Los meses previos a la mal llamada Revolución Libertadora.
Voy a retomar el tema que deje pendiente dos notas atrás. Los hechos posteriores al bombardeo del 16 de junio de 1955, previos al golpe del 16 de septiembre, mal llamado Revolución Libertadora.
Esa tarde del 16 de junio cuando todavía se escuchaban los últimos disparos, Perón habló por cadena nacional, básicamente para pedir calma a la población: “Le pido al pueblo que me escuche en lo que voy a decirle. Nosotros como pueblo civilizado no podemos tomar medidas que sean aconsejadas por la pasión sino por la reflexión. Por eso, para no ser nosotros criminales como ellos, les pido que estén tranquilos que cada uno vaya a su casa. La lucha debe ser entre soldados y no quiero que muera un solo hombre más del pueblo. Yo les pido a los compañeros trabajadores que refrenen su propia ira, que se muerdan como me muerdo yo en estos momentos, que no cometan ningún desmán.”
Aquí da una de las claves de su actitud en los días que vendrán, “la lucha debe ser entre soldados”. Perón era un militar, y para él la guerra era cosa de soldados de profesionales preparados y dispuestos a matar y morir. No “de hombres de pueblo” como dice. Por eso en su discurso repite una y otra vez el llamado a la calma. Tenía claro que la indignación popular era enorme, y preveía las posibles reacciones, que efectivamente se produjeron esa noche, con la quema de algunos locales emblemáticos de la oposición y de varios templos.
Pero, sin duda el salvaje bombardeo con su secuela de 300 muertos y mas de mil heridos, habían afectado dolorosamente el animo y la voluntad de Perón. Según cuenta el general Lucero en sus memorias: “En la primera reunión de ministros realizadas en la tarde del 17 de junio nos planteó su propósito de alejarse del poder y lo hizo en breve, clara, y terminante explicación.”
En los próximos noventa días la actitud de Perón, va a oscilar entre el llamado a la oposición al dialogo y la conciliación; el enojo que por momentos no va a contener frente al pueblo que reclama mas dureza; la decepción frente a la intriga y las traiciones militares; y la duda de crear un baño se sangre.
El 30 de junio decide un profundo cambio de gabinete. Renuncian el ministro del Interior Ángel Borlenghi; de Educación, Armando Méndez San Martín; de Transportes, Juan Maggi; y de Agricultura, Carlos Hogan. Son reemplazados por Oscar Albrieu, Marcos Anglada, José Iturbe y José María Castiglione, respectivamente. Unos días después le acepta la renuncia al secretario de Prensa y Difusión, Raul Apold. También renuncia el secretario general de la CGT, Eduardo Vuletich, quien es reemplazado por Hector Di Pietro. John William Cooke es designado interventor del PJ de Capital Federal y Alejandro Leloir reemplaza a Teisaire en el PJ Nacional.
En pocos días Perón produce una renovación total de la cúpula del gobierno y del peronismo. El nuevo ministro del Interior, Oscar Albrieu, tiene como misión tender puentes con la oposición política y con la Iglesia.
El 6 de Julio por cadena nacional, Perón hace un llamado “a la conciliación y a llegar a acuerdos que suavicen la lucha”. Dice que la sedición fue ejecutada por algunas unidades de la Marina y “no han participado los partidos políticos populares”. “Peronistas y opositores tenemos algo en común y nos disponemos con la mayor buena voluntad a escuchar a los hombres responsables”. “Ofrecemos nuestra mano abierta con franco desinterés.”
El 15 de julio en una reunión amplia con los legisladores justicialistas Perón define una nueva una nueva etapa política. Dice sintéticamente que habiéndose cumplido los objetivos de la Revolución Justicialista, ya no es necesario seguir empeñados en la lucha. “Yo dejo de ser el jefe de una Revolución para pasar a ser el presidente de todos los argentinos amigos y adversarios”. “El objetivo del gobierno es conseguir la estabilización total de la pacificación argentina.”
El 21 de julio casi en respuesta a los pedidos de pacificación de Perón, un grupo de comandos civiles hace volar la Escuela Superior Peronista en pleno centro porteño. El grupo lo dirigía el millonario Diego Muniz Barreto, quien en los 70 va a conocer a Peron en Madrid y termina siendo diputado nacional del Frejuli en 1973.
