Burbujas con aroma a peras: por qué es único este espumante roquense.
Los logros y desafíos de la familia que creó “Krusha”, un
emprendimiento de sidra espumantes de pera realizado bajo el método
Champenoise.
Ir salvando lo poco que nos queda del Alto Valle en materia
de producción en las chacras.
Las peras -y las manzanas, también- están algo olvidadas.
Por eso “decididimos crear Krusha, un emprendimiento de
sidra espumantes de pera realizado bajo el método Champenoise (segunda
fermentación en botella)”. “Y nos va bien, poco a poco. El valor agregado
nuestro es que somos únicos en la elaboración de este tipo de bebida” .
Quien habla es Florencia Calderón (31), integrante de la
pyme junto a sus padres Adriana Luisioni y Víctor. Adriana trabajó 42 años en
Sidra del Valle y su esposo 12 como operario en esa misma bodega regional.
Fue ella misma quien eligió el nombre del emprendimiento.
“Es así como se pronuncia pera en búlgaro… me gustó como sonaba, me remite a lo
espumante…”. Y fue así como quedó Krusha.
“La topografía y el
clima de la región del Alto Valle permiten obtener frutos de gran calidad y
sabor. Lo hacemos porque amamos la alquimia de elaborar algo distinto y único.
Nuestra propuesta de valor es diferenciarnos como un producto regional,
artesanal y organolépticamente distinto; esto se logra mediante distintos tipos
de peras de la región, que se utilizan para la fermentación, bajo el método
Champenoise, obteniendo una sidra espumante de pera”, comenta la entrevistada.
En este momento afirma que no tienen posibles competidores
ya que “somos los únicos en elaborar Sidra Espumantes de Pera en el país. Nos
logramos diferenciar de los productos sustitutos porque lo realizamos mediante
el método champenoise pocas bebidas se realizan mediante este método. Este
espumante lleva 180 días de pupitre, como un espumante elaborado con uva. Le
cambiamos la fruta”, agrega.
Este emprendimiento tuvo su origen en la previa de la
primera Fiesta de la Sidra que se hizo en Roca en el 2021. “En este evento
realizamos degustaciones entre los presente con muy buena aceptación. Al año
siguiente, el 2 de abril, nos instalamos aquí en Viterbori al 3040 de nuestra
ciudad. Esto fue un salto importantísimo para nuestra pyme”, resalta.
Los tres tienen amplio conocimiento en el rubro. “Mamá
dedicó su vida a elaborar sidra. A los 16 años ya empezó a trabajar en el
laboratorio de la sidrera, cursaba el 4° año de la secundaria con los
conocimientos de química aprendido en el colegio empezó a destilar agua.
Después tuvo un gran maestro, el enólogo Armando Mandalari ya fallecido, quien
compartió su conocimiento. Él fue su gran mentor”, sostiene Florencia.
“En esos años el Alto Valle tenía bodegas muy importantes y
don Armando además de ser el enólogo de la sidrera asesoraba a varias de ella;
mamá lo acompañaba y realizaba los análisis de rutinas en las bodegas. Luego
ella fue la técnica del establecimiento, tenía a cargo la elaboración de la
sidra base y de los análisis físico químico del caldo», agrega.
Sobre su padre dice que él trabajó unos 15 año en la sidrera
como operario, experiencia que hoy le permite tener un buen manejo en la
producción del espumante.
¿Cómo se dividen el trabajo entre los tres? Víctor, encargado de producción; Adriana, en el área de control de análisis físico químicos de la sidra espumantes y Florencia en el rol de encargada del área administrativas y ventas.
«Estoy cursando el último año de la carrera de Técnica en
Enología en la Universidad Nacional de Río Negro en Regina; crecer en un
laboratorio junto a mi madre me llevó a estudiar esta rama. Ahora también
realizo el trabajo final de Administración de Empresas y por eso en el
emprendimiento realizo la parte administrativa y contable», acota la
entrevistada.
