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...." el pueblo recoge todas las botellas que se tiran al agua con mensajes de naufragio. El pueblo es una gran memoria colectiva que recuerda todo lo que parece muerto en el olvido. Hay que buscar esas botellas y refrescar esa memoria". Leopoldo Marechal.

LA ARGENTINA DEL BICENTENARIO DE LA PATRIA.

LA ARGENTINA DEL BICENTENARIO DE LA PATRIA.
“Amar a la Argentina de hoy, si se habla de amor verdadero, no puede rendir más que sacrificios, porque es amar a una enferma". Padre Leonardo Castellani.

“
"La historia es la Patria. Nos han falsificado la historia porque quieren escamotearnos la Patria" - Hugo Wast (Gustavo Martínez Zuviría).

“Una única cosa es necesario tener presente: mantenerse en pie ante un mundo en ruinas”. Julius Evola, seudónimo de Giulio Cesare Andrea Evola. Italiano.

domingo, febrero 26, 2023

El día que Braden perdió con Perón.

El 24 de febrero de 1946, la fórmula Perón-Quijano obtuvo el 55% de los votos contra Tamborini-Mosca de la  Unión Democrática. El "Braden o Perón" derrotó al slogan "Contra el naziperonismo".

Por Aldo Duzdevich.

Entre 1939 y 1945, el mundo se vio envuelto en la Segunda Guerra Mundial (SGM). En Argentina, con un alto porcentaje de inmigración europea, la guerra se vivenciaba con intensidad. Las primeras planas de los diarios, estaban ocupadas por grandes fotografías y titulares de la guerra. Y también las simpatías estaban divididas entre aliadófilos y germanófilos.

En 1939 (plena década infame) gobernaba el conservador Marcelino Ortiz con inocultables lazos con el imperio inglés. Su gobierno decidió mantener la neutralidad en la guerra. Neutralidad que obraba en beneficio de Gran Bretaña, que seguía recibiendo por barcos de bandera argentina carnes granos y otras materias primas.

En 1943 el golpe militar del GOU termina con la década infame, y mantiene la neutralidad hasta enero de 1944. EEUU que entra en la guerra en 1942 luego del ataque japones a Pearl Harbor, presiona a toda Latinoamerica a ingresar del bando aliado. La negativa de Argentina, aunque beneficia a Inglaterra (los buques mercantes brasileños eran hundidos por los alemanes) , es tomada por EEUU como un apoyo a las potencias del Eje.

Euforia.

El 8 de mayo de 1945 se rinde Alemania y sus ejércitos cesan la lucha ese día a las 23 hs. Mientras tanto, Japón continua resistiendo los intensos bombardeos norteamericanos en sus grandes ciudades; se rendirá recién el 15 de agosto, luego de las bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki.

Ese hábito tan argentino de sumarse a la euforia de los ganadores, hizo que muchos partidos políticos, entre ellos los radicales, socialistas y comunistas, reprodujeran la contienda europea en la política local y que muchos soñaran con ver, igual que en la liberación de París, jeeps y tanques americanos desfilando por la avenida de Mayo. Al naciente peronismo le colgaron rápido el rótulo de nazifascismo al que había que derrotar.

Los festejos del 13 y 14 de agosto, de la rendición de Japón, dieron motivo de grandes festejos. Los sectores de oposición al naciente peronismo, convocaron multitudinarias manifestaciones, donde se mezclaban las banderas argentinas con las de EEUU, y de las de Union Soviética, enarboladas por militantes del Partido Comunista. Las manifestaciones terminaron en incidentes violentos, con dos jóvenes muertos y varios heridos.

Las patronales contra Perón.

Pero, para las clases acomodadas (parte de ellas de origen alemán) la real preocupación, no eran los nazis, sino las políticas sociales que Perón impulsaba desde la Secretaría de Trabajo y Previsión.

El 8 de octubre de 1944, cuando establece el Estatuto del Peón Rural, la Sociedad Rural indignada, expresa que: “El Estatuto sembrará el germen del desorden social, al inculcar en gente de limitada cultura, aspiraciones irrealizables, las que en muchos casos pretenden colocar al jornalero sobre el mismo patrón”. Incluso el Partido Comunista se sumó a las críticas, pues: “el Estatuto, bajo la apariencia de proteger al peón es, en suma, un estatuto contra los campesinos.”

