¿Ya no hay gente?
2012-09-03 - Esta es una frase que se escucha frecuentemente en los tambos. Pero, ¿es una sensación o es la pura realidad?
"No hay mano de obra que acompañe en los sistemas de producción como los
actuales". Esta es una frase que se escucha cada vez con mayor frecuencia en las
empresas agropecuarias de todo el país, y es un hecho de la realidad que ocurre
más allá de sus tamaños, de los tipos de producción y de su ubicación
geográfica.
DEMANDA INSATISFECHA
Si bien las empresas agropecuarias en estos últimos años han desarrollado sistemas de producción más complejos que responden a un proceso de intensificación, no todas las personas que se desempeñan en estas instituciones y que son quienes implementan estos procesos han evolucionado en el mismo sentido, lo que genera algunas dificultades.
El campo de hoy incluye personas capaces de acompañar con su trabajo a las empresas en su desarrollo y en el logro de objetivos. Desarrollo y trabajo que les permiten crecer y construir su futuro y el de su familia, incluyendo mayores oportunidades para sus hijos. No obstante, en este mismo sistema y ante la posibilidad de generar igualdad de oportunidades, coexisten trabajadores del agro que han tenido dificultades para adaptarse a la demanda de los nuevos sistemas de producción y que hoy su ausencia es sentida por el sector, ya que la mano de obra calificada está en escasez y es necesaria. Esta falta es la que lleva al hecho colectivo y tangible percibido de que "no hay gente".
Según la consultora en recursos humanos Agro Búsquedas RRHH, las demandas recibidas se han duplicado con respecto al mismo período del 2011. Del total de pedidos, las dos terceras partes son específicamente para personal de tambo, concretamente tamberos y ordeñadores. Es claramente en este tipo de explotaciones donde la mano de obra calificada tiene una demanda insatisfecha.
Los puestos que se centralizan en la zona de Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba y Entre Ríos son ocupados en un 35% por postulantes provenientes de Corrientes y un porcentaje muy pequeño, sólo el 10%, por personas que tienen como requisito trabajar cerca de su pueblo de origen; el resto está dispuesto a radicarse en otras zonas para tener un trabajo digno.Una de las últimas investigaciones formales llevadas adelante por la Encuesta Nacional Agropecuaria (2004) afirma que la disponibilidad de mano de obra en el sector agropecuario está en falta. De un total de 8.100 explotaciones agropecuarias relevadas en el año 2004, el 32% buscó personal (permanente o temporario) y sólo el 24% de ellos expresó haber tenido dificultades para satisfacer esa necesidad. Por otro lado, el 56% de las explotaciones relevadas coincidieron en que "existe escasez de mano de obra agropecuaria". De este 56%, el 47% indica que se debe a "falta de disposición para trabajar porque existen fuentes alternativas de ingresos" y el 38% a que "hay pocos trabajadores calificados para tareas especializadas". Asimismo, los productores con demanda de mano de obra satisfecha, expresaron igualmente la existencia de escasez de mano de obra, lo que de manera explícita permite concluir que "la percepción sobre la gravedad del fenómeno excede su dimensión real".
MOTIVAR DESDE LA ESCUELA
Estas estadísticas -que de haberse actualizado al 2012, seguramente serían aún más preocupantes- ponen en evidencia que se necesita un empuje de gestión para que los trabajadores del agro especializados en oficios ingresen al mercado de trabajo, elijan crecer, mejorar y capacitarse, que si bien depende en gran parte de una actitud personal por querer progresar también depende -y mucho- del entorno en el que se mueven, la realidad social, las "ayudas sociales", y la formación y motivación que se inicia desde la escolarización.
Las nuevas dinámicas y perspectivas han incluido en las escuelas secundarias y agro-técnicas capacitación para que los jóvenes den los primeros pasos previos al inicio de su carrera laboral, dado que las decisiones que tomen a partir de ese momento serán cruciales para su futuro.
Según algunos datos reales de la Argentina tomados del Indec y el Ministerio de Educación de la Nación: de los 514.000 alumnos de nivel primario en escuelas rurales sólo la mitad hace el ciclo secundario (agrotécnico o no). De los jóvenes entre 15 y 29 años del todo el país, el 2,5% vive en zonas rurales y el porcentaje es mayor en Chaco (5%), Corrientes (5%) y Entre Ríos (4%). Por otro lado, el 8% de los jóvenes entre 14 y 20 años ya está casado o en pareja, y si pasamos a la franja etárea de 20 a 24 años, el porcentaje crece al 28% en las provincias de Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe y Entre Ríos especialmente. Estos datos ponen de manifiesto que los jóvenes rurales desde corta edad asumen la responsabilidad de cuidar de una familia y trabajar, sin tiempo para poder capacitarse o planificar una carrera laboral con mayor libertad, formación y recursos, lo que de hecho repercute en la calidad de la mano de obra del agro.
Este panorama local del campo de la zona central de la provincia de Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba y Entre Ríos se contrapone con las necesidades, posibilidades y aspiraciones de trabajadores rurales de Formosa, Chaco y Corrientes, que están dispuestos a aprender nuevas tareas y a radicarse en zonas con mejores condiciones de trabajo y remuneración que las que tienen en sus áreas de residencia y para los que es muy difícil darse a conocer.
Por Cecilia Marchisio
Ingeniera agrónoma. Docente de la cátedra de producción lechera de la FAUBA y directora de Agro Búsquedas. Trabajó en tambos en Argentina y en Nueva Zelandia, desempeñándose varios años como encargada con gente a cargo.
DEMANDA INSATISFECHA
Si bien las empresas agropecuarias en estos últimos años han desarrollado sistemas de producción más complejos que responden a un proceso de intensificación, no todas las personas que se desempeñan en estas instituciones y que son quienes implementan estos procesos han evolucionado en el mismo sentido, lo que genera algunas dificultades.
El campo de hoy incluye personas capaces de acompañar con su trabajo a las empresas en su desarrollo y en el logro de objetivos. Desarrollo y trabajo que les permiten crecer y construir su futuro y el de su familia, incluyendo mayores oportunidades para sus hijos. No obstante, en este mismo sistema y ante la posibilidad de generar igualdad de oportunidades, coexisten trabajadores del agro que han tenido dificultades para adaptarse a la demanda de los nuevos sistemas de producción y que hoy su ausencia es sentida por el sector, ya que la mano de obra calificada está en escasez y es necesaria. Esta falta es la que lleva al hecho colectivo y tangible percibido de que "no hay gente".
Según la consultora en recursos humanos Agro Búsquedas RRHH, las demandas recibidas se han duplicado con respecto al mismo período del 2011. Del total de pedidos, las dos terceras partes son específicamente para personal de tambo, concretamente tamberos y ordeñadores. Es claramente en este tipo de explotaciones donde la mano de obra calificada tiene una demanda insatisfecha.
Los puestos que se centralizan en la zona de Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba y Entre Ríos son ocupados en un 35% por postulantes provenientes de Corrientes y un porcentaje muy pequeño, sólo el 10%, por personas que tienen como requisito trabajar cerca de su pueblo de origen; el resto está dispuesto a radicarse en otras zonas para tener un trabajo digno.Una de las últimas investigaciones formales llevadas adelante por la Encuesta Nacional Agropecuaria (2004) afirma que la disponibilidad de mano de obra en el sector agropecuario está en falta. De un total de 8.100 explotaciones agropecuarias relevadas en el año 2004, el 32% buscó personal (permanente o temporario) y sólo el 24% de ellos expresó haber tenido dificultades para satisfacer esa necesidad. Por otro lado, el 56% de las explotaciones relevadas coincidieron en que "existe escasez de mano de obra agropecuaria". De este 56%, el 47% indica que se debe a "falta de disposición para trabajar porque existen fuentes alternativas de ingresos" y el 38% a que "hay pocos trabajadores calificados para tareas especializadas". Asimismo, los productores con demanda de mano de obra satisfecha, expresaron igualmente la existencia de escasez de mano de obra, lo que de manera explícita permite concluir que "la percepción sobre la gravedad del fenómeno excede su dimensión real".
MOTIVAR DESDE LA ESCUELA
Estas estadísticas -que de haberse actualizado al 2012, seguramente serían aún más preocupantes- ponen en evidencia que se necesita un empuje de gestión para que los trabajadores del agro especializados en oficios ingresen al mercado de trabajo, elijan crecer, mejorar y capacitarse, que si bien depende en gran parte de una actitud personal por querer progresar también depende -y mucho- del entorno en el que se mueven, la realidad social, las "ayudas sociales", y la formación y motivación que se inicia desde la escolarización.
Las nuevas dinámicas y perspectivas han incluido en las escuelas secundarias y agro-técnicas capacitación para que los jóvenes den los primeros pasos previos al inicio de su carrera laboral, dado que las decisiones que tomen a partir de ese momento serán cruciales para su futuro.
Según algunos datos reales de la Argentina tomados del Indec y el Ministerio de Educación de la Nación: de los 514.000 alumnos de nivel primario en escuelas rurales sólo la mitad hace el ciclo secundario (agrotécnico o no). De los jóvenes entre 15 y 29 años del todo el país, el 2,5% vive en zonas rurales y el porcentaje es mayor en Chaco (5%), Corrientes (5%) y Entre Ríos (4%). Por otro lado, el 8% de los jóvenes entre 14 y 20 años ya está casado o en pareja, y si pasamos a la franja etárea de 20 a 24 años, el porcentaje crece al 28% en las provincias de Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe y Entre Ríos especialmente. Estos datos ponen de manifiesto que los jóvenes rurales desde corta edad asumen la responsabilidad de cuidar de una familia y trabajar, sin tiempo para poder capacitarse o planificar una carrera laboral con mayor libertad, formación y recursos, lo que de hecho repercute en la calidad de la mano de obra del agro.
Este panorama local del campo de la zona central de la provincia de Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba y Entre Ríos se contrapone con las necesidades, posibilidades y aspiraciones de trabajadores rurales de Formosa, Chaco y Corrientes, que están dispuestos a aprender nuevas tareas y a radicarse en zonas con mejores condiciones de trabajo y remuneración que las que tienen en sus áreas de residencia y para los que es muy difícil darse a conocer.
Por Cecilia Marchisio
Ingeniera agrónoma. Docente de la cátedra de producción lechera de la FAUBA y directora de Agro Búsquedas. Trabajó en tambos en Argentina y en Nueva Zelandia, desempeñándose varios años como encargada con gente a cargo.
Nota publicada en la REVISTA INFORTAMBO.
Fuente de información e imagen: infotambo
http://www.infortambo.com.ar/interna.php?id_editor=4729
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La diferencia de opiniones conduce a la investigación, y la investigación conduce a la verdad. - Thomas Jefferson 1743-1826.