El día 24 de julio, en el Colegio Católico Carmen Arriola de Maria en San Isidro, son hallados una importante cantidad de explosivos. El 26 de julio, aniversario de la muerte de Eva Peron, son cometidos diversos atentados contra unidades básicas y monumentos recordatorios.
En Rosario es detenido por la policía el militante comunista Juan Ingalinella, quien es sometido a malos tratos y fallece. Si bien la justicia y el gobierno nacional intervienen rápidamente para detener y sancionar a los policías involucrados, Ingalinella se convierte en un caso de agitación contra el gobierno nacional. Durante todo el mes de agosto, en distintas ciudades se realizan manifestaciones estudiantiles, y de fuerzas de la oposición, en repudio del asesinato del Dr Ingalinella. Es importante recordar que en diez años de gobierno peronista es el único caso de un muerto producto de un acto de represión. Un mes antes la Marina con el apoyo de las fuerzas opositoras y los comandos civiles habían masacrado 309 civiles inocentes. Pero, esos muertos estaban excluidos del relato. No así Ingalinella.
El 27 de julio en nombre de la UCR el Dr Arturo Frondizi, habla por cadena nacional, respondiendo y poniendo condiciones al dialogo convocado por el gobierno. Al concluir dice: “ las Fuerzas Armadas no deben intervenir en política, pero tampoco deben amparar a los regímenes que suprimen las libertades o atentan contra la soberanía del país.” Implícitamente estaba llamando a las FFAA a conspirar contra el gobierno.
Varios dirigentes opositores regresan de su exilio en Montevideo, y se producen reuniones publicas en todos los partidos para debatir el llamado a pacificación del gobierno. El diputado Oscar Alende hace publico que naves de guerra extranjeras navegan en aguas territoriales.
El 30 de julio un grupo de comandos civiles, sorprendieron a dos policías que custodiaban un templo en Nuñez, y asesinaron de un balazo en el pecho al agente Juan Lino Barrionuevo, de 22 años. Los comandos luego de robarle las armas huyeron en un vehículo.
El 8 de agosto Perón en una entrevista a una revista italiana, afirma que en el país existe una tregua política que “ha sido tácitamente aceptada por toda la ciudadanía”. Vuelve a excluir a los “partidos populares” de los hechos del 16 de junio. Esta claro que Perón aunque sabía que muchos habían estado comprometidos con el golpe, intentaba exculparlos para aquietar las aguas.
El 9 de agosto el presidente del Partido Demócrata Vicente Solano Lima (recién regresado de Montevideo), usa la cadena nacional puesta a disposición por el gobierno para referirse al llamado a pacificación. Se refiere al bombardeo del 16 de junio de este modo: “El movimiento del 16 de junio, fue precedido por un acto de ingrata repercusión, el atentado a la bandera nacional. Fue seguido por sucesos que delatan una bárbara regresión solo comparable a las persecuciones paganas contra los cristianos, los templos católicos fueron saqueados e incendiados ante la pasividad del aparato policial.” Ni una palabra de las bombas y los centenares de muertos habla del “movimiento del 16 de junio”. Es el mismo Solano Lima que en 1973 -por decisión de Perón- va a acompañar a Campora en la formula del Frejuli.
El 10 de agosto los comandos civiles vuelven atacar custodios de templos. El marinero de prefectura Henry Benedetti de 19 años, de vigilancia en la Iglesia Nuestra Señora de Jesus, a las 3 de la madrugada, es tiroteado por un grupo de jóvenes. En Vicente Lopez, el agente Estanislao Perez fue abordado por dos jóvenes con quienes intercambia disparos.
A raíz de los incendios de templos cometidos la noche del 16 de junio, el gobierno dispuso custodia permanente en los templos católicos. Justamente esos efectivos policiales quedaron expuestos al accionar de los comandos civiles, compuestos en su mayoría por jóvenes católicos.
El 13 de agosto, cuatro jóvenes que se movilizan en un jeep tirando panfletos, intercambian disparos son la policía, luego de una corta persecución son detenidos: Jaime Cabrera, Manuel Balaguer, Raúl Lanús y Roberto Lanús este ultimo con una herida de bala. Todos estudiantes entre 19 y 22 años.
