Por Armando Mario Márquez.
Años después otro episodio ocurrido ese mismo día se agregó a mi memoria, cual el accidente sufrido por el reconocido boxeador José María “el Mono” Gatica en las inmediaciones del estadio, una vez finalizado aquél partido al que había concurrido para vender muñequitos alusivos, con lo que se ganaba unos pesos para “pucherear”; en esa ocasión, cayó bajo las ruedas de un colectivo lo que le produjo lesiones tales que lo llevaron a la muerte dos días después en el porteño Hospital Rawson, de lo cual recientemente se han cumplido sesenta años.
Qué decir de este mítico personaje que no se sepa, ya sea por lo que de él se ha escrito, por la conocida película que cuenta su vida o por el saber y decir cotidiano encarnado en la valiosa historia oral.
Por fin, digamos que no es un personaje ajeno o indiferente al imaginario colectivo.
Su vida estuvo signada por increíbles altibajos socio económicos que lo llevaron de la extrema pobreza y abandono -en la que nació y en la que murió- hasta la exacerbada opulencia por la que transitaron algunos momentos de su vida; la política también hizo lo suyo en todo ese cuadro.
Su carrera deportiva fue un calco de su vida, con momentos muy buenos y con otros malos, seguramente producto de las elecciones de vida que hizo.
Algo no vamos a discutir: fue un importante ídolo popular, como lo demuestra el acompañamiento en su despedida en la mítica Federación Argentina de Box en la calle Castro Barros en el barrio de Almagro y su entierro en el cementerio de Avellaneda, dado que su último domicilio fue en una precaria vivienda en el barrio de Villa Domínico.
Años después sus restos fueron trasladados a la necrópolis de la ciudad de Villa Mercedes -provincia de San Luis-, su terruño natal, donde hoy descansan.
No he escrito estas líneas para polemizar sobre su figura, sino para poner en el recuerdo a quien durante su vida -y aún tras ella- supo generar a su alrededor encontradas y encendidas pasiones, muy propias de nuestra genética nacional, cuyo nombre al ser mencionado arranca, cuando menos, una evocativa sonrisa.
Armando Mario Márquez Presidente de la filial Neuquén de la Sociedad Argentina de Escritores (Sade).
Publicado en Diario Río Negro.
18/11/2023.
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