GRACIAS POR ESTAR AQUÍ...

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...." el pueblo recoge todas las botellas que se tiran al agua con mensajes de naufragio. El pueblo es una gran memoria colectiva que recuerda todo lo que parece muerto en el olvido. Hay que buscar esas botellas y refrescar esa memoria". Leopoldo Marechal.

LA ARGENTINA DEL BICENTENARIO DE LA PATRIA.

LA ARGENTINA DEL BICENTENARIO DE LA PATRIA.
“Amar a la Argentina de hoy, si se habla de amor verdadero, no puede rendir más que sacrificios, porque es amar a una enferma". Padre Leonardo Castellani.

“
"La historia es la Patria. Nos han falsificado la historia porque quieren escamotearnos la Patria" - Hugo Wast (Gustavo Martínez Zuviría).

“Una única cosa es necesario tener presente: mantenerse en pie ante un mundo en ruinas”. Julius Evola, seudónimo de Giulio Cesare Andrea Evola. Italiano.

sábado, mayo 01, 2021

Falleció el histórico arquero del ascenso argentino que convirtió un gol de arco a arco. Alejandro Coroniti tenía 51 años y jugó para Temperley en la década del 90.

 

El ex arquero Alejandro Mario “Gordo” Coroniti, falleció este viernes a los 51 años a causa del coronavirusLa noticia fue confirmada en las redes sociales del club Atlético Temperley desde donde lo despidieron.

El “Gordo”, como era conocido, había formado parte del Celeste en la década del 90 cuando el equipo volvió a formar parte de la AFA luego de haber sido desafiliado cuando quebró. Además, Coroniti es el autor de uno de los pocos goles “de arco a arco” que registra el fútbol argentino.

”Para toda una generación, Alejandro Coroniti fue uno de los primeros ídolos. Para muchos socios y socias mayores, recordaba a los grandes arqueros que habían pasado. Duele en el alma. Hasta siempre, Gordo querido. Gracias por tanto”, publicó el club en su cuenta de Instagram.

Desde la institución deportiva ya se habían referido al grave estado de salud del ex arquero cuando derrotaron a Estudiantes de Caseros por 3 a 2 en la fecha siete de la Primera Nacional. “El Club Atlético Temperley le dedica el triunfo de esta tarde a Alejandro Coroniti, ex arquero del ‘Gasolero’ que se encuentra peleando por su vida, internado por Covid-19. ¡Fuerza, Gordo!”, expresaron en ese momento.

Un gol récord

El gol con el cual Coroniti entró en la historia se produjo el 16 de octubre de 1993. Ese día, por la 15ª fecha del torneo Apertura de Primera C, Temperley le ganó 4 a 0 a Berazategui, en un partido jugado en medio de un temporal que azotó a toda el Área Metropolitana de Buenos Aires. Fue uno de los pocos que no se suspendieron por el mal clima, y Coroniti consiguió el cuarto tanto bajo una lluvia torrencial, con un potente saque desde su propia área que picó alto y rápido y se le fue por arriba al arquero rival.

Publicado en Diario "Los Andes" de Mendoza, viernes 30 de abril del 2021.

https://www.losandes.com.ar/sociedad/fallecio-el-historico-arquero-del-ascenso-argentino-que-convirtio-un-gol-de-arco-a-arco/


Arturo Umberto Illia. Apertura del 95º Periodo Ordinario de Sesiones del Congreso Nacional 1º DE MAYO DE 1964.

"Cualquier entidad o ciudadano que procure el bienestar general, tendrá derecho a ser oído, pero será necesario que los petitorios abarquen el interés general de la comunidad, porque si cada sector pretende realizarse unilateralmente el gobierno tiene la obligación de procurar la satisfacción de todos, de acuerdo con las posibilidades y marcando las prioridades de mayor urgencia".
Arturo Umberto Illia. Apertura del 95º Periodo Ordinario de Sesiones del Congreso Nacional 1º DE MAYO DE 1964.

Día del Trabajo, Charles Chaplin y Tiempos Modernos.

 


(ADN). – Se celebra en todo el mundo el Día del Trabajo o el Día del Trabajador, con un marco de pandemia que afectó fundamentalmente al trabajo y al trabajador, que sienten como se cierne un horizonte incierto con el avance de la tecnología sobre el hombre, la robótica y la inteligencia artificial.

