“La familia directa de Calfucurá está viva”, dijo Ariel Calfucurá.
Es un descendiente directo del cacique cuyos restos aún no fueron devueltos por el Museo de la Universidad de La Plata. Hay cinco pedidos de restitución.
Ariel Calfucurá tiene 41 años. Estudió museología lo que le permite defenderse “desde lo natural y lo intelectual” en una batalla contra la burocracia política estatal e indígena para rendir honor a su antepasado directo: Juan Calfucurá.
Contó que tramita el reconocimiento de la personería jurídica a la comundiad General Juan Calfucurá de La Plata, ciudad en la que reside, y se anotó entre quieres reclaman la restitución de los restos del cacique al sitio donde fue profanado.
“Todas las familias tenemos que participar, los Calfucurá, los Namuncurá, Catricura y Renquecurá, es un hecho sagrado para nosotros”, dijo el descendiente en diálogo con Río Negro.
Ariel integra un grupo de unas seis familias que reclaman el reconocimiento legal. “La familia directa de Calfucurá está viva”, exclamó y manifestó el orgullo que ello significa. Contó que su vivienda está “ a pocas cuadras del museo” donde se encuentran los restos de su antepasado.
Ramón, hijo de Juan Calfucurá, fue trasladado a la zona de Buenos Aires y de allí es su descendencia. “Se dio todo naturalmente”, contestó cuando se le preguntó cómo había sido el inicio de la búsqueda de su antepasado.
Agregó que también quiere que le restituyan una pintura de su antepasado a quien “emborrachaban y lo hacían posar para hacer retratos y después las vendían”, y dijo que era su bisabuelo. “El pintor era un canalla”, aseguró. Tras definirse como “descendiente de una dinastía” y de “una historia de espiritualidad”, Ariel describió que “tiene mucho poder, hay mucha energía en la restitución de los restos porque “tiene que tener una sepultura en paz”.
En relación con el museo platense dijo que lo conoce perfectamente y lo comparó con “un campo de concentración nazi” en referencia a que hay unos 5.000 restos humanos que se guardan en sus depósitos.
El cacique Calfucurá, líder de la Confederación Mapuche-Tehuelche, falleció el 3 de junio de 1873 y fue enterrado en Chilhué, al este de la actual provincia de La Pampa.
La tumba de Calfucurá fue profanada y su cráneo robado por el teniente coronel Nicolás Levalle y entregado como un regalo al fundador del Museo de La Plata, Francisco Pascasio Moreno, por parte de Estanislao Zeballos, uno de los impulsores de la denominada “Conquista del Desierto”.
El plan para la recuperación
-Se trata del abuelo de Ceferino Namuncurá y hace 140 años se encuentra identificado en el Museo que depende, ahora, de la Facultad de Ciencas Naturales de la Universidad Nacional de La Plata. Hay acuerdo para que sea devuelto y enterrado en el lugar donde fue profanado.
-El Programa Nacional de Identificación y Restitución de Restos Humanos Indígenas, que se desarrolla dentro del marco del Instituto Nacional de Asuntos Indígenas (INAI), posee 14 pedidos de restituciones que actualmente se encuentran en trámite.
-En diciembre de 2014, el museo platense concretó la restitución complementaria de los restos mortales del cacique mapuche-tehuelche Inacayal. En 2016 se concretó la restitución de 4 restos humanos a sus familias.
-En septiembre del año pasado el titular de la Confederación Mapuche de Neuquén, Jorge Nahuel, informó que las comunidades mapuche de Buenos Aires, La Pampa y Neuquén llegaron a un acuerdo y solicitaron que el cráneo del cacique sea restituido.
Publicado en Diario "Río Negro", domingo 24 de noviembre de 2019.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
La diferencia de opiniones conduce a la investigación, y la investigación conduce a la verdad. - Thomas Jefferson 1743-1826.