cargo 64 alumnos, hasta que fue reemplazado por
Desideria Landestoy.
Alto analfabetismo
Los datos del censo de 1895 dibujaban algo de la realidad de
Neuquén por aquellos años, cuando tenía el índice de analfabetismo más alto del
país: 86.8%. La comunicación con la Capital Federal era escasísima y para 1912,
el 81% de la población vivía en la zona rural, entre vecinos argentinos y
chilenos por igual y con sólo un 30% de niños en edad escolar que sabían leer y
escribir. El 72%, unos 4.873 niños y niñas, crecían sin pisar las aulas.
El panorama obligó a la creación de más colegios, desde
1893, cuando el gobernador Rawson levantó otras dos escuelas en Codihue y Junín
de los Andes, hasta alcanzar la cifra de 38 establecimientos para 1914.
La expectativa de prosperidad en las tierras de Ñorquín fue
alta, pero no hubo caso. Una carta del gobernador Olascoaga al ministro del
Interior hablaba de su malestar. “Nota N° 108, fechada el 4 de agosto de 1887:
En comunicaciones anteriores he significado a V.E. la imposibilidad material
con que se tropezaba en Ñorquín para el desarrollo de la población, iniciada
allí bajo el dominio de una errónea creencia; pues además de lo mal sano del
clima en ese punto, por la extraordinaria humedad que reina durante la mayor
parte del año, existe la circunstancia de ser un terreno completamente
improductivo para la agricultura”, señalaba el funcionario.
El ejido había sido fraccionado, según su relato, en “unas
setenta y tantas suertes de chacras que inmediatamente empezaron a ser
trabajadas para su cultivo, pero todas ellas se encuentran en la actualidad
abandonadas a consecuencia del resultado negativo, por lo improductivo del
terreno”.
Como consecuencia, los pobladores se alejaron buscando
parajes más fértiles. Olascoaga redactaba este mensaje ya desde Chos Malal,
mudanza que encontró como solución en la búsqueda de un mejor emplazamiento.
“He dado comienzo ya a los trabajos preliminares para el reparto de solares y
chacras al sin número de solicitantes que afluyen espontáneamente atraídos por
la fertilidad de la tierra y benignidad del clima”, indicaba.
La localidad de El Huecú fue el destino de esos pobladores
de Ñorquín, que tuvieron que emigrar unos 10 kilómetros, mientras Chos Malal
crecía, “en la confluencia estratégica del río Neuquén con el Curi Leuvú y al
pie de la cordillera del Viento” (Gran Libro de Neuquén). La eligieron por ser
una zona fiscal, no como Ñorquín que, por el contrario era de propiedad
privada, aseguran.
A medida que se consolidaban las poblaciones, los militares
siguieron cumpliendo funciones civiles, como el enrolamiento y el
empadronamiento de hombres y mujeres, el estado de las escuelas creadas en
Ñorquín y Chos Malal, y hasta 1913, un destacamento en San Martín de los Andes
que mantenía la línea telegráfica y el transporte en mula de allí a Piedra de
Águila y Neuquén.
El triángulo de la provincia
La geografía de Neuquén era vista como esa figura
geométrica. Por esa razón, cuando quisieron llevar la capital a la confluencia
con el río Negro, era para Olascoaga como “colocar un portero en el fondo de la
casa”.
La intención del militar, de apuntar al Pacífico y a Chile,
chocaba con la proyección que se hacía desde Buenos Aires, para aprovechar los
mercados transoceánicos, desde los puertos del Atlántico.
La extensión de la punta de rieles del Ferrocarril del Sud
hasta la Confluencia en 1902, fue una muestra de la integración que buscaban.
Era el paso obligado en la ruta entre Carmen de Patagones, Viedma o Bahía
Blanca y los núcleos de población civil y militar ubicados al pie de la
cordillera.
“En 1903”, relata el libro de los 100 años de Neuquén de la
UNCo, “Carlos Bouquet Roldán asumió la gobernación del Territorio y comenzó a
gestionar el traslado de la capital a la confluencia de los ríos Limay y
Neuquén”. Las razones del proyecto se fundaban, también, en el pedido de los
“particulares propietarios de las tierras”, que querían convertirla en un
“centro de desarrollo”.
La especulación marcó el manejo del suelo sobre el que se
asentó el pequeño caserío de construcciones de adobe y algunos edificios de
cierta importancia, muy dispersos entre las orillas de ambos ríos.
Fuentes consultadas
• Biblioteca diario “Río Negro”
• Reseña Histórica de la Provincia de Neuquén, Carlos
Agustín Ríos (1980), Cefna Libros
• El Gran Libro de la provincia de Neuquén, Director
Editorial: Carlos Godoy (2001), Ediciones Milenio
Colaboraron:
• Archivo diario “Río Negro”.
• Juan Carlos Parada Agencia Chos Malal
La primera imprenta llegó a Chos Malal
El desarrollo de Chos Malal trajo la primera imprenta al
territorio y en poco tiempo apareció el periódico “La Estrella de Chos Malal”.
La localidad del demonio: “Huecú” refiere al “genio del
mal”, que era como denominaron a una clase de coirón que producía en los
animales una enfermedad que los hacía temblar y trastabillar. Para el indígena
estaba atacado por el demonio o “huecú”.
Las tolderías de los caciques Purrán y Villamay estaban
asentadas en las tierras de lo que fue Ñorquín hasta la llegada de la 4ª
División del Ejército.
Las localidades del departamento Ñorquín
El Huecú: es la actual capital del departamento, fundada el
1º de febrero de 1940.
El Cholar: fundada el 9 de mayo de 1910. Sus primeros
pobladores llegaron provenientes de Chile.
Taquimilán: si bien la ocupación empezó mucho antes, fue
oficializada el 30 de mayo de 1969.
Caviahue-Copahue: es un municipio integrado por una
localidad, Caviahue, y un centro turístico, Termas de Copahue, reconocido
mundialmente.
Olascoaga explicó que el ejido de Ñorquín se dividió en algo
más
de 70 chacras, que fueron abandonadas ante la falta de
fertilidad de la tierra.
En cifras
1.000
habitantes tenía Ñorquín cuando se la designó capital de la
provincia. Luego tuvieron que emigrar para El Huecú.
86,8%
de analfabetismo tenía la provincia del Neuquén según los
datos del censo de 1895. Era el índice más alto del país.
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