Qué mejor entonces, que rendir homenaje a este día recordando a Charles Chaplin en la película Tiempos Modernos, donde el genial hombrecito de bastón, sombrero hongo y grandes zapatos, fue el protagonista, guionista y puso la música, al film presentado en una premiére en Nueva York el 5 de febrero de 1936.

La imagen es imborrable: al hombrecillo recién recuperado de una crisis nerviosa le recomiendan tranquilidad y una vida en calma. Va por la calle con su sombrero hongo, su chaqueta estrecha y sus grandes zapatos, y a su lado un camión deja caer una bandera (roja, supongo) que advertía sobre su carga larga. El hombrecillo la recoge y apura el paso gritándole al conductor del camión mientras agita la bandera, sin notar que a su espalda se aproxima una manifestación callejera que, rauda, lo acoge como a uno más de sus miembros . He aquí al hombrecillo, gritando en medio de una multitud con una bandera al aire en sus manos. Por unos mágicos segundos está ahí, convertido en abanderado de la libertad y de la búsqueda de una vida justa. Luego llega la policía y reprime con violencia a los manifestantes. Nuestro hombrecillo, ajeno a todo, es perseguido y detenido por la ley, acusado de ser el líder del movimiento. Nuestro hombrecillo es, claro, Charles Chaplin en medio de Tiempos modernos.
 
Es curiosa la falta de atención que Chaplin da a Tiempos modernos en su autobiografía, parece que con la intención de querer minimizar el impacto que esta película causó en su momento. Feliz por volverlo a ver, el público la convirtió en un gran éxito de taquilla, pero más allá de divertidos momentos de gran comedia, esta película es un claro testimonio de los peligros de la sociedad capitalista industrial por completo deshumanizada, donde el ser humano es una pieza más de la maquinaria, que cuando no funciona es reemplazada fácilmente por otra, y donde la justicia y la ley están de lado de los poderosos. Con un argumento episódico, la cinta despega con una significativa metáfora: un rebaño de ovejas se difumina para dar paso a la imagen de un apretado y uniforme grupo de personas rumbo a su trabajo en una línea de ensamblaje industrial, donde los obreros rasos realizan un trabajo perpetuamente monótono. Como lo anticipó George Orwell en 1984, el ojo omnipresente del amo se cierne sobre los trabajadores en un sofisticado sistema de vigilancia audiovisual, moderno incluso para los estándares de hoy .
 
En ese mismo episodio, Chaplin es víctima de una máquina de alimentación automática que reduciría al mínimo el tiempo que los obreros dedican a comer, una vieja idea que el director tenía desde su productiva época con la Mutual en 1916. La acción cierra con la crisis psicótica de nuestro obrero, llevado al hospital mental, del que regresa recuperado. A partir de entonces, el vagabundo empieza a experimentar los rigores del desempleo: encarcelado por su equivoca participación en la manifestación, encuentra en la cárcel un hogar y, una vez libre, va a intentar regresar a ella por todos los medios a su alcance. Solo la aparición de una joven huérfana (Paulette Goddard) y sus ansias de libertad le hacen cambiar de idea. El panorama al que se enfrenta es desolador y el filme no nos ahorra ninguno de los males que aquejaban a la sociedad de ese momento, males estos que hoy en día han aumentado en vez de disminuir: huelgas, tumultos, fábricas cerradas, filas de desempleados, hambre, la necesidad de robar, la irrupción de la drogadicción (la cocaína de la cárcel), la perpetua actitud represora de la policía, el dolor y la muerte. Sin embargo, la actitud del director es de alguna manera optimista y la pareja del vagabundo y la joven huérfana logra sobrevivir, a pesar de las adversidades.
 
Dejando de lado el argumento, me parece interesante destacar que Tiempos modernos, pese a ser una película muda con ochenta y un intertítulos diseminados en sus ochenta y cinco minutos de duración, está también llena de efectos sonoros (ladridos, ruidos intestinales, aplausos, silbidos), música incidental y voces humanas que salen primero de medios electrónicos (parlantes, grabaciones, radios) y luego de su propias gargantas (gritos, canciones) hasta el inesperado momento en que le vagabundo, luego de veintidós años de silencio, decide hablar. Y lo hace, claro, sin traicionarse, interpretando una canción cuya letra improvisada es una incomprensible mezcla de lenguas romances que a veces parece italiano y por momentos francés. Es Chaplin intentando adaptarse a las exigencias técnicas y de lenguaje cinematográfico que ya para El gran dictador (1940) se ha realizado por completo.
 
