Por Beatriz Chávez.
“Para eso vine”. Este relato de Mujeres Bautistas, como Teresa, hija del pastor Juan Pluis, nos dan a conocer el arribo de inmigrantes holandeses que a fines del siglo XIX llegaron a Buenos Aires y fueron trasladados a una colonia cercana a Tres Arroyos. Ellos no sabían hablar ni una palabra del castellano, sin embargo, venían imbuidos de fe, de la Biblia, tenían a Dios. Al poco tiempo llegó un misionero bautista. Cuando comenzaba el siglo XX los pioneros don Graham y Elder hicieron una gira por el sur de la provincia de Buenos Aires vendiendo Biblias y distribuyendo literatura evangélica. Con mucho trabajo, esfuerzo y fe, la iglesia fue creciendo.
En 1979 celebraron los cincuenta años de la Convención Femenil, tiempo de gratitud al Señor por las siervas que Él levantó para esa obra tan hermosa de recordación, de alabanza y consagración. Teresa había leído sobre uno de los primeros misioneros ingleses que llegó a nuestras playas en 1886: don Jorge Graham, junto con su esposa doña Margarita.
En Las Flores fundaron una escuela diaria con la que ganaban su sostén mientras evangelizaban. Graham fue un hombre de gran fe. Su esposa, al enviudar, se casó con don Pablo Besson, cuyo nombre lo encontramos en escuelas bautistas. Más adelante el Pastor Teodoro Pluis se hizo cargo de la escuela bíblica. Era nieto de don Graham, quien estaba agradecido de haber vendido su comercio de pintura y vidriería y dedicarse a la obra. Ingresaron en el Seminario Bautista en 1925, y debieron sentarse como alumnos, escribir monografías, rendir exámenes. Al terminar el seminario, el Señor los condujo de regreso al sur. “Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura”.
Por ese motivo resolvió pedir a la comisión encargada de administrar el Coche Bíblico que le permitiera viajar vendiendo Biblias y predicando el evangelio. Este coche era una estructura de madera montada sobre un chasis de camión Chevrolet que tenía las comodidades imprescindibles. El Pastor le pintó textos bíblicos como “Dios es amor”. En cada pueblo al que llegaban se presentaban a la policía y les comunicaban que estaban distribuyendo las Sagradas Escrituras y solo querían predicar. Buscaban una casa que tuviera una pared lisa y ponían un telón. No tenían parlantes, pero en las noches serenas de verano se escuchaba la voz del pastor Pluis.
Desde Bahía Blanca fueron a Choele Choel, Villa Regina y el valle, tan verde y fértil, hasta Neuquén. Otros misioneros bautistas, don Jorge Bowlder y su señora, doña Ruth N. de Bowdler, que también había venido a evangelizar, se asentaron en Cipolletti: habían alquilado una casa al lado del Correo y abrieron una escuela dominical.
Pluis prefirió la capital neuquina. Neuquén, recostado sobre las bardas, tres mil habitantes solamente en 1934: Teresa Pluis recordaba las diagonales, el canal de la calle San Martín bordeado de álamos, y el domingo silencioso y quieto cuando llegaron. Se hospedaron en el Hotel Limay y luego su padre Juan salió a buscar casa para alquilar: consiguió en la calle San Martín. En el patio tenían un hermoso parral lleno de uvas.
Por toda esta tarea es que el pastor Lorenzo Klink, en representación de la Primera Iglesia Bautista de Neuquén, precursora de A.M.E.N. y S.I.E.N, solicitó en 1991 se le coloque su nombre a una calle del oeste neuquino: “Misionero Juan Pluis”, se impuso su nombre mediante ordenanza 5008/91, según datos aportados por el Archivo Histórico Municipal, colaborador en la recopilación de la historia de la ciudad.
La calle Pastor Juan Pluis nace en la calle Enrique Godoy y termina en calle Necochea. Cuando en 1935 el pastor Bowdler partió a Estados Unidos les dejaron, a la flia. Pluis, el sulky y el piano en préstamo; con el primero viajaban rumbo a Cipolletti, los domingos cruzaban en balsa, celebraban la escuela dominical, almorzaban y se iban a Cuatro Esquinas.
Realmente una gran tarea evangelizadora que tenía la magia y el encanto de lo que se vivía en el Coche Bíblico. Teresa es testimonio de servicio, integral, misionero como la homenajea un video que tuve oportunidad de ver y escuchar.
Fue tan amplia su labor que es imposible resumirla en este escrito; atesoró sus recuerdos, en su libro que nos describen historias de abnegación y de fe.
Carta de Lectores de Beatriz Chávez publicada en diario Río Negro, domingo 12 de febrero del 2023.
https://www.rionegro.com.ar/cartas/teresa-appoline-pluis-hija-del-pastor-pluis-2739979/
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