Los primeros colectivos eran taxis adaptados que tenían capacidad
para cuatro pasajeros y uno más al lado del conductor.
Desde la huella dactilar hasta el bypass coronario, el país ha sido hogar de mentes brillantes en distintas áreas.
Por Mariana Badeni.
Muchas ideas generadas en territorio criollo hoy se han naturalizado de tal forma que muchos desconocen su procedencia.
La historia del dibujo animado comienza sorprendentemente en la Argentina, en 1917, con la creación de "El Apóstol", el primer largometraje animado del mundo. Este hito fue obra de Quirino Cristiani, un talentoso dibujante, y Federico Valle, un productor italiano con experiencia en el cine francés junto a los Hermanos Lumière.
Ambos artistas utilizaron una técnica innovadora para la época: figuras de cartón articuladas con hilo, que permitían dar vida a los personajes mediante el movimiento cuadro por cuadro. "El Apóstol" fue una sátira política que criticaba al entonces presidente argentino Hipólito Yrigoyen, marcando así el inicio de la animación como herramienta de expresión y crítica social.
Este logro pionero en Argentina sentó las bases para el desarrollo de la animación a nivel mundial. A partir de "El Apóstol", la técnica de animación fue evolucionando y perfeccionándose, dando lugar a nuevas formas de narración y expresión artística.
La influencia de Cristiani y Valle se extendió más allá de las fronteras argentinas, inspirando a otros creadores y contribuyendo al nacimiento de la industria de la animación tal como la conocemos hoy en día.
Así, la Argentina se posicionó como un precursor inesperado en la historia del cine animado, demostrando que la creatividad y la innovación pueden surgir en cualquier rincón del mundo.
PARADA, POR FAVOR.
Todos los días cientos de colectivos recorren las calles para transportar a miles de usuarios. Hay de todos los colores y diseños hasta llegar a los articulados con dos o más secciones tipo módulos.
Pocos conocen que este vehículo surgió de la mente de un grupo de taxistas que el 24 de septiembre de 1928, dada la crisis económica que vivían en aquella época, decidió realizar un recorrido fijo anunciándolo con un cartel y permitiendo subir a más de un pasajero.
Los primeros colectivos eran taxis adaptados que tenían capacidad para cuatro pasajeros y uno más al lado del conductor. El precio era cinco veces más barato que un taxi. Así, en poco tiempo el “Colectivo”, denominado así por ser transporte comunitario, se convirtió en un vehículo muy popular entre los argentinos.
Otra hazaña en el área del transporte fue llevada a cabo por el argentino Raúl Pateras que en 1916 voló el primer helicóptero de la historia.
Aunque el primer boceto de la aeronave fue diseñado por Leonardo Da Vinci en el año 1490, centurias después fue Pateras que demostró su factibilidad. Si Bien ya existían prototipos similares, como el “autogiro”, ninguno tuvo utilidad práctica por sufrir de vibraciones y giros descontrolados a poco de despegar. Pateras logró el primer despegue y aterrizaje vertical controlado su diseño tenía palas contra rotativas.
Su nombre también se hizo eco en las noticias cuando abordo de un helicóptero el 18 de abril de 1924 alcanzó un nuevo récord mundial de vuelo 736 metros de recorrido en cuatro minutos y 11 segundos.
A partir de aquel momento, los ingenieros de todas partes del mundo desearon copiar el artefacto volador.
HUELLAS Y BIROMES.
A mediados de la década del 80 del siglo XIX en Buenos Aires, una de cada nueve personas había sido arrestada, especialmente por desorden en la vía pública y ebriedad, aunque no era significativo el número de delitos contra la propiedad y las personas.
Pero muchos de los casos carecían de resolución por falta de algún tipo de prueba que identificara fehacientemente al autor del delito. Además, se utilizaban métodos poco precisos para identificar a las personas, como la antropometría (medición de partes del cuerpo). Sin embargo, estos procedimientos resultaban engorrosos y poco fiables. En tanto, las fotos, utilizadas en otros países para identificar a los delincuentes, eran muy caras para utilizar en el país.
Juan Vucetich era un antropólogo y policía que revolucionó la criminología con su sistema de identificación de huellas dactilares. El inmigrante croata, naturalizado argentino, comenzó a estudiar las huellas dactilares y se dio cuenta de que eran únicas e inmutables en cada individuo. A partir de esta observación, desarrolló un sistema de clasificación basado en los patrones de las crestas papilares (arcos, presillas y verticilos).