Pero había algo más. Chaplin entendía que en ese nuevo mundo no había ya espacio para su vagabundo ingenuo y generoso. La vida era otra, más amarga, más egoísta, más difícil: los vientos de guerra estaban por soplar. Y oír su voz era como oír su testamento, ya no lo veríamos más, ésta sería su despedida. El personaje del barbero de El gran dictador se le asemeja, pero no es el mismo: tiene un trabajo estable, un hogar, un credo. Con Tiempos modernos Chaplin se despide para siempre de su alter ego, que entra en ese momento en la inmortalidad.
Publicado en ADN Río Negro, 1º de Mayo del 2021.

Constitución de 1853. Las provincias juran la Patria organizada y el Puerto se separa. Por CARLOS PISTELLI.


Constitución de 1853. Las provincias juran la Patria organizada y el Puerto se separa. 

Por CARLOS PISTELLI.

Fue el 1° de mayo de 1853 cuando el General Urquiza mandó promulgar la Constitución de todos los argentinos. Bueno, no todos. Porque los porteños, al estilo Larreta, rechazaron el acuerdo provincial que delegó en el General Urquiza, vencedor de Morón que los brasileños llaman Caseros, la dirección de la Confederación. Con la revolución septembrina de 1852, que la Plaza Once honra y rememora con los restos de Rivadavia coronándola, Buenos Aires rompió el país en acto de alta traición a la Patria.

Estas notas solamente tocarán lo concerniente a la Convención Nacional, aunque algunos aspectos de los tiempos que corrieron, se hablarán al pasar.

Por el Acuerdo en San Nicolás de los Arroyos, dos diputados reunidos en las provincias partirían a Santa Fe a iniciar las deliberaciones. Fueron ellos:

Juan del Campillo, cordobés de 1812, hijo de la Revolución, Campillo fue un intelectual federal vinculado al partido conservador de su provincia, católico recalcitrante que impuso la condición religiosa para ser Presidente. Fue ministro de Urquiza y diplomático ante la Santa Sede, Su último cargo fue ser ministro santafesino de Oroño, que buscaba suavizar su conflicto con el curataje.

Salvador María del Carril, el doctor lingotes era un viejo conocido.

El doctor Lingotes, nacido en 1798, era un viejo tertuliano rivadaviano, gobernador fugaz de su provincia natal, San Juan, allá por el veintitantos. Ministro de Don Bernardino, su obra financiera fue un desastre y uno de los primeros que priorizó negociados para unos pocos en desmedro de la mayoría popular. Dorrego le dio duro y eso le ganó un odio para hacer dulce. Carril es el principal instigador del asesinato del coronel del Pueblo. Años secretario de Lavalle, finalmente Urquiza lo convocó en prendas de paz y puente de plata a los viejos enemigos del Federalismo. Carril, vicepresidente de Urquiza, gobernaba el país cuando el Castellano se retiraba a San José.

Siendo miembro de la Corte Suprema, en el año 1880, una bomba vino a estallarle en la cara. Nadie sabía de sus cartas recomendando el asesinato de Dorrego, y ese año se dieron a publicidad.

Agustín Delgado, unitario mendocino de 1790, al que Urquiza también le tendió un puente político. Cumplió diferentes roles en su provincia, pues fue nulo en la Convención.

Santiago Derqui, el segundo Presidente constitucional de nuestro país, era una sardina aceitosa difícil de agarrar. Gustaba del mate y la siesta, y de las trapisondas políticas para llegar a buen Puerto. Estaba llamado a grandes cosas, pero terminó indisponiéndose con Urquiza, y selló su fin. Había nacido en Córdoba en 1809.

Pedro Díaz Colodrero, nacido en 1787, federal antirrosista como todos los correntinos. Don Pedro cumplió distintos roles en su provincia y armó alto bardo en el Congreso. Urquiza se cansó del congresal, le dejó de pagar las dietas, obligándole el cargo. Sería uno de los actores centrales de la Convención.