A su vez, trescientas asociaciones patronales lanzan el Manifiesto de la Industria y el Comercio donde denuncian el ambiente de agitación social y “clima de descontento” que es “instigado desde las esferas oficiales”, generando “reclamos permanentes”. Señalan que dicho clima se ha instaurado desde la creación de la Secretaría de Trabajo, y sostienen que durante 25 años, desde la Semana Trágica de enero de 1919, el país ha vivido dentro de una casi perfecta tranquilidad social.

Perón les contesta. “Parecerían reclamar una nueva Semana Trágica, para asegurarse otros 25 años de tranquilidad. Este gobierno no lo hará. No asegurará ni 25 años, ni 25 días de tranquilidad a los capitalistas siguiendo el ejemplo doloroso de la semana de enero de 1919”.

Elecciones.

El 18 de mayo de 1945, el presidente Edelmiro Farrel anuncia los primeros pasos de normalización institucional para un próximo llamado a elecciones libres.

Perón comienza a organizar, desde cero, un movimiento político que pueda competir con éxito contra la alianza de los partidos tradicionales. Su base principal serán las organizaciones obreras que proceden de diferentes orígenes –comunistas, socialistas, anarquistas– que ahora encuentran en Perón, el hacedor de todos sus viejos reclamos laborales y sociales.

Se suman también sectores de la naciente burguesía industrial, que requieren la protección del Estado para seguir creciendo. Muchos radicales como los nucleados en Forja, socialistas e incluso conservadores. La Iglesia a través del Episcopado se manifiesta a favor de votar al peronismo. Y por supuesto amplios sectores del Ejército, identificados con las políticas nacionales.

Del otro lado y agitando como única propuesta “derrotar al naziperonismo”, se alinean radicales, conservadores, socialistas, comunistas, la Sociedad Rural, las grandes empresas, y la Embajada de Estados Unidos.

Spruille Braden.

El 19 de mayo, desembarca (como en Normandía) el nuevo embajador norteamericano, Spruille Braden, un hombre de negocios vinculado a la minera Braden Cooper Company en Chile, y la petrolera Standard Oil; una especie de Donald Trump del siglo pasado.

Aunque es, sin dudas, del embajador de EEUU mas famoso de la historia argentina, su gestión duro apenas cuatro meses, hasta días después del 17 de octubre.

Braden, quien ya había residido en Argentina de 1935 a 1939, como mediador norteamericano en la guerra entre Bolivia y Paraguay, llego acompañado de su esposa María Humeres Solar y su hija Laura Braden. El 29 de mayo fue agasajado con una cena por la Sociedad Americana del Río de la Plata. Lo acompañaban en la cabecera presidente de la institución Teodoro Post, su vice William Fraser y el secretario Steven Adams.

Según informa el diario La Prensa del día 30-05, Braden en su discurso afirmó: “Es nuestra resolución de no inmiscuirnos en los asuntos interiores o exteriores de las demás repúblicas americanas. Obedeciendo a ese espíritu (...) estoy seguro de que ningún norteamericano ni grupo de norteamericanos se inmiscuirán jamás en la política interior o exterior de la República Argentina.” Sin embargo, luego de las recomendaciones de no inmiscuirse en cuestiones internas, finalizo su discurso, haciendo un llamado al espionaje interno de los allí presentes: “Las actividades subversivas de los sistemas totalitarios, son tan características, que las odiosas palabras quinta columna y nazi han llegado a ser sinónimos. El detalle más insignificante puede tener importancia, y por lo tanto, me permito aconsejaros que agudicéis la vista y el oído, y que todo los sospechoso o extraordinario, informéis a la embajada, la cual, por el procedimiento adecuado le hará saber a las autoridades argentinas o a quienes corresponda.”

Perón que aspiraba a recomponer las deterioradas relaciones con los EEUU, estaba preocupado, por la campaña de la prensa norteamericana y local, que lo asociaban a las políticas del nazi-fascismo. En su rol de Vice-Presidente recibió a Braden, en su despacho.

Según cuenta Perón, el embajador fue a hablar sobre las liquidaciones de las propiedades del Eje, y de las concesiones a empresas aéreas norteamericanas. Y que si él accedía a estas peticiones, Estados Unidos no pondría obstáculos en su camino a la presidencia. Perón contó que lo miró fijo a los ojos, y le dijo que lo entendía, pero que había un solo inconveniente: “En mi país el que hace eso, se lo llama hijo de puta”. Sin mediar palabra, Braden abandonó la oficina y se olvidó el sombrero. El propio Perón se dio cuenta cuando vio a empleados de Casa Rosada, jugando al fútbol con él y se lo envió al día siguiente con un ordenanza.