En 1892 el inventor aplicó su sistema por primera vez en un caso real. En Necochea, una mujer llamada Francisca Rojas asesinó a sus dos hijos y culpó a un vecino. Gracias a las huellas dactilares encontradas en la escena del crimen, Vucetich pudo demostrar la culpabilidad de Rojas, convirtiéndose en el primer caso resuelto en el mundo mediante este método.
Cuatro años después, el inventor perfeccionó su sistema y lo patentó como "Sistema Dactiloscópico Argentino". Este procedimiento permitía clasificar y archivar las huellas dactilares de manera eficiente, facilitando la identificación de personas.
El novedoso método fue adoptado rápidamente en Argentina y luego se extendió a otros países del mundo. Su invención revolucionó la criminología y se convirtió en una herramienta fundamental para la identificación de personas en diversos ámbitos, no solo en el ámbito policial.
Si se habla de creatividad al máximo, entonces hay que señalar el nombre del periodista naturalizado argentino Ladislao Biro. El inventor patentó la ‘birome’ en Hungría en 1938. Sin embargo, el desarrollo y perfeccionamiento del invento llevó varios años, y su comercialización a gran escala comenzó recién en la década de 1940, después de que Biro emigrara a Argentina.
Pero pocos conocen que además generó más de 30 patentes a su nombre de elementos que cambiaron la vida cotidiana de miles de personas para siempre. Así, por ejemplo, aplicando el principio del bolígrafo, Biro diseñó también un perfumero que dispensaba el perfume mediante una bola giratoria, similar a los desodorantes actuales.
Por otra parte, construyó una máquina de lavar ropa automática que facilitó la tarea doméstica y ahorrando tiempo y esfuerzo. Mientras que, en el ámbito automotriz, el inventor desarrolló un sistema de caja de cambios automática que simplificaba la conducción y mejoraba la experiencia del usuarios.
Cada minuto el inventor tenía una nueva idea que plasmaba en un papel como cuando diseñó una cerradura que, según él, era imposible de forzar. Además, busco obtener energía de las olas del mar a través de un dispositivo que permitiría aprovechar la energía cinética de las olas. Sin duda alguna, su mente maestra fue notable y quedó en la historia por sus inventos.
SALUD.
Las vacunas que cada año hay que darse son necesarias para evitar enfermedades. Pero hubo un momento que en el proceso de aplicarlas no había tanta seguridad por la falta de higiene. En 1989 Carlos Arcusin inventó la jeringa autodescartable que una vez usada se autodestruye evitando así su reutilización.
El inventor argentino generó este instrumento cuando escucho que en un hospital público de Buenos Aires reutilizaban las jeringas descartables. Por este invento, Arcusin fue el primer argentino en conseguir la medalla de oro de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual en Suiza y la volvería a obtener, tiempo después, al inventar el capuchón de seguridad para agujas hipodérmicas.
En tanto, si se habla de esfuerzo y superación continua, entonces sobresale la invención del Dr. René Favaloro. En 1967 creo una técnica de cirugía cardíaca que permitía “saltear” una obstrucción coronaria, utilizando venas y arterias de otras partes del cuerpo, para que el oxígeno pudiera llegar al corazón.
La técnica del bypass coronario se difundió rápidamente por todo el mundo, convirtiéndose en el tratamiento estándar para la enfermedad coronaria avanzada. Millones de personas se han beneficiado de esta cirugía, que ha prolongado y mejorado sus vidas.
Por otra parte, un invento más reciente llamó la atención del New York Times que dedicó una página al facilitador de parto creado por Jorge Odón, un mecánico argentino. El dispositivo médico, que ha revolucionado la asistencia en partos complicados, consiste en una manga de polietileno suave y resistente, con una cámara de aire en uno de sus extremos que se adapta a la cabeza del bebé. Así, permite una suave tracción a la manga, ayudando al bebé a descender por el canal de parto de manera segura y controlada. A diferencia de otros instrumentos como el fórceps o la ventosa, el facilitador de parto no ejerce presión directa sobre la cabeza del bebé, reduciendo el riesgo de lesiones.
Cada uno de estos inventos son ejemplo de cómo la pasión, la creatividad y la dedicación argentina pueden transformar el mundo.
Publicado en LA PRENSA.
https://www.laprensa.com.ar/Inventos-argentinos-que-cambiaron-el-mundo-547243.note.aspx
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