Hace 68 años, aviones de la Marina descargaron 14 toneladas de bombas sobre el microcentro de Buenos Aires, asesinando a 309 argentinos.
Por Aldo Duzdevich.
“Argentinos, argentinos, escuchad este anuncio del Cielo volcado por fin sobre la Tierra. El tirano ha muerto. Nuestra patria desde hoy es libre. Dios sea loado. Compatriotas: las fuerzas de la liberación económica, democrática y republicana han terminado con el tirano. La aviación de la patria al servicio de la libertad ha destruido su refugio y el tirano ha muerto. Los gloriosos cadetes de la escuela Naval y los valientes soldados de la escuela de Mecánica de la Armada avanzan desde sus respectivas guarniciones acompañados por compactos grupos populares que vitorean al movimiento revolucionario. Ciudadanos, obreros y estudiantes; la era de la recuperación de la libertad y de los derechos humanos ha llegado”.
Esta proclama fue emitida el mediodía del 16 de Junio de 1955, por Radio Mitre ocupada en esas horas por los Comandos Civiles. Vale aclarar que un año antes “el tirano” había obtenido el 64,5% de votos en la elección de su vicepresidente.
Obviamente la proclama estaba escrita desde el día anterior. Al mediodía después de la primer oleada de aviones bombardeando, no había ningún “tirano” muerto. Si un trolebús con escolares, y un centenar de inocentes transeúntes en los alrededores de la Casa Rosada, que al final del día sumarían 309 muertos y mas de 800 heridos. Como punto de comparación, vale recordar, que el bombardeo de los nazis a Guernica en 1937, durante la Guerra Civil Española, produjo 126 muertos. Menos de la mitad de los producidos por nuestros aviadores navales, cuyas maquinas lucían la V con la cruz de Cristo Vence.
Matar a Perón y doblegar al pueblo.
Según le confesaron al historiador Horacio Rivara los aviadores sobrevivientes: “El objetivo del bombardeo estuvo a cargo de Bassi, copiando la estrategia de ataque Japonés al puerto norteamericano a Peal Harbor. Era matar a Perón y a todo su gabinete. Si bien había maneras más fáciles de cometer ese magnicidio se buscaba hacerlo de una manera tan espectacular que quitara la voluntad de lucha a sus millones de seguidores.”
Esta claro que media docena de hombres armados bastaba para matar a Perón en el trayecto de su casa a la Casa Rosada, Perón salía todo los días exactamente a las 5.45 AM de la Residencia Presidencial manejando su propio auto Cadillac, sin blindaje, acompañado por otro auto con custodios. Pero la perversa y criminal intención de los conspiradores era producir una masacre para escarmentar al pueblo y borrar al peronismo de la faz de la tierra.
Según afirma el historiador Robert Potash, después de asesinar a Perón y derrocar a su gobierno, el objetivo político de los golpistas consistía en instaurar un triunvirato civil integrado por Miguel Ángel Zavala Ortiz (dirigente de la UCR), Américo Ghioldi (dirigente del Partido Socialista) y Adolfo Vicchi (del Partido Conservador).
14 toneladas de bombas.
El bombardeo comenzó a las 12:40 hs cuando el capitán Néstor Noriega desde un avión Beechraft arrojó la primer bomba de 100 kg. sobre la Casa Rosada, y la segunda sobre un trolebús en Paseo Colon frente al actual Ministerio de Economía. Luego los pilotos navales, al paso de tres oleadas con sus aviones North American –AT 6, Beechfrat-AT 10 y Catalina (en un total de 28 naves) arrojaron 14 toneladas de explosivos sobre la Casa de Gobierno y otros sectores de la Ciudad de Buenos Aires.
La franja comprendida por las avenidas Leandro Alem, Madero, Corrientes y Rivadavia parecía una zona en guerra. También cayeron bombas sobre el Departamento de Policía, la CGT y la casa de Perón, el palacio Unzué, donde hoy se encuentra la Biblioteca Nacional. Los aviones atacantes, además dispararon sus ametralladoras contra los trabajadores que se dirigían a la plaza. Uno de los pilotos golpistas, Guillermo Palacios, llegó a derramar 800 litros de combustible auxiliar sobre los autos incendiados de la Casa de Gobierno. Nadie se lo había ordenado: años después, declaró que “fue una demostración del odio, de la reacción desatada por las medidas que agobiaban al país”.