Braden fue recibido con algarabía por el antiperonismo. Como si fuera un candidato electoral, salió a recorrer el país. En Santa Fe, el 21 de julio, lo recibieron en el Jockey Club y en la Universidad del Litoral con carteles que decían: “Democracia sí, nazis no”.

En el paraninfo de la universidad, colmado de publico, Braden hizo un largo discurso, donde básicamente explicó que la Doctrina Monroe (“América para los americanos”) seguía vigente, pero ya no con el bick stick (gran garrote) sino con un formato renovado de “buena vecindad”: “EEUU afirma la solidaridad espiritual de las repúblicas americanas frente al desafío fascista, y compromete su resolución de proteger dicha solidaridad, no solo contra agresiones armadas, sino también contra la propaganda subversiva y otros tipos de intervención.”

Es interesante el concepto de protección “no solo contra agresiones armadas, sino también contra la propaganda subversiva y otros tipos de intervención”. Terminada la SGM, los nazis no iban a invadir ningún país americano, pero el peronismo encajaba como el peligro de “la propaganda subversiva y otros tipos de intervención.”  Y, lo de la defensa contra “agresiones armadas” no ya del fascismo, sino del comunismo, será la doctrina que van a emplear en los 60-70.

Cuando regresó de su viaje, una muchedumbre lo aguardaba en Retiro. Según el diario La Prensa, lo recibieron distinguidas personalidades como: Federico y Otto Bemberg, Adolfo Boy, José María Paz Anchorena, Celedonio Pereda, Guillermo Madero, Alberto Jiménez Zapiola, Pedro M Ledesma, entre otros. “Los aplausos prolongados y las expresiones de cordialidad se repitieron incesantemente oyéndose exclamaciones espontáneas tales como ¡Vivan los Estados Unidos! ¡Viva Braden! ¡Libertad! ¡Democracia! y ¡Elecciones!”... culmina su relato La Prensa.

Mas tarde hace declaraciones: “La campaña recientemente promovida en contra de mi país y mi persona, es de creer que ha sido instigada por elementos nazis extranjeros, totalmente ajenos al verdadero y noble sentir el pueblo Argentino”.

El 15 de septiembre en el Museo Social, redobla su apuesta en materia de declaraciones duras: “Me atrevo a decir, que no existe un país en el mundo, en el que los nazis se encuentren en una posición tan fuerte como la que tienen aquí en Argentina. Esta es, vuelvo a repetirlo, una seria amenaza a la seguridad de los países de América. Espero y confío que el pueblo argentino elimine pronto esa amenaza. (…) Estemos alertas para distinguir en todo momento entre el bien y el mal, y dispongámonos a extirpar el mal, donde quiera que se presente”.

Su gran baño de multitud lo recibirá el 19 de septiembre en la marcha por la Constitución y la Libertad. Ese día, cerca de 200 mil porteños recorren las calles de Buenos Aires.

Según relata Félix Luna: (los estancieros) “Don Joaquín de Anchorena, y Antonio Santamarina contestaban los aplausos con elegantes galerazos; (los comunistas) Rodolfo Ghioldi, Pedro Chiaranti y Ernesto Giudice, con el puño izquierdo en alto; Alfredo Palacios, con vastos ademanes que no desacomodaban su chambergo”.

La vanguardia intelectual cantaba la Marsellesa en francés, en claro contraste con las marchas de obreros sudorosos donde se podía escuchar el: “¡Yo te daré Patria hermosa una cosa que empieza con P! ¡Perón!”.

Detrás de un gran cartel que reproducía la efigie de Sarmiento, marcharon los jóvenes de la Federación Universitaria Argentina, quienes, entre otras consignas cantaban: “Libros si, Botas no!”, en clara alusión al entonces Coronel Perón. La cual dará origen a la contra-consiga “Alpargatas si, libros no!” cantada por los obreros peronistas que veían a los universitarios claramente del lado de la oligarquía. En Plaza Francia, con el aplauso generalizado, Spruille Braden se sumó a la cabeza de la marcha.

Al día siguiente Braden dirá: “La Marcha de la Constitución y la Libertad, cuyo final presencié personalmente, fue una magnífica manifestación cívica que seguramente causará una gran impresión en mi pueblo.”

Con el impulso de la gran movilización de la clase media porteña, sectores de la Marina y Ejercito, dan un golpe de palacio, el 9 de Octubre, destituyendo a Perón de todos sus cargos y encarcelándolo en Martín García. Pero, el día 17 una gran movilización, esta vez de trabajadores del cordón industrial, restituye en su poder a Perón y lo proyecta como líder y candidato a presidente.

