El primer gobernador de la Patagonia (1878-1882), el coronel Álvaro Barros, pertenecía a la Logia Regeneración N°5 y cuando se asentó en sus funciones en Carmen de Patagones presidió la Logia Estrella de Patagones desde 1879.
La masonería en la Patagonia.
¿Qué rol ocupó la masonería durante y después de las campañas militares en la Patagonia argentina? ¿Quiénes fueron?
La masonería funcionó como una entidad organizada que dio su apoyo al Gobierno nacional durante las campañas militares en la Patagonia. Cuando concluyeron, los funcionarios masones, en su mayoría liberales, se instalaron en los nuevos territorios nacionales y residieron como ciudadanos apoyando al Estado a través de la participación cívica local. Eran miembros de familias de prestigio y/o de las fuerzas armadas.
Por este motivo, numerosos masones fueron formando parte de un nuevo espacio público desde su lugar en elites urbanas, que fueron la base de la futura burguesía de los diferentes territorios de la Patagonia.
El antropólogo Esteban Caviglia explica que “su finalidad era la de tender redes político-culturales secularizadoras que difundiesen valores libres de los dogmas religiosos”. Precisamente, dichos valores les trajeron conflictos con los sectores salesianos, con especial énfasis en el modo de impartir las enseñanzas en las escuelas.
¿Qué masones ocuparon la Patagonia?
Algunos reconocidos personajes miembros de la masonería fueron el general Liborio Bernal, adjudicatario de lo que en la actualidad es la zona de Dina Huapi y gobernador de Río Negro (1894-1897) o el marino Adrián del Busto, quien se instaló en Bariloche y desde allí comandó a la Policía Fronteriza de Río Negro. También fue el caso del primer gobernador de la Patagonia (1878-1882), el coronel Álvaro Barros, quien pertenecía a la Logia Regeneración N°5 y cuando se asentó en Carmen de Patagones presidió a la Logia Estrella de Patagones desde 1879.
Fuente: MUSEO ROCA – INSTITUTO DE INVESTIGACIONES HISTÓRICAS
Durante la presidencia de Nicolás Avellaneda (1874-1880) los ojos se dirigieron a la Patagonia, pero el catalejo lo manejó el ministro de Guerra y Marina general Julio Argentino Roca. El Establecimiento o Fuerte del Carmen (Carmen de Patagones) a ambas orillas del río Negro pero sobresaliendo la de la margen Norte y la Sur como “barrio”, que había tenido la plantilla fundadora de Francisco de Viedma y Narváez en 1779, más la colonia galesa a orillas del río Chubut, eran las únicas expresiones poblacionales que habían mostrado propósito de permanencia humana. Se buscó gobierno propio para el extenso territorio sureño y desprenderlo de Buenos Aires.
El proyecto fue al Congreso. Ambas cámaras lo aprobaron y el 9 de octubre de 1878 sancionaron la ley, que fue promulgada con rapidez -solamente 48 horas después, el 11 siguiente, hace 130 años- y se convirtió en la ley 954: “Art. 1º- El Poder Ejecutivo establecerá una gobernación en el territorio de la Patagonia con el personal de empleados y los sueldos que la ley de presupuesto asigna para la del Chaco. Art. 2º- Mientras se dicta la ley general para el gobierno de los territorios nacionales el de la Patagonia se regirá por la ley del 11 de octubre de 1872. Art. 3º- Éste tendrá su asiento en la población de Mercedes de Patagones y dependerá del ministerio de Guerra y Marina en todo lo concerniente a esos Ramos de la Administración”.