El 15 de agosto en Santa Fe, Córdoba y Capital Federal grupos de activistas católicos protagonizan disturbios y enfrentamientos con la policía. La oposición ganaba la calle y no se detenía. Dice Perón en su libro “La fuerza es el derecho de las bestias”: “la Acción Católica y los niños de los colegios de curas, comenzaron a provocar desórdenes en las calles . Esas reuniones eran organizadas por la Curia de Buenos Aires que dispuso la realización de misas en la noche, después de las cuales se provocaban desórdenes. Algunos curas en los púlpitos se comportaban como verdaderos desaforados e incitaban abiertamente a la rebelión.”
El mismo 15 de agosto frente a la confitería La Biela, son detenidos seis menores con armas, que se desplazaban en un jeep propiedad de Mariano Castex. Confesaron que las armas les habían sido entregadas por Diego Muniz Barreto, quien no pudo ser detenido.
El 17 de agosto se producen disturbios en la zona céntrica que terminan con 94 detenidos. La justicia investiga un complot de civiles y militares, entre los detenidos están David Michel Torino, Ricardo Oliver, Alfredo Cornejo, Sara Makintosh, y Elida Palacios Villagran de Anchorena.
Es allanado el Colegio Máximo de San Miguel de los jesuitas, el mismo donde Jorge Bergoglio va a esconder perseguidos durante la dictadura.
El 18 de agosto, tres marineros que cumplían guardia en la Iglesia de San Bartolomé, fueron atacados por comandos civiles, desde un automóvil con disparos de armas cortas.
Los Comandos Civiles compuestos por jóvenes de distintos orígenes políticos opositores al peronismo eran organizaciones celulares, con formato y tácticas de guerrilla urbana, muy similares a las que van a existir en los 70.
El 26 de agosto en un allanamiento en una finca cita en Ayacucho 2062, perteneciente a la familia Wernitcke, la policía secuestro 24 fusiles, 3 ametralladoras y 14 pistolas, gelinita, trotil, pólvora, abundante munición de distintos calibres y varios vehículos. En relación a este hallazgo fueron detenidos Emilio De Vedia y Mitre, Julio E. Morón, Emilio Allende Posse, Eduardo Ocantos, Horacio López Cabanillas, los hermanos Alejandro y Jose Bustamante, los hermanos Jaime, Jorge y Daniel Jose De las Carreras. La mayoría de ellos con edades entre 20 y 25 años, estudiantes y de familias de buen nivel económico. El diario La Época tituló “Descubriose en Barrio Norte una organización de pitucos terroristas”, toda una definición resumida en un titulo. Por el tipo de organización, recursos económicos y poder de fuego estaban preparados para realizar atentados muy importantes.
Don Arturo Jauretche, reflexionó sobre los últimos meses del gobierno: “Ya en 1954 la caída del gobierno, para mí es un hecho era un hecho inevitable. El gobierno se debilitaba no a causa de problemas económicos sino por cuestiones políticas. El personalismo acarrea junto con sus ventajas, la creación de una burocracia cortesana que paulatinamente, va bloqueando y aislando al líder del medio político social. Al mismo tiempo, los mas capaces y los hombres de carácter, son excluidos por un círculo de cortesanos, que siempre dicen amén y cuya única preocupación es su éxito personal y su subsistencia. En 1946 cada peronista se sentía un conductor de la historia, en 1955 era ya un espectador un aburrido, miembro del coro de aplaudidores, que concurría los actos públicos, no con la pasión del combatiente, sino con mera preocupación ritual.”
Al conflicto político con la Iglesia, los episodios de la quema de la bandera, y los incendios de los templos, se le viene a sumar el debate por el acuerdo con la Standar Oil, un convenio entre YPF y la petrolera norteamericana que es cuestionado por la oposición y parte de los propios. En “La fuerza es el derecho de las bestias” Perón escribe: “Estos "nacionalistas de opereta" ha hecho tanto mal al país con sus estupideces como los colonialistas con su viveza. Unos negativos y otros excesivamente positivistas, representan dos flagelos para la economía del país.”