Pedro Juan Ferré, el correntino que prácticamente hizo su provincia, como dice en sus Memorias, era convencional por Catamarca (?) Su primer gobierno fue en 1824 desde donde empezó a sentar las bases de su legado. Artífice aunque no firmante del Pacto del ’31, inicia sus peleas con los doctrinarios porteños, Que terminan, al volver Rosas al gobierno (´35) con la ruptura definitiva. Corrientes será baluarte antirrosista (y antinacional) y a Ferré le cupó papel completo en la jornada. Triunfante Urquiza en las guerras civiles en la región, la provincia pasó a sus manejos más de veinte años y don Pedro desapareció de la escena política. El Castellano en prenda de unidad, le otorgó sus últimas misiones hasta que, como siempre, Ferré saltó el charco descaradamente y se unió a todos sus enemigos.

Ruperto Godoy, sanjuanino de 1803, amigo personal de Sarmiento al que le narraba todas las sesiones en carta. Cumplió un rol entre los unitarios en favor de su amigo y futuro Presidente. 

José Benjamín Gorostiaga, el joven Benjamín (1823) fue el Hacedor de la Constitución. Este santiagueño movidizo fue el alma de la redacción de los artículos. Dice don Raúl Lima de él en el blog de Olaza Pallero, Curioso destino el suyo. Se ha dicho que la Corte Suprema de Justicia de la Nación, desde el momento en que su misión es interpretar la letra de la Constitución, funciona como una especie de Convención constituyente en sesión continua. A Gorostiaga, integrante de la primera Corte -en la que estuvo veinte años- le tocó interpretar la Constitución de la que fue su principal redactor. Es decir, le tocó interpretarse a sí mismo ¿puede pretenderse intérprete más autorizado?

Gorostiaga gozaba de la deferencia de Urquiza, y eso le dio un status en la Convención. Formada la comisión redactora, todo lo hizo Benjamín. Cuenta Pepe Rosa, Con el texto norteamericano a la vista, Gorostiaga depuró algunas equivocaciones y no pocas exageraciones de Alberdi. Por desgracia la traducción que encontró fue también la persistente de García de Sena y la corrección fue tan errónea con el original de Valparaíso al reproducir el derecho norteamericano. Pero Gorostiaga fue más allá de Alberdi: al proyecto de éste le acopló algunas disposiciones de la constitución unitaria de 1826, sugeridas por Carril tal vez en melancólica compensación póstuma del texto tan agriamente rechazado en 1827. De ese incongruencia de “dos senadores por la capital”, comprensibles en la carta unitaria pero que desvirtuaba la esencia de un senado federativo donde los integrantes representaban a las provincias federales. Veinte días trabajó Gorostiaga. A mediados de enero tuvo lista la tarea que no consistió- como dijo modestamente en el congreso- sólo en “verter a un lenguaje llano los trabajos abstractos del doctor Alberdi”. (…) “Como ministro dejó la impresión de su eficacia sin provocar celos o la envidia de nadie;… fue modesto en palabras y moderado en sus acciones. Comprendió, en fin, que en política el gran arte de tener talento está precisamente en saber ocultarlo“.

Lo ve Vanossi: ¿Dónde consta la obra constitucional de Gorostiaga? Surge del “Anteproyecto”, que es un testimonio irrefutable de su autoría. Son los borradores del esbozo de Gorostiaga, redactado de su puño y letra, que abarcan prácticamente la totalidad de la “parte orgánica” de la Constitución y el “Preámbulo” de la misma. Allí están casi intactos los artículos correspondientes al texto actual en los capítulos referentes a: facultades del Congreso, formación y sanción de las leyes, Poder Ejecutivo, Poder Judicial, y gobiernos de provincia. También son incuestionables las fuentes de su redacción en esas partes: el Proyecto de Alberdi, la Constitución argentina de 1826, la Constitución norteamericana de Filadelfia (1787), y los comentarios de “El Federalista” de Hamilton, Madison y Jay. Tanto Gutiérrez como Gorostiaga conocían el idioma inglés, que el último de ellos utilizaría después para la correlación de las Sentencias de la Suprema Corte norteamericana con la jurisprudencia constitucional argentina de nuestro máximo tribunal”.

Cumplió rol político con Urquiza y luego en la Corte Suprema, siendo fugaz ministro de Sarmiento. El Roquismo impone los tantos en el páis en los ’80, y toda la opo encuentra en él al candidato contra Juárez (1886) Tan resentido quedó éste, que lo hizo renunciar a su cargo, ya triunfante. La venganza es un plato que se sirve frío: Miembro de la Junta Revolucionaria, Gorostiaga lo ve descender del cargo a Juárez de forma ignominiosa en 1890.

http://olazapallero.blogspot.com/2011/01/jose-benjamin-gorostiaga-hacedor-e.html

Don Juan María Gutiérrez había quedado elegido junto a Gorostiaga para redactar la Constitución, pero delegó en su joven colega tan magna tarea. Él se quedó con los manifiestos.