La ley de 11 de octubre de 1872 -576, referida al territorio de Chaco- dispuso por el artículo 1 que sería regido “por un gobernador, por jueces de Paz y por comisiones municipales…”. El artículo 2 establecía que “El gobernador será nombrado por el Poder Ejecutivo, durará en sus funciones por el término de tres años y gozará de la dotación de quinientos pesos fuertes al mes”. En otros pasajes que preveían la actuación de un secretario y dos escribientes se expresaba que el gobernador entendería “en todo lo relativo a la administración, fomento, seguridad y colonización” y sería “el jefe superior de la Guarnición, Gendarmería y Guardia Nacional”. Además, “los jueces de Paz serán elegidos por electores, calificados con arreglo al censo electoral que mandará practicar el Gobernador” y “ejercerán la justicia civil, mercantil y criminal”, en tanto que “las comisiones municipales se compondrán de seis vecinos que se renovarán por terceras partes cada año, elegidas con arreglo al censo que mandará levantar el gobernador…”.
La nueva gobernación necesitaba gobernador y el presidente Avellaneda -con el ministro Roca- firmaron el decreto de nombramiento: “Art. 1º- Nómbrase gobernador de la Patagonia al coronel D. Álvaro Barros. Art. 2º- El personal de empleados de esta gobernación se nombrará a propuesta del gobernador, debiendo ser los propuestos oficiales del ejército de línea… Art. 3º- El asiento de la gobernación de la Patagonia y las facultades y procedimientos para sus funciones serán las determinadas por la del 11 del corriente” (sic). Llama la atención que en la ley para el Chaco (576) “el gobierno de estos territorios dependerá del Ministerio del Interior” y en la de la Patagonia (954), del Ministerio de Guerra y Marina, cuyo titular era Julio A. Roca. Se preparaba para el año siguiente la campaña a la Norpatagonia y el territorio sureño debía estar institucionalizado y contar con gobierno propio, aunque delegado.
Álvaro Gabriel Barros -nacido en 1827- fue para su época un distinguido militar. Actuó en acciones fronterizas y fue diputado nacional. Presidió el Senado bonaerense y en 1874 fue gobernador de Buenos Aires; incursionó en el periodismo y publicó varios libros, entre ellos, el conocido “Fronteras y territorios de las pampas del sud”. Fundó el pueblo de Olavarría en la provincia de Buenos Aires.
La denominación de la capital patagónica como “Mercedes de Patagones”, expresada en la referida ley, respondió a la advocación a la virgen Nuestra Señora de las Mercedes a la que estuvo consagrada la iglesia de la margen derecha del Negro. Barros nombró secretario al teniente de Infantería de línea Martín Gras y recién el 26 de enero de 1879 se estableció la gobernación. En la misma fecha, por decreto, nombró primer juez de Paz a Isaías Crespo y también la primera Comisión Municipal, con los vecinos José M. Real, Guillermo Iribarne, Alejo García, Jorge Humble, Manuel Cruzado y Nazario Contín, “comisión que estaría presidida por el juez de Paz” hasta concretarse el censo.
El 2 de febrero de 1879 la plaza Alsina de Viedma,”engalanada muy especialmente”- fue punto de reunión vecinal para la inauguración de la flamante gobernación. Se leyeron las leyes 576 y 954 y el decreto por el que se nombraba gobernador a Barros. Pronunciaron discursos Barros, el Dr. Francisco Baraja y el juez de Paz Isaías Crespo. Cruzaron la calle y en una sala del colegio salesiano San Francisco de Sales se firmó el acta constitutiva.
A mediados de 1879 se produjo el cambio de nombre de la capital, mediante decreto de Barros: “Viedma 4 de julio de 1879. En virtud de lo dispuesto por el Excmo. Señor Ministro de Guerra. El excmo Gobernador de la Patagonia, decreta: Artículo 1º- Se denominará desde esta fecha con el nombre de ‘Viedma’ a la población de Mercedes asiento de este Gobierno…” (sic). La mano de Roca también anduvo en el nombre definitivo que hoy ostenta la capital provincial, sin duda, en homenaje a su fundador. Álvaro Barros había comunicado al ministro de Guerra y Marina, Roca, el 26 de enero de 1879 que “en esta fecha queda definitivamente establecida la gobernación de la Patagonia en su respectivo territorio…”.
