El año que Boca estuvo al borde del descenso.
En la instancia límite, ganándole a Lanús en la última fecha del campeonato de 1949, se salvó de ser condenado a primera división B.
Recordar el trance que debió afrontar en aquella ocasión el club de la divisa azul y oro, equivale a realizar una configuración de la gravedad o la importancia del momento actual que atraviesa el equipo. Lo cierto, es que a Boca ya le fue peor que ahora.
Hoy, hace 76 años, a poco de haber ganado dos campeonatos en forma consecutiva (1943-1944), cuando River, su eterno rival, se regodeaba con “La Máquina” –Muñoz, Moreno, Pedernera, Labruna , Loustau- el plantel de “La Bombonera”, dramáticamente, estuvo muy cerca de perder la Categoría, como 62 años después le sucedería al “Millonario”.
Sin embargo en dicha oportunidad “la sangre no llegó al Riachuelo”. No hubo aprietes, barra brava, ni peleas de conventillo. Recuerdo un párrafo de la revista “Goles” que decía: “…la campaña del equipo no ha hecho otra cosa que demostrar como se lo quiere, se espera su pronta recuperación y liderazgo”.
Recién 5 años después, con la Dirección Técnica del inolvidable ídolo Ernesto Lazzatti, Boca volvió a ser campeón.
La imagen que ilustra este recuerdo “para la tribuna”, corresponde a la “longeva” extrema defensa integrada por el arquero Claudio Vacca y los centrales José Marante y Víctor Valussi. Los dos primeros actuaron hasta el final de la década evocada, y el otro defensor dejó la práctica activa en 1945.
Retomando el hilo de “cuando le fue peor a Boca”, cabe señalar que ese año 1949, la tradicional competencia de AFA con la participación de 18 equipos, en dos ruedas de 17 fechas cada una, se llevó adelante con una reglamentación que limitaba el sueldo de los futbolistas. No obstante se dio inicio al certamen. La solución llegó tardíamente, más precisamente seis meses después, cuando desde Italia y Colombia habían tentado a varios de los mejores jugadores con excelentes contratos, produciéndose una caída vertical de la calidad del fútbol argentino. La pésima campaña de Boca, que por primera vez ocupó el último puesto, fue una de las notas llamativas.
Y menos mal que había tomado la precaución de incorporar jugadores “a granel”, trayendo a los tucumanos Zelaya, Urueña, Dominguez, Sánchez y Contreras y a los mendocinos Flamant y Grima. Pasaron por el club sin pena ni gloria, excepción hecha del marplatense Antonio “Pierino” González, a quien por su incuestionable capacidad técnica, defendió a ultranza el recordado periodista Dante Panzeri, entonces director de “El Gráfico”.
Pero la preocupación por “levantar” al equipo no terminó ahí, ya que superado el conflicto de Agremiados y en pleno campeonato, la directiva boquense, ahora “a lo Riquelme”, adquirió a Juan José Ferraro, Isaac Scliar y Emilio Espinoza de Vélez, al paraguayo Duilio Benítez, a Francisco Campana y Marcos Busico de Chacarita, a Joaquín Martínez de Gimnasia y Salvador Grecco de San Lorenzo.
En ese complicado campeonato del ’49, Boca terminó último la primera rueda con 9 puntos, perdiendo en 7 ocasiones, incluyendo las 4 derrotas frente a los equipos calificados como “grandes”. La cosa no cambió mucho en el resto del certamen, y trabajosamente se salvó del descenso en la última fecha el domingo 8 de diciembre, cuando de local derrotó a Lanús 5 a 1, dejando atrás por diferencia de gol a Tigre. Últimos Huracán y Lanús, que en la serie de desempate marcó el descenso del cuadro “granate”.
Extrañamente, tremendo fracaso futbolístico, ha quedado vinculado –entre otros- al nombre de Renato Cesarini, históricamente asociado a River, quien, con alguna alternancia del húngaro Francisco Platko, fue el técnico boquense.
En este caso, lo de “extraño”, está impulsado tan pronto hagamos la cita de Néstor Rossi y Alfredo Di Stéfano, también figuras emblemáticas de la cuna “millonaria”, que cuando les tocó dirigir a Boca -1965 y 1969 respectivamente- fueron campeones con autoridad y jerarquía.
El presidente perdedor fue Daniel Gil, colaborador en la empresa automotriz de Alberto J. Armando, el mandamás que posteriormente, en idéntico cargo, “ganaría todo”.
Es justa la mención de quienes forjaron el desahogo final, colofón para tan prolongada incertidumbre: Vacca, Marante y Bendazzi, Sosa, Grecco y Pescia, Espinoza, Joaquín Martínez, Ferraro, Campana y Busico. Goles de Campana en dos oportunidades, Martínez, Ferraro y Espinoza.
Después de 24 años, en aquella jornada de nuestra crónica, Racing se consagró campeón, en tanto Boca Juniors, el único que no ha descendido de la gran mayoría de clubes de primera división, incluyendo a los “grandes”. Estuvo cerca del trauma, salió indemne, y como demostración inequívoca de su inmensa popularidad en cualquier terreno y circunstancia, alcanzó la mayor recaudación de la temporada.
Y qué justo. Esta tarde, con la mochila al hombro de 11 encuentros sin triunfos, Boca espera a Racing. Ojalá resulte un buen partido y gane “el más mejor”.
Por Dante MOROSANI * Locutor y periodista neuquino.
09/08/2025.
Publicado en diario Río Negro.
https://www.rionegro.com.ar/debates/opinion/el-ano-que-boca-estuvo-al-borde-del-descenso-4248804/
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