Fue un joven mayo, vinculado a Echeverría y a Alberdi, jefes de la Asociación, con los que formó amistad y lograba evitar los choques de egos. Retirado a Montevideo, convenció a varios que Urquiza era el hombre contra Rozas, y el Castellano lo hizo su secretario todo poderoso diez años. Casó con una joven del Clan Cullen, dueños de Santa Fe unos años, forjando el liberalismo urquicista del que tanto pudiéramos hablar. Le mortificó tanto el verlo caer en las traiciones, que le abandonó y volvió a Buenos Aires.

Descolló en el ámbito de las letras y fue el Rector de la mayor generación universitaria porteña, que lo eligió como su maestro. Naturalista, historiador, intelectual, lo pudo ser todo. Hizo el ridículo en un debate sobre la pertenencia, o no, de nuestro país dentro de la lengua española, que se retiró de la vida pública. Encontraría la muerte, resentido de todo y con todos, allá por enero de 1878.

Delfín Huergo, liberal salteño elegido representante de San Luis, Urquiza quedo embelezado del joven y sus charlas, dándole un espaldarazo a su carrera pública. Huergo terminó mitrista, como no podía ser de otra manera.

Benjamín Juan Lavaisse, cura santiagueño hechura de quien fuera gobierno. Un “oficialista”, llamémoslo. Salvó la libertad de cultos opinando favorablemente, porque era liberal en lo político. Falleció muy joven y se le recuerda su correspondencia con Taboada, sobrino del caudillo Ibarra, del que heredó el cargo. José Ma. Zuviria, hijo de Facundo, y secretario del Congreso dice de él: un genio arrebatado, de imaginación desbordante”, no obstante su “espíritu patriótico y sincero” y su “piedad evangélica”. Bellas palabras que el cura devolvía sobre el padre de Josema: “viejo palangana, boliviano y apologista de sí mismo” e “hideputa salteño“.

Manuel Leiva, el queridísimo viejo Leiva cumplía finalmente sus ensueños cullenistas de 1831-32. Condiscipulo del manco Paz y Tadeo Acuña, con los que anduvo en algunas patriadas. Legislador de López, participa de una asonada contra el Caudillo, que lo mete en cana. Lo libera y lo raja a Entre Ríos donde hace migas con el joven Urquiza. Leiva vuelve a Santa Fe en el año ’30 y congenia con el gallego Cullen. López mete en cana a Urquiza por masón y unitario, e intercede por él. La barra de Cullen, tras él Leiva, Urbanito Iriondo, Acuña, y los doctrinarios le pelean los tantos a Rosas, pretendiendo usar a López. Quiroga les marcó los tantos y quedaron flotando en el aire. Leiva se retiró a Rosario y luego vagó en cuanta aventura antirrosista hubiera. Urquiza lo rescató del exilio, y lo hizo diputado. Su sueño de Constitución Federal se cumplió, pero sintió que Bs As tarde o temprano se impondría. Su luz se fue apagando pero sus destellos seguirían molestando unos años más.

Juan Llerena, el soñador llegó con lo justo a Santa Fe para reemplazar al rimbombante Gondra, del cual hablaremos luego. Venía en representación de San Luis. Es antepasado del gran relator boxístico de Combate Space.

Regis Martínez, cordobés en representación de La Rioja, hijo de un famoso militar unitario. Cumplió un rol destacado en la Convención.

Manuel Padilla, joven cordobés de actuación en Jujuy, a quien representaba, en el bando unitario.

José Manuel Pérez, domínico tucumano discípulo del maestro Chorroarín, el amigo de Passo en el Congreso del 22 de mayo. Se opuso a la Constitución por anticatólica y prenda de paz con los unitarios, a los que detestaba. Urquiza lo apuró un poco, y la votó.

José Ruperto Pérez, porteño que se inicia al lado de Rozas para terminar con Urquiza y el Pronunciamiento. Insólitamente, votó contra la Constitución con las mismas argumentaciones del Restaurador: Que no es tiempo, que el país debe pacificarse. Urquiza le hizo dar un boleo y desapareció de la política.