El 31 de Agosto por la mañana Perón en una carta a la CGT manifiesta de voluntad de presentar su renuncia para pacificar definitivamente el país. La propuesta de pacificación no había sido tomada por la Iglesia y los partidos políticos quienes la entendieron como un síntoma de debilidad.
Por la tarde del 31 se produce una gran movilización en Plaza de Mayo para pedirle a Perón que no renuncie. En ese acto el General va a pronunciar el discurso mas violento de su historia política. No hay acuerdo entre los historiadores, si cuando salió al balcón llevaba en su mente un discurso conciliador y la presión del pueblo allí reunido lo llevó a cambiarlo. Lo cierto es que pronunció su famosa frase: “ La consigna es contestar a cada acción violenta con una mas violenta. Y por cada uno de nosotros que caigan caerán cinco de los de ellos” . Sin embargo la multitud se desconcentró de noche en absoluta calma, y en los días posteriores no existen registros de que militantes peronistas hayan realizado o contestado con acciones violentas. Incluso el planteo de la CGT de apoyar con reservistas al Ejercito, fue descartado por el mismo Perón.
Sin duda, Perón luego de la masacre del bombardeo es un hombre golpeado, que ha mermado en sus reflejos naturales de conductor. Que va de llamar al dialogo y la conciliación, a la amenaza de una represión feroz. En el fondo percibe que su tiempo se esta agotando y duda como seguir.
El discurso duro del 31, lejos de amedrentarlos, impulsan mas a los conspiradores. El 2 de septiembre el general Videla Balaguer comandante de la IV Región militar hace un intento sublevación en Rio Cuarto, que no prospera y se da a la fuga Ese mismo día el gobierno decreta estado de sitio en la Capital Federal, prohibiéndose reuniones publicas, la prohibición de portar armas, la facultad de allanamientos sin orden judicial, etc.
El día 7 de septiembre un plenario de delegados de la CGT, resuelve ofrecer trabajadores como reservistas del Ejercito. Aclaremos que no se hablaba de formar milicias civiles armadas, sino incorporar trabajadores como reservistas. Mientras existió el servicio militar obligatorio, todos quienes lo realizaban automáticamente se convertían en reservistas, que podían ser convocados en caso de necesidad. De hecho durante la guerra de Malvinas, hubo algunas convocatorias de reservistas. La CGT hace el ofrecimiento formal por nota al Ministro de Ejercito Franklin Lucero, quien les responde también por nota agradeciendo el gesto y afirmando que : “estoy persuadido de que el generoso ofrecimiento habrá de ser considerado por el poder ejecutivo en la oportunidad que estime necesario, ejercer la facultad exclusiva que le confiere la Constitución, y la ley 12.913 para la convocatoria de las reservas de la patria.”
Estas declaraciones de la CGT y del Ministro, dejan expuesto que el ultimo sostén de Perón en el gobierno son los trabajadores organizados y al menos un sector del Ejercito que se conserva leal. La misma alianza inicial que había gestado el peronismo a partir de 1943, volvía a quedar sola frente a las fuerzas económicas, políticas, eclesiales y militares que ya están embarcadas en la conspiración sin marcha atrás.
“Para posibilitar semejante traición al Pueblo ha sido necesario el dinero de la oligarquía, la prédica de los malos curas y la agitación de los políticos profesionales.(…) La clase parasitaria, representada por la oligarquía contumaz y resentida, unida a los curas que abiertamente intervinieron en la lucha del 16 de junio, como asimismo a los dirigentes políticos de la “Unión Democrática”, comenzó ya desembozadamente a minar al Ejército, la Marina y la Aeronáutica.” Escribirá Perón un año después en “La fuerza es el derecho de las bestias”.
Faltaban pocos días para que el 16 de Septiembre estalle el golpe civico-militar autotitulado “Revolución Libertadora”.
ALDO DUZDEVICH (*) El columnista es autor de Salvados por Francisco y La lealtad- Los montoneros que se quedaron con Perón.
Publicado en Diario La Mañana del Neuquén.
domingo 9 de julio de 2023.
https://www.lmneuquen.com/los-meses-previos-la-mal-llamada-revolucion-libertadora-n1039113
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