21 de septiembre de 1981. Vicente Solano Lima festejando su cumpleaños en un hotel céntrico porteño.
Cuatro décadas atrás murió Vicente Solano Lima. Dirigente político, hoy olvidado, en un país que parece no recordar su pasado. Legislador provincial y nacional; ministro de la Provincia de Buenos Aires; rector de la Universidad de Buenos Aires; secretario general de la Presidencia y vicepresidente de la Nación fueron algunos de los sitios que lo tuvieron de protagonista. Como dijera el senador provincial Roberto Aroza, al rendirle el homenaje póstumo en la Legislatura: “Era un político de raza, un auténtico defensor de la democracia, un integrante de la vieja estirpe de los caudillos que fueron la savia de la política argentina”.
La larga trayectoria pública de Solano Lima nos lleva a hablar de su origen político, es decir, el conservadurismo bonaerense. Originado en el antiguo Partido Autonomista Nacional, el Partido Conservador de la Provincia de Buenos Aires comenzó a usar ese nombre en 1908. Sin duda fue el partido político del régimen oligárquico consolidado en 1880 pero, también, cobijó en sus filas cierto componente plebeyo. Tampoco estuvo exento de corrientes reformistas y modernizadoras.
PARTIDO MODERNO.
El Partido Conservador fue un partido político considerado moderno porque contaba con una organización interna, organismos de conducción, de control y afiliados. Sin embargo, a diferencia del otro partido político de “derecha” que fue el Partido Demócrata Progresista, los conservadores tuvieron inconvenientes para sostener un partido político en el orden nacional, ni alcanzaron a tener una figura relevante, después de la impronta de Julio A. Roca, Carlos Pellegrini o Roque Sáenz Peña a nivel nacional, o de Marcelino Ugarte, Manuel Fresco o Robustiano Patrón Costas a nivel local. No lograron un dirigente de envergadura que representara a los conservadores argentinos en su totalidad, en la segunda mitad del siglo XX, a pesar de haberle dado a la política criolla destacados políticos.
Claro que podríamos preguntarnos si esto fue una debilidad o una estrategia; en efecto, los conservadores operaron como grupo de presión, recurrieron al empleo sistemático del fraude y apoyaron mayormente a los gobiernos militares, entonces podríamos pensar que el bajo desempeño electoral a escala nacional no fue un inconveniente ya que siguieron manejando los resortes del poder.
IDEOLOGÍAS AMPLIAS.
Por otra parte, los dirigentes y caudillos conservadores contaron con un bagaje ideológico, en cierto sentido no muy sistemático y sólido pero que pudo transitar por ambiguos senderos de esa combinación particular “conservadora-liberal”, que en otros lugares sería una contradicción, pero que en la Argentina refuerza la idea de que los partidos políticos modernos, no clasistas, tienden a mantener ideologías amplias y flexibles que les permitieron atraer una parte de un electorado heterogéneo.
Así una postura, casi moral, como fue el conservadurismo, defensor de los valores tradicionales de la nacionalidad, la familia y la Iglesia, pudo fusionarse con el liberalismo, una teoría política que buscó limitar al Estado, defender la propiedad privada y promover la libertad económica.
Pero también tenemos que tener en cuenta otras tradiciones políticas que se emparentaron con los conservadores. No fue casualidad que la mayoría de las fuerzas provinciales optaron por emplear nombres como demócratas liberales, autonomistas, provincialistas, etc., para denominar a sus organizaciones. Con un fuerte pragmatismo, adecuándose a contingencias políticas determinadas, los conservadores se acercaron, en los años veinte y treinta, a los nacionalistas, a figuras como Julio y Rodolfo Irazusta, Roberto de Laferrère, Ernesto Palacio, César Pico y Juan Carulla, entre otros.
SU BIOGRAFIA.
Habiendo hecho las consideraciones anteriores, podemos decir que Vicente Solano Lima nació en Ramallo, el 21 de septiembre de 1901. Hijo de Manuel Lima y Regina Sánchez, padres también de Ricardo, Feliciano, Regina, Emiliano, Manuel y Jorge. En 1918 se recibió de bachiller en el Colegio Nacional de San Nicolás e ingresó a la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de La Plata, en donde se graduó de abogado en 1921. Para costearse los estudios, había ingresado a la Policía de la Provincia de Buenos Aires como agente uniformado.
En 1923 se doctoró en Jurisprudencia. En 1925, con veinticuatro años ingresó a la Cámara Baja de la Legislatura Provincial. Reelecto diputado provincial en 1928, presidió el bloque conservador hasta el golpe de 1930. Extrañamente entre 1926 y 1928 fue a la vez diputado provincial y concejal en San Nicolás de los Arroyos, ciudad en donde vivía y tenía su estudio jurídico. En la década del treinta volvió a ser concejal y en 1938 ocupó una banca en la Cámara de Diputados de la Nación.
Preocupado por la cuestión social, participó en el Departamento Provincial del Trabajo de la Provincia de Buenos Aires y en las primeras convenciones colectivas de trabajo en defensa de los obreros del Puerto de San Nicolás. Defendió y laudó a favor de los ladrilleros, para que consiguieran mejores salarios y condiciones de trabajo. Presentó proyectos de leyes para la expropiación de terrenos para la rectificación del camino de San Nicolás a Pergamino; para adquirir en San Nicolás un terreno para construir la Escuela Nacional de Artes y Oficios y la Escuela Normal Rafael Obligado, entre otros.
Entre enero de 1942 y abril de 1943 se hizo cargo del Ministerio de Gobierno de la Provincia por pedido del gobernador Rodolfo Moreno. Fue este un destacado dirigente conservador. Legislador, ministro, diplomático, jurista llegó a la gobernación por medio del fraude, sin embargo llevó adelante una política de obras públicas y reformas sociales. El ministro Solano Lima fue una pieza clave de este gobierno. Reconocía el origen fraudulento de Moreno, pero bregó por dar por terminada esta práctica. Olía la llegada de tiempos nuevos y los conservadores tenían que aggiornarse a estos. Supo decir: “soy conservador pero quiero la renovación, no somos liberales, somos nacionalistas, religiosos. Defendemos la propiedad privada y estamos en la línea de la Doctrina Social de la Iglesia”. Toda una definición.
Publicado en LA PRENSA.
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