No oculta que trabajar en familia tiene sus dimes y diretes
y que por ser joven suele tener una mirada muy distinta del negocio: cuándo
sacar qué nuevo producto y en qué actualizarse, por ejemplo. «Vivimos en un
mundo súper exigente que constantemente demanda que generes contenidos o
productos para que las personas te conozcan; esto se nos complica mucho también
porque al ser un emprendimiento pequeño -y no tener la tecnología necesaria y
el capital económico suficiente- atravesamos puntos críticos todo el tiempo»,
admite.
¿Y este momento cómo lo atraviesan? «Muy angustiados por el
valor de los insumos… pero jamás se nos cruza bajar los brazos. Abandonar,
jamás», reitera como un mantra.
Venden en Roca, Choele Choel, Bariloche, Junín de los Andes,
Madryn, Cordoba y Buenos Aires, entre tantas ciudades. «Desde hace un tiempo la
sidra se consume casi todo el año. Nuestro público se enfoca en el segmento que
va desde los 25 años en adelante». También proveen a eventos, fiestas y
casamientos.
Los envases lo reciclan de un local bailable de Roca y
también envasan en lata.
«En este momento no tenemos competencia directa; hay sidras
y sidras espumantes de manzanas pero no de pera. El desafío es mantenernos como
líderes absolutos en el mercado aprovechando la oportunidad que somos únicos»,
confía.
«Cuando un emprendimiento ve un mercado que crece la
tentación de sumarse es muy grande. Esto explica que en el último tiempo casi
todas las sidras artesanales se hayan lanzado al mercado sumando su versión con
burbuja, elaborada por el método champenoise, en manzana. Hay lugar para todos
y ojalá pronto seamos muchos más», agrega.
¿Desafíos de ahora en más?
Incorporar más tecnología: sería una gran oportunidad para
agilizar el proceso e incorporar mano de obra. Comprar nuestro propio espacio
porque ahora alquilamos. Y por último, aumentar nuestra producción, hacernos
más conocidos y exportar este producto regional. Parece mucho, ¿no? Pero creo
que solo con estos sueños seremos capaces de atravesar estos momentos
difíciles. No hay otra. Ni se nos cruza abandonar. Eso, jamás.
El buen momento de la sidra.
La sidra está pasando por un prometedor momento de
transformación.
Su demanda a ido en aumento en Argentina, sexto país del
mundo en consumo per cápita, y pese a ser una bebida muy ligada a las fiestas
de fin de año, gana terreno en el mercado a partir de nuevas propuestas.
Es un producto súper noble y rico, muy versátil a la hora de
combinar sabores; aporta acidez, dulzor y una burbuja que lo hace súper
refrescante, y si a eso se le suma hierbas o cítricos mucho mejor, una
complejidad de sabores perfectos.
Hay una tendencia muy fuerte a buscar y probar nuevos
sabores en bebidas de baja graduación alcohólica, de entre 4 y 7 grados; la
sidra es una opción dulce, refrescante y natural, un producto sin tacc.
Crecimiento e innovación.
El crecimiento de la categoría sidra fue impulsado en
nuestro país por la innovación de las marcas al servicio de nuevas propuestas y
presentaciones de producto, y la creación de nuevas ocasiones de consumo.
Nuevas marcas, incluso artesanales; presentaciones, botellas
más chicas, con chapita, e incluso latas; sabores; y formas de tomar sidra, en
vaso y con hielo; están haciendo que deje de ser una bebida para brindar en
Navidad o Año Nuevo para convertirse en una bebida a disfrutar durante todo el
año.
Las nuevas propuestas en marcas, productos y empaques
contribuyen a crear nuevos espacios y oportunidades de consumo: no sólo en las
fiestas, sino con amigos o en familia; e, incluso, como opción individual.
Por Horacio Lara.
Publicado en Diario Río Negro.
Domingo 26 de noviembre del 2023.
Imágenes: Diario Río Negro.
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