Al fracasar el intento de golpe, los pilotos huyeron a Uruguay, donde fueron recibidos primero, por un militar exiliado, que 30 años después sería tristemente celebre, Guillermo Suárez Mason. El gobierno uruguayo los recibió como héroes. Les proveyó, ropa, dinero y vivienda. Cuenta Noriega que él quiso ir a saludar y agradecer personalmente al presidente Luis Batlle Berres: “El presidente, me recibe, me abraza, prácticamente se pone a llorar y me dice : “Vea, no se imagina lo que he rogado para salieran bien de esto y mataran al atorrante ese (por Perón) que nos tiene al Uruguay debajo del zapato”.
¿Qué intereses representaban esos aviadores navales?
¿Que representaba el odio de Noriega, Bassi, Suárez Mason y sus compañeros de armas?. Tal vez la mejor definición sobre la “revolución libertadora” la dio unos meses después uno de los lideres golpistas, el contra-almirante Arturo Rial frente a los dirigentes del gremio de municipales: “Sepan ustedes que la Revolución Libertadora se hizo para que en este bendito país el hijo del barrendero muera barrendero”.
Pero, que interés real expresaban estos marinos. ¿Sus carreras y sus sueldos de aviador naval?. Eso no estaba en peligro en el gobierno de Perón. En realidad, esos aviadores entrenados para defender a la patria, ahora convertidos en asesinos de mujeres y niños, respondían a un proyecto político económico que nunca fue genuinamente suyo. Respondían al mandato de los socios de la Sociedad Rural que estaban financiando el golpe de estado. Respondían al interés de Inglaterra y EEUU que no toleraban un proyecto de independencia económica que amenazaba sumar a toda América del Sur.
Años mas tarde, algunos de estos mismos militares van a descubrir que siempre fueron meros títeres de los imperios. En 1982, uno de estos pilotos, Máximo Rivero Kelly, fue jefe de la fuerza aeronaval en la guerra de Malvinas. Allí, descubrió, que los amigos de la patria no eran ni los ingleses, ni los norteamericanos. Y seguramente descubrió, que hacerle frente a los Harriers ingleses, no era lo mismo, que ametrallar desde el cielo a algunos locos audaces de la CGT, que le hacían frente a sus aviones con revólveres calibre 38.
Los incendios en varios templos del centro porteño.
La noche de ese 16 de junio, grupos no identificados produjeron desmanes e incendios en varios templos del centro porteño. La Curia Episcopal, la Catedral, la iglesia San Francisco, la Basílica Santo Domingo, la iglesia San Ignacio, la iglesia San Juan, la basílica de San Nicolás. La oposición acuso al gobierno de que los desmanes se produjeron ante la pasividad de la policía.
Nada justifica la profanación de templos, pero lamentablemente es un hecho bastante común en situaciones de guerra. Lo hemos visto en la guerra civil española, en otras guerras. Y lo que se vivió ese 16 de junio de 1955 fue una situación de guerra. Aviones militares que como decía la proclama de Radio Mitre eran “un anuncio del cielo volcado por fin sobre la Tierra, Dios sea loado”, claramente se entendía que la Iglesia Católica estaba detrás de las 14 toneladas de bombas de “anuncios del cielo”.
Lo llamativo de este episodio es el triunfo del relato. La mayoría de las personas mayores de 80 a 85 años que consultemos recordaran “la quema de las iglesias”, incluso gente simpatizante del peronismo. Recién en los últimos 15 o 20 años se visibilizó lo del bombardeo. Pero durante 50 años estuvo instalado a nivel de opinión publica y de la Academia “la quema de las iglesias”.
Los panfletarios y los medios de difusión post-libertadora tuvieron mucho éxito en instalar el relato tergiversado. Una prueba mas del mal uso de la historia cuando los que escriben omiten o disminuyen la importancia de algunos hechos y magnifican otros.
Volviendo al libro “Los panfletos- Su aporte a la Revolución Libertadora” de Felix Lafiandra (h) veamos que decían sobre la masacre del 16 de junio.
Hay varios dedicados integramente a la “quema de las iglesias”, incluso en un panfleto se da un largo listado de nombres de personas que supuestamente fueron los autores materiales.
