El día después del Combate de San Lorenzo.
Por Gastón Marmonti *
Este año 2023, se conmemoran 210 años del Combate de San Lorenzo. Fue en un amanecer del 3 de febrero de 1813, cuando un Destacamento de Granaderos a Caballo seleccionado por el Coronel San Martín tuvo su bautismo de fuego muy cerca del convento de San Carlos, en San Lorenzo, Santa Fe.
El día posterior, el 4 de febrero, el Coronel Don José de San Martín y el Capitán de Artillería Urbana, Don Antonio de Zabala se reúnen a desayunar, intercambiar prisioneros, entregar algo de comida a los prisioneros y despedirse. Ambos escoltados por soldados se observan y se estudian:
- El Jefe de los Granaderos a Caballo con el brazo derecho vendado, el dolor de las costillas le recuerdan la caída del caballo. Casi muere aplastado (recordemos que un buen caballo de guerra puede pesar entre los 500 / 550 kg; sobre la pierna derecha, el golpe del cuerpo y el brazo derecho) y casi sentenciado por una bayoneta realista. Se mueve lento, disimulando la renguera, con su acostumbrada sonrisa cuando debe ser cordial, con su acento andaluz. tiene en San Lorenzo 35 años.. a fin de mes, cumplirá 36.
- El Jefe de la fracción de Voluntarios Urbanos de Montevideo, Capitán de Artillería de Milicias, se acerca más cojo aún; debe transitar varios metros hasta la galería trasera del Convento. Lleva una venda en su pierna derecha y el pantalón brin manchado por su sangre. Un lanzazo de la primera fila de Granaderos a Caballo. Se ayuda con una rama fuerte y larga, a manera de bastón. Le han acomodado el uniforme lo más prolijo que han podido sus ayudantes de a bordo.
CONVERSACION FIGURADA ENTRE SAN MARTIN Y ZABALA.
- Saludos y en hora buena, mi Coronel San Martín, reconozco la sorpresa y mi derrota.
- Su fuerza ha reaccionado bien y hasta presentó resistencia, Capitán. Por favor desayunemos y olvidémonos de la guerra.
- Eso, pensemos en un buen café. el Café de Cádiz, mi Coronel.
- Ahh mi amigo, hacía años que añoraba el mate y el río. Y sabe qué, lo sigo prefiriendo a la plaza más pintoresca de Murcia.
- (Ríen.)
Han desayunado y los Granaderos le entregan carne, queso y otros alimentos para el personal prisionero y herido en las naves realistas. No son tan grandes (las naves) como ellos creían. 11 embarcaciones armadas (Sumacas, Chalupas, Balandras) y 3 buques de guerra (Goletas) de escolta. Se ha efectuado el intercambio de prisioneros.
San Martín para que no sea tan corta la visita del Comandante español le ofrece jugar una partida de ajedrez que éste acepta con gusto. Capaz el juego pueda revertir lo ocurrido el día anterior. Por lo menos, no va a tener que esquivar los sablazos de los Granaderos o las lanzas de ambos Escuadrones. No corre su vida peligro. Y a propósito para fastidiar, trata de molestar a San Martín:
- Usted mi Coronel, juega con blancas... pero no sé si su Rey es blanco o negro. ¿Tenemos el mismo Rey?
- Mire usted Capitán, que si mi Rey es negro o blanco, ya no interesa para las piezas que sufren en el tablero.
- (Vuelven a reir...).
San Martín adora la sutileza y se siente más cómodo para las chanzas cuando está entre sus pares militares. Desde niño se incorporó al Regimiento de Infantería de Murcia, España.
Por supuesto que la partida de ajedrez la gana el futuro Libertador, relativamente rápido. El español orgulloso, cuando calcula su derrota no pierde más tiempo y acepta su segunda pérdida sin prestarle importancia.
Sin embargo, San Martín que es un especialista en tratar con el enemigo, ha querido dilatar a propósito la invitación de Zabala. No es casual la partida de ajedrez y observa como con disimulo Zabala y su pequeña escolta, filman en su memoria a los Granaderos a Caballo. Sabe que el español hoy mismo estará rindiendo cuentas al Capitán Ruiz al mando de la Escuadrilla y horas después, ante el Virrey Vigodet en Montevideo.
Ambos, aunque no lo divulguen, están exhaustos del combate del 3 de febrero.
San Martín lo invita a descansar y ambos lo hacen en camas de las celdas del Convento.
Estas incursiones españolas tienen un sólo fin: alimentar a los más de 5.000 estómagos que están sitiados por tierra en Montevideo. Sobre el río Paraná, pero en la margen Este, los gauchos entrerrianos viven escarmentando a los realistas.. ahora probarán mejor suerte sobre el margen Oeste. No siempre son ataques para requisar comida o animales, a veces, logran comprar víveres a comerciantes que aún simpatizan con la causa real.