El 21 de octubre el Senado de EEUU, apura el tramite de nombrar a Braden como Encargado de los Asuntos Latinoamericanos, y da por finalizada su gestión como embajador. El senador republicano Robert Lafollette cuestiona el papel de Braden: “Creo que las informaciones de prensa y del mismo Braden sobre la Argentina han carecido mucho de información esencial. Digo esto sin ninguna simpatía por Perón. Fue una gran sorpresa, leer los despachos en el New York Time del 19 y 20 del corriente, que demostraban la influencia de Perón sobre los sindicatos obreros. Este fue el primer indicio que tuve, de que el gobierno de Perón contará con el apoyo de la clase trabajadora argentina.”

El libro Azul.

El 12 de febrero, pocos días antes de los comicios, como gran golpe propagandístico, se publica en EEUU el llamado “libro Azul”, donde se exponen los supuestos vínculos del gobierno militar y de Perón con los nazis. Braden lo presenta en Nueva York ante un auditorio de 800 veteranos de guerra.

Allí dice: “Una forma en que el nacionalsocialismo elogia de los labios para afuera a la democracia, es su simulada preocupación por las masas trabajadoras, buscando su apoyo para ruina posterior de ellas, con pan y circo, y organizándolas en sindicatos fiscalizados por el gobierno, que son simples instrumentos de la esclavitud. (…) Estamos decididos a no permitir, que por complacencia nuestra, nazca un nuevo brote del fascismo en este hemisferio, permitirlo sería insensato y quizás suicida.”

El gobierno argentino responde rápidamente con el libro “Azul y Blanco”, elaborado por el entonces Canciller Juan Isaac Cooke (padre de John William Cooke).

El libro “Azul” que en realidad se llamaba: “Consulta entre las repúblicas americanas sobre la situación argentina”, fue publicado en ingles y nunca traducido al español. Recién en 2021, los investigadores, Rodrigo Mas y Martín Prestía publicaron “Braden o Peron”. Un libro editado por el IFAP y UPCN con prologo de Raanan Rein, que contiene la traducción completa del “Blue Book” y su respuesta en “Azul y Blanco”.

Por supuesto, Perón eligió como adversario electoral al embajador Braden. Y la Unión Democrática lejos de despegarse, agitó el Libro Azul como discurso de campaña. El clima político de la época fue muy tenso, a decir de Félix Luna: “Nunca se odió tanto en el país como en aquel año; nunca los argentinos vivieron de una manera tan físicamente palpable el odio de los unos contra los otros”.

“Sepan quienes voten el 24 por la fórmula del contubernio oligárquico comunista, que con ese acto, entregan sencillamente su voto al señor Braden. La disyuntiva en esta hora trascendental es esta: o Braden o Perón. Por eso glosando la inmortal frase de Roque Peña digo: sepa el pueblo votar.” Juan Domingo Perón 12-02-1945.

Las tapas de los diarios.

El 24 de febrero de 1946, la formula Perón-Quijano obtuvo 1.527.231 votos (55%) contra 1.207.155 de Tamborini-Mosca de la coalición Unión Democrática. El escrutinio demoró muchos días, durante los cuales cada coalición intentó mostrar que iba ganando.

Y , como pasa actualmente con los medios afines y de oposición, el resultado electoral tuvo disimiles respuestas periodísticas. Mientras el mismo día 25, La Época (diario pro-peronista) titulaba con exceso de optimismo: “Triunfo Perón en Entre Rios, Santa Fe y Buenos Aires: Calculase que vencerá en proporción de 4 a 1”.


Clarín tituló: “Respalda el Ejercito la voluntad popular”, e ilustra con una gran foto del candidato de la Unión Democrática, José P. Tamborini en momento de emitir su voto. Luego, si uno busca las tapas siguientes de Clarín hasta mediados de abril, solo hay títulos de las provincias donde inicialmente gana Tamborini, para luego ir diluyendo los títulos. Si es por Clarín, y nos quedamos sin saber quien ganó la elección presidencial.

Años mas tarde Perón reconoció que si Braden no hubiera existido “debí haberlo inventado”, y Braden admitió años después que “el slogan Braden o Peron, fue una brillante maniobra electoral”.

ALDO DUZDEVICH (*) El columinista es autor de Salvados por Francisco y La Lealtad-Los montoneros que se quedaron con Perón.

PUBLICADO EN LA MAÑANA DEL NEUQUÉN.

Domingo 26 de febrero del 2023.

Imágenes pertenecen a la misma publicación.

https://www.lmneuquen.com/el-dia-que-braden-perdio-peron-n998003

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