José de la Quintana, jujeño que hizo carrera en su provincia, llegó a ser gobernador. Unitario hasta las tarlipes.

Juan Francisco Seguí, hijo de un político homónimo, hechura del Caudillo Estanislao López, este santafesino del ’22 fue una de las grandes promesas del Rosismo. Del círculo de Manuelita, la princesa federal lo ayudó a escapar de Bs. As. tras un lío de polleras. ¡Y va y termina al lado de Urquiza al que le escribe el Pronunciamiento! ¡Canalla, qué pretende Ud. de nosotros!

Seguí era un fenómeno llamado a grandes cosas. Pero, claro, no lo quería nadie porque era un mal llevado total. Falleció prematuramente, cantando loas… al mitrismo y su Jefe. Un saltinbanky al final.

Luciano Torrent, correntino de Goya (1823), vinculado al partido liberal de su provincia, hará carrera política en Santa Fe y con el mitrismo.

Martín Zapata, mendocino sin mayores pergaminos que ser yerno del Gobernador Segura. Falleció en el terremoto de 1861.

Salustiano Zavalía, uno de los jefes de la Coalición del Norte que armaron con Avellaneda para romper con Rozas y matar al gobernador Heredia. Este tucumano culto y andariego, forjó el temple del unitarismo post Caseros. Ya lo trataremos con más detenimiento.

Pedro Alejandrino Zenteno o Centeno, cura catamarqueño, federal hasta la médula que armó alto bardo contra la Constitución liberal. Urquiza le respetaba sus viejas luchas, y le permitió lisonjearse como el único que se mostraba contra la Constitución. Falleció al poco tiempo al volver a su casa.

Juan Facundo Zuviría, quien fuera el Presidente de la Convención, Salteño del año 1794. Opositor descarado de Rozas, huyó del país tras participar en alguna que otra intentona unitaria. Cumplió roles institucionales en Bolivia hasta que también lo rajaron por hablar de más: He ahí su problema! Hablaba mucho y por demás. Analizaremos su rol importante en la Convención, haciéndole zancadillas a los redactores.

Data en:

https://sites.google.com/site/historiadeayerparaalumnosdehoy/la-constitucion-nacional-argentina/diputados-de-1853

Publicado en el Blog de CARLOS PISTELLI, 28 de abril del 2021.

https://carlospistelli.wordpress.com/2021/04/28/constitucion-de-1853-las-provincias-juran-la-patria-organizada-y-el-puerto-se-separa/

1º de mayo de 1994: perdió la vida Ayrton Senna, una de las leyendas de la Fórmula 1. Ayrton Senna, un legado que no muere.

1º de mayo de 1994: perdió la vida Ayrton Senna, una de las leyendas de la Fórmula 1. Ayrton Senna, un legado que no muere.
Ayrton Senna da Silva (São Paulo, Brasil; 21 de marzo de 1960-Imola, Italia; 1 de mayo de 1994) fue un piloto de automovilismo de velocidad brasileño. Tres veces campeón del mundo de Fórmula 1, Senna está entre los más exitosos y dominantes pilotos de la era moderna y para muchos expertos, es el más rápido de la historia.

La reconocida revista Autosport en el año 2009 se puso en contacto con 217 pilotos y expilotos de la Fórmula 1 para realizar una votación y crear un ranking de los mejores pilotos de la historia, de dicho serial, la lista estaba encabezada por Ayrton Senna.

El piloto compitió en Fórmula 1 para los equipos Toleman, Lotus, McLaren y Williams, entre 1984 y 1994 ganando el campeonato mundial en 1988, 1990 y 1991, siendo subcampeón en 1989 y 1993, tercero en 1987 y cuarto en 1985, 1986 y 1992 acumulando en total 41 victorias (seis de ellas en el Gran Premio de Mónaco, récord para el evento), 80 podios y 65 pole positions en tan solo 162 clasificaciones, con una efectividad del 40%.

También fue aclamado por sus extraordinarios desempeños con pista mojada, como el Gran Premio de Mónaco de 1984, Gran Premio de Portugal de 1985 y Gran Premio de Europa de 1993 teniendo los demás pilotos coches superiores.

Era reconocido principalmente por su conducción veloz, técnica superlativa y a veces agresiva en carreras. Mantuvo una rivalidad intensa con el piloto francés Alain Prost durante gran parte de su carrera, incluyendo dos años como compañeros de equipo en McLaren. Para muchos, la rivalidad Senna-Prost fue la más intensa en toda la historia de la categoría.

