En el gobierno de Macri bajó del 43,5 por ciento al 37,4, que representa casi tres millones menos en la clase media. Un estudio señala que apenas 200.000 personas vieron un aumento de sus ingresos, mientras que el resto cayó a la pobreza o la indigencia, publicó Página12.
“La Argentina de la amplia clase media que persiste en el imaginario social forma parte del pasado, un pasado muy remoto”. La conclusión surge de un estudio sobre la estratificación de la sociedad argentina y los cambios registrados a partir de las políticas económicas del gobierno de Mauricio Macri, que explican en gran medida la derrota de la alianza Cambiemos en las PASO: entre el primer trimestre de 2015 y el de 2019, los sectores medios pasaron de representar el 43,5 por ciento de la población a significar el 37,4 por ciento. Traducido a personas de carne y hueso: 2,7 millones dejaron de pertenecer a ese estrato para caer en la pobreza.
El estudio se titula “Argentina después de Macri. Aproximación a la Estructura Social de la Argentina actual” y fue elaborado por Ana Rameri y Claudio Lozano, coordinador del Instituto de Pensamiento y Políticas Públicas de Unidad Popular. Utiliza la estratificación de la Dirección de Estadísticas de la Ciudad de Buenos Aires, que divide a la población en seis grupos en base al ingreso de los hogares: 1. Estrato indigente: ingreso menor a la canasta básica de alimentos (CBA) de 11.111 pesos; 2. Pobre no indigente: cubre la CBA pero no la Canasta Básica Total (CBA) de 27.588 pesos; 3. No pobre vulnerable: cubre la CBA pero no la Canasta Total (CT) socialmente aceptable de 32.425 para familia tipo propietaria y de 43.676 para inquilina; 4. Medio frágil: supera la CT en un 25 por ciento: 40.532 y 54.596 pesos respectivamente; 5. Medio: no logra cuadruplicar el valor de una CT: 129.703 para una familia tipo propietaria y 174.707 si es inquilina; y 6. Estrato acomodado: supera esos ingresos.
“La observación de esta estratificación en base a la información que el INDEC provee para el primer trimestre del 2019 indica que, más allá de rasgos culturales construidos a lo largo de la historia, desde la perspectiva de los ingresos la Argentina clase-mediera no domina ya el paisaje social de nuestro país”, señala Lozano.
Esa conclusión surge al visibilizar que el 57,4 por ciento de la población se distribuye entre los cuatro estratos inferiores, por ende se encuentra “en situación de vulnerabilidad social, que va desde la fragilidad de ingresos hasta la indigencia”. “Se trata de 25,7 millones de personas que viven en hogares con consumos por debajo de lo socialmente aceptable. De ese total el 60 por ciento son pobres (15,3 millones) y el 40 restante transita entre la vulnerabilidad y la fragilidad de ingresos”, precisa.
Al incorporar la comparación con la estratificación que existía en el primer trimestre de 2015 surgen resultados contundentes que sirven para explicar la derrota de la alianza Cambiemos el 11 de agosto: no sólo el aumento de la indigencia (más de 600.000 personas) y de la pobreza (más de 2,3 millones) sino también el aporte significativo que a dichos incrementos hace el derrumbe de los estratos medios de la población.
Durante la gestión de Macri al frente del Ejecutivo los sectores medios pasaron del 43,5 al 37,4 por ciento de la población. De esas 2,7 millones de personas, el 71,6 por ciento (más de 1,9 millones) pasó al estrato de pobres no indigentes, el 17,8 (más de 490.000) a la indigencia, el 3,7 (más de 86.000) se sumó a la población vulnerable y el 0,2 (5.600 personas) a la población con fragilidad de ingresos. Solo el 7,4 por ciento (unas 200.000 personas) pasaron a ser parte de los sectores acomodados.
De los seis estratos, el de mayor crecimiento es el segundo (pobres no indigentes), que en cuatro años sumó a 2,38 millones de personas y pasó del 22 al 27 por ciento del total, en tanto el de indigentes incorporó a 600 personas: pasó del 6 al 7,1 por ciento.
“En definitiva, volvemos a estar en presencia de un nuevo proceso de empobrecimiento de la clase media, como sucedió durante los aciagos decenios de los `80 y los ´90. Se relanza así otro ciclo de generación de ‘nuevo pobres’ no sólo por efecto de una reproducción intergeneracional como fenómeno estructural, sino también como resultado de la implementación de regímenes económicos que promueven el empobrecimiento general y la polarización social”, destacan los autores.
“En concreto, luego de la recuperación que este segmento experimentó durante el período de recuperación económica desde el 2003 (aunque signado por un fuerte proceso de fragmentación del mismo y con posteriores limitaciones para la movilidad social), un nuevo modelo económico de agudización de las condiciones de apertura comercial y financiera, desregulación y desindustrialización irrumpe para achatar otra vez la pirámide de estratificación social”, concluye.
Publicado en ADN Río Negro, domingo 25 de agosto de 2019.-
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