Eva Perón decía "los grandes líderes son como cometas que se queman para iluminar un siglo". Sin duda la gran figura política argentina del pasado siglo XX fue Perón.
Este 1 de julio se cumplieron 49 años de la muerte de Juan Domingo Perón. Muchos lo siguen amando. Otros tantos lo odian y consideran la causa de todos los males argentinos. Muchos lo citan (a veces sin haberlo leído nunca). Pero, a casi 50 de su desaparición física, está claro que no le es indiferente a nadie.
Estamos por disputar una elección presidencial, en la cual, además de la fórmula oficialista, casi todos reconocen algún vínculo con el peronismo: Bullrich fue montonera y dirigente de JP, Schiaretti lo mismo y Larreta ingreso a la política de la mano del peronismo. Perón, peronismo, es una marca registrada de la política argentina que nadie puede y/o quiere ignorar.
¿Y por qué a Perón? Bueno, porque fue un hombre que en 1945, de la nada, creo el Movimiento Peronista, que después de 78 años, aunque maltrecho, todavía sigue vivo. Porque de 1945 a 1955 realizó una revolución única en Latinoamérica, cuyas marcas en materia de conciencia social y de desarrollo nacional nunca pudieron ser destruidas por completo.
Porque pasó 18 largos años de exilio proscripto y con su Movimiento perseguido, y volvió como héroe mitológico a ganar su tercera presidencia con el 62% de los votos. Pero, además de todo esto, Perón tuvo una enorme formación intelectual, que combinada con la praxis política le permitió entender la realidad que vivía y discernir muchos desafíos del futuro.
La formación del pensamiento de Perón.
Desde su carrera militar, Perón tuvo una gran inclinación por la docencia. Escribió más de veinte libros. Es, probablemente, el líder político a nivel mundial que más libros ha escrito. Y entre sus libros, el registro de sus centenares de discursos, cartas y notas de prensa, hay material más que suficiente para leer sobre su pensamiento y obra.
En 2008, uno de los grandes estudiosos del peronismo, Carlos Piñeiro Iñiguez, publico en Caras y Caretas un trabajo titulado “Perón, la formación de su pensamiento”.
Iñiguez buceó en la enorme biblioteca de Perón, que en 1955 por casualidad se salvo de la furia de los “libertadores” y hoy atesora la Biblioteca Nacional. Tres mil cien volúmenes donde conviven clásicos de la filosofía como Aristóteles, Cicerón, Esquilo, Eurípides, Luis de Granada, Platón, Plauto, Maquiavelo, Santo Tomás de Aquino, Séneca, Kant con pensadores nacionales como Scalabrini Ortiz, Ramón Carrillo, Arturo Sampay, Jose Figuerola, Ernesto Palacio, Adolfo Saldias, Ernesto Quesada, monseñor Miguel de Andrea, Alejandro Bunge. Militares como Van der Gotz, Clausewitz, Jomini y Shliefen. La Rerum Novarum del papa Leon XIII. Militares argentinos como su mentor Jose Maria Sarobe, Enrique Mosconi, Manuel Savio, Gustavo Marambio, Alonso Baldrich, Segundo Storni entre otros.
Alguien dirá tener una gran biblioteca no es automáticamente sinónimo de sabiduría. Pero en su minucioso trabajo, Piñeiro Iñiguez se encarga de explicarnos que fue tomando de cada uno de estos autores, señal que los leyó y estudió. Por ejemplo, frases reiteradas por Perón como “Todo en su medida y armoniosamente” o “No hay éxito que me entusiasme mucho o fracaso que me aplaste demasiado” el autor nos explica que tienen su origen en los filósofos presocráticos Cleóbulo el Lindico y en Tales de Mileto.
Sostiene Piñeiro Iñiguez: “Como a Perón no lo atraían las ideologías en su aspecto puramente teórico – las suponía recetas o fórmulas de validez pretendidamente universal, elaboradas sin tener en cuenta la realidad concreta-, para el, de lo que se trataba, era lograr la conformación de una doctrina realizable y que en gran parte realizó. Pragmático y ecléctico, Perón sostenía sin empacho su voluntad de tomar ideas de cualquier lado siempre que se demostraran ejecutables y útiles a los fines de su proyecto político. (…) Resulta imposible ubicarlo como adherente o formado por un sistema filosófico en particular, más allá de constatar que se movía dentro del universo de ideas heredado de Grecia, tamizado por una cosmovisión cristiana.”
Su último legado.
El 31 de mayo de 1974, Perón expuso ante el gabinete ministerial las pautas del Modelo Argentino, que había adelantado en su discurso ante el Congreso el 1º de mayo. Allí dijo: “El primer objetivo del Modelo Argentino consiste en ofrecer un amplio ámbito de coincidencia para que los argentinos clausuremos la discusión acerca de aquellos aspectos sobre los cuales ya deberíamos estar de acuerdo. (...) O profundizamos las coincidencias para emprender la formidable empresa de clarificar y edificar una gran Nación, o continuamos paralizados en una absurda intolerancia que nos conducirá a una definitiva frustración. (…) Los sectarismos no nos conducirán jamás a la liberación.” (...)
“El mundo nos ha ofrecido dos posibilidades extremas: el capitalismo y el comunismo. Interpreto que ambas carecen de los valores sustanciales que permiten concebirlas como únicas alternativas histórico-políticas. Paralelamente, la concepción cristiana presenta otra posibilidad, pero sin una versión política, suficiente para el ejercicio efectivo del gobierno. (…) Alguna vez prediqué la armonía como categoría fundamental de la existencia humana; sigo creyendo en ella como condición inalienable para la configuración de la Argentina que todos anhelamos. Esa básica consonancia excluye la violencia e implica comprender que el único camino para la construcción fértil es partir de ideas, valores y principios, cuya práctica concreta no cercene el cauce de la paz.”
Esto planteaba el Perón de 1973, que no era el mismo de 1955. Dejaba atrás dieciocho años de exilio, de humillaciones y persecuciones sufridas y volvía descarnado en la inteligencia de cerrar la grieta del peronismo-anti peronismo. Convocó a sus viejos adversarios: Balbin, Frondizi, Solano Lima. Reconstruyó lazos, y propuso debatir un conjunto de ideas sobre las que una mayoría de argentinos pudiese coincidir. A eso le llamó: Modelo Argentino. Un legado cuyos conceptos no han perdido actualidad y están esperando un nuevo liderazgo del siglo XXI que los encarne.
Aldo Duzdevich (*) El columnista es autor de Salvados por Francisco y La Lealtad-Los montoneros que se quedaron con Perón.
Publicado en Diario "La Mañana del Neuquén".
Domingo 2 de julio del 2023.
https://www.lmneuquen.com/a-49-anos-la-muerte-juan-domingo-peron-n1037129
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
La diferencia de opiniones conduce a la investigación, y la investigación conduce a la verdad. - Thomas Jefferson 1743-1826.