¿Sabías que el impuesto a las retenciones al sector agroexportador lo inauguró el gobierno liberal de Bartolomé Mitre?
La peculiaridad histórica de este impuesto indicaba que al ser Argentina un país que “exportaba lo que comía” (principalmente carne y trigo), las ventas al exterior restaban al consumo doméstico y terminaban encareciendo “la mesa de los argentinos”.
Tal fue la justificación por la que tantos gobiernos recurrieron a las retenciones como recurso fiscal y “herramienta de política económica”.
En la década del cuarenta del Siglo XX, en tanto, el peronismo creó el Instituto Argentina para la Promoción del Intercambio (IAPI), que directamente imponía los precios internos y de exportación, al operar como único comprador, hasta que fue disuelto en 1955.
La dictadura inaugurada en 1955 impuso derechos de exportación de hasta 25%, que fueron variando con el tiempo durante los gobiernos de Frondizi e Illia, básicamente como mecanismo compensador de las variaciones cambiarias.
Luego, las retenciones fueron una herramienta central del plan de estabilización lanzado en 1967 por el ministro de Economía, Adalbert Krieger Vasena, durante la dictadura de Juan Carlos Onganía.
En 1972, incluso, el gobierno de facto de Alejandro Lanusse introdujo los “derechos especiales móviles”, pero con un techo de 15%.
Y la última dictadura las eliminó inicialmente, pero las repuso en 1982 con un plan de estabilización diseñado por Roberto Alemann (hoy, con 97 años, el exministro de Economía más longevo de la historia argentina).
Renacida la democracia, el gobierno de Raúl Alfonsín, acuciado por la crisis de la deuda y las urgencias fiscales, también aplicó retenciones, pero con alícuotas decrecientes, que el gobierno de Menem eliminó casi en su totalidad hacia 1991.
Con el final del gobierno de Alfonsín, con un proceso hiperinflacionario inédito, provocó un salto en la pobreza que llegó a ser más del 40 por ciento de la población.
Con la crisis del final de la convertibilidad que representó el estallido social del final del gobierno de Fernando de la Rúa, en el gobierno interino de Eduardo Duhalde la devaluación representó una suba en la pobreza del más del 50 por ciento de la población, por lo cual las urgencias fiscales del país obligaron nuevamente a subir las retenciones.
A partir de allí, la pobreza bajó en algunos períodos, pero el piso estructural difícil de perforar fue del 30 por ciento, sumado a la escasez de dólares que tiene el país en sus diferentes vaivenes económicos, hace prácticamente imposible que pueda prescindir de este impuesto.
Autor: Gustavo Matías Terzaga.
Visto en facebook.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
La diferencia de opiniones conduce a la investigación, y la investigación conduce a la verdad. - Thomas Jefferson 1743-1826.