EL AUTO SOÑADO por JORGE VERGARA.
La industria automotriz de la Argentina siempre fue importante, marcas líderes del mundo instalaron acá sus plantas para producir los modelos que se vendían en todo el mundo. Y siempre al Estado argentino le interesó producir su propio modelo, distinto a todo y surgido de la capacidad de sus profesionales, desde el diseño a la mecánica.
Y podríamos decir que lo logró, que hay un gran símbolo como el Rastrojero que es auténticamente nacional, aunque partes de sus componentes originales se hayan fabricado con otro fin y en otro país.
Distinta es la historia del Siam Di Tella, auto producido en la Argentina por capitales privados, pero que tuvieron cierto vínculo con la industria automotriz internacional porque se fabricaron bajo licencia de la British Motors Corporation y en nuestro país se llamaron Siam Di Tella 1.500, un sedan de 4 puertas.
En realidad la fábrica Siam produjo originalmente amasadoras de pan, en tiempos en que en la Argentina se prohibió el amasado manual. También fabricaron famosas heladeras por décadas.
Todo esto viene a cuento de los anuncios reiterados por varios presidentes argentinos que quisieron fabricar sus propios automóviles, siempre con el deseo de que fueran tan baratos que pudieran acceder todos en el país. Pero pocos lo lograron y sólo Perón cuenta en su haber con el resultado de haber fabricado el Justicialista, auto económico y popular y con el Rastrojero, fabricados por IAME, llamada posteriormente IME, Industrias Mecánicas del Estado.
El automóvil Justicialista nace por una iniciativa del brigadier Juan Ignacio San Martín, quien le propuso al presidente Juan Domingo Perón la fabricación de automóviles aprovechando las instalaciones IAME.
Salieron a la calle alrededor de 1953 y se calcula que circularon por el país unas 2.300 unidades, en distintos modelos.
En el medio y por varias décadas, las calles y rutas argentinas vieron al mítico Rastrojero, camioneta pensada para el trabajo, bastante rústica pero rendidora, como decía la gente del campo, sobre todo cuando llegó al mercado la versión diesel. Era una camioneta con estructura muy simple, equipada en algunos modelos con caja de madera y en otros con una de metal.
Según los relatos sobre la historia del Rastrojero, el tema había comenzado "unos años antes, cuando funcionarios del gobierno argentino, terminada la Segunda Guerra Mundial, viajaron a EE. UU. y adquirieron una buena cantidad de tractores Empire sobrantes a causa del fin de la guerra. Esos tractores jamás trabajaron en el campo argentino y terminaron, en cambio, almacenados en un galpón. Hasta que cuatro técnicos argentinos fueron encargados de reconvertir aquellos tractores inútiles en algo más productivo. El proceso terminaría en la aparición del Rastrojero".
Según el mismo sitio de internet, "el Rastrojero se presentó oficialmente en mayo de 1952. Era un pequeño utilitario con una capacidad de carga de media tonelada, caja de madera sobre un bastidor de acero, una cabina pequeña y un frontal inspirado, probablemente, en el Ford 37. El motor era el mismo motor norteamericano que alguna vez había impulsado los tractores Empire: un Willys Overland de cuatro tiempos alimentado a gasolina. Años después, debido a la elevada demanda, llegó la versión de Rastrojero con motor diesel. Se fabricó hasta 1979.
Pasaron 60 años desde el primer intento de fabricación para que desde el Estado se vuelva a poner en marcha la idea de fabricar un auto accesible y al alcance de los bolsillos argentinos.
Por lo pronto sólo se trata de un plan. Los años dirán si se cristaliza y si forma parte de la historia automotriz
Autor: Jorge Vergara. Publicado en el Diario "Río Negro", domingo 22 de julio de 2012 (edición 22969), página 41.
Imágenes: Internet.
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