Según la UCA, creció casi 5% la pobreza “multidimensional” en 2018.
Pasó del 26,6% en 2017 a un 31,1% a fines del año pasado. Serían 12.676.500 personas que viven en centros urbanos de todo el país. El estudio mide también carencias no monetarias como alimentación, salud, servicios y vivienda. El número es negativo, a pesar de algunas mejoras.
La pobreza multidimensional urbana pasó del 26,6 al 31,3 por ciento de la población entre 2017 y 2018, según un relevamiento de la Universidad Católica (UCA).
El “Enfoque de Pobreza Multidimensional basado en derechos”, elaborado por el Observatorio de la Deuda Social, mide las carencias no monetarias, es decir alimentación y salud, servicios básicos, vivienda digna, medioambiente, educación, empleo y seguridad social. Se diferencia de la medición del INDEC, que publicará su última medición este jueves, y que mide la pobreza sólo por ingresos.
Si se tiene en cuenta que la población urbana es de unos 40,5 millones, en 2017 había unos 10.773.000 pobres multidimensionales urbanos (26,6% de la población), pero el año pasado esa cifra creció hasta los 12.676.500 (31.3%). Es decir 1.903.500 nuevos pobres.
La UCA midió aglomerados urbanos con 80.000 habitantes o más de todo el país, y la muestra abarca aproximadamente 5.800 hogares. Aunque el estudio incluye al aglomerado Neuquén-Plottier-Cipoletti, la poca cantidad de casos parece no alcanzar para realizar desagregados regionales.
“La pobreza multidimensional experimentó un fuerte crecimiento dado el crecimiento de la pobreza por ingresos por caída del salario, pérdida de empleo y mayor precarización laboral, en el actual contexto inflacionario y de estancamiento”, aseguró el director del Observatorio, Agustín Salvia. Sin embargo, reconoció que también se redujo, desde el inicio del gobierno,la cantidad de hogares sin acceso a servicios básicos, cloacas, situación de contaminación o con vivienda precaria.
El número de viviendas sin servicios básicos bajó de 32,8 en 2017 a 30,2 en 2018, acumulando un descenso de 5 puntos porcentuales desde 2015. Sí empeoraron desde entonces los indicadores relacionados a Alimentación, Salud, Empleo y Seguridad social. Los componentes de “carencias en alimentación y salud” marcaron la mayor incidencia desde 2010: el 17,5% de los hogares no accedió a atención médica y el 17,3% no pudo obtener medicamentos que necesitaba.
Entre 2017 y 2018 aumentó la pobreza multidimensional “estructural” urbana, es decir, aquellos personas cuyos ingresos no alcanzan a cubrir la Canasta Básica Total pero además tienen tres o más carencias sociales: este indicador pasó de 16,7 a 18,6%.
“Si bien las carencias vienen en promedio cayendo, las desigualdades entre estratos socioeconómicos continúan creciendo. Los sectores más pobres y las clases medias bajas tienden a permanecer o agravar situaciones de exclusión, mientras que las clases medias y altas continúan mejorando sus condiciones de vida”, concluye el informe. La exclusión se concentra en el conurbano bonaerense.
Publicado en Diario "Río Negro", 26 de marzo de 2019.
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