Tanto el origen como la etimología del
término “chiripá” ha sido motivo de múltiples controversias por parte de los
estudiosos del folclore argentino.
Se sabe con alguna certeza que “los
primeros en usar chiripá, a fines del siglo XXVIII, fueron los indios guaraníes
catequizados en las misiones jesuíticas, cuyos sacerdotes tuvieron que
improvisar esta prenda para cubrir a los aborígenes acostumbrados a andar
semidesnudos, lo que no comulgaba con la moral católica. Colocado entre las
piernas como un pañal, el chiripá fue en un principio un poncho o medio poncho
de telar, por lo que tenía flecos y era estampado con rayas y varios colores. El
gaucho solía llevar bajo el chiripá un calzoncillo cribado. Finalmente el
chiripá fue suplantado por la más funcional bombacha, cuya vigencia
persiste”.
El estudioso de nuestro folclore don
Guillermo Yriarte aporta algunos datos que esclarecen sobre este tema. Expresa
que a su entender “el chiripá es de origen árabe y su antecesor se habría
llamado chiriba o chilaba, y en un viaje a Marruecos pude constatar que aún se
usa en la campaña una prenda similar a esta.
Por su parte el Padre Agustín Entraigas que
visitó y estudió en el Archivo de Indias encontró referencias de su uso entre
los maragatos, cuyo nombre deriva de “marecatum” con que se designaba a los
agricultores magrebíes que en la conquista árabe se instalaron en lo que es hoy
la provincia de León en las costas del Miño desempeñándose en la
agricultura.
En una correspondencia particular don
Guillermo me decía que “a mayor abundamiento sobre el tema existe una teoría
“carente de seriedad” que atribuye este vocablo a los Quichuas y estaría formado
por Chiri que significa frio, y pac que significa para. Cabría preguntarse
–acota Yriarte- que si era solo una prenda para frío, que habrían utilizado
cuando hacía calor, además los aborígenes americanos utilizaron solamente el
famoso taparrabos, aun en nuestra Patagonia, y usado como abrigo el
quillango”.
Arsene Isabelle que vivió entre 1795 y 1879
observó que “cuando yo bajé en Paysandú, la indumentaria era la siguiente:
chaqueta marrón, chaleco blanco, chiripá celeste, calzoncillo blanco con flecos
–bajo un pantalón de paño azul- un poncho inglés echado al descuido sobre el
hombro izquierdo; y además el cigarrito de papel en los labios, el cuchillo
atrás, en el cinto y el sombrero”.
En su interesante ensayo “En pos del
Gualicho” del Dr. Rodolfo Casamiquela sobre esta prenda tan particular acota que
ante el interrogante si el chiripá era autóctono y si formaba parte de la
vestimenta de los indígenas pampeano patagónicos la respuesta es
negativa.
“Con respecto al origen mismo, absoluto,
del chiripá, acepto su extracción peninsular –por lo menos como etapa para su
venida a América, citando a Julio Carro cuando asegura que “el traje típico
maragato, con sus bragas, dio origen al chiripá y a las bombachas de los
gauchos”.
“Si todo esto es correcto –afirma
Casamiquela- la difusión normal de la aludida prenda ha de haber llevado al
reemplazo del taparrabos, dada seguramente su practicidad, en la vestimenta, y
consecuentemente al atuendo propio de la danza”.
Como prensa gaucha José Hernández los cita
en varias oportunidades; verbigracia: “Me enredé en el chiripá/ y cai tirado a
lo largo”.
Sobre su uso en las danzas rituales de
tehuelches y mapuches, semejando en los bailarines la rabadilla blanca del
avestruz y agregándosele una cola hay mucho material para estudio.
Hemos tratado en este breve
escolio de hacer una aproximación a una prenda que fue de uso
tradicional en nuestras llanuras en el siglo pasado y que hoy solo persiste en
las danzas tradicionales y algunos refranes.
Autor: Jorge Castañeda - Valcheta - Río Negro.
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