Álvaro Barros, prominente masón, se había iniciado en la Logia “Regeneración” Nº 5 en 1866. En Azul (Buenos Aires) fue fundador y V. Maestro de la Logia “Estrella del Sur” Nº 25 y afiliado a la Logia “Confraternidad Argentina” Nº 2, a la que perteneció hasta su muerte. En Carmen de Patagones se encontró con la Logia “Estrella de Patagones” y varios “hermanos”. Según una publicación histórica, “el 21 de enero de 1879 Bernal (Liborio) preside la reunión de la Logia ‘Estrella de Patagones’, en la que fue elegido el coronel Barros para presidirla. A partir de esa fecha las comunicaciones de la logia están fechadas en ‘Mercedes de Patagones’ o en ‘Mercedes’ simplemente, lo que indica su traslado a la otra orilla. A partir de julio se habla de Viedma, nombre dado a la localidad por el Gobernador Barros” (sic).
En extenso informe de 1879 al gobierno de la Nación, Barros expresaba -en parte- que “al instalarse esta gobernación existía en la margen derecha del río Negro frente a Carmen de Patagones la base del pueblo que hoy lleva el nombre de Viedma y la población rural se extendía por el valle del río hasta 30 leguas de su desembocadura. Hoy ésta ha alcanzado hasta 20 leguas más hacia arriba. En el pueblo se han construido más de 20 casas de material. Se han elaborado más de 100.000 ladrillos para emplearlos en edificios públicos. Se han instalado tres escuelas mixtas en Viedma, San Javier y Guardia Mitre, donde asisten 168 niños. Se halla terminada la traza de las chacras y quintas en Viedma. Se ha formado un registro de las propiedades particulares a fin de poder averiguar la extensión de tierra que existe de propiedad pública. Y finalmente se ha levantado el censo de la población, cuyo total es de 2.716 habitantes, sin contar la mayor parte de los grupos de indios de la colonia General Conesa, que actualmente se hallan atacados de la viruela…” (sic). Buen organizador, cubría las primeras necesidades.
Día de la Patagonia.
Teniendo en cuenta la ley 954 de octubre de 1878, en 1956 un grupo de patagónicos residentes en la Capital Federal que integraban la “Casa de la Patagonia” -entre ellos, Juan J. Caminos como presidente de la comisión directiva, vicepresidente primero Lorenzo Machinea y segundo Próspero G. Alemandri, también el ingeniero Salvador San Martín, los doctores Cosentino, Breide, Vispo y Braun Menéndez, el salesiano Raúl Entraigas, Puchulu, Larrañaga, Luna y otros- la “Casa de la Patagonia” editaba un boletín. En el suplemento del Nº 24, de octubre de 1955, a manera de editorial Alemandri escribió: “Día de la Patagonia. Cuando la Casa de la Patagonia eligió el día 11 de octubre para instituir el Día de la Patagonia, tuvo en cuenta que esa fecha era el aniversario de la sanción (promulgación) de la ley Nº 954, que creó la Gobernación de la Patagonia, punto de partida desde el cual esta inmensa heredad sureña cobró personería en la organización institucional del país”. Así nació la celebración anual del Día de la Patagonia.
Bibliografía y fuentes principales: revista “Argentina Austral”, ts. 1 y 3, 1978 y 1984. Lappas, A.: “La Masonería” (1981) y “La Masonería Argentina” (2000). Varios: “Río Negro, pasado y presente” (1981). Laría, S. C.: “Creación” (1963). Pérez Morando, H. (RN): “El día” (1991), “Orígenes” (1993), “Día de la Patagonia” (2001), “Ley 954” (2005), “La Patagonia” (2006) y “Con dos actores” (2007). Cárdenas de Monner Sans, M. I.: “Álvaro Barros” (1992). Galíndez, B.: “Roca” (1943). Sánchez, A. M.: “Julio A. Roca” (1969). Vedia, Mariano de: “El general Roca” (1962). Revista “Rumbo Sur” Nº 20 (2004). Archivo del diario Río Negro. Biblioteca Patagónica (VECh) y otros
Texto segunda nota: HÉCTOR PÉREZ MORANDO, publicada en el diario Río Negro.
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