Ayrton Senna falleció debido a un fuerte choque sufrido en la curva de Tamburello, durante la carrera en el Autódromo Enzo e Dino Ferrari durante el Gran Premio de San Marino de 1994. Una varilla de la suspensión del vehículo atravesó la visera de su casco provocándole una fatal herida en la cabeza. Tras su muerte, el gobierno de Brasil decretó tres días de luto y un entierro con honores de Estado; más de un millón de personas participaron en su traslado al cementerio. La primera curva del Autódromo José Carlos Pace de su ciudad natal fue bautizada como S de Senna, dado que él propuso el diseño de dicha sección del trazado. Debido a su afamada vida pública tiene numerosos monumentos, club de fanes y recuerdos por todo el mundo.
Wikipedia.
El humor en las redes.
Ayrton Senna llega al cielo y San Pedro le pregunta

-¿Cuál es su nombre, hijo mío?
- Ayrton Senna da Silva.
- ¡Ah! Ud. era corredor de Formula 1, ¿cierto?
- Sí, el mismo.
- Ud. tenía una isla en Angra dos Reis, un yatecito, un helicóptero, una lancha, una hacienda en Tauí y ganaba 1.200.000 dólares por carrera, ¿verdad?
- Así es.
- Y conducía un Audi, un Mercedes, un Honda NSX, y tenía una Ducati con su nombre, ¿correcto?
- Sí, señor.
- Y Ud. vivía en Mónaco, pero viajaba a Brasil cuando quería en su propio jet privado, ¿es así?
- Correcto.
- Y además, Ud. se acostó con Xuxa, con Adriana Galisteu y con unas cuantas modelos más, ¿cierto?
- Sí, ¿Acaso eso puede comprometer mi entrada?
- No, no.
Está bien, entrá nomás ....

Pero desde ya te digo que el Paraíso a vos te va a parecer una cagada...

Guy Williams, a 32 años de su muerte: El Zorro, su amor y sus años en Argentina. El protagonista de la legendaria serie murió en Buenos Aires, en 1989.

 


Aniversario.

Guy Williams, a 32 años de su muerte: El Zorro, su amor y sus años en Argentina.

El protagonista de la legendaria serie murió en Buenos Aires, en 1989.

Guy Williams viajó por primera vez a la Argentina en 1973, cuando supersonaje, El Zorro, era un enorme éxito. Su presencia causó revuelo desde la llegada al aeropuerto internacional de Ezeiza.

Su historia quedó ligada definitivamente a la Argentina cuando conoció a la actriz Araceli Lizaso. Se quedó a vivir en Buenos Aires, en la Recoleta, y solía pasar horas en el bar La Biela.

Guy Williams murió en Buenos Aires el 30 de abril de 1989. Estaba solo en su departamento y recién una semana después encontraron el cuerpo.

Publicado en Diario "Clarín", 30 de abril del 2021.

https://www.clarin.com/internacional/espectaculos/guy-williams-32-anos-muerte-zorro-amor-anos-argentina_0_GCyVcYsi2.html

Guy Williams, un Zorro viejo.

De sus aventuras en TV a un amor de novela en suelo nacional. Andanzas de una estrella eterna, que halló en Argentina su destino final.

El Zorro y Don Diego de La Vega bajo las luces del espectáculo; o un porteño por adopción entre las calles de Buenos Aires. Este fue Guy Williams, quien naciera en Nueva York como Armando Catalano. Hijo de italianos, nuestro protagonista pudo cambiar su nombre; pero no así su caldeada sangre. Mucho menos aquellos distintivos rasgos que hicieron de su imagen un pasaporte a la fama: metro noventa, ojos verdes y una sugerente sonrisa enmarcada por su inconfundible bigotito. Combinación perfecta para hacer estragos en la pantalla chica; y en más de un corazón argentino.

A capa y espada.

