El héroe de la batalla de la Vuelta de Obligado.
Las acciones previas y posteriores a la gesta del teniente coronel Juan Bautista Thorne.
Por Pablo A. Vázquez.
“Sus cañones le imponían hacer fuego hasta vencer o morir”. Esta frase desafiante y heroica la realizó el teniente coronel Juan Bautista Thorne al general Lucio Mansilla, quien le ordenó – dos veces – al veterano combatiente, que quedaría sordo por el retumbar de los cañones, que suspendiera el fuego y se retire, en el marco de la Batalla de la Vuelta de Obligado, el 20 de noviembre de 1845.
Si bien en una nota anterior en este mismo medio, “El otro combate de San Lorenzo” (2019), referencié el accionar de Thorne en Obligado y en el resto de los combates de la guerra del Paraná (1845/46) poco se sabe de sus acciones previas y posteriores a tan significativa gesta.
Nació en New York el 8 de marzo de 1807, siendo hijo de un capitán de barco. Viajó con él, dando la vuelta al mundo, recalando en nuestras costas en 1818. Tras un tiempo en el Brasil, recién en 1825 se asentó en nuestro territorio. Inmediatamente se suma a la naciente flota patria, al mando del almirante Guillermo Brown, siendo guardamarina, para participa en la guerra contra el Imperio del Brasil, destacándose heroicamente en la defensa de Carmen de Patagones, del 7 de marzo de 1827. Tras otra acción contra los brasileños es capturado y detenido por un año en Río de Janeiro, hasta el fin de la guerra.
Al tiempo, en 1830, se suma a las huestes federales, combatiendo en Entre Ríos, bajo el mando de John Coe, contra Juan Lavalle y José Ricardo López Jordán. Participó, en 1833, de la expedición al desierto de Juan Manuel de Rosas, explorando el río Colorado y explorando, al año siguiente, las costas patagónicas, llegando cerca de Rio Gallegos, para estudiar la posibilidad de instalar un puerto.
En 1838 fue nombrado jefe naval en la isla Martín García, resistiendo el avance militar francés, durante el inicio del bloqueo de buques galos sobre Buenos Aires. Fue tomado prisionero junto a Jerónimo Costa, jefe de la guarnición militar, siendo luego trasladado por los franceses a Buenos Aires, en reconocimiento a su valor.
No se quedó tranquilo en su casa y siguió guerreando, sumándose, como jefe de artilleros, a las huestes de Pascual Echagüe, gobernador de Entre Ríos, contra el unitario correntino Genaro Berón de Astrada, derrotándolo en Pago Largo el 31 de marzo de 1839. Le siguieron Cagancha, Don Cristóbal, Sauce Grande y Caaguazú, con resultados dispares, sobre todo en la última batalla, ganada por las fuerzas de Paz, donde Thorne fue herido de un lanzazo.
Al tomar el poder provincial el “Tata” Justo José de Urquiza se replegó a Buenos Aires, donde, según Jacinto Yaben, en el Tomo V de ‘Biografías Argentinas y Sudamericanas’ (1940), reseñó: “El 15 de abril de 1842 volvió al servicio naval, bajo las órdenes del Almirante Guillermo Brown, hasta 1843… El 17 de agosto de 1843 después de haber actuado con Brown en el bloqueo de Montevideo, fue nombrado Comandante en Jefe de la costa del Norte y comandante del bergantín – goleta “Vigilante”. El 26 de diciembre de 1844 tuvo a su cargo una escuadrilla en el río Paraná, compuesta de siete velas.
JEFE BATERIA “LA MANUELITA”.
El 15 de septiembre de 1845 fue nombrado comandante en jefe de la batería la ‘Manuelita’, situada en la vuelta de Obligado y el 20 de noviembre del mismo año Thorne tuvo una participación heroica, dirigió personalmente los fuegos de sus cañones hasta que cayó con el brazo y la cabeza fracturados, quedando privado del sentido del oído para siempre.
Lo singular es que, por un lado, al desobedecer a Mansilla fue arrestado por unos días en San Lorenzo, más para darle tiempo de curarse que una prisión efectiva, e inmediatamente “… curado de sus heridas, el 9 de diciembre del mismo año era nombrado comandante en jefe de la costa del río Paraná, en la que continuamente se producía escaramuzas con los buques ingleses y franceses que lo surcaban”.
ESCARAMUZAS.
En diciembre de ese año, y en enero y febrero del entrante, se suceden otras tantas escaramuzas contra la flota enemiga que son triunfos de Thorne. El 9 de enero Mansilla participa a Corbalán: “Navegaban (los enemigos) nuestro majestuoso Paraná convoyando cincuenta transportes de infames piratas especuladores bajo diferentes pabellones de naciones amigas, indebidamente enarboladas en un río interior de nuestra República”.
El mismo parte da cuenta de los choques entre ambas fuerzas y agregó: “… El entusiasmo de nuestros artilleros, señor General, es digno del mayor encomio, lo mismo que su destreza y ojo certero. El teniente coronel D. Juan Bautista Thorne, capitán Santiago Maurice y mis ayudantes de órdenes han llenado valerosamente su deber, despreciando los peligros como verdaderos argentinos federales”.
El 2 de enero de 1846 hubo un nuevo enfrentamiento en Obligado, pero esta vez victorioso para la Confederación. De igual resultado fue la acción armada en El Tonelero, cerca de Ramallo, provincia de Buenos Aires, el 9 del mismo mes. Y luego sendos combates en las costas de Santa Fe, en la angostura de El Quebracho y, previamente, en San Lorenzo, el 16 de enero de 1846. Los combates siguieron, con victorias de la Confederación, hasta el triunfo definitivo el 4 de junio de 1846 en la angostura de El Quebracho. El esfuerzo del Reino Unido y Francia no dio los frutos comerciales y militares esperados, firmando ambas potencias la paz con Juan Manuel de Rosas, por separado, respectivamente, en 1849 y 1850.
El fin de la guerra del Paraná fue un triunfo de Rosas, donde el cuerpo surcado de heridas de Thorne tuvo mucho que ver. Pero su lucha siguió, y más después de la derrota de Caseros. Se plegó con el federal Hilario Lago contra Buenos Aires, bloqueando su puerto, pero la traición del jefe naval Coe determinó su captura y degradación. Inmediatamente sirvió como jefe de las fuerzas navales de la Confederación de Urquiza, para luego realizar viajes y negocios en la India.
En sus últimos años, tras ser indultado en 1868, se asentó en Buenos Aires, falleciendo el 1 de agosto de 1885, descansando sus restos en el cementerio británico de Buenos Aires.
*** Publicado en Diario LA PRENSA.
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