Falleció este jueves Carlos Segovia, conocido escribano y abogado de la ciudad y reconocido militante por los derechos humanos. Con su partida, se va una parte de la historia de las últimas décadas, por su papel solidario, por su lucha contra la dictadura militar y su legado de terror y represión, y por su compromiso con las buenas causas de la humanidad.
Segovia, a quien llamaban “Cuqui” en su entorno más próximo, integraba la Corriente Militante por los Derechos Humanos y por su abnegación y carisma cumplió un papel relevante en los primeros tiempos de la democracia, aunque nunca, a lo largo de su vida, abandonó su vocación de ayudar a quienes ven vulnerados sus derechos. Siempre fue “el” dirigente de los derechos humanos.
Si bien no era cipoleño de origen, se enraizó con su familia en la ciudad y, en lo personal, supo brindarle a la comunidad su labor como profesional y su esfuerzo como militante, también en el terreno político. De su desinterés y generosidad pueden dar testimonio quienes lo trataron y conocieron en la región.
Nació en Rawson, en el Chubut, el 9 de Julio de 1935, por lo que había cumplido recientemente los 88 años de edad. Después de estar un tiempo en Catriel, ganó un concurso para una escribanía y en 1971 se radicó en Cipolletti.
El destino lo había emparentado ya con una de las familias más conocidas y renombradas de la ciudad. Se trata de los Salto. Y es que su tía, Margarita Segovia, fue la esposa del ya legendario ex intendente Julio Dante Salto. Fue así primo hermano de los hijos del matrimonio, como el fallecido ex jefe comunal Julio Rodolfo Salto y el periodista Julio Alberto “Beby” Salto.
Su primera esposa fue Amneris Biglione. Tuvo tres hijos, Martín, Leandro y Mariano. Los dos primeros siguieron la vocación paterna y son abogados de larga trayectoria.
De muy joven estuvo en la escena pública. Fue un desarrollista muy cercano al ex presidente Arturo Frondizi, quien gobernó el país entre 1958 y 1962, y fue secretario privado de su sucesor, el presidente José María Guido, quien lideró brevemente el país entre 1962 y 1963.
Su labor en los derechos humanos lo tuvo como uno de los fundadores de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos, junto con el ex obispo de Neuquén, Jaime de Nevares, en plena dictadura militar. Allí estuvieron presentes destacadas figuras sociales y de diversos planos de la comunidad regional, entre los que se contaba quien sería con los años su actual pareja, Noemí Alemany.
Luego impulsó y ayudó a conformar, en la década de los ’90, la Corriente Militante Por los Derechos Humanos, a la que siguió perteneciendo hasta su final.
En el plano de los derechos humanos, será siempre recordada su participación en la denuncia por la desaparición y asesinato del soldado Omar Carrasco, la víctima del histórico “caso Carrasco”, cuya resonancia llevaría a la abolición del Servicio Militar Obligatorio en la Argentina
En el plano político, estuvo de joven cerca de la Unión Cívica Radical Intransigente (Ucri) y del desarrollismo de Frondizi y luego, en la región, se vinculó a las fuerzas políticas de izquierda, de las que llegó a ser una de sus figuras más conocidas y hasta fue candidato a gobernador por un nucleamiento del sector.
Su deceso se produjo este jueves temprano, en el Hospital Castro Rendón, de Neuquén, donde se hallaba internado. Sus restos mortales eran velados durante la noche en la sala de la casa Diniello, en calle Teniente Ibáñez 1055.
Publicado en Diario La Mañana del Neuquén.
https://www.lmneuquen.com/neuquen/murio-carlos-segovia-militante-los-derechos-humanos-n1042695
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