“Hoy, con los resultados a la vista, podemos decir que se podría haber hecho algo más eficiente en materia de comunicación” para evitar que la fabricación de una central nuclear en la provincia generara tantas resistencias. El pensamiento corresponde a Christian Tisot, un ingeniero electrónico que forma parte del directorio de la empresa estatal Invap en representación de los trabajadores.
Invap, una sociedad del Estado rionegrino que ganó prestigio internacional en materia nuclear y, en los últimos años, espacial, decidió salir a fijar su posición respecto del proceso que arrancó a principios de este año, con la decisión del gobierno nacional de radicar la quinta central nuclear del país (la segunda que construiría una corporación china) en territorio rionegrino. La cuarta estará en la zona de la provincia de Buenos Aires, donde ya funcionan Atucha I y II.
La subsecretaría de Energía Eléctrica contrató a Invap para participar de los estudios de localización y de la evaluación económica de la planta. Cuando fue necesario comunicar detalles del proyecto, la responsable fue Verónica Garea, directora ejecutiva de la fundación Invap.
Además en la empresa rionegrina habían proyectado una participación en el proyecto chino. “Algo de esta magnitud no lo puede hacer sólo una empresa extranjera” en nuestro país, razonó Tisot, que trabaja en el área espacial de Invap, la que fabricó dos los satélites geoestacionarios de comunicaciones Arsat (ver aparte).
La empresa rionegrina está en plena competencia para construir un reactor nuclear de investigación en Holanda. El resultado de la compulsa se conocerá el mes que viene y, si finalmente resulta adjudicada, será un paso trascendente, uno más, en materia nuclear, además de una enorme noticia para los problemas financieros de la empresa.
“Invap y la Comisión Nacional de Energía Atómica conforman un sistema científico tecnológico en la provincia, con reconocimientos a nivel mundial”, recordó Tisot. “Nos quedamos con la sensación de que hubo una mala interpretación de las consecuencias” de la fabricación de una planta atómica en la provincia. Se trata -recordó- de una actividad que genera riesgos, pero en nuestro país está probado que los controles funcionan.
Reconoció que quienes levantaron las banderas del “no a la central nuclear” tienen más conocimientos de cómo llegar con su mensaje a la gente. Por eso, la autocrítica sobre la comunicación.
Rescató que la ley que prohibe la actividad nuclear en la provincia se exceptuó “la instalación de plantas de diseño nacional basadas en la tecnología Carem(Central Argentina de Elementos Modulares) desarrollada por CNEA e Invap”.
La central Carem está en proceso de construcción en Ezeiza, con una potencia de 25 megavatios.
Los Saocom
El área espacial de Invap está en plena construcción de dos satélites Saocom, de observación de la Tierra. Se aplicará en sociedad con la agencia espacial italiana con el objetivo de prevenir, monitorear, mitigar y evaluar catástrofes naturales.
Uno de los Saocom está a punto de entrar en la fase de ensayos en el centro de Invap posee en Bariloche en conjunto con la empresa estatal Arsat. El segundo sigue el plan de fabricación en el “cuarto limpio” del edificio ubicado en el este de Bariloche.
Los logros nucleares
El primer reactor construido íntegramente por Invap es el RA-6, de 1 MW, inaugurado en 1982, en instalaciones del Centro Atómico Bariloche.
En 1985, Invap construyó el NUR (similar al RA-6) en Draria, Argelia.
El reactor ETRR-2 fue construido por Invap en Inshas, Egipto.
En 2006 se terminó el reactor OPAL en Lucas Heights, Australia, 20 MW.
Publicado en Diario "Río Negro", 07/09/2017.-
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