Por Roberto Elissalde.
Todos los pueblos y ciudades de nuestro país, celebran su fecha de fundación o la de su Santo Patrono. A veces es feriado o día no laborable un año una festividad y en el siguiente la otra, alternando de ese modo el poder temporal con el espiritual; en otros casos son ambas celebraciones. Prueba de ello lo tenemos en la ciudad de Córdoba fundada por don Jerónimo Luis de Cabrera el 6 de julio, que este año además celebrará su 450 aniversario; a lo que se suma tradicionalmente el 30 de setiembre con motivo de sus fiestas patronales y así podríamos seguir la enumeración.
Buenos Aires desde hace muchos años ha perdido esta tradición. Desde los primeros años el 11 de noviembre de la ciudad era día de fiesta; no laborable en el siglo pasado para recordar a San Martín de Tours cuya solemnidad que se celebraba con diferentes actos, entre ellos la misa en la Catedral que presidía el arzobispo y a la que concurría el Intendente o Jefe de Gobierno con su gabinete y las autoridades porteñas. Aquella primitiva fundación de Mendoza en febrero de 1536 pasó al olvido, y probablemente no se conmemore por los excesivos calores y la temporada estival, lo que podemos llegar a comprender.
El 11 de junio de 1580, día de la fundación por don Juan de Garay sí ha quedado en el olvido para las autoridades locales desde hace varios años. Hubo una época en que delegaciones de escuelas concurrían al pie del monumento de don Juan de Garay frente a la Casa de Gobierno, con la banda de los Patricios el regimiento escolta de la ciudad y se solemnizaba la ceremonia. Inclusive es el Día del Vecino y hubo un tiempo en que la ciudad lo celebrara en el Cabildo, algo impensable en medio de la grieta, ya que el edificio está en la órbita de la Nación.
Hoy esto es una lejana y perdida historia, más allá del acto que organiza una entidad que recuerda a nuestro ilustre fundador, a la que no se le aporta tampoco desde el lado oficial el brillo que corresponde. También la Junta Central de Estudios Históricos de la ciudad organiza para esta fecha una exposición de libros en el tradicional Club del Progreso, recordando de ese modo el aniversario.
MAGNIFICO MONUMENTO.
Juan de Garay mantiene en Buenos Aires su presencia en el bronce, frente a la Casa de Gobierno en un magnifico monumento obra del artista alemán Gustavo Eberlein; que había cobrado justa fama con el que había realizado en ocasión del centenario de Mayo en honor del vocal de la Junta de 1810 don Juan José Castelli, inaugurado en Plaza Constitución en agosto de 1911.
El viernes 11 de junio de 1915, se inauguró en Rivadavia y Paseo Colón la estatua del “capitán vizcaíno que echó los cimientos de la ciudad” decía una nota que destacaba el desarrollo de la ceremonia que encabezó el presidente de la República Hipólito Yrigoyen, acompañado por sus ministros, funcionarios y el intendente de la ciudad de Buenos Aires Arturo Gramajo.
En nombre de la comisión promonumento, hizo entrega de la obra el diputado nacional José María Cantilo. Santa Fe ciudad que también había fundado Garay hace 450 años, también adhirió a la ceremonia con la palabra de Rozas.
La inauguración dio también motivo de agudos comentarios, en la revista Caras y Caretas del 19 de junio, una caricatura de Málaga Grenet, titulada “El rival de Garay” muestra al gobernador de la provincia de Buenos Aires don Marcelino Ugarte sobre el pedestal, con una leyenda que dic:e “Al gran Marcelino. Fundidor de la Prov. de Bs. Aires. 1915”. Al pie agregó esta aclaración: “Si don Juan de Garay tiene estatua por haber fundado la ciudad de Buenos Aires, Marcelino debe tenerla por haber fundido la Provincia”.
El fundador de ciudades, el conquistador conquistado como lo llamara Josefina Cruz, por estas tierras, fue quien llegó poco antes de su muerte a la actual ciudad de Mar del Plata, donde una calle lleva su nombre y debiera rendírsele el homenaje aunque sea de un monolito recordatorio. También es recordado en Santa Fe de la Vera Cruz, y en España, donde dos ciudades se disputan ser su lugar natal Orduña en Vizcaya o Villalba de Losa en Burgos, y en ambas una placa honra su memoria.
Publicado en Diario LA PRENSA.
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