Uno de esos panfletos, con el titulo “Perón Cumple” detalla los daños producido en cada una de las iglesias y en cada caso termina con el “Peron Cumple”. Arranca así: “Por orden directa del Presidente de la República —Perón Cumple— bajo la custodia de las fuerzas policiales el jueves 16, a la noche, equipos especialmente adiestrados por técnicos extranjeros a sueldo: asaltaron, incendiaron, saquearon, profanaron y redujeron a escombros…..”. Luego de el largo detalle de los daños producidos cierra con esta frase: “Para ser execrados para siempre, quedan grabados en la memoria de la Patria, así vilipendiada y humillada, los siguientes nombres de los apóstatas y traidores: Borlenghi, Gamboa, Teissaire, Remorino, Aloé, Apold, Méndez San Martín, Raúl Mendé, Benítez, Valenzuela: el Pérez de la Corte Suprema, Krislavin y otros muchos encabezados por el máximo traidor, excomulgado y apóstata Perón.”
“Responsabilidad de Perón y la CGT en la matanza de plaza de mayo”.
El panfleto de la pagina 238, lleva por titulo “Responsabilidad de Perón y la CGT en la matanza de plaza de mayo”. O sea que reconocían que hicieron una “matanza”, pero la matanza no responsabilidad los aviadores navales, sinó que fue culpa de Perón y la CGT… Esta va a ser la linea reiteradamente expuesta en todos los discursos y panfletos. Veamos como la explican:
“Comparando los acontecimientos con las declaraciones del propio Peron, es fácil determinar quiénes son los culpables de la matanza de civiles durante los bombardeos. La Marina de Guerra se sublevó, enviando al Gobierno un ultimátum de rendición. Al rechazar ese ultimátum y apelar al Ejército, el Gobierno se colocaba en actitud beligerante. Desde ese momento dos fuerzas militares lucharían. Perón sabía que la Marina no salía a "desfilar", sino a combatir a muerte.”
“¿Por qué motivo, entonces, Perón permitió que la C.G.T., con criminal inconsciencia, convocara al Pueblo a Plaza de Mayo ? ¿ Cómo es posible que un jefe de Estado, sabiendo que su Sede sería bombardeada, no tratara inmediatamente de evacuar la población civil.? ¿Cómo es posible que los dirigentes de la C.G.T. hayan sido tan criminales como para llevar a la gente al matadero, sabiendo que con palos no se puede hacer frente a aviones ni a ametralladoras?. Una sola cosa explica esta infamia: Perón creyó que a la vista del Pueblo, la Marina de Guerra desistiría de sus propósitos.”
El argumento arrancaba mintiendo. Porque la Marina no envió ningún ultimátun, ni aviso de bombardear la Casa Rosada, porque justamente lo que pretendían era matar a Perón en su despacho usando bombas de cien kilos. Tampoco Perón convocó al pueblo a la plaza. Estaba previsto, justamente un desfile aéreo para la mañana del 16 sobre Plaza de Mayo como desagravio a la bandera, por lo tanto ese mediodía, los paseantes en Plaza de Mayo estaban esperando ver desfilar a los aviones, no que esos aviones le tiren bombas por la cabeza. La primera bomba que tiro el capitán de fragata Néstor Noriega, cayo en un trolebús en Paseo Colón y mató 65 pasajeros. Esa gente no iba a “defender a Perón”, iba a su trabajo, a su casa o a la escuela.
Ademas los aviones no solo bombardearon (con mala puntería) la Casa Rosada, también descargaron metralla y bombas sobre la CGT, la Jefatura de Policía y la Residencia Presidencial (donde hoy esta la Biblioteca Nacional). Por lo tanto, suponiendo que el gobierno tuviese claro, que los animales de la Marina iban a bombardear la ciudad, tendría que haber evacuado a refugios anti-aéreos (que no existían) a media capital.
Justamente en lo que dice el panfleto esta la explicación: “Perón creyó que a la vista del Pueblo, la Marina de Guerra desistiría de sus propósitos.”. Dicho de otra manera, Perón nunca pensó que los marinos iban a ser tan criminales de descargar bombas sobre los habitantes indefensos de la capital de la Argentina.
Es cierto que los trabajadores del conurbano acudieron al centro en defensa del gobierno, pero esto fue bastante tiempo después del primer bombardeo, e incluso gran parte de los camiones que los transportaban no pudieron acercarse a la plaza por el escenario de guerra que se presentaba.
En 2010, el Archivo Nacional de la Memoria, de la Secretaría de Derechos Humanos publicó una investigación oficial en la que identificó a 308 muertos, aclarando que a esa cantidad debían sumarse «un número incierto de víctimas cuyos cadáveres no lograron identificarse, como consecuencia de las mutilaciones y carbonización causadas por las deflagraciones».
En la misma línea política de los panfletos el diario La Vanguardia órgano oficial del Partido Socialista Argentino editado en Montevideo el 22 de Junio tituló: “La del 16 de junio es una jornada histórica, contra la tiranía de un soberbio, corto de inteligencia, loco de poder, sin escrúpulos morales en la vida cotidiana del gobierno.” En ese momento integraban la conducción del Partido Socialista: Américo Ghioldi, Alicia Moreau de Justo, Nicolás Repetto, Juan A. Solari, Teodoro Bronzini, Alfredo Palacios, Carlos Sánchez Viamonte, el historiador José L. Romero, Ramón Muñiz y David Tiffenberg.
“A un mes del triunfo”.
En el panfleto “Verdad” escrito - según Florencio Arnaudo - por Emilio Mignone, Horacio Storni y Jose Miguens e impresos por Septimio Walsh, bajo el titulo: “A un mes del Triunfo” decían:
“Por eso confiamos en que aquella fecha heroica, rubricada con sangre de la Marina Argentina, ha de pasar a la Historia como el comienzo de una etapa de restauración de las esencias de la argentinidad, que ha de epilogarse en breve tiempo en el más glorioso de los acontecimientos de nuestra historia, con el cual entraremos, de una vez y para siempre, en el camino de la libertad y de la auténtica democracia, que anhelaron para esta Tierra los forjadores de nuestra nacionalidad.
No puede haber paz con la tiranía. Con la Patria libre ... o esclavos con Perón.”
En el listado de los participes del “triunfo” de asesinar a mansalva a 308 compatriotas, estaban:
Entre los autores intelectuales civiles: Américo Ghioldi, Miguel Ángel Zavala, Oscar Vichi, Mario Amadeo, Luis María de Pablo Pardo, Mariano Grondona, Carlos Burundarena, Santiago de Estrada, Rosendo Fraga y Marcelo Sánchez Sorondo, entre otros.
Entre los militares participantes estuvieron: el contraalmirante Samuel Toranzo Calderón, el vicealmirante Benjamín Gargiulo, Emilio Massera, Guillermo Suárez Mason, Oscar Montes, Osvaldo Andrés Cacciatore, y un largo listado mas de personajes que van a reaparecer durante la dictadura 76-83.
Los jóvenes católicos, los universitarios progresistas radicales y de izquierda, los hijos de la oligarquía refugiada en Barrio Norte, después de la masacre del 16 de junio, seguían escribiendo y repartiendo sus panfletos, llamando al Ejercito a sumarse a la rebelión de la Marina.
Recordemos este texto cuando se dice “iban a golpear las puertas de los cuarteles”.
“Camarada Soldado”.
“El destino de la Patria está en las manos del Ejército. Tú y nosotros, hombres de armas, bien claro lo sabemos. El 16 de junio demostró que la fuerza real de poder y de decisión que hay en el país es el Ejército. El día 16, el Ejército no ha defendido la legalidad ha defendido la persona del conculcador de todas las libertades y derechos republicanos.”
“¡Tú, Camarada!, ¡Tú, soldado!, ¡Tú, hombre argentino! ¿No sientes que el corazón se te desgarra y que la sangre te ahoga ante tanta infamia?”
“Al escribirte, lloramos. Lloramos por la Patria, por nuestro Ejército y por nosotros, y jurando firmemente pelear hasta el fin, te pedimos que aprestes tu corazón para luchar junto a nosotros cuando seas, llamado.”
“¡Rebela desde ahora tu espíritu! Tan sólo eso te pedimos, y estaremos camino de la aurora.”
“El Ejército custodio de las instituciones del país no puede ser cómplice, ni activo ni pasivo, de los conculcadores de libertades.”
“Encomienda tu alma a Dios y a la Patria, soldado, que hay que salvar a la República. ¡Muera la Tiranía! ¡ Viva la Patria!”
Y… los “Camaradas soldados”, en septiembre de 1955, salieron a “salvar la República”, y volvieron a salir en marzo de 1962, en junio de 1966, y en marzo de 1976.
Aldo Duzdevich (*) El columnista es autor de Salvados por Francisco y La Lealtad-Los montoneros que se quedaron con Perón.
Publicado en Diario La Mañana del Neuquén.
Domingo 18 de junio del 2023.
https://www.lmneuquen.com/16-junio-1955-la-masacre-plaza-mayo-n1032728
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