Actor de cine y televisión en los años ’50, Guy Williams fue seleccionado por el propio Walt Disney para convertirse en el Zorro. ¡Ganó su papel nada menos que entre 500 postulantes! Tenía entonces 32 años, y la apuesta resultó más que exitosa: Guy dio vida al hombre del antifaz en 74 capítulos de media hora y 6 de una hora, filmados entre 1958 y 1970. Sí, 12 años de vigencia tuvo la serie; aunque Don Diego de La Vega jamás se retiraría de escena. Ya era un verdadero millonario, cuando en 1973 pisa Buenos Aires por primera vez. Transitando la quinta década, distanciado de su mujer y con dos hijos en su haber, su gira hace estragos en suelo porteño. Por lo que, cinco años más tarde, es contratado por Canal 13 para participar de un programa junto a Jorge Porcel. Lo cierto es que los pasillos de la TV argenta le regalarían un encuentro crucial para su vida. Un flacucho campeón de esgrima se sumaba al ciclo y a su vida. Sería para Williams una especie de hijo adoptivo, además de un gran partenaire. Se trató del actor Fernado Lupiz, con quien trabajó en el Circo Real Madrid de los Hermanos Segura. Buen dinero trajeron las giras circenses; y algo más también: bajo la carpa, y por intermedio de Lupiz, Williams conoce a la argentina Araceli Lisazo. Y el flechazo fue mutuo. Vaya si así fue, que el inquieto zorro plantó bandera y espada, por casi 10 años, en suelo nacional.

Sin escalas.

Guy ya había hechado raíces en Argentina. El sueño de un filme guionado y protagonizado por Williams sería un suceso: con intenciones de ser rodado en Salta, El hijo del Zorro marcaría el debut cinematográfico de Lupiz. El nombre de la película mutó luego a El Zorro vivo o muerto, aunque terminó estando más muerto que vivo. Los elevados costos hicieron que se truncara el proyecto; aunque no así la idea de continuar viviendo en el país: el intenso romance con la actriz y periodista oriunda de Los Toldos -por cierto, 30 años menor- marchaba viento en popa. La joven, recientemente llegada de una estadía en Roma, había acudido a la función en Mar del Plata para saludar a su amigo Fernando Lupiz. Sólo bastaron unas palabras en el idioma natal de El Zorro para dar inicio a una vertiginosa relación: dos noches después, Araceli se mudaba a la suite del Hotel Hermitage. Su perfil bajo, respeto, conocimientos, predilección por el ajedrez y destrezas en la esgrima conquistaron el corazón de la chica bonaerense.

De encuentros y desencuentros.

La historia siguió con idas y vueltas. Es que Guy se negaba al deseo de matrimonio e hijos que tenía su amada. Hasta que, tras seis meses de distanciamiento, Williams se divorcia legalmente de su mujer y le propone matrimonio. Tarde piaste, como dicen las abuelas. Araceli se casaba esa semana con un empresario joyero, en claro cumplimiento de su venganza anunciada. ¿Cuál? Casarse con quien primero se lo propusiera. Era entonces el turno de disfrutar de las reuniones, el asado, los buenos vinos -materia sobre la que Guy era un gran conocedor-, los bares de su barrio de Recoleta y la compañía de hermosas señoritas. Abocado en los negocios inversionistas, una nueva novia llegó a su vida. Aunque ni bien supo del fracasado matrimonio de Araceli, el viejo zorro regresó a su gran amor. ¡Por fin volverían a estar juntos! Sólo que, a punto caramelo para formalizar, ocurrió lo inesperado. Guy prometió a su futura esposa comunicarse con la casa de su madre, en Los Toldos, el 1 de mayo de 1989. ¿El motivo? Pedirle su mano a la familia justo en el día de su cumpleaños. Pero el teléfono nunca sonó.

El día después.

¿Qué había ocurrido con Williams? Toda una incógnita que recién fue revelada cuando la policía fue alertada por los vecinos, que no veían al retirado actor ni sabían nada de él. Sí, el zorro dijo adiós aquel mayo de 1989. Allí, en su vivienda de la calle Ayacucho al 1900. Las confusas versiones hablaron de un paro cardíaco y hasta de un segundo ACV (ya había superado uno en 1983, sin secuelas). Motivos aparte, sus restos fueron depositados en el Cementerio de Chacarita; aunque su hijo Steven los retiró al poco tiempo para cremarlos en Los Ángeles. ¿Y Araceli? No volvió a rehacer su vida; esa en la que tampoco vio pasar un peso de la fortuna amasada por su amor. Tampoco lo reclamó. Acaso guarda consigo el máximo tesoro: haber sido protagonista de la más verdadera historia que encarnara el inolvidable Guy Willimas. O simplemente, el Zorro.

El Dr.Hipólito Yrigoyen instituyó por Decretó el 1º de Mayo como día del trabajador.