Despierta Zabala y otro Granadero lo espera con un café humeante. Ante sus ojos se describe la disciplina y la fortaleza de una Unidad orgullosa. Como viejo Soldado, se da cuenta que a él también lo observan: Están contentos (piensa con envidia).
Ayer en el combate (del día 3) han perdido la vida 15 hombres y resultado heridos otros 20. Destacan la muerte del Granadero Juan Bautista Cabral que salvó la vida al Jefe del Regimiento cuando levantaba el caballo para liberarlo. Fue su último servicio. No distinguió que un soldado realista por atrás, lo iba a ultimar. Todo fue tan precipitado que se trabó una feroz lucha, dentro del combate, para salvar la vida de San Martín. Así el Granadero Juan Bautista Baigorria lancea a otro soldado real que trataba de matar a hachazos al Coronel, mientras éste se defendía como podía desde el suelo.
Para terminar de golpear la moral de Zabala (orgullo mudo del Jefe del Regimiento, que lo observa de reojo), a unos 80 pasos, un Teniente de Granaderos alista su caballo con otros Soldados sobre unos palenques.
El español no sabe, pero ese oficial es Angel Pacheco. Ve como los Granaderos doblan cuidadosamente la Bandera capturada ayer. Blanca con la Cruz de Borgoña (roja), en cada extremo de las cuatro puntas de las aspas, una letra: V - R - F - VII (Viva el Rey Fernando VIImo) y la guardan en una alforja grande de cuero del caballo (tan grande. que rodea la grupa del animal) del Teniente.
Por segundos, su memoria revive:
"Detrás del Convento aparecieron estos trozos azules a pleno galope en perfecta formación... Insurgentes del demonio, no gritaban. Lo cual transmitieron más pánico en los nuestros. Sólo escuchamos a dos oficiales gritar y al trompa. El piso empezó a temblar. El susto que se pegó la gente. Confundido y aturdido, apenas pude ordenar formar en Cuadro para recibir la primera embestida. Gritos, órdenes, tambores repicando y pánico. al ver que estos rebeldes sólo traían la muerte hacia nosotros.
El joven Portaerstandarte Pablo Rivas hacía flamear la enseña del Rey, rodeado de un erizo de bayonetas. Y como endemoniados, estos hijos de nadie, tiraban sus caballos para que otro diablo, ahora lo reconozco: ¡¡Es este Teniente.!! El mató al pobre Rivas y robó nuestro paño real. (se contiene.) (en realidad el que robó la bandera real fue el Teniente Hipólito Bouchard). Después. Esa maldita corneta tocó distinto al toque español. Entre gritos, polvo, sablazos y sangre, empezamos a verificar con terror qué significaba: `A degüello'. eso fue demasiado para mis Milicianos, pobres... corrieron aterrados tras los botes que dejamos en la orilla".
El Teniente y los Soldados se colocan el morrión con penacho verde y del tiro, acercan sus caballos. El Oficial pide parte al Coronel. Este se levanta, como si los dolores hubiesen cesado. Le entrega correspondencia para el Triunvirato. Es el Parte del Combate de Lorenzo y una lista de deudos y viudas para los cuales, solicita la pensión reglamentaria. Sí, San Martín está en cada detalle. Un apretón de manos y el saludo militar para despedirlo a él y a los Granaderos que lo seguirán hasta Buenos Aires. Los cuatro militares se sonríen como con picardía.
Zabala toma su bastón largo, como Moisés y se despide del Coronel San Martín con un medio abrazo del lado izquierdo. Luego sentencia:
- Me despido mi Coronel. Al final, esto sólo ha sido un ataque de peones, contra una torre, defendida por caballos.
- Así es mi estimado Capitán Zabala: y agréguele caballos armados con 150 sables. Retenga ese dato. (todos escuchan al Coronel, que a propósito levanta levemente la voz).
El Capitán español mantiene la sonrisa de la frase suya del ajedrez; pero el tema de los sables y del toque "A degüello" lo hacen reflexionar y bajar la mirada, mientras desciende negando con la cabeza, reflexiona preocupado...
Los rebeldes, la Milicia de San Carlos, San Martín, los sables, los Granaderos a Caballo, el calor, los muertos y heridos. la Bandera. En Montevideo no van a ponerse muy contentos, como hoy lo están los Granaderos a Caballo, en su Bautismo de Fuego...
* Coronel. Director del Servicio Histórico del Ejército Argentino.
PUBLICADO EN DIARIO LA PRENSA.
https://www.laprensa.com.ar/525509-El-dia-despues-del-Combate-de-San-Lorenzo.note.aspx
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