Este viernes se conoció la historia de Tomasito, un niño argentino que padecía de cáncer y quería estar cerca del Papa Francisco. Su deseo se cumplió por voluntad del Santo Padre, pues luego de fallecer, sus restos fueron depositados en el Cementerio Teutónico del Vaticano.
Según informó este viernes el diario italiano La Stampa, el Santo Padre confirmó que conoció a este pequeño cuando aún era Arzobispo de Buenos Aires, por medio de su vicario general, Mons. Joaquín Mariano Sucunza.
"Fue en 2004 cuando apareció este chico de dos años, sobrino de quien sigue siendo mi secretaria, con un tumor en el hígado. Era un chico muy especial, muy intuitivo, que salió adelante hasta que con la adolescencia explotó de nuevo la enfermedad... Lo acompañé mucho", compartió por su parte Mons. Sucunza al diario argentino La Nación.
Ya con el cáncer, los padres de Tomasito le preguntaron si tenía algún deseo y el niño les dijo que quería ser enterrado cerca de donde vivía el Papa Francisco, “en la otra parte del mundo”.
El diario italiano, Tomasito falleció a los once años en julio de 2013 y el Pontífice, que se había conmovido con el relato, hizo todos los trámites para que sus cenizas fueran sepultadas en el Cementerio Teutónico en el 2015, cerca de la Casa Santa Marta, donde reside el Papa.
"Se preparó para morir", dijo Francisco. "Lo único que quería era estar cerca mío, ser enterrado en el Vaticano", recordó el Papa, según el diario italiano.
El autor de la historia, el vaticanista Domenico Agasso, dijo que los restos de Tomasito se encuentran debajo de una lápida, “al ras de la tierra”. En su artículo relató que la mamá del niño viajó a la Santa Sede para visitar la tumba de su hijo, junto a su nueva hermanita.
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