Los autos, por una u otra razón, terminan de instalarse en los afectos. Si revisamos nuestras vidas seguramente aparecerá el recuerdo de alguno de los vehículos que tuvimos.
Están las simpatías por una u otra marca y el clásico “este nunca me dejó a pie” como para sostener lo que muchos llaman la nobleza de un vehículo. Racional o no, están guardados entre los recuerdos.
Así se vio en estos días a los hinchas del inolvidable Torino, ícono de la industria Argentina que sorprendió al mundo en las jornadas gloriosas de Alemania.
Sus hinchas, seguidores, fanáticos y también la marca del rombo, decidieron que el aniversario no pasara inadvertido. Se celebraban los 50 años de las 84 Horas de Nürburgring, desarrolladas entre el miércoles 20 y el sábado 23 de agosto de 1969.
Ahí el Torino hizo maravillas, tantas que su nombre desconocido para el mundo, se llevó los elogios multiplicados del mundo. Había cumplido la hazaña y hasta se dio el lujo de ser puntero de la competencia por varias vueltas. Inolvidable.
Pero pasaron 50 años y el recuerdo está tan vivo que cientos de vehículos similares a los de la proeza se juntaron en Alta Gracia para homenajear a ese auto, a los pilotos y a quienes hicieron posible que esto ocurriera. Porque no alcanzaba con tener los autos, hacían falta muchos recursos para ir a Alemania.
Alta Gracia reunió ahora a miles de seguidores del Torino, que llevaron sus autos para mostrarlos, los pasearon, los lucieron ante un público cargado de nostalgias y que sobre todo tenía presentes aquellas jornadas de 1969, donde el único tema fue la hazaña de los Torinos.
No sólo eso, el encuentro también sumó a los autos que corrieron, que intactos y en perfectas condiciones, recorrieron parte de Córdoba para seguir cosechando aplausos y admiración.
Esto es parte no sólo de los afectos, el Torino también se instaló en nuestro folclore y sirvió para llegar bien lejos. Los que los tuvieron lo admirarán por siempre.
Autor: Jorge Vergara.
Publicado en Diario "Río Negro", domingo 25 